Ya leí varios comentarios aquí que dan cuenta de lo que la película me pareció. De todos modos me interesa dejar mi opinión. Considero a Trapero uno de los grandes directores argentinos. Y a El Bonaerense como una extraordinaria película, dura, concreta, arriesgada en todo sentido, tanto en el plano del lenguaje como del discurso, y además estos planos están absolutamente entrelazados en el filme. También Mundo Grúa y Familia Rodante me parecieron magníficas. Luego de repente, y también en la ola que se desató a nivel internacional con Trapero, llegó esa cosa llamada Carancho, un mamotreto insoportable, enfático, redundante, bastante ridículo. Fue entonces que no comprendí ya nada. No pude entender qué estaba pasando. Hasta que, después de mucho renegar, porque no quería desilusionarme de nuevo, vi Elefante Blanco. Y sigo sin entender. A Trapero. No al filme, que me pareció un elefante muerto, lleno de buenas intenciones, edulcorado, un sermón católico presuntamente alternativo, con todos los chiches colocados de manera que detonen en el momento correcto, preciosos travelings, buenas actuaciones, sobre todo de Renier, porque Darín está intrascendente. Todo es previsible, ampuloso, y podría seguir... Por supuesto que cuando terminó quedé bastante conforme, es que me había entretenido, como cualquier película de aventuras, pero después me di cuenta de que había caído en la trampa: con ese tema no hay que entretener, hay que sacudir, hay que jugarse, hay que gritar. Y este filme lo más que llega es a esbozar un chillido de ratón.

Uno de los diálogos más tristes y obvios de este film obvio basado en una novela espléndida de Martín Kohan. Todo parece encorsetado, rígido, y no hablo de la represión en el colegio, sino del lenguaje cinematográfico. Una pena, esa novela se merecía otro destino. A ella, aunque es buena actriz, se le ve siempre la cámara encima y tan maquillada, tan todo en su lugar, aún cuando se desarregla. Me causó gracia en varios momentos. Actores engolados, porteños vieja escuela, todo explícito y plano. Aún la bella toma desde arriba de ella atravesando el patio en diagonal suena rebuscada y "puesta". El final, sacado de Repulsión de Polanski, es gratuito, fácil. Me comentaron que el rodaje tuvo muchos problemas de producción, eso tal vez explique algo de lo desacertado de esta versión.

No entiendo cómo esta película ha gustado tanto. Tiene una primera media hora interesante y bien narrada y luego una secuencia deslumbrante y aterradora, en el agua. Pero en vez de ahondar en ese horror, en la tragedia tocando las vidas, todo lo que sigue es artificioso, rebuscado, incoherente, y además solemne, mal barajado, subrayado. Por momentos casi ridículo en esas vueltas absurdas de la historia. Los actores son buenos, la filmación es interesante con esa cámara en mano etc., pero todo hace agua. Hitchcock establecía una convención, en la que todo podía suceder, aún lo increíble. Este film, que algunos dicen es hitchcockiano, es endeble y arbitrario hasta límites insoportables. Para mí, claro, porque veo que sólo ha recibido entusiasmos.

El plano final es muy hermoso, tiene todo lo que el resto de la película no tiene: es simple, sencillo, medido, transparente, dice todo sin decir nada. La primera parte funciona muy bien, los personajes son interesantes, llenos de vida. Luego todo se transforma en una serie de escenas muy manipuladas, iguales, repetitivas. Nadie crece o cambia, porque desde el principio todos ya están al 100 por ciento de sus desarrollos. Lesley Manville es un amontonamiento de tics sensibles; es una gran actriz, pero tan crispada que no deja respirar a nadie al lado de ella, me refiero a otras actuaciones. El amigo que llega ya en el tren viene bebiendo como una cuba y comiendo a rajacincha, y luego nunca para, lo que se me volvió demoledor, aburrido y sin sorpresas. El matrimonio perfecto es tan perfecto que no tiene vida, y ese error creo que es el más grave que comete Mike Leigh como director. Ni siquiera les critica el evidente desamor por sus amigos. Bradley también compone un personaje sin sorpresas. El hijo me pareció lo más interesante de la película, es tan transparente que no necesita gimotear de aquí para allá. Otra cosa: es increíble que un matrimonio de dos seres así, cultos, bebedores sociales, conectados con la tierra, no tengan ni siquiera un amigo algo más reflexivo y consciente de lo que le pasa: parecen todos hamsters encerrados en una calesita enloquecida vaciando cientos de botellas de buen vino.

"Una mujer fantástica" me pareció pésima. Por momentos no podía creer lo que estaba viendo. Las "apariciones", ese vuelo de ella, esa coreo ridícula y la toma del espejo/piernas cerca del final son de lo más feíto que he visto en cine este tiempo, y he visto mucho, feo quiero decir. Me había gustado bastante "Gloria", bastante con reservas, pero aquí es como si el director patinara rebotando contra las paredes de la corrección política y el mal gusto.