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3.7
8,919
2
22 de julio de 2012
22 de julio de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1965, dirigidas por Louis Malle, Brigitte Bardot y Jeanne Moreau protagonizaron la divertida y original película "Viva María", por supuesto bastante pobre en tanto puesta la revolución mexicana al servicio de la industria cinematográfica estadounidense.
Pero concedámosle su carácter de "primicia" y el "uso" de dos protagonistas provenientes de "mundos opuestos" de la cinematografía francesa (una, un ícono sexual; la otra, un ícono para los intelectuales de la época, que provocaba los mismos o mayores "ratones" que su colega infravalorada). Evidentemente, Louis Malle no le hacía "asco a nada" en su camino a Hollywood. Con todo, Viva María fue una comedia fresca y disfrutable.
De aquella historia se nutren estas "Bandidas" que no logran llegarles ni a los talones (ni los de la película, ni mucho menos los del dúo protagónico).
Lo que más me ha extrañado es que ninguna de las 40 críticas previas a la mía de usuarios de filmaffinity haya registrado este antecedente. ¿Qué está pasando? ¿Falta más "cultura cinematográfica"? ¿O es que estas "Bandidas" es tan mala que ni siquiera ha despertado la curiosidad de los amantes del cine?
En síntesis, una película que no vale la pena perder el tiempo en verla.
Pero concedámosle su carácter de "primicia" y el "uso" de dos protagonistas provenientes de "mundos opuestos" de la cinematografía francesa (una, un ícono sexual; la otra, un ícono para los intelectuales de la época, que provocaba los mismos o mayores "ratones" que su colega infravalorada). Evidentemente, Louis Malle no le hacía "asco a nada" en su camino a Hollywood. Con todo, Viva María fue una comedia fresca y disfrutable.
De aquella historia se nutren estas "Bandidas" que no logran llegarles ni a los talones (ni los de la película, ni mucho menos los del dúo protagónico).
Lo que más me ha extrañado es que ninguna de las 40 críticas previas a la mía de usuarios de filmaffinity haya registrado este antecedente. ¿Qué está pasando? ¿Falta más "cultura cinematográfica"? ¿O es que estas "Bandidas" es tan mala que ni siquiera ha despertado la curiosidad de los amantes del cine?
En síntesis, una película que no vale la pena perder el tiempo en verla.

8.1
20,467
2
16 de marzo de 2013
16 de marzo de 2013
62 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bertolucci es, sin dudas, uno de mis directores más admirados. Hay otros, por supuesto, Visconti, Kulbrick, entre otros. Admiro de Bertolucci su capacidad de retratar seres humanos desde un individualismo sicologista que subyuga. Pruebas de ellos son, para mí, las insuperables "Ultimo tango en París" y, sobre todo, "La luna".
Digo, antes que nada, que la factura técnica me parece magnífica, maravillosa. La recreación de época es perfecta. La dirección y la escenografía, inigualables. El guión, difícil de comparar. Los actores... ¡por favor, qué decir de los actores! De Niro, Depardieu, Sutherland, Alida Valli, Dominique Sanda, la inigualable Laura Betti... ¡qué inmensos actores!, están en la plenitud de sus mayúsculas expresiones. No me alcanzará la vida para agradecerles las estupendas puestas en escena que han logrado de cada uno de sus personajes. Son artistas con MAYÚSCULAS, y aquí, de la mano de Bertolucci lo han demostrado con creces. No quiero agregar palabras, porque creo que cualquier palabra puede desmerecer su actuación, que se impone como un hecho radiante, indescriptible, único...
¿Cuál es el problema entonces con Novecento? El problema es que aborda un tema social extremo, desde ese mismo sicologismo individualista. Y da lugar a un filme que me provoca vómitos y un dolor inmenso, descomunal, como ninguna otra película ha logrado.
Tal vez sea un mérito de este eximio director. Pero no puedo soportarlo. No soporto que para retratar al fascismo elija unos personajes capaces de las peores perversiones, como Attila y Regina. No soporto que para hablarnos de la explotación capitalista nos muestre unos personajes extremos, que son una caricatura de la extrema crueldad que viven cotidianamente los explotados del mundo, sin necesidad de nadie destroce la cabeza de un niño después de violarlo por varón y mujer; o mate un gato sin necesidad; o mate a una viuda por una vieja deuda después de violar su cuasi cadáver... El capitalismo es peor que todo eso. No hacen falta perversiones para poder ver a un sistema perverso. En todo caso, las muestras de perversión no hacen más que "embellecer" la imagen de nuestro patrón si es una persona medianamente decente.
Si algo hay que reconocerle como verdad histórica a este filme abominable de Bertolucci, es la escena donde llega el "emisario" del Partido Comunista italiano a arengar al pueblo para que entregue las armas: y el pueblo, por consejo de su "líder", entrega sus armas de buena manera.
Esto es una prueba de que no había en verdad revolución alguna en esos tiempos. Esto no es un "pase de factura" con la historia. Es una simple constatación histórica. Y esa falta de afán revolucionario es más que justificable debido a la profunda derrota sufrida por los pueblos explotados de Europa en los años de 1920, cuando son derrotadas las revoluciones en Alemania, Hungría, Italia... procesos que dejan totalmente aislada a la naciente Revolución Rusa, razón por la cual ésta inicia su retroceso y degeneración de la mano de Stalin, que ahoga a sangre y fuego a todos los dirigentes del bolchevismo, acompañando el surgimiento del nazismo en Europa, hasta llegar a los juicios de Moscú e incluso asesinar a Trotsky "a distancia", de la mano de un sicario (Ramón Mercader), que le clava una pica en la nuca en 1940.
Digo, antes que nada, que la factura técnica me parece magnífica, maravillosa. La recreación de época es perfecta. La dirección y la escenografía, inigualables. El guión, difícil de comparar. Los actores... ¡por favor, qué decir de los actores! De Niro, Depardieu, Sutherland, Alida Valli, Dominique Sanda, la inigualable Laura Betti... ¡qué inmensos actores!, están en la plenitud de sus mayúsculas expresiones. No me alcanzará la vida para agradecerles las estupendas puestas en escena que han logrado de cada uno de sus personajes. Son artistas con MAYÚSCULAS, y aquí, de la mano de Bertolucci lo han demostrado con creces. No quiero agregar palabras, porque creo que cualquier palabra puede desmerecer su actuación, que se impone como un hecho radiante, indescriptible, único...
¿Cuál es el problema entonces con Novecento? El problema es que aborda un tema social extremo, desde ese mismo sicologismo individualista. Y da lugar a un filme que me provoca vómitos y un dolor inmenso, descomunal, como ninguna otra película ha logrado.
Tal vez sea un mérito de este eximio director. Pero no puedo soportarlo. No soporto que para retratar al fascismo elija unos personajes capaces de las peores perversiones, como Attila y Regina. No soporto que para hablarnos de la explotación capitalista nos muestre unos personajes extremos, que son una caricatura de la extrema crueldad que viven cotidianamente los explotados del mundo, sin necesidad de nadie destroce la cabeza de un niño después de violarlo por varón y mujer; o mate un gato sin necesidad; o mate a una viuda por una vieja deuda después de violar su cuasi cadáver... El capitalismo es peor que todo eso. No hacen falta perversiones para poder ver a un sistema perverso. En todo caso, las muestras de perversión no hacen más que "embellecer" la imagen de nuestro patrón si es una persona medianamente decente.
Si algo hay que reconocerle como verdad histórica a este filme abominable de Bertolucci, es la escena donde llega el "emisario" del Partido Comunista italiano a arengar al pueblo para que entregue las armas: y el pueblo, por consejo de su "líder", entrega sus armas de buena manera.
Esto es una prueba de que no había en verdad revolución alguna en esos tiempos. Esto no es un "pase de factura" con la historia. Es una simple constatación histórica. Y esa falta de afán revolucionario es más que justificable debido a la profunda derrota sufrida por los pueblos explotados de Europa en los años de 1920, cuando son derrotadas las revoluciones en Alemania, Hungría, Italia... procesos que dejan totalmente aislada a la naciente Revolución Rusa, razón por la cual ésta inicia su retroceso y degeneración de la mano de Stalin, que ahoga a sangre y fuego a todos los dirigentes del bolchevismo, acompañando el surgimiento del nazismo en Europa, hasta llegar a los juicios de Moscú e incluso asesinar a Trotsky "a distancia", de la mano de un sicario (Ramón Mercader), que le clava una pica en la nuca en 1940.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que nos muestra Bertolucci aquí es una clase obrera totalmente corrompida, degradada, incapaz de la menor resistencia bajo el poder del fascismo (absolutamente falso), y estúpidamente "agrandada" cuando el ingreso de las tropas yanquis en Europa consagran el fin de la Segunda Guerra Mundial (¡claro, como si la derrota de los nazis en Stalingrado no hubiera existido jamás!). Según Bertolucci, recién ahí los campesinos salen a pelear, en lo que se parece más a un "ajuste de cuentas" que a lucha de clases. Y esto, sinceramente, da asco.
Soy del país donde nacieron las "Madres de Plaza de Mayo". Estamos cerca de conmemorar los 37 años desde el golpe de Estado que inauguró la más feroz dictadura capitalista genocida de todos los tiempos en la Argentina. Seguimos buscando la verdad sobre nuestros desaparecidos, y seguimos buscando a "los nietos", es decir, a los más de 400 niños nacidos en cautiverio en aquellos años, cuya identidad les sigue siendo negada.
Desde hace más de 40 años soy militante por la revolución socialista internacional, como única forma de emprender un camino de progreso que abra paso hacia la posibilidad de empezar a construir una sociedad sin explotadores ni explotados, una sociedad justa y solidaria, una sociedad socialista. Jamás me ha movido un afán de venganza. Mi objetivo (el objetivo histórico de los explotados) es mucho más trascendente que cobrarle las cuentas pendientes a los patrones. En mi caso, podría ser el personaje de la vieja desdentada que le reclama al patrón el haber perdido su dentadura.
Pero tengo claro que mi "venganza" sobre él está en no entregar mis "armas", en insistir en disputarle el poder y no en confiar en las alianzas con otras burguesías (para colmo imperialistas), supuestamente aliadas. Mi "venganza" está en seguir luchando por la organización popular para construir organismos de poder, completamente independientes del Estado, las patronales, las burocracias y los gobiernos de turno, que crezcan hasta animarse a disputarle el poder a quienes hoy lo detentan para el beneficio del bolsillo de unos pocos.
Bertolucci nos muestra aquí una caricatura de la historia, una clase obrera que da más asco que los patrones. Hasta tal punto, que amo y sirviente pueden llegar a ser octagenarios que siguen recreando unos estúpidos juegos de niños, en una alabanza de la CONCILIACIÓN DE CLASES que no puede provocar más que vómitos en quienes aspiramos a la liberación de la humanidad de toda cadena.
No le reprocho a Bertolucci que la clase obrera no haya sido capaz de ponerse a la altura de sus tareas; sí le reprocho que haya hecho una caricatura humillante de sus circunstancias.
Me quedo mil veces con la cruda descripción de Liliana Cavani en "La piel", antes que con esta seudointelectualosa interpretación marxistoide de la historia.
Espero sepan comprenderme, y ojalá me envíen sus opiniones. Muchas gracias.
Soy del país donde nacieron las "Madres de Plaza de Mayo". Estamos cerca de conmemorar los 37 años desde el golpe de Estado que inauguró la más feroz dictadura capitalista genocida de todos los tiempos en la Argentina. Seguimos buscando la verdad sobre nuestros desaparecidos, y seguimos buscando a "los nietos", es decir, a los más de 400 niños nacidos en cautiverio en aquellos años, cuya identidad les sigue siendo negada.
Desde hace más de 40 años soy militante por la revolución socialista internacional, como única forma de emprender un camino de progreso que abra paso hacia la posibilidad de empezar a construir una sociedad sin explotadores ni explotados, una sociedad justa y solidaria, una sociedad socialista. Jamás me ha movido un afán de venganza. Mi objetivo (el objetivo histórico de los explotados) es mucho más trascendente que cobrarle las cuentas pendientes a los patrones. En mi caso, podría ser el personaje de la vieja desdentada que le reclama al patrón el haber perdido su dentadura.
Pero tengo claro que mi "venganza" sobre él está en no entregar mis "armas", en insistir en disputarle el poder y no en confiar en las alianzas con otras burguesías (para colmo imperialistas), supuestamente aliadas. Mi "venganza" está en seguir luchando por la organización popular para construir organismos de poder, completamente independientes del Estado, las patronales, las burocracias y los gobiernos de turno, que crezcan hasta animarse a disputarle el poder a quienes hoy lo detentan para el beneficio del bolsillo de unos pocos.
Bertolucci nos muestra aquí una caricatura de la historia, una clase obrera que da más asco que los patrones. Hasta tal punto, que amo y sirviente pueden llegar a ser octagenarios que siguen recreando unos estúpidos juegos de niños, en una alabanza de la CONCILIACIÓN DE CLASES que no puede provocar más que vómitos en quienes aspiramos a la liberación de la humanidad de toda cadena.
No le reprocho a Bertolucci que la clase obrera no haya sido capaz de ponerse a la altura de sus tareas; sí le reprocho que haya hecho una caricatura humillante de sus circunstancias.
Me quedo mil veces con la cruda descripción de Liliana Cavani en "La piel", antes que con esta seudointelectualosa interpretación marxistoide de la historia.
Espero sepan comprenderme, y ojalá me envíen sus opiniones. Muchas gracias.

8.0
25,415
10
19 de julio de 2015
19 de julio de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
He vuelto a ver, accidentalmente, esta película "clásica", y revisé todas las críticas preexistentes en FilmAffinity. La mayoría de sus detractores aluden a que "le pasó mal el paso del tiempo", y aluden a películas más actuales con similar temática, incluyendo la serie de vampiros, etcétera.
Pero, en verdad, me pregunto: ¿le pasó mal el paso del tiempo?, ¿o es que con el paso del tiempo, todos han copiado este tipo de comedias prototípicas que, al verla ahora, nos suena "repetido"?
Creo que ésta es una comedia emblemática, tal como pudo haber sido "¿Quién mató a Harry?" de Hitchcock.
Claro, pasados unos 50 años, uno puede decir "Esto ya lo vi"... pero precisamente lo has visto porque existieron estos antecedentes.!!!
Sobre Cary Grant: siempre lo detesté, porque se lo pretendía mostrar como uno de los "galanes" de Hollywood y, personalmente, siempre me pareció un mero idiota... Sin embargo, ME RINDO a decir que desde hace un par de décadas descubrí que es uno de esos pocos actores que tienen lo que yo llamo "el don de la comedia". Creo que eso muestra en esta película, tal como demostró también, y soberanamente, en lo que en la Argentina se llamó "Intriga Internacional", o "Con la muerte en los talones", o "North by Northwest" en otros países (y ésta filmada 15 años después de la que estamos comentando).
Hay quienes han comparado el histrionismo desmesurado o sobreactuado o absurdo de Grant, con el de Jim Carrey... ¡claro!, pero aquél lo hizo 50 años antes!!!
En cuanto al elenco, me parece de excepción: desde las dos ancianas, hasta la estupidez del jefe de la policía, que se parece mucho al comisario Gorgory de Los Simpsons...
Entonces, ¿quién copió a quién?, ¿quién está "fuera de época"?, ¿los que inauguraron ese humor en la década de 1940, o quienes lo repiten ¡un siglo después!?????
Por último, el elenco es IM-PE-CA-BLE. Y con esa actuación del TRE-MEN-DO Peter Lorre en este paso de comedia, habiendo hecho personajes descomunales, como habiendo hecho 13 años antes "M, el vampiro de Dusseldorf".
Me saco el sombrero ante esta comedia negra, inauguradora de todo un tipo de cine que, aún hoy,sigue divirtiendo a las plateas que, con todo soberbia, afirman que a esta peli "el tiempo les pasó de moda".
Porrrrrrrrrrrr favorrrrrrrrrrr, ABRAN sus mentes, y disfruten!!!!
Pero, en verdad, me pregunto: ¿le pasó mal el paso del tiempo?, ¿o es que con el paso del tiempo, todos han copiado este tipo de comedias prototípicas que, al verla ahora, nos suena "repetido"?
Creo que ésta es una comedia emblemática, tal como pudo haber sido "¿Quién mató a Harry?" de Hitchcock.
Claro, pasados unos 50 años, uno puede decir "Esto ya lo vi"... pero precisamente lo has visto porque existieron estos antecedentes.!!!
Sobre Cary Grant: siempre lo detesté, porque se lo pretendía mostrar como uno de los "galanes" de Hollywood y, personalmente, siempre me pareció un mero idiota... Sin embargo, ME RINDO a decir que desde hace un par de décadas descubrí que es uno de esos pocos actores que tienen lo que yo llamo "el don de la comedia". Creo que eso muestra en esta película, tal como demostró también, y soberanamente, en lo que en la Argentina se llamó "Intriga Internacional", o "Con la muerte en los talones", o "North by Northwest" en otros países (y ésta filmada 15 años después de la que estamos comentando).
Hay quienes han comparado el histrionismo desmesurado o sobreactuado o absurdo de Grant, con el de Jim Carrey... ¡claro!, pero aquél lo hizo 50 años antes!!!
En cuanto al elenco, me parece de excepción: desde las dos ancianas, hasta la estupidez del jefe de la policía, que se parece mucho al comisario Gorgory de Los Simpsons...
Entonces, ¿quién copió a quién?, ¿quién está "fuera de época"?, ¿los que inauguraron ese humor en la década de 1940, o quienes lo repiten ¡un siglo después!?????
Por último, el elenco es IM-PE-CA-BLE. Y con esa actuación del TRE-MEN-DO Peter Lorre en este paso de comedia, habiendo hecho personajes descomunales, como habiendo hecho 13 años antes "M, el vampiro de Dusseldorf".
Me saco el sombrero ante esta comedia negra, inauguradora de todo un tipo de cine que, aún hoy,sigue divirtiendo a las plateas que, con todo soberbia, afirman que a esta peli "el tiempo les pasó de moda".
Porrrrrrrrrrrr favorrrrrrrrrrr, ABRAN sus mentes, y disfruten!!!!

6.1
317
8
3 de septiembre de 2011
3 de septiembre de 2011
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escena en la calle, cuando un hombre se acerca a pedirle fuego a Delon y de pronto le aprisiona fuertemente las manos, su cara de asombro, su boca abierta por el asombro... Y no les cuento cómo sigue. Tienen que verla! Sólo por eso vale la pena no perdérsela. Es una escena para la antología de los mejores momentos del cine.
8
17 de septiembre de 2011
17 de septiembre de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
No diría que es una gran película. Pero es una película placentera. Y eso ya es mucho.
Tampoco diría que responde estrictamente a la categoría de documental. Es algo más (o algo menos). Es una película sobre Kusturica, preguntándose quién es Maradona y el por qué de las pasiones que genera. El director aprovecha, de paso, para promocionar escenas de sus propias películas, pero en un conjunto que ayuda a ver cuántos puntos en común hay entre los pueblos (o entre los pobres de los pueblos), o entre el "alma" de los pueblos, por lo cual Maradona puede ser un sentimiento universalmente compartido.
Lo bueno es que, en su búsqueda de respuestas, Kusturica logra mostrarnos a un "Maradona completo". También son de destacar (aunque leí una crítica en sentido contrario) las animaciones vinculadas al "gol del siglo". Me resultaron muy divertidas, ácidas y precisas. Y es muy valiosa la reivindicación que logra mostrar del papel de Claudia Villafañe, como la tierra sólida que impide que toda la estantería se venga abajo. Son apenas pinceladas. Son percepciones que surgen de su contacto con Maradona y de los maravillosos diálogos donde el ídolo transmite, con tanta sencillez como profundidad, sus más íntimas reflexiones. Ya lo señalaron varias de las críticas anteriores, pero vale la pena reiterarlo: "¡Qué jugador hubiera sido sin la cocaína!" y "Yo me perdí disfrutar del crecimiento de mis hijas". Es un mensaje más completo y sólido que miles de spots publicitarios.
Lo malo (por decirlo de alguna manera): Le falta un poco más de fútbol; quedan las ganas de más goles, más festejos, más jugadas en dupla con "el pájaro" Caniggia, cuando conformaban aquel dúo lleno de magia.
Lo que prevalece es un conjunto de buenos momentos. Son 90 minutos placenteros, que se ven con una sonrisa constante. Es una película que habla de sentimientos, y que le habla a los sentimientos. Pero también a la razón, que reconoce el común denominador de los grandes intereses monopólicos que se empeñan en oprimir las libertades y el bienestar de los pueblos (desde la América latina hasta la ex Yugoslovia, como hoy en Libia, Afganistán, Irak o Israel).
Y con el placer inenarrable de volver a disfrutar de las inimitables jugadas de gol del queridísimo Diego, el que supo concretar sus sueños, hundirse y renacer de las cenizas.
¡No habrá ninguno igual!, no habrá ninguno... Y Kusturica ha sabido mostrarlo.
Tampoco diría que responde estrictamente a la categoría de documental. Es algo más (o algo menos). Es una película sobre Kusturica, preguntándose quién es Maradona y el por qué de las pasiones que genera. El director aprovecha, de paso, para promocionar escenas de sus propias películas, pero en un conjunto que ayuda a ver cuántos puntos en común hay entre los pueblos (o entre los pobres de los pueblos), o entre el "alma" de los pueblos, por lo cual Maradona puede ser un sentimiento universalmente compartido.
Lo bueno es que, en su búsqueda de respuestas, Kusturica logra mostrarnos a un "Maradona completo". También son de destacar (aunque leí una crítica en sentido contrario) las animaciones vinculadas al "gol del siglo". Me resultaron muy divertidas, ácidas y precisas. Y es muy valiosa la reivindicación que logra mostrar del papel de Claudia Villafañe, como la tierra sólida que impide que toda la estantería se venga abajo. Son apenas pinceladas. Son percepciones que surgen de su contacto con Maradona y de los maravillosos diálogos donde el ídolo transmite, con tanta sencillez como profundidad, sus más íntimas reflexiones. Ya lo señalaron varias de las críticas anteriores, pero vale la pena reiterarlo: "¡Qué jugador hubiera sido sin la cocaína!" y "Yo me perdí disfrutar del crecimiento de mis hijas". Es un mensaje más completo y sólido que miles de spots publicitarios.
Lo malo (por decirlo de alguna manera): Le falta un poco más de fútbol; quedan las ganas de más goles, más festejos, más jugadas en dupla con "el pájaro" Caniggia, cuando conformaban aquel dúo lleno de magia.
Lo que prevalece es un conjunto de buenos momentos. Son 90 minutos placenteros, que se ven con una sonrisa constante. Es una película que habla de sentimientos, y que le habla a los sentimientos. Pero también a la razón, que reconoce el común denominador de los grandes intereses monopólicos que se empeñan en oprimir las libertades y el bienestar de los pueblos (desde la América latina hasta la ex Yugoslovia, como hoy en Libia, Afganistán, Irak o Israel).
Y con el placer inenarrable de volver a disfrutar de las inimitables jugadas de gol del queridísimo Diego, el que supo concretar sus sueños, hundirse y renacer de las cenizas.
¡No habrá ninguno igual!, no habrá ninguno... Y Kusturica ha sabido mostrarlo.
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