Así de franca es la película, el temor de un niño de 12 años hacia su padre, el cual le maltrata constantemente. Desolador panorama el que nos muestra esta impactante historia de Achero Mañas, con muchos momentos de victoria y, por desgracia, de derrotas. La historia sube y baja, como las atracciones en los que los protagonistas distraen sus preocupaciones y encuentran una amistad que ayudará a El bola a salir de esa desesperada situación. Te sientes impotente, con rabia al saber que este acontecimiento sigue en nuestras casas y que no quiere abandonarlas. Esta película española consigue, por lo menos, echarla un poco más hacia la salida.

Ambientada con un mimetismo absoluto en los primeros años de la era Meiji, cada detalle de esta joya se disfruta en cada sorbo, como si del mejor té se tratase. Por su historia, llena de emotividad y energía, por sus diálogos, inundados de melancolía y humor, por su banda sonora, que baila al mismo ritmo que la serie y por sus personajes, perfilados uno a uno con delicadeza y perfección. Kenshin, el samurai hecho vagabundo, Kaoru, el carácter hecho mujer, Sanosuke, el recuerdo hecho olvido y Yahiko, la juventud hecha madurez. Una de las mejores series de animación de los 90.

Triste, dura, brutal, auténtica faltan adjetivos para describir lo que sentí viendo esta joya de Nanni Moretti. Una historia simple que llega directa al corazón, cine totalmente puro, sin añadidos, solo la cámara y un suceso realmente trágico, la muerte de un hijo. Contiene secuencias muy emotivas, nada de ficción, son totalmente reales y que ocurren cada día en las vidas de persona como tú o como yo. Se distinguen tres partes claras en el film, primera parte, totalmente rutinaria y coloquial, la segunda y más dura sencillamente escalofriante y por último ese viaje final en que hay un momento para recordar sin llegar hasta lo que más nos preocupa, la muerte.

¿Qué harías si tu mejor amigo es asesinado por un animal marino que en apariencia ni siquiera existe?. Exacto, ir al psicólogo, excepto si te llamas Steve Zissou y tienes a tu cargo a los hombres "mejor preparados" para sumergirte en el mar.
Este es el comienzo de esta hilarante comedia dirigida por el director estadounidense, Wes Anderson, y protagonizada por uno de los actores más minimalista del cine cómico de la historia, Bill Murray.
Ambos ya trabajaron juntos en "Academia Rushmore" y en "Los Tenenbaums. Una familia de genios" y lo volverían hacer una vez más tres años más tarde de la grabación de la película aquí comentada en "Viaje a Darjeeling". Esta claro que director y actor son buenos amigos, ya que cada uno sabe las cualidades del otro a la perfección y consigue realzarlas en cada escena.
Aunque no son solo estos dos gigantes del cine quienes componen esta extravagante comedia, sino que los acompañan actores de la talla de Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum... cada uno esplendido en su papel, aunque siempre por debajo del protagonista principal.
Bill Murray vuelve a demostrar su capacidad para actuar y conseguir risas sin tan siquiera mover un solo músculo de su cuerpo. La capacidad de ironía y sarcasmo de este, llega a niveles insospechables una vez más. Inunda la pantalla cada vez que sale en ella y la compenetración con Owen Wilson es más que destacable.

Mención a parte merece también la banda sonora de este peculiar cinta, llena de todo tipos de sinfonías, desde canciones del mismísimo David Bowie versionadas por un brasileño que aparece en la misma película interpretándose a sí mismo llamado Seu Jorge, hasta canciones míticas como "The way I feel inside" de "The Zombies".

Inclasificable creo que sería una acertada palabra para colocar esta película dentro del género de comedia, ya que combina con acierto y descaro escenas dramáticas con otras de humor totalmente absurdo y escenarios irreales, véase por ejemplo en la cantidad de seres marino inventados en cinta (especial atención al tiburón jaguar).

Al ver la película es inevitable pensar en el grandioso explorador e investigador marino, Jacques Cousteau. El propulsor de las escenas más bellas de los fondos oceánicos, defensor del medio ambiente e inventor del sistema de buceo autónomo. Al final de la película podemos ver una frase en honor al explorador francés y a toda la tripulación de su legendario y mítico barco, el "Calypso".

Un gran título para una genialidad de Luis Buñuel. Toda la cinta respira marginalidad, desesperación y como no, surrealismo. No sobra ninguna secuencia, todo lleva un ritmo ligero y muy suelto, sin que nada te haga perder la atención, sigues entusiasmado la historia y no paras de pensar en que vendrá después. Solo deseas que a Pedro le vaya de forma diferente a como le ha ido y que consiga salir de la situación en la que esta. Llena de escenas inolvidables con ese toque surrealista que hace que sea una película de Buñuel. Obra maestra.