Para que una película sea buena no tiene por qué tener un buen argumento, ni siquiera tener uno, sino simplemente ser buena. Descripción exacta de lo que realmente es España: un sinsentido total y absoluto. Un circo nacional en el que los payasos somos nosotros.

Comedia de etiqueta sobre la mediocridad de alto estanding. Es curioso ver cómo la superficialidad reaparece en el fondo de todo lo demás, como si los viajes solo pudieran ser de vuelta y jamás de ida. Si se me permite el consejo, vayan a verla en camisa.