Una lástima de historia, ya que comienza bien, con ese "héroe" al que no le importa nada, salvo él mismo, que realiza acciones de dudosa honorabilidad y que se da a la bebida. Luego nos encontramos con el proceso de rehabilitación de su imagen y, hasta aquí todo bien. Pero al introducir al segundo ser igual que él la historia empieza a desmoronarse, las siguientes secuencias empiezan a encajar con calzador y la película empieza a perder fuelle llevándonos a un final que podría mejorarse y mucho.

Sin duda, lo mejor de esta película es la interpretación de su elenco. Que a pesar de verse sumergidos en una historia, a veces original, a veces poco creíble, llevan muy bien sus papeles.

La dirección y el guión no están tan bien, pero tampoco nos hayamos ante una catástrofe. En general, es una obra digna de ser vista.

Podrá ser la película más cara de la historia del cine español, pero ha salido rana, más que rana, sapo.

Desde casi el principio ya se nota que la historia le quedaba muy grande a Agustín Díaz Yanes. La dirección deja muchísimo que desear y del montaje mejor ni hablemos.

Viggo, más que parecer un habitante de Madrid parece que sufre una borrachera constante, porque no hay manera de identificar su acento. Su personaje está muy apático para lo que se espera de él, incluso, dando la sensación de ser más pasota de lo que debiera.

Se nota que buscaban condensar una gran historia en tan poco tiempo, lo cual hace más incomprensible la lentitud con la que se desarrolla todo.

Por favor, que alguién me diga que Pérez Reverte no apoya esto...

Si tuviera que quedarme con algo, pues sería con Javier Cámara y Juan Echanove.

Mantiene un buen pulso de principio a fin. Sin embargo, Lee Marvin podía haber dado más en esta típica historia de traiciones y venganzas. Con un personaje demasiado frío en determinadas ocasiones que no casan con el papel.

Sin embargo, resulta una película que se deja ver, sin caer en el tedio y dejando buena impresión al espectador.

Aunque la obra en sí intenta reflejar una historia diferente dentro del mismo tema (el cine) que Wilder nos ofreció con la "maravillosa" Sunset Boulevard, no deja de recordarla a lo largo de todo el metraje. Todos esos saltos de guión no hacen más que explotar aún más la vena abierta en el Crepúsculo de los dioses y, además, con la capacidad de Wilder algo pertrechada ya.

En mi opinión, aunque Fedora es una buena película y debe ser vista por venir de quien viene, es una obra que sobra en la filmografía de Billy. Esta vuelta de tuerca creo que fue innecesaria porque siempre se tenderá a compararla con el Crepúsculo de los dioses y es una comparación que sobra, pocas películas tienen el privilegio de compararsele.

Aunque su trama resulta atractiva en bastantes momentos y llama la atención el elenco de estrellas invitadas que, además, se interpretan (supuestamente) a sí mismos, o al menos usan su nombre real, algunos giros de guión dejan que desear en manos del que "para mí" es el mayor maestro que ha dado la historia del cine.