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Críticas ordenadas por utilidad
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7.4
63,086
10
30 de octubre de 2008
30 de octubre de 2008
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conmovedora, real y dura como la jodida vida misma, pero al mismo tiempo con un humor y un toque de esperanza que nos dicen que no todo está vendido. "Los lunes al sol" sorprendió en su día a casi todos, a los que creían (creíamos) que iba a ser otra de tantas películas españolas sosas y grises, a los que ya conocían a Fernando León después de "Familia" y "Barrio", y en general, a todo el mundo. No parecía que una película sobre el día a día y las desventuras de un grupo de parados de un ciudad gallega o asturiana (está rodada en Vigo, pero se inspira en sucesos reales acaecidos en Gijón) pudiera dar demasiado juego. Pero es que Fernando León, como ya demostró en sus anteriores películas, insufla a todos sus personajes una inspiración distinta a lo habitual. Puede que estén en el paro o que sean un grupo de chavales que viven en un barrio obrero de la periferia, pero siempre contarán con el humor, la imaginación y la perseverancia en sus modos de ver la vida. Con una mezcla de humor negro, cinismo e integridad, que son, básicamente, las características de Santa (Javier Bardem), piedra angular y nexo de unión para todos sus compañeros, este grupo de amigos, a los que pronto adoptamos como nuestros, suponen todo un catálogo de situaciones humanas, desde el matrimonio en el cual es ella la que trabaja (Luis Tosar y Nieve de Medina), pasando por el que no se rinde, y sigue yendo a mil entrevistas, a pesar de su edad (José Ángel Egido), por el que sí ha conseguido trabajo y eso provoca fricciones con los demás (Enrique Villén), o el que ha perdido toda esperanza y se refugia en la bebida (Celso Bugallo). La película no comienza planteándonos un problema, y acaba mostrándonos la situación, sino que es más bien un fresco, un día a día, en el que asistimos a las conversaciones, ilusiones, frustraciones, miedos y risas de este grupo de amigos, cada cual con su propia situación, pero que todos ponen en común en su propio refugio (el bar, propiedad de otro del grupo, Joaquín Climent). Los diálogos, certeros, humanos, y hasta cómicos, no aburren en ningún momento, sino que hace que te impliques y que sigas las luchas diarias de estos amigos, como si estuvieras a su lado. Al final, cada uno resolverá los pequeños problemas que tiene, pero seguirán buscando trabajo, y pasando los lunes al sol. Película humana, película sólida y tierna, veraz y emotiva... capitaneada por unas interpretaciones absolutamente magistrales, desde un Bardem inmenso, pasando por Tosar, Egido, Nieve de Medina, Bugallo, etc. La música suave y tranquila de Lucio Godoy termina por enmarcar esta pequeña obra de arte, que nos demuestra que sí, que como diría Santa, a veces también se hace un cine distinto en este país, en las antípodas de lo de siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Emocionantes hasta más no poder son las escenas del suicidio de Amador (Celso Bugallo), y cuando Bardem descubre su cuerpo; al igual que la reconciliación final entre José y Ana (Tosar y Medina). Rodadas sin efectismos, con sencillez, estas secuencias llegan al corazón, pero también llegan al corazón las risas que nos echamos en la escena en la que Bardem lee la fábula de "La cigarra y la hormiga" al niño, o ese final en el que roban un ferry de la ría, y pierden las cenizas de su amigo. Esta película lo tiene todo. Gracias, Fernando.

5.7
65,663
6
17 de junio de 2008
17 de junio de 2008
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos libros han levantado tanta polémica en tan poco tiempo como El Código da Vinci. Dan Brown aun sigue haciendo caja de las ventas de esta historia de intriga-acción-misterios religiosos-enigmas, entretenida, trepidante y olvidable. La película sobre las andanzas de Robert Langdon no se hizo esperar, y, la verdad, yo esperaba que hicieran un producto bien hecho, con estilo, intriga y buen ritmo. Soñaba con que Steven Spielberg, Michael Mann, David Fincher o incluso el mejor Ridley Scott la dirigieran, pero pronto me bajé de la burra. Cuando supe que era Ron Howard el elegido, empecé a quitarme ilusiones respecto a esta película. Y bien que hice. Porque aunque Howard venía de rodar su probable mejor película, "Cinderella Man" (que tampoco era una obra maestra), no le veía yo sabiendo sacar partido al misterio y al suspense al estilo de Mann o Fincher. Y acerté. Porque no solamente no saca partido a nada, sino que, rizando el rizo, consigue aburrir con una historia que tendría que provocar lo contrario. Howard y su inseparable y mediocre guionista Akiva Goldsman se enredan en la historia de secretos religiosos y persecuciones por París y Londres, y ponen a correr a un Tom Hanks voluntarioso, solvente (y con un pelo largo que no venía a cuento) pero que no acaba de dar el tallo como el criptógrafo Langdon; al lado de nuestra Amélie, una Audrey Tautou que no tiene química con Hanks y que se hunde con su personaje. De enigma en enigma, de explicación en explicación, de sorpresa en sorpresa, y de bostezo en bostezo, llegamos al final, donde se destapan todas las carencias de Howard. Gracias a Dios, existen Ian McKellen y Paul Bettany, que se comen la pantalla, junto con unos desaprovechadísimos Jean Reno, Alfred Molina y Jürgen Prochnow. Ese desfile de grandes actores, junto con la buena banda sonora compuesta por Hans Zimmer, salvan mínimamente el honor de esta aburridilla película de gran factura técnica, todo sea dicho. Un 5 por el leve interés con que se sigue, por sus actores, su factura y su música.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo que a estas alturas, la historia de lo de Jesucristo y María Magdalena lo sabe todo el mundo (gracias, también, a la generosa campaña publicitaria involuntaria que le ha hecho esa pequeña potencia llamada El Vaticano), pero ese final pasteloso (es Ron Howard) con su epílogo grandilocuente lo terminan de fastidiar. Hay escenas absurdas y malas, como el Smart huyendo de sus perseguidores marcha atrás, por una calle empinada cuesta abajo, pasando entre dos camiones; o esos flashbacks históricos enormes y barrocos, que parecen tener el presupuesto de tres películas de Fernando León. La escena más hilarante, de la que me carcajeo todavía cuando la recuerdo, es cuando Rémy, el criado de Ian McKellen, va a disparar a Hanks, y, de repente, una bandada de palomas sale revoloteando, el malo se asusta y a Hanks le da tiempo a salir corriendo. Así, no me extraña que la crítica, casi unánimemente, se choteara en su día, en Cannes y en todo el mundo de este producto. A Howard le dio igual, se embolsó sus milloncejos y ahora prepara "Ángeles y demonios". Al menos ya sabemos a qué atenernos.

6.4
51,618
8
20 de julio de 2005
20 de julio de 2005
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si "Batman"(1989) me pareció algo así como casi una obra maestra del cómic, ésta me parece algo así como casi una obra maestra de las secuelas de cómic. Lo bueno de toda secuela es que si en la primera película se presenta al personaje y sus motivaciones, en la secuela puedes ahondar en su personalidad y psicología. Pues sencillamente eso es lo que ha hecho Tim Burton aquí. Tiene sus fallos, claro, pero los aciertos son el doble: mantener a Michael Keaton como Batman (para mí, junto con Christian Bale, es el Bruce Wayne auténtico, Val Kilmer y George Clooney no cuentan), contratar a la Pfeiffer como la sensualidad encarnada en Catwoman (me río de la pobre Halle Berry y sus saltos), a Danny DeVito como el Pingüino (magnífico personaje, magnífica interpretación), al siempre perfecto Christopher Walken como la amenaza fantasma de este filme, mantener a Danny Elfman, que compuso aquí una excelentísima música (atención a los créditos iniciales, con los coros de niños), ampliar los decorados góticos (más Gotham, el zoo congelado, la mansión Cobblepot, la mansión de Wayne, la guarida del Pingüino...), etc., etc. Podría escribir todo el día sobre los aciertos de este estupendo filme. Burton también acierta en la relación entre Batman y Catwoman (saltan chispas, y no de odio precisamente), entre Max Shreck (Walken) y el Pingüino... ¡Ah!, y también hay más gadgets (me encantan las alas de murciélago), más vehículos, más acción. En definitiva, ésta película debería haberse titulado "Batman vuelve, o cómo hacer una secuela dignamente". Un apunte más: para quienes (como yo) hayan disfrutado como niños con estas dos películas de Batman no les recomiendo ver las dos infumables continuaciones de Joel Schumacher, porque destroza tranquilamente toda la labor de Tim Burton. El que avisa no es traidor.

5.5
362
5
25 de mayo de 2012
25 de mayo de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intento fallido de retomar las esencias folletinescas y rosas de la Viena austro-húngara, esta coproducción anglo-francesa toma como punto de partida la enigmática historia (real) del romance entre el heredero al trono del Imperio, el archiduque Rodolfo y la baronesa María Vetseva, con las tensiones sociales de fondo del vasto territorio centroeuropeo. Con un fastuoso despliegue de decorados y vestuario, y un elenco formidable de actores de primera fila, la cinta falla en lo primero en donde no tenía que fallar: director y guión. Terence Young, conocido en aquellos años por dirigir las primeras aventuras de Sean Connery como James Bond, venía de realizar una estupenda película, "Sola en la oscuridad", pero el Imperio austro-húngaro le vino demasiado grande. La película comete el pecado de ser larga y no aprovechar esos 140 minutos adecuadamente para reconstruir con veracidad las tensiones entre el emperador y su heredero, y los dilemas morales que el romance de éste provocó.
Escribiendo él mismo el guión, Young demuestra estar muy lejos de ser David Lean o Franklin J. Schaffner para dotar de solidez, armonía y calidad a la historia, y acaba aburriendo con largos parlamentos que los actores recitan. Uno se distrae con el vestuario, el ambiente decimonónico aristocrático, la buena banda sonora de Francis Lai, el porte de Omar Sharif o los valses que se marcan de cuando en cuando, pero no se llega a sentir la pasión o la angustia de los dos amantes. Principalmente porque Catherine Deneuve tiene cero química con el pobre Sharif, y su actuación es fría y sosa. Sería más creíble convirtiéndola en amante del iceberg que hundió al Titanic.
La película, entre bostezo y bostezo, se eleva algo cada vez que salen en escena los magníficos James Mason y Ava Gardner, que aportan algo de brillo a esta superproducción desvaída y poco consistente. El fondo político e histórico, algo que hubiera dotado de vida al argumento, queda reducido a un par de escenas y poco más, algo impensable en los anteriormente mencionados Lean o Schaffner. Así, la película se pierde en el cajón de "lo que pudo ser y no fue". Una pena.
Escribiendo él mismo el guión, Young demuestra estar muy lejos de ser David Lean o Franklin J. Schaffner para dotar de solidez, armonía y calidad a la historia, y acaba aburriendo con largos parlamentos que los actores recitan. Uno se distrae con el vestuario, el ambiente decimonónico aristocrático, la buena banda sonora de Francis Lai, el porte de Omar Sharif o los valses que se marcan de cuando en cuando, pero no se llega a sentir la pasión o la angustia de los dos amantes. Principalmente porque Catherine Deneuve tiene cero química con el pobre Sharif, y su actuación es fría y sosa. Sería más creíble convirtiéndola en amante del iceberg que hundió al Titanic.
La película, entre bostezo y bostezo, se eleva algo cada vez que salen en escena los magníficos James Mason y Ava Gardner, que aportan algo de brillo a esta superproducción desvaída y poco consistente. El fondo político e histórico, algo que hubiera dotado de vida al argumento, queda reducido a un par de escenas y poco más, algo impensable en los anteriormente mencionados Lean o Schaffner. Así, la película se pierde en el cajón de "lo que pudo ser y no fue". Una pena.

4.5
3,041
3
4 de septiembre de 2006
4 de septiembre de 2006
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
A esta película la tengo un cariño especial porque se estrenó al año en que yo nací, y fua la primera película que me compré en DVD, cuando todavía no sabía distinguir entre lo malo y lo bueno. La vi en vídeo con un amigo por primera vez, en una época en la que yo me pirraba por los aviones y los cazas (incluso coleccionaba unas figurillas de aviones de combate de metal, ¡qué tiempos!). Es por ello que esta película me encantó, ni me fijé en lo ridículamente patriota que es, en lo increíble del argumento (una chaval- Doug -que, por lo visto, sabe más de cazas que el más experimentado piloto, roba dos cazas con la ayuda de sus amigos frikis locos por los aviones, y consigue la ayuda de un veterano piloto negro, y traza un plan para rescatar a su padre, también piloto, que ha sido apresado en un malvado y muy malo país de Oriente Medio, y para ello tendrá que liquidar a toda la flota de cazas y helicópteros de la Fuerza Aérea de ese país, casi ná), ni en lo malo que es el tal Jason Gedrick actuando.
Eso sí, me lo pasaba bomba viendo a los cazas explotar en los aires, y ver cómo al prota le da tiempo de aterrizar en el aeropuerto enemigo y recoger a su papi. Ahora, con la perspectiva del tiempo, me doy cuenta de lo mala que es, de lo buenos que son los yanquis, y de lo malos que son los árabes. Eso sí, aun me gusta ver a tanto caza surcar los aires. Y es que esta película me la veo sin parpadear bien tumbado en el sofá, y evocando mis tiempos de chiquillo.
P.D. : Eso sí, Louis Gossett Jr., Oscar al Mejor Secundario por "Oficial y caballero", actúa como pocos, y el doblaje del fenómeno Constantino Romero lo hace más grande aún.
Eso sí, me lo pasaba bomba viendo a los cazas explotar en los aires, y ver cómo al prota le da tiempo de aterrizar en el aeropuerto enemigo y recoger a su papi. Ahora, con la perspectiva del tiempo, me doy cuenta de lo mala que es, de lo buenos que son los yanquis, y de lo malos que son los árabes. Eso sí, aun me gusta ver a tanto caza surcar los aires. Y es que esta película me la veo sin parpadear bien tumbado en el sofá, y evocando mis tiempos de chiquillo.
P.D. : Eso sí, Louis Gossett Jr., Oscar al Mejor Secundario por "Oficial y caballero", actúa como pocos, y el doblaje del fenómeno Constantino Romero lo hace más grande aún.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Inenarrable (ahora me parto de risa) la secuencia donde Doug parece que por fin va a explotar en mil pedazos, y de repente aparece una escuadrilla de cazas americanos, y la música se vuelva atronante y Doug grita: "¡¡Son de los nuestros, papá!!. ¡¡Son americanos!!", y los cazas árabes salen de ahí cagando leches. El final es lo más patriótico que he visto nunca, con ese avión presidencial rodeado de globos, y saliendo de él, los héroes del día: el padre (la madre sale corriendo hacia él), y el hijo (la novia y los amigos salen corriendo hacia él). Aconsejo tener kleenex en esta secuencia, el ataque de risa puede ser mortal.
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