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Críticas de TerrorWeekend
Críticas 1,884
Críticas ordenadas por utilidad
5
18 de abril de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sinestesia es una capacidad que los humanos perdemos al crecer, la capacidad de unir los sentidos: ver sonidos, oler colores. De la sinestesia que aúna sangre y sonido es lo que trata Sound of Violence.

Un traumático momento del pasado hace que Alexis, quien es sorda, recupere la audición. Han pasado los años y su búsqueda de un sonido perfecto la empujará a cometer una serie de asesinatos a cada cual más violento.

Hay películas que son modernas por naturaleza, otras películas quieren ser modernas a puñetazos. Este es el caso de Sound of Violence de Alex Noyer – en el doble papel de guionista y director - que parte de un concepto novedoso y que funciona como un reloj dentro de la historia: la violencia puede generar sinestesia, despertar sentidos ocultos, y lanzarnos a la crueldad para lograr expandir esos sentidos que nos dan placer; el origen perfecto de un psycho killer.

Los primeros quince minutos de Sound of Violence son casi modélicos al plantear con efectividad tanto el escenario como su personaje central: Alexis, quien recupera la audición con 10 años y, desde entonces, nada ni nadie detendrá su obsesión por los sonidos. Pero este planteamiento muy cercano a la Nueva Carne de David Cronenberg, falla pasado el primer tercio ya que el personaje central se mueve entre lo soso y lo antipático.

Se siente el interés de Alex Noyer por el concepto, pero tras un primer asesinato cruel pero sórdido e interesante, le pierde la búsqueda de lo moderno: esos ambientes discotequeros cool, ese remolque anclado en un garaje, la sala de arte… Son cosas que resultan impostadas porque, a la larga, hacen daño a la película ya que añade demasiados elementos y pierde el foco: Sound of Violence ¿Es la historia de una mujer obsesionada con el sonido? ¿de una psicópata? ¿de un genio del mal? ¿del miedo a volver a perder la audición?

Lamentablemente, Jasmin Savoy Brown no consigue hacer suyo el personaje de Alexis y, por tanto, tampoco el espectador se implicará con ella. Lili Simmons interpreta a Marie, la compañera de piso de Alexis y su amor en secreto; Simmons es muy guapa, viste de lujo y brilla en pantalla pero… ¿A qué dedica su vida más allá de la bisexualidad y las fiestas? Marie es una comparsa, no un personaje. James Jagger, como el tercero en discordia, la bisagra entre los personajes de Alexis y Marie, aparece y desaparece según la interesa al director.

Entre los hallazgos de Sound of Violence encontramos la composición musical, obra de Alexander Burke, Omar El-Deeb y Jaakko Mannimen, que da idea de lo que Alex Noyer quería lograr.

Sound of Violence resulta entretenida pero no deja mucho poso en la memoria. Desde aquí animamos a Alex Noyer para que siga investigando este camino de Nueva Carne/Nuevo Sonido porque tiene ideas muy interesantes al respecto.

https://www.terrorweekend.com/2021/04/sound-of-violence-review.html
TerrorWeekend
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6
8 de enero de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablemos un poco de la saga Temblores. En 1990 apareció una película de serie B protagonizada por Kevin Kline y Fred Ward, y que contaba las peripecias de los habitantes de un minúsculo pueblo que se defendía contra un depredador monstruoso que se desplazaba por debajo de la tierra y engullía todo lo que podía agarrar. La saga tuvo un buen montón de secuelas, alguna precuela, una temporada de serie y un piloto de televisión. Llegamos a nuestros días, Tremors: Shrieker Island (la séptima película) es la última entrega, y como no podía ser de otra manera, tenemos al gran Burt Gummer para arreglar las cosas.

En una isla del Pacífico un cazador ha alterado genéticamente huevos de graboides para posteriormente, ser cazados en fiestas privadas. Científicos que estaban en una isla cercana descubren la trama y deciden avisar al mejor cazador de graboides del mundo. El gran Burt Gummer.

La saga tuvo un espíritu continuista en las tres primeras entregas, una cuarta tenía una ambientación de western, la quinta se situaba en África y la sexta en el Ártico. En esta nueva entrega la acción se ubica en una isla paradisíaca y rodeados de agua, y si ya eres conocedor de la saga, en cada película siempre hay una nueva evolución o alguna característica que no haya aparecido antes, teniendo estos datos pues el espectador imaginaría que los graboides podrían nada o bucear (cosa que no hemos visto nunca antes) pero no, la película opta por repetir el esquema de las dos anteriores hasta tal punto que las tres son perfectamente intercambiables, pues quitando el escenario no hay mayor diferencia o variedad, únicamente los graboides pueden ser más grandes o más pequeños, pero de ahí no pasa. Y aunque esto sea una crítica negativa realmente la saga Temblores dio con la tecla muy pronto, y todas sus películas (incluso la más floja) son rematadamente divertidas y esta no es una excepción.

Las similitudes que comentaba en las partes 5, 6 y 7 no son una casualidad pues Don Michael Paul es el director de todas ellas (aunque la que nos ocupa hoy es la única escrita por él). Director todo-terreno de la Universal especializado en secuelas baratas de películas de cierto éxito, es ver su página de IMDB y descubrir un montón de películas que no conocías como El Rey Escorpión: El libro de las almas (la quinta entrega, lo he comprobado), Death Race: Beyond Anarchy (también la quinta), Mandibulas 4: El capítulo final (habrían dos más) o mi favorita: Poli de guardería 2. Pero realmente el alma de la saga es Michael Gross, un secundario en la primera película y el auténtico héroe en el resto. Único nexo de unión entre todas las películas y portento de la naturaleza, sin duda alguna un tipo carismático. Si que sorprende ver en esta película a Jon Heder (Napoleon Dynamite, Ghost Team) un actor cómico que prometía bastante años atrás pero por mucho que nos guste esta saga, reconozcámoslo, no es un gran salto en su carrera participar aquí. Al menos su personaje es bastante decente y supera por mucho al anterior compañero de Burt Gummer interpretado por Jaime Kennedy. Destaco a Richard Brake (Mandy, 31) que aunque sea un personaje mal escrito, pues se le atribuye locura para no tener que explayarse en sus decisiones, no se puede negar que llena la pantalla, sobretodo con su profunda voz.

Tremors: Shrieker Island es una película para fans, si te han gustado las anteriores puedo garantizarte que esta te gustará, si no conocías la saga pues mejor empieza por la primera. Puedes echarle un oído al programa que le dedicamos a la saga en nuestro podcast y así te decides si verlas, yo te lo recomiendo, películas sencillas pero divertidas y con un monstruo y un protagonista que tienen clase.

https://www.terrorweekend.com/2021/01/tremors-shrieker-island-review.html
TerrorWeekend
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8
29 de agosto de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Taiwán durante la cruenta dictadura. 1962. Fang y Wei despiertan solos en su instituto y, pronto, empiezan a ser perseguidos por fantasmas. ¿Es esto una pesadilla, la realidad, la imaginación desbordada de uno de los dos? Puede que las respuestas estén en el pasado, pero igual descubren algo terrible.

Violencia y represión contra cultura y sueños de libertad, estos son los ejes sobre los que se levanta Detention, un maravilloso y duro alegato en contra de cualquier tipo de dictadura. En la ópera prima de John Hsu hay una extraña mezcla de terror, drama y romanticismo. Aunque parezca mentira todos estos ingredientes – mejunje que de primeras se antoja algo indigesto – funcionan de maravilla gracias al guion del propio Hsu junto a Lyra Fu y Shih-Keng Chien. No negaré que la primera media hora estuve alerta porque aunque todo lo que tenía que ver con el terror/suspense me parecía un acierto, lo relacionado con el elemento de rebeldía estudiantil me estaba dando un aire a El Club De Los Poetas (asiáticos) Muertos que en cualquier momento haría caer todos los logros.

Pero no, me descubro ante Detention y sus múltiples aciertos: tras un prólogo que parece más impuesto por un productor que otra cosa, debido a que explica demasiado de forma atropellada, entramos en el mundo terrorífico y es como estar inmerso en un videojuego de terror debido a la oscuridad, el silencio, la iluminación. Poco a poco, debido a flashbacks - reales o no – de los personajes principales como son la tímida Fang y el soñador Wei se irán descubriendo las claves de la historia mientras los fantasmas y visiones de terror acosan a nuestros protagonistas.

En su estructura, que parece sencilla y es un mecanismo de relojería, lo que hace que el espectador que se involucre pueda disfrutar Detention. La cámara de John Hsu, la fotografía de Yi-Hsien Chou y la música de Luming Lu son elegantes y el romanticismo de la historia nos recuerdan más a una película de Zhang Yimou que al terror asiático tipo Hideo Nakata o Joko Anwar por poner ejemplo de dos países distinto; y sin embargo Detention está repleta de momentos terroríficos, sin utilizar jump scares o estridencias narrativas, al apostar todo a la atmósfera y la historia, lo que la convierte en una rara avis durante estos tiempos que corren.

Gingle Wan como la dulce y triste Fang, Meng-Po Fu interpretando a Zhang y Jing-Hua Tseng como Wei conforman el triangulo de esta película que cuenta mucho y nos demuestra por qué tantos directores defienden el género fantástico: te permite contar historias desde otra perspectiva porque seamos sinceros: ¿te acercarías de motu propio a una película sobre la represión taiwanesa y la juventud durante los sesenta? Yo no y, sin embargo, Detention es toda una lección de historia.

https://www.terrorweekend.com/2020/08/detention-review.html
TerrorWeekend
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6
22 de mayo de 2019
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde los principios de su carrera, con ese acercamiento rupturista al cine de licántropos que fue The Company Of Wolves, el director irlandés Neil Jordan se ha atrevido con toda serie de géneros como el histórico con Michael Collins, el drama con The End Of Romance o incluso la visibilización transexual con The Crying Game o Breakfast At Pluton, pero una y otra vez regresa sobre sus pasos hacia el género de terror tal y como pudimos ver en Interview With The Vampire, In Dreams o la infravalorada Byzantium… Y precisamente sobre el vampirismo, aunque emocional, trata La Viuda.

La joven Frances rehace su vida en Nueva York, tras perder a su madre, cuando un día encuentra un bolso en el metro; ignorando los consejos de Erica, su compañera de piso, decide devolvérselo a su dueño y así es como conoce a Greta Hideg, una viuda francesa que pasa sus días tocando el piano. La vida de Frances cambiará a partir de ese momento.

La Viuda busca su nicho en medio de un panorama desolador para las películas pequeñas o dirigidas a un público que prefiere evitar blockbusters. La propuesta de Neil Jordan y Ray Wright, guionista del acertado remake de The Crazies, es volver su mirada sobre el subgénero de los psicópatas que tuvo su pequeño momento de gloria en los años noventa, con cintas como Pacific Heights o Single White Female, donde la mala suerte cruzaba los caminos de individuos normales con los de otros a los que les bailaban tornillos en la cabeza.

Este es el mayor problema de La Viuda, que el espectador con cierta edad ve llegar los giros con diez minutos de antelación, sorprendiendo que el guion prefiera, en vez de rehuir los tópicos, caer en ellos aunque, sin embargo, la cámara de Neil Jordan, siempre elegante y precisa, es capaz de generar una cinta tensa, rayana en lo terrorífico, que se ve con agrado a pesar de una duración alargada en exceso. La fotografía de Seamus McGarvey y la música de Javier Navarrete – este apoyándose demasiado en los golpes de música – cumplen aunque da la impresión que el director no se ha preocupado por sus quehaceres.

La Viuda es una cinta protagonizada, casi exclusivamente, por mujeres: Isabelle Huppert, Chloë Grace Moretz y Maika Monroe, siendo Huppert la reina de la función ya que despliega todos sus recursos y su personaje pasa de lo amable a lo amenazador, con diversas gotas de locura, tristeza y humillación; Grace Moretz resulta la más fallida del casting, aunque físicamente cumple de sobra parece que ha perdido la frescura y presencia que tenía en su cercana infancia ya que uno se pregunta ¿Dónde está la Abby de Let Me In, la Hit Girl de Kick Ass? A la tercera en discordia, Maika Monroe, le sobra capacidad actoral y le falta tiempo en pantalla, ya que la historia le reserva el injusto rol de mejor amiga de la protagonista. Los dos papeles masculinos, Colm Feore y Stephen Rea, un clásico en la filmografía de Neil Jordan, aportan poco y suenan a metidos con calzador para tener a dos actores en el cartel.

Son varias las preguntas que podríamos hacer al enfrentarnos a La Viuda: ¿Se ha vendido Neil Jordan al cine comercial? ¿Tan difícil le resulta levantar películas que se atreve con proyectos menores? Pero si el espectador le da una oportunidad encontrará un puñado de buenas secuencias que la diferencian de productos parecidos o esa dirección de actrices que la elevan sobre un puñado de cintas que cuentan lo mismo. La Viuda no cambia la historia del cine ni las reglas del género pero hay que plantearse si, desde el principio, estas eran las intenciones del director.

https://www.terrorweekend.com/2019/05/la-viuda-review.html
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4
26 de octubre de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cintas pequeñas son peligrosas de hacer que funcionen, y una primera película es difícil porque tienes mucho que demostrar en hora y media: lamentablemente, James Edward Cook fracasa en su opera prima.

Navidad. Un grupo de amigos se reúnen en una aislada casa de campo y aunque al principio surgen las tensiones entre unos y otros, el ambiente se relaja cuando un invitado regala ropa interior al resto. Al desaparecer uno de ellos, la tranquila Navidad se convertirá en un asunto de vida o muerte.

James Edward Cook parte de la saludable tradición inglesa de rodar películas con pocos actores y escasas localizaciones, que nos ha regalado cintas tan disfrutables como la maravillosa Kill List de Ben Wheatley, The Cottage de Paul Andrew Williams, The Disappearance Of Alice Creed de J. Blakeson o hasta la discreta Eat Locals de Jason Fleming. Estos ejemplos sirven para revelar el mayor error de la ópera prima de Cook: a pesar de su juventud, el director toma como protagonistas a un grupo de cuarentones en crisis acerca del matrimonio, el futuro, la pareja, el sexo… Y al no tener una edad ni siquiera cercana a los de sus personajes, hace un simple corta pega de tópicos vistos en otras películas. Los diálogos en su primer tercio se componen de bromas sexuales debido a que en el grupo tenemos heterosexuales, bisexuales, gays y lesbianas, con todos los arquetipos que ello conlleva: el gay alocado y aburrido del sexo, la lesbiana “camionera” que vive de la fabricación de quesos y que siempre lleva una escopeta en su coche, el heterosexual enamorado de una lesbiana y una mujer de color obsesionada con su pasado tribal. Si los brochazos para crear personajes tuvieran peso, nada de esto importaría pero el resultado es pobre ya que si intercambias los diálogos de uno con el otro, tendrías el mismo resultado. El nivel actoral podría haber levantado algo el interés, pero también se nota la bisoñez del director ya que gesticulan cuando les toca, levantan la ceja si llega el momento y, a la hora de correr, parecen una desbandada de gallinas.

Vale, dejemos a un lado a los personajes, actores y guion para ver si la historia entretiene: es cierto que hay un momento en que se deja atrás la comedia y empiezan a ocurrir hechos sobrenaturales con la desaparición de un miembro de grupo y la extraña figura que acecha entre los arboles… Pero aunque los giros de guion deberían surtir efecto e intrigar, el que esto escribe solo podía pensar en por qué la película Why Hide? se llama como la línea de ropa interior que les han regalado, y mientras en la cinta empezaban las persecuciones, huidas y muertes yo continuaba esperando una respuesta a mi pregunta, y me hacía más por el camino ¿Tal vez la ropa interior les provoca alucinaciones, les aprieta tanto que no les permite pensar? ¿Está impregnada en una sustancia química y es todo un viaje lisérgico?

Al llegar el final, tan solo porque ya tocaba que Why Hide? terminase, la duda del título no había sido respondida y el desenlace me dejó bastante descolocado porque nada hacía prever que tomara esa dirección ya que Cook y su coguionista, Karen Taylor, quieren impactar al espectador con una revelación final que, al no haber sido preparada a lo largo de la cinta, sorprende por lo abrupto que es pero no impresiona ya que a esas alturas de la cinta todo da lo mismo.

Es cierto que no está mal rodada, las localizaciones son agradables y algún chiste funciona, pero cuando los arboles no dejan ver el bosque es que algo se ha hecho mal. Esperemos que James Edward Cook, un director jovencísimo, tome nota y en sus próximos trabajos nos cuente una historia que conozca de primera mano, centrada en su propia generación, e intente cuidar tanto su película como al espectador.

Why Hide? se deja ver pero no responde la pregunta de la ropa interior que me intrigaba tanto.

https://www.terrorweekend.com/2018/10/why-hide-review.html
TerrorWeekend
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