Voy a empezar diciendo que no es una película, a mi gusto, para ganar el Goya a mejor película. El mensaje está claro, mostrar el retrato detallista de la educación que recibieron las mujeres en los años 90.
Hasta ahí, todo bien. La primera secuencia de la monja que decide quién canta y quién no, es de lo mejor de la película. El diseño de vestuario es de 10. Ahora bien, película muy lenta. Yo me pregunto: ¿Era necesario la narración de planos cortos? El ritmo de la película, muestra a mi parecer, carencias y el sonido también podría ser un aspecto a mejorar.
En definitiva, lo mejor que ha podido hacer Palomero es descubrir a Andrea Fandos, espectacular.

Como nota al film, le doy un 4, y no porque esté a mi punto de vista, ni mal estructurada, ni sea una película para el olvido, y mucho menos tocando temas como el COVID-19. Le he puesto un 4 ya que considero, que arriesgar, que es muy valorable, no siempre consigue llegar al espectador. Es una película en la que casi toda la trama, se ubica en un mismo lugar. Y si es verdad que al ser así, uno está muy encima del guión, pero puede llegar a aburrir.

No es la única película de David Marqués en la que nos encontramos una comedia de situación mínima y minimalista. Ni es la primera que haya visto en lo que a ese aspecto se refiere. Sin ir muy lejos, se podría hablar también del film de Martín Cuervo, titulado Con quién viajas. Todo el film está prácticamente rodado en un coche, dentro de un plató, utilizando cromas para simular que están en la carretera. Pero en este caso, a mi parecer, el tema engancha más ya que aparece a lo largo de la película, el thriller. Para este tipo de películas, el tema es muy importante, al igual que un diálogo que mantenga la duración de la película más llevadera.
Lo mejor de la película quizá haya sido el dúo Areces y Eric Francés.

Venus, film repleto de simbología y claro mensaje al empoderamiento femenino con una Ester Expósito, a mi parecer de 10. Ya se ha nombrado en algunas críticas el término scream queen a la actriz que despuntó en Élite, y no falta razón. Y lo vemos en un parentesco similar a Mia Farrow en La semilla del diablo de Polanski en esa lucha que tienen que hacer las protagonistas para enfrentarse al mal, también en un interior de edificio maldito. Hablando de interiores, vemos como a Balagueró le gusta filmar en estos espacios cerrados, con edificios y demás como ya vimos en REC o Mientras duermes, en este caso, a través de una historia que adapta un cuento de Lovecraft.
En lo que es el trabajo del director, la única pega que le pongo y que hace bajar considerablemente la nota, es el exceso de información que nos plantea el comienzo del film, para que luego el espectador tenga que unir todos los mensajes en un espacio de tiempo que se vuelve frenético. No es una película para ir y disfrutar de terror puro y sustos a más no poder, porque no creo que sea eso lo que buscaba Balagueró, pero poniendo tintes de thriller que ya hemos visto en anteriores trabajos del mismo, consigue entretener y mucho.