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6.5
2,830
7
26 de junio de 2009
26 de junio de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
State and Main es una estupenda y poco comedida comedia en la que se trata el tema de la producción de una película, con los contratiempos que todo el que ha tenido que rodar algo alguna vez ha sufrido: actores que fallan, localizaciones que no están, que tu actor protagonista sea pederasta… bueno, esto último sólo le pasa a Alec Baldwin, pero ustedes me entienden.
La película tiene un ritmo endiablado. Tanto que, partiendo de un argumento tan simple, cuando pasa la hora y tres cuartos que dura la película, te quedas con la impresión de que podría haberse contado mucho más y nada hubiera sobrado; algo como lo que pasa con Yo creo en ti (Call Northside 777, Henry Hathaway, 1947). La planificación está estupendamente conseguida, y no consigues perder la atención en ningún momento a pesar de ser una película casi completamente conversacional.
Y no acabo esta crítica sin mencionar el excelente trabajo de los actores en esta película. Desde el propio Alec Baldwin, comodísimo en su papel, pasando por el bueno de William H. Macy, hasta una Sarah Jessica Parker con menos cara de zapato -la película tiene ya casi 10 años- y un jovencito y menos rubicundo Philip Seymour Hofman, que ya apuntaba maneras (y de qué forma) antes de hacerse conocido para el gran público gracias a películas como Capote.
Si quieren pasar algo más de hora y media entretenidos, divertidos, y además viendo críticas sutiles -o no tanto- a la industria del cine, y de paso también al sistema legal de EEUU, ésta es una película que deberían ver. También Gracias por fumar, que se me acaba de venir a la mente mientras escribía lo de la crítica al sistema legal de EEUU, pero eso será en otra ocasión.
PD: la escena de los créditos iniciales es estupenda.
La película tiene un ritmo endiablado. Tanto que, partiendo de un argumento tan simple, cuando pasa la hora y tres cuartos que dura la película, te quedas con la impresión de que podría haberse contado mucho más y nada hubiera sobrado; algo como lo que pasa con Yo creo en ti (Call Northside 777, Henry Hathaway, 1947). La planificación está estupendamente conseguida, y no consigues perder la atención en ningún momento a pesar de ser una película casi completamente conversacional.
Y no acabo esta crítica sin mencionar el excelente trabajo de los actores en esta película. Desde el propio Alec Baldwin, comodísimo en su papel, pasando por el bueno de William H. Macy, hasta una Sarah Jessica Parker con menos cara de zapato -la película tiene ya casi 10 años- y un jovencito y menos rubicundo Philip Seymour Hofman, que ya apuntaba maneras (y de qué forma) antes de hacerse conocido para el gran público gracias a películas como Capote.
Si quieren pasar algo más de hora y media entretenidos, divertidos, y además viendo críticas sutiles -o no tanto- a la industria del cine, y de paso también al sistema legal de EEUU, ésta es una película que deberían ver. También Gracias por fumar, que se me acaba de venir a la mente mientras escribía lo de la crítica al sistema legal de EEUU, pero eso será en otra ocasión.
PD: la escena de los créditos iniciales es estupenda.

6.7
20,572
8
18 de febrero de 2007
18 de febrero de 2007
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy tocado escribo esta crítica, después de ver, por fin, Flores Rotas, la última de Jim Jarmusch. Y voy a intentar no extenderme mucho, y ser concreto, porque decir demasiado de ella sería, probablemente, equivocarme.
Flores Rotas es una gran película. Partiendo de la rotura del mito de Don Juan, es una gran película acerca del Ubi Sunt, de cómo la vida nos cambia a todos, de que cualquier tiempo pasado fue mejor. A través de los geniales y terriblemente expresivos silencios de Bill Murray, que vuelve a estar maravilloso, nos trasladaremos de un lugar a otro, de una vida a otra, entre historias que apenas se apuntan, que son justas y suficientes, pero que dejan un regusto tenue y amargo en la boca.
Esta película es amarga, de eso no hay duda. Pero es justo eso lo que la hace una buenísima película. Jarmusch ha sabido aprender muy bien de gente como Carver, ha aprendido a sacar trozos de una realidad y mostrárnolas tal cual es. El director es un maestro en el mostrar, si se me permite la redundancia. Y también es un maestro de los símbolos, y de los relatos cortos; algo que ya demostró en su también magnífica Coffee and Cigarettes.
En definitiva, la hora y tres cuartos de película pasan en un absoluto suspiro, en el que ves a Bill Murray deambular de acá para allá, encontrándose con un pasado que no recordaba, enfrentándose también a sí mismo en la figura de cuatro (tal vez cinco) mujeres. Enfrentándose a todas ellas con un ramillete de flores rosas en la mano, dejándolas con una genial banda sonora de jazz etíope en su Ford Taurus.
Flores Rotas es una película que hay que ver. Tal vez muchas veces. Una película para recordar, y para no olvidar, que no es lo mismo. Una película para paladear con buen vino, para escuchar al terminar aquel maravilloso verso de Sabina: al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Flores Rotas es una gran película. Partiendo de la rotura del mito de Don Juan, es una gran película acerca del Ubi Sunt, de cómo la vida nos cambia a todos, de que cualquier tiempo pasado fue mejor. A través de los geniales y terriblemente expresivos silencios de Bill Murray, que vuelve a estar maravilloso, nos trasladaremos de un lugar a otro, de una vida a otra, entre historias que apenas se apuntan, que son justas y suficientes, pero que dejan un regusto tenue y amargo en la boca.
Esta película es amarga, de eso no hay duda. Pero es justo eso lo que la hace una buenísima película. Jarmusch ha sabido aprender muy bien de gente como Carver, ha aprendido a sacar trozos de una realidad y mostrárnolas tal cual es. El director es un maestro en el mostrar, si se me permite la redundancia. Y también es un maestro de los símbolos, y de los relatos cortos; algo que ya demostró en su también magnífica Coffee and Cigarettes.
En definitiva, la hora y tres cuartos de película pasan en un absoluto suspiro, en el que ves a Bill Murray deambular de acá para allá, encontrándose con un pasado que no recordaba, enfrentándose también a sí mismo en la figura de cuatro (tal vez cinco) mujeres. Enfrentándose a todas ellas con un ramillete de flores rosas en la mano, dejándolas con una genial banda sonora de jazz etíope en su Ford Taurus.
Flores Rotas es una película que hay que ver. Tal vez muchas veces. Una película para recordar, y para no olvidar, que no es lo mismo. Una película para paladear con buen vino, para escuchar al terminar aquel maravilloso verso de Sabina: al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.

6.8
15,849
7
27 de julio de 2007
27 de julio de 2007
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película entretenida y agradable, con grandes lagunas pero también con muy buenos momentos. Una película en la que igual fallan algunas actuaciones, en la que igual hay subtramas del guión terriblemente llevadas o resueltas; pero también una película que describe como pocas la desazón y el desamparo de los veintitantos. Una película que pasa por momentos muy bajos, pero a la que salvan, y con creces, algunas conversaciones, la atmósfera que consigue a ratos, y algunas piezas de la banda sonora. Y Natalie Portman, claro, faltaba más.

7.5
133,086
6
14 de febrero de 2007
14 de febrero de 2007
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora, por fin, entiendo por qué mis amigos me la recomendaban una y otra vez tan efusivamente. Ya he entendido por qué es tal su relevancia a la hora de plantearlos el mundo occidental de hoy en día. Ya he visto la perfecta ejemplificación de cómo la sociedad del bienestar se implanta a través del miedo. De cómo todo el mundo que aparentemente conocemos puede no ser más que una invención; de cómo Maquiavelo ni siquiera pudiera imaginar lo lejos que iba a llegar la construcción del mundo por su propia seguridad.
Se ve día a día en los medios, en los discursos de los Goebbels de turno. Noticias y contranoticias. Invenciones. Realidad que se ajusta a la noticia, y no al revés. El trabajo del periodista es el de informar, dice el presentador del telediario en la película. De fabricar la información ya se encarga el Gobierno. Y todo, siempre, por su propia seguridad. A pesar de todo, y de una forma que sólo puede darse en el celuloide, hay esperanza. Detrás de toda la maldad latente, de la ambición por el poder, del miedo como forma de control (ay, qué poco hemos inventado…), siempre hay una idea, siempre hay un Guy Fawkes. Y las ideas son a prueba de balas.
Frente a la opresión, a un mensaje unitario de un Gran Hermano al que apenas vemos, siempre 30 veces más grande que cualquier ser humano, tan de 1984, frente a ese mensaje que debe ser leído en cada periódico, oído en cada radio, visto en cada televisión, está el ansia de libertad. El ansia que fluye, libre, como la lluvia. Y Dios está en la lluvia.
Por no mencionar a Natalie Portman, que además de hacer un papel increíble, me vuelve una vez más a reafirmar en mi opinión de que es un regalo que Dios le ha concedido a la humanidad. Ah, y por cierto, si pueden, no duden en ver la película en versión original. No sé si será porque yo tengo debilidad por el acento inglés, pero las voces y las declinaciones son absolutamente apoteósicas, un éxtasis vocal, casi.
Nota final: 9 (y le he quitado un poco por algunas escenas de acción, rollo Matrix, que sobraban completamente de la película).
Se ve día a día en los medios, en los discursos de los Goebbels de turno. Noticias y contranoticias. Invenciones. Realidad que se ajusta a la noticia, y no al revés. El trabajo del periodista es el de informar, dice el presentador del telediario en la película. De fabricar la información ya se encarga el Gobierno. Y todo, siempre, por su propia seguridad. A pesar de todo, y de una forma que sólo puede darse en el celuloide, hay esperanza. Detrás de toda la maldad latente, de la ambición por el poder, del miedo como forma de control (ay, qué poco hemos inventado…), siempre hay una idea, siempre hay un Guy Fawkes. Y las ideas son a prueba de balas.
Frente a la opresión, a un mensaje unitario de un Gran Hermano al que apenas vemos, siempre 30 veces más grande que cualquier ser humano, tan de 1984, frente a ese mensaje que debe ser leído en cada periódico, oído en cada radio, visto en cada televisión, está el ansia de libertad. El ansia que fluye, libre, como la lluvia. Y Dios está en la lluvia.
Por no mencionar a Natalie Portman, que además de hacer un papel increíble, me vuelve una vez más a reafirmar en mi opinión de que es un regalo que Dios le ha concedido a la humanidad. Ah, y por cierto, si pueden, no duden en ver la película en versión original. No sé si será porque yo tengo debilidad por el acento inglés, pero las voces y las declinaciones son absolutamente apoteósicas, un éxtasis vocal, casi.
Nota final: 9 (y le he quitado un poco por algunas escenas de acción, rollo Matrix, que sobraban completamente de la película).

7.7
98,848
7
11 de abril de 2006
11 de abril de 2006
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que buena ópera prima de Alejandro Amenábar. La película se deja ver sin grandes problemas en cuanto al ritmo, error bastante frecuente en las primeras obras de muchos directores. A pesar de algunas lagunas de guión, la película consigue mantener al espectador "al acecho", sugiriendo más que mostrando, llevándole al terreno que quiere Amenábar, manteniendo la intriga hasta las escenas finales. Las actuaciones son bastante correctas, especialmente las de los dos protagonistas masculinos.
Eso sí, Amenábar... Como favor personal, ¡deja de escribir las bandas sonoras de tus películas!
Eso sí, Amenábar... Como favor personal, ¡deja de escribir las bandas sonoras de tus películas!
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