Película para pasar la noche. No creo que pase a la historia pues aunque trata de enredar en su planteamiento con personajes que no sabes muy bien de qué lado están, al final todo se va ajustando hasta el final que se espera.

Y es que quizás tener otras películas del mismo género muy parecidas no le ha ayudado.

Creo que trata de ser mejor de lo que es, y es una lástima, porque no es del todo mala, pero no llega a ser más que un asalto a la comisaría esa de turno con tipos malos que o son muy malos, o son feos y locos, o son hasta buenos.

Qué decir! La película es mala, pero mala, mala. Dicho esto, es tan mala que la hace buena. Y cuando digo buena me refiero a verla sin más pretensión que ver una película de los 80, con un mal guion y efectos especiales de los de antaño.

Yo no la recomiendo, salvo para amantes del género de las películas de serie B malas, pero malas, que son buenas.

Dudo que a estas alturas de la película a alguien sorprenda lo bueno (dentro de lo malo) que es Tarantino.

Pues yo fui de esos que cuando salí del cine salí con un mal sabor de boca. No me gustó la película que vi porque no era la película que quería ver, y eso frustra.

Me marché del cine pensando que había sido engañado por uno de los mejores, que quizás ya había tocado fondo, y que necesitó a grandes estrellas para tapar ese defecto esperando que su brillo (el de las estrellas) tapara su agujero. No podía estar más equivocado.

Al escuchar el disfrute de algunos cinéfilos al salir del cine intuí (como ya me ha pasado con otras películas) que posiblemente el error estaba en mi percepción y no en la obra.

Un nuevo visionado de ella, con otros ojos, me hizo ver otra realidad, donde el "falso" de Tarantino te prepara para ver algo que no vas a ver, o que no vas a ver como tú esperas.

Las interpretaciones de los dos protagonistas masculinos son brillantes, Leo cambiando de registro y sobreactuado tan bien que parece hasta real, y Brat ejerciendo de "falso antagonista" del prota, luciendo y reluciendo cuerpo y escenas memorables.

Los secundarios, aportan mito y consistencia a la lección de cine, mientras que la chica protagonista es el señuelo para que piques en la "falsa historia" que te cuentan (para mí lo más flojo del relato), aunque necesaria para que cuando salgas del cine creas "falsamente" que te han engañado.

El final, muy típico de Tarantino, hace que a unos les valga (eso esperaban) y a otros les cierre la historia, o el cuento, según se mire, de como dos hombres y un destino puedes hacer, esta vez sí, una "falsa" buena película.

Y aquí otra típica película de asesinato de una mujer, donde la sospecha recae en el marido, y un policía, y su compañero, o compañeros, van llevando la investigación a través de pistas que conducen a más pistas y tal.

Finalmente, y tras profundizar entre el duro trabajo de investigación y el arduo y complicado entorno amoroso y familiar, se va resolviendo un asesinato que va dando pistas y sospechoso según avanza, y que entre tanta pista y sospechoso te pierdes.

Y el caso es que no está mal. La mezcla de investigación y drama personal, con varias tramas, hace que más que una película parezca una miniserie, donde se podía dividir todo en pequeños trozos y contarlo por capítulos.

Y es que lenta, es lenta. Quizás así puedan lucir más sus personajes y sus tramas personales, pero la investigación se hace muy densa, con pistas y sospechosos que con el paso de los minutos ni recuerdas porqué salieron, y que terminan lastrando, a mí entender, una buena historia policial de las de antes.

Pues sí, una película donde el humor predomina sobre la acción, y dónde ni alcanza grandes cotas de uno ni de lo otro.

No voy a negar que entre tanto chiste y disparo, alguno acierta, pero desde luego con una vez es suficiente.

Película simplona que no creo que convenza a muchos.