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Críticas ordenadas por utilidad
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9
6 de abril de 2007
6 de abril de 2007
36 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es como una fábula, como un cuento para adultos. Estamos allí donde lo imposible es posible. El "país de nunca jamás" en un pueblo francés de los años ochenta.
La película cuenta sensaciones que todos (¿casi todos?) hemos tenido o al menos, nos resultan abrumadoramente familiares. Esa fascinación por la peluquera que nos lava la cabeza y nos afeita el cuello, ese dejarse hacer, solo sentir y quizá ver (el pecho de la primera peluquera). Ese enamoramiento, esa pasión que apenas se entiende, pero se vive.
El padre del protagonista le dice a este que para conseguir algo, solo hay que desearlo con todas sus fuerzas. El "decide" casarse con una peluquera. No sabe cuando pero sabe que lo conseguirá.
Patrice Laconte nos narra la historia de una forma portentosa, nos arrulla, nos sugiere, nos engaña. Amamos el mundo irreal en el que vive la pareja protagonista. No existen los problemas, solo el amor, la seducción, el sexo y la pasión. Esa pasión que nunca podrá ser sustituída por la ternura.
Fascinante y sensual Anna Galiena. Inconmensurable Jean Rochefort.
Es inevitable mencionar la escena en la que, tumbados en el suelo, tras haber pasado una noche fumando y bebiendo cócteles de agua de colonia, ella dice que tiene mucha resaca y él le responde: "La culpa es del after shave. No debíamos haberlo bebido. Las mezclas son malas". Unico toque de humor que pone la guinda a una película preciosa.
La película cuenta sensaciones que todos (¿casi todos?) hemos tenido o al menos, nos resultan abrumadoramente familiares. Esa fascinación por la peluquera que nos lava la cabeza y nos afeita el cuello, ese dejarse hacer, solo sentir y quizá ver (el pecho de la primera peluquera). Ese enamoramiento, esa pasión que apenas se entiende, pero se vive.
El padre del protagonista le dice a este que para conseguir algo, solo hay que desearlo con todas sus fuerzas. El "decide" casarse con una peluquera. No sabe cuando pero sabe que lo conseguirá.
Patrice Laconte nos narra la historia de una forma portentosa, nos arrulla, nos sugiere, nos engaña. Amamos el mundo irreal en el que vive la pareja protagonista. No existen los problemas, solo el amor, la seducción, el sexo y la pasión. Esa pasión que nunca podrá ser sustituída por la ternura.
Fascinante y sensual Anna Galiena. Inconmensurable Jean Rochefort.
Es inevitable mencionar la escena en la que, tumbados en el suelo, tras haber pasado una noche fumando y bebiendo cócteles de agua de colonia, ella dice que tiene mucha resaca y él le responde: "La culpa es del after shave. No debíamos haberlo bebido. Las mezclas son malas". Unico toque de humor que pone la guinda a una película preciosa.

6.3
7,808
7
27 de noviembre de 2010
27 de noviembre de 2010
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que una historia de un niño salvaje al uso (como lo fueron las brillantes "El niño salvaje" de Truffaut y "El enigma de Gaspar Hauser" de Werner Herzog) realmente "Entrelobos" nos habla de la vida salvaje y semisalvaje (hombres y animales en el orden que ustedes quieran), en los años 50 y 60 en Sierra Morena (Córdoba).
Probablemente lo mejor de la película sean precisamente esas imagenes semidocumentales y la filmación de los rotundos paisajes.
Otro aspecto central es la exposición de las formas de vida en aquel entorno; y la sumisión más absoluta y cruel de unos seres humanos a otros. Los señoritos que vivían en sus cómodos cortijos y sus súbditos (no se les puede llamar de otra manera) que vivían en lugares y condiciones infrahumanas, siendo además descaradamente explotados por los primeros.
¿Queda hoy algo de esto en Andalucía?
La película, a pesar de las dificultades intrínsecas, en líneas generales se mantiene. No obstante, hay importantes caidas de ritmo en bastantes momentos.
Cuarta película de Gerardo Olivares, que se esfuerza en cada ocasión y nos entrega productos aceptables, pero lejos de la brillantez.
Probablemente lo mejor de la película sean precisamente esas imagenes semidocumentales y la filmación de los rotundos paisajes.
Otro aspecto central es la exposición de las formas de vida en aquel entorno; y la sumisión más absoluta y cruel de unos seres humanos a otros. Los señoritos que vivían en sus cómodos cortijos y sus súbditos (no se les puede llamar de otra manera) que vivían en lugares y condiciones infrahumanas, siendo además descaradamente explotados por los primeros.
¿Queda hoy algo de esto en Andalucía?
La película, a pesar de las dificultades intrínsecas, en líneas generales se mantiene. No obstante, hay importantes caidas de ritmo en bastantes momentos.
Cuarta película de Gerardo Olivares, que se esfuerza en cada ocasión y nos entrega productos aceptables, pero lejos de la brillantez.

6.6
1,530
7
27 de julio de 2010
27 de julio de 2010
26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Henry Hathaway nos brinda un western clásico, con bellísimos paisajes, excelentemente fotografiados, en la época del technicolor y cinemascope. El resultado es majestuoso, sobre todo visto en la gran pantalla, en 1954.
La historía es sencilla y a la vez intrigante, narrada con parsimonia y elegancia; si bien hay momentos en los que el ritmo falla, y el interés se resiente.
El hombre bueno, recto, íntegro (antiguo sheriff) aparentemente sin grandes ambiciones (Gary Cooper) y el hombre débil (Hugh Marlowe), el cazarecompensas, egoista, que va de tentación en tentación.
Con ellos, el personaje maravillosamente interpretado por Richard Widmark, hombre también recto y bueno, pero quizá con menos iniciativa, menos fuerza o menos valor.
Y entre todos ellos, la mujer ambiciosa y honesta interpretada por Susan Hayward.
La película cae, como no, en algunos tópicos del género: Los indios salvajes, malos, malísimos, sin excepción. Son números. Y el mejicano, secundario, sin gran valor, mostrado quizá involuntariamente, como un ser inferior a los valientes americanos.
El maniqueismo hace quizá perder credibilidad al argumento en el cual se dan cita comportamientos complejos de amor, egoismo, pasión por el oro.
Son destacables la filmación de la pelea con los indios en el desfiladero; y la escena final. Las siluetas y el sol rojo.
La historía es sencilla y a la vez intrigante, narrada con parsimonia y elegancia; si bien hay momentos en los que el ritmo falla, y el interés se resiente.
El hombre bueno, recto, íntegro (antiguo sheriff) aparentemente sin grandes ambiciones (Gary Cooper) y el hombre débil (Hugh Marlowe), el cazarecompensas, egoista, que va de tentación en tentación.
Con ellos, el personaje maravillosamente interpretado por Richard Widmark, hombre también recto y bueno, pero quizá con menos iniciativa, menos fuerza o menos valor.
Y entre todos ellos, la mujer ambiciosa y honesta interpretada por Susan Hayward.
La película cae, como no, en algunos tópicos del género: Los indios salvajes, malos, malísimos, sin excepción. Son números. Y el mejicano, secundario, sin gran valor, mostrado quizá involuntariamente, como un ser inferior a los valientes americanos.
El maniqueismo hace quizá perder credibilidad al argumento en el cual se dan cita comportamientos complejos de amor, egoismo, pasión por el oro.
Son destacables la filmación de la pelea con los indios en el desfiladero; y la escena final. Las siluetas y el sol rojo.

6.9
2,623
8
18 de julio de 2010
18 de julio de 2010
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece ser que Buñuel siempre quiso hacer una película sobre la vida de Jesucristo. "La Vía Lactea" se acerca a este deseo.
Bill Krohn y Paul Duncan definen muy bien el film: "Un estudio entomológico de una especie de insecto, (el homo christianus), en el que se pone de relieve los rasgos compartidos por diversos especímenes diseminados por el tiempo y el espacio"
Y es que "La Vía Lactea" es un gran fresco que recoge una buena parte de los contenidos del dogma cristiano y de las herejías que contravienen el dogma. Todas las citas son reales y exactas.
Según Buñuel y Carriere, todas las herejías son intentos de explicar racionalmente los misterios centrales de la Iglesia. Y así la película transita por las herejías y las citas bíblicas con una gran dosis de ironía (cuando no, cachondeo). E incide en la existencia o no de Dios. En un momento se dice que "Solo el insensato cree en el fondo que Dios no existe"
A pesar de que algunos plantean ideas peregrinas al respecto, Buñuel fue un ateo sin fisuras (en sus propias palabras), si bien estaba muy interesado en los aspectos religiosos. Por tanto, desde esta óptica y no otra, debe ser contemplada la película.
Y por lo tanto, aunque el film parece no tomar partido, se trata de una crítica despiadada del cristianismo, en la que salen a relucir las abundantes incoherencias y excentricidades que riegan los textos "sagrados".
Hay dos escenas muy significativas de la literalidad que acompaña a toda la película (con sentidos contrapuestos):
- Un caballero se cruza con los dos protagonistas (peregrinos hacia Santiago de Compostela). El caballero le da dinero al que ya tiene algo y no le da nada al peregrino que no tiene nada. Esta acción esta sacada literalmente del Evangelio: :"Al que no tiene nada, nada le será dado; al que tiene le será aumentado"
- Cuando el posadero conduce a los jóvenes a la habitación, encierra el candil en un armario. Uno de los jóvenes le pregunta por su acción y el posadero saca el candil y les conduce a otras habitaciones. Dice el Evangelio: No se enciende una luz y se pone debajo de un celemín, sino sobre el candelero y así alumbra a todos los que están en la casa".
Otros temas que toca la película son las apariciones de Virgen, el castigo del cuerpo para la liberación del alma, la inquisición, el pensamiento único, la Santísima Trinidad, la doble naturaleza de Cristo, el ateo Marqués de Sade...etc.
Hay algunos momentos totalmente surrealistas y cómicos, como el tratamiento del personaje de Jesús; y concretamente la sanación de dos ciegos o el consejo de María de que se deje barba. Pura ironía cuando el cura le pregunta al guardia civil por el segundo hijo que va a tener
Formalmente la película es perfecta (marca de la casa) con interesantes hallazgos visuales.
Una película que, con toda esta carga abstracta y teológica, consigue divertir. Solo la genialidad de Buñuel puede conseguir algo así.
Bill Krohn y Paul Duncan definen muy bien el film: "Un estudio entomológico de una especie de insecto, (el homo christianus), en el que se pone de relieve los rasgos compartidos por diversos especímenes diseminados por el tiempo y el espacio"
Y es que "La Vía Lactea" es un gran fresco que recoge una buena parte de los contenidos del dogma cristiano y de las herejías que contravienen el dogma. Todas las citas son reales y exactas.
Según Buñuel y Carriere, todas las herejías son intentos de explicar racionalmente los misterios centrales de la Iglesia. Y así la película transita por las herejías y las citas bíblicas con una gran dosis de ironía (cuando no, cachondeo). E incide en la existencia o no de Dios. En un momento se dice que "Solo el insensato cree en el fondo que Dios no existe"
A pesar de que algunos plantean ideas peregrinas al respecto, Buñuel fue un ateo sin fisuras (en sus propias palabras), si bien estaba muy interesado en los aspectos religiosos. Por tanto, desde esta óptica y no otra, debe ser contemplada la película.
Y por lo tanto, aunque el film parece no tomar partido, se trata de una crítica despiadada del cristianismo, en la que salen a relucir las abundantes incoherencias y excentricidades que riegan los textos "sagrados".
Hay dos escenas muy significativas de la literalidad que acompaña a toda la película (con sentidos contrapuestos):
- Un caballero se cruza con los dos protagonistas (peregrinos hacia Santiago de Compostela). El caballero le da dinero al que ya tiene algo y no le da nada al peregrino que no tiene nada. Esta acción esta sacada literalmente del Evangelio: :"Al que no tiene nada, nada le será dado; al que tiene le será aumentado"
- Cuando el posadero conduce a los jóvenes a la habitación, encierra el candil en un armario. Uno de los jóvenes le pregunta por su acción y el posadero saca el candil y les conduce a otras habitaciones. Dice el Evangelio: No se enciende una luz y se pone debajo de un celemín, sino sobre el candelero y así alumbra a todos los que están en la casa".
Otros temas que toca la película son las apariciones de Virgen, el castigo del cuerpo para la liberación del alma, la inquisición, el pensamiento único, la Santísima Trinidad, la doble naturaleza de Cristo, el ateo Marqués de Sade...etc.
Hay algunos momentos totalmente surrealistas y cómicos, como el tratamiento del personaje de Jesús; y concretamente la sanación de dos ciegos o el consejo de María de que se deje barba. Pura ironía cuando el cura le pregunta al guardia civil por el segundo hijo que va a tener
Formalmente la película es perfecta (marca de la casa) con interesantes hallazgos visuales.
Una película que, con toda esta carga abstracta y teológica, consigue divertir. Solo la genialidad de Buñuel puede conseguir algo así.

6.8
1,944
7
10 de diciembre de 2006
10 de diciembre de 2006
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verde Irlanda, humilde, católica, conservadora, mayoritariamente antibritánica. De allí parte Felicia hacia Inglaterra y allí encuentra a.....Bob Hoskins. Los monstruos no nacen.
No es una película genial. Le faltan escalones para ello. Pero el armenio-canadiense Atom Ergoyan consigue hacer un cine artesanal esforzado y eficaz.
El es un maduro jefe de catering solitario y anclado en el tiempo, en su tiempo. Ella es poco más de una niña, cuyo mundo oscila entre su pueblo irlandés y su reciente e intenso amor. De alguna manera se necesitan el uno al otro. Ella necesita buscar al chico de sus sueños. El necesita que le necesiten.
La información se va administrando al espectador en pequeñas dosis, adecuadamente, con correctos flahs-backs. Esto permite ir "adivinando" lo que viene a continuación. Se mantiene la tensión.
Son interesantes las escenas en que prepara para sí mismo unos cotidianos festines gastronómicos siguiendo los videos de su madre, presentadora en su tiempo de programas de cocina en televisión.
La película ante todo, entretiene, engancha. No hacen falta finales sorprendentes y rompedores. Todo se va cociendo poco a poco. A fuego lento.
No es una película genial. Le faltan escalones para ello. Pero el armenio-canadiense Atom Ergoyan consigue hacer un cine artesanal esforzado y eficaz.
El es un maduro jefe de catering solitario y anclado en el tiempo, en su tiempo. Ella es poco más de una niña, cuyo mundo oscila entre su pueblo irlandés y su reciente e intenso amor. De alguna manera se necesitan el uno al otro. Ella necesita buscar al chico de sus sueños. El necesita que le necesiten.
La información se va administrando al espectador en pequeñas dosis, adecuadamente, con correctos flahs-backs. Esto permite ir "adivinando" lo que viene a continuación. Se mantiene la tensión.
Son interesantes las escenas en que prepara para sí mismo unos cotidianos festines gastronómicos siguiendo los videos de su madre, presentadora en su tiempo de programas de cocina en televisión.
La película ante todo, entretiene, engancha. No hacen falta finales sorprendentes y rompedores. Todo se va cociendo poco a poco. A fuego lento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia parte de un amor adolescente, desinteresado y desemboca en un amor interesado enfermo, cruel, asesino.
"Muchas veces me encuentro solo" dice el protagonista (excelente Bob Hoskins). Una vez más el cine recoge la historia del niño obeso, malcriado, dependiente, acomplejado, con una madre autoritaria y brillante (probablemente muy superior a él), que deviene con los años, sin el buscarlo en absoluto, en una asesino en serie. Es incapaz de obtener un amor real y crea amores ficticios, situaciones irreales que él crea y domina.
Como dice ella al final:, "Era un asesino, pero encerraba un alma noble, que en el principio sería un alma pura" Los monstruos se hacen. La vida crea monstruos.
"Muchas veces me encuentro solo" dice el protagonista (excelente Bob Hoskins). Una vez más el cine recoge la historia del niño obeso, malcriado, dependiente, acomplejado, con una madre autoritaria y brillante (probablemente muy superior a él), que deviene con los años, sin el buscarlo en absoluto, en una asesino en serie. Es incapaz de obtener un amor real y crea amores ficticios, situaciones irreales que él crea y domina.
Como dice ella al final:, "Era un asesino, pero encerraba un alma noble, que en el principio sería un alma pura" Los monstruos se hacen. La vida crea monstruos.
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