Dueños de la calle, asombrosamente entra dentro del género no sólo siendo puros tiros y explosiones, sino teniendo una buena historia que atrapa y despista al espectador a cada rato. Nadie es quien en realidad es,y se ven corrompidos por el dinero y el poder hasta aquellos más afines al personaje principal. Tiene una cuota de acción medida,sin caer en excesos de efectos especiales,algo a lo que este género suele caer rendido facilmente. Buenas actuaciones acompañadas de un buen guión y una buena historia dan como resultado una interesante película para matar el aburrimiento de un sábado a la noche.

No es una maravilla de comedia romántica, pero tiene la particularidad de ofrecerse al espectador en forma medida, ni una historia rebuscada, ni escenas descabelladas ni personajes desopilantes, todo está en armonía, y es esto precisamente lo que conforma un clima cálido. Muchas de sus escenas son graciosas y llenas de enredos, y uno le toma cariño a los personajes rápidamente. Tal vez en algunas partes se hace un poco lenta, y es porque la película es tan medida, que las escenas cómicas parecen dadas con cuentagotas. Está bien que una película no se sumerja en excesos, pero creo que unas cuantas escenas cómicas más le hubiese sentado muy bien a este film. Sin embargo, no deja de ser buena opción para una tarde de domingo.

La película prometía mucho más, pero se quedó en el camino. King para mi gusto (y lo digo como estudiante de letras y como lectora) tiene historias tan inverosímiles que dan risa. En el caso de la película, la historia se mantiene tan irreal y díficil de creer como lo es en el libro,sólo que aquí el director aportó más irrealidad a la locura desmedida de lo que ya era la historia original. Los efectos especiales son pésimos (en el caso de los bichos de la otra dimensión,que en realidad parecen piojos sobrealimentados). Tal vez, hay pequeñas cosas que hacen que el film no sea un bodrío del todo, una de ellas es la situación de convivencia de los personajes que quedan atrapados en el mercado,y otra, es el final, que me atrevo a decir,que es lo mejor que uno ve desde que se sienta en la butaca.

Es la perfecta opción para aquel que le gusta el cine de terror en donde no hay psicopatas ni seres sobrenaturales que destripan personas, en este film se apela a algo más profundo, al miedo natural que causa la muerte y lo que hay después de ella. Así es como el personaje tiene contacto con "el más allá" a traves de los artefactos de comunicación como son la televisión y la radio. Buen guión, y originalidad en la historia, pero fundamentalmente es la fluidez con la que se desarrolla la acción dentro de la película lo que la hace un plato aún más tentador. El espectador nunca se aburre porque las escenas de terror están muy bien logradas y realmente lo hacen saltar de la silla. Tal vez el final desentona con lo que es en si la película,dejando en el espectador la sensación agridulce. En este sentido,la película prometía mucho más.

Sencillamente, las escenas son tan, pero tan inverosímiles, que uno tiende a reírse a carcajadas y se pregunta si el director se alcoholizó con vino barato durante el rodaje. Angelina vuelve a ponerse en la piel de una asesina (cualquier semejanza con su anterior Señora Smith en "Mr & Mrs Smith" es pura casualidad) y vuelve a luchar contra los malos transformándose en una especie de mujer maravilla que dispara, conduce y pelea como si fuera la versión femenina de hércules.
La historia de por si es mala, gastadísima en el cine hollywoodense, pero ya que la historia era mediocre, le hubiesen buscado la vuelta por el lado de lo estético, en ese sentido la elección de los actores estuvo bien resuelta, pero no por el lado de las escenas de acción que resultan totalmente irreales, y esta irrealidad se la da el espacio-tiempo en el que se desarrollan, porque en el caso de Matrix, esas escenas increíbles estaban dentro de un espacio temporal igualmente increíble, entonces no desencajaban.
Yo creo que esta película es una de esas que uno le presta con gusto a un amigo sabiendo que no se la va a devolver jamás.