Psicodélica, romántica, alucinante, trepidante y divertida. Favor comparar con sucedáneas de sus días, y comprobar como aguanta el tipo hasta el día de hoy.

En cuestión de pelis con giros argumentales (existe la suspensión de credulidad) "Charada" se lleva las palmas. Cada nuevo rumbo al que se llega, nos lleva irremediablemente a la diversión desprejuiciada. Así que los alucines sean bienvenidos sin problema.

Con el glamour de las clásicas de Bond y con jugosos detalles por demostrar como los diálogos, el espectacular ritmo que le imprime Donen y varias escenas como los encuentros en lugares exóticos de Audrey con Cary o el final que le da un toque cartoonesco a la historia. La escena final repara en lo evidente desde un principio y que por estar perdidos como Audrey no lo deducimos antes. En resumen, una muestra de cómo la emoción y aventura en la que cualquier personaje es importante, llevan adelante una historia en principio sencilla. Entretenida.

Más que remake, spin-off de Rio Bravo. Si decimos que la anterior es buena, pues esta también lo es. Y por méritos propios.

El tono es festivo donde la anteriormente mencionada era dramática, aquí Hawks opta por la comedia y aventura. El tema del terrateniente vs granjeros y el viaje de Cole Thornton donde se le une un divertido personaje interpretado por James Caan (para recordar los momentos en que se hace pasar por chino y cuando recita el poema "El dorado" de Allan Poe) más la presencia de Robert Mitchum son valores relamente apreciables para diferenciarla de la otra.

Amplio dibujo del Oeste el trazado por Hawks. Me quedo con la escena en que está el chico esperando a Wayne. Que buen ritmo tiene y dura poco más de dos horas que se pasan en un pis pás. En el final es donde se parece más a la anterior, con el acorralamiento por parte del maleante al Sheriff y sus amigos.

Ante todo, agradable película. En fin, cuando la base es igual de buena que la anterior, la formas no son sólo para empalmados sino para cualquier paladar. Entre ellos el mío.

Una película sin la fama que se merece. Centrada en el mal trato por parte del estado a los ciudadanos, en donde el que menos se espera puede ser un criminal. Si el gobierno es así, qué se puede esperar de los criminales de renombre. Paul Muni realiza una de las mejores interpretaciones de la época. El recurso que más se utiliza es el de los calendarios dentro y fuera de la prisión, para ampliar la idea de la importancia del tiempo.

Es "Soy un fugitivo" una película a tener en cuenta, pionera en varios conceptos sobre la adaptación del individuo a los estados de cautiverio e incorporación a la sociedad, sacando los trapos al sol en cuanto a las tretas usadas por el gobierno en donde los ciudadanos fueron y han seguido siendo ninguneados.

El último diálogo y frase final son el brochazo para una obra magistral. Imprescindible.

El final de esta versión de la historia que ya había sido adaptada en 1931 por Milestone y en 1940 por Hawks, es mucho mejor que en esta última, que es donde "Luna Nueva" desentonaba. Tanto por ser más correcto con lo que uno desea a los personajes como porque termina con una escena que está en mayor concreción con la historia. Lemmon es más cómico que Rosalind Russell y hace una memorable pareja con Matthau.

Para los curiosos, ver a Susan Sarandon en el tercer papel de su carrera cuando empezaba a destacar como actriz y antes de su reconocimiento por posteriores trabajos. Se exponen temas para la reflexión como la crítica a los mecanismos de poder o las prioridades en la vida de los protagonistas. Divertida y recomendable.

Una magna historia en 45 minutos, tan vigente en su tiempo como hoy, en la que que el ingenio y la sagacidad para ser un buen detective son las mejores armas para lograrlo.
Tu serás Watson, vivirás sus peligros, desearás ayudarle a rescatar a su chica, acabar con los malvados, huir, perseguir, buscar y encontrar.

Se puede ver su influencia de cine dentro de cine en muchas producciones posteriores, llegando hasta nuestros tiempos. Las grandes obras de arte son intemporales y estás en la acción, te trasladan a un mundo nuevo, como en "El moderno Sherlock Holmes", dando lugar a la paradoja de las realidades que conforma Keaton dentro de una cinta de detectives y tú en su realidad. El ingenio, la sencillez y humanidad en su máxima expresión. Emocionante.