Todo en esta pelicula funciona, los personajes son divertidos y acertados, el montaje original, y una banda sonora adecuada para un ritmo narrativo rápido y directo. Además de contar con un buen guión y una dirección muy fresca por parte de Ritchie que algunas veces evoca al mejor Tarantino.

Desde sus impactantes títulos de crédito, que evocan el estilo de Saul Bass, hasta su inquietante banda sonora, Padres construye un thriller que bebe de la elegancia y el suspense del mejor Hitchcock. Pero más allá del homenaje, la película se atreve a jugar con el género, incorporando un humor negro sutil pero afilado que convierte la tensión en una experiencia tan perturbadora como irónicamente divertida.

Con una puesta en escena minimalista y un guion sin fisuras, la cinta atrapa desde el primer minuto sin necesidad de grandes artificios. Bohollo demuestra un dominio absoluto del ritmo narrativo, llevando al espectador por una espiral de sospechas y revelaciones que no da respiro. La elección de Fernando Cayo y Natalia Verbeke en los papeles principales es un acierto total: ambos despliegan una química tan creíble como incómoda, dando vida a una pareja separada cuya dinámica añade capas de tensión y mordacidad al relato.

Padres no solo es un thriller impecable, sino también una historia sobre la fragilidad de los vínculos familiares y la fina línea entre el amor y el reproche. A medida que avanza la trama, la película refleja que el miedo no siempre proviene de lo desconocido, sino de lo que creíamos conocer demasiado bien.

Es precisamente "el tiempo" lo que otorga el calificativo de "obra maestra".
Similitudes con Kubrick aparte, Interstellar es un astro que brilla con luz propia, que conmueve y que deja imágenes en la retina que son imborrables.
Creo que en un futuro no muy lejano Interstellar será rebautizada con ese sobrenombre de "Obra maestra", pero sólo el tiempo dirá.

La cinta es algo típica en el planteamiento y un pelín sensiblera, a pesar de los tintes de maquillaje canalla que Murray le impregna.
Pero lo cierto es que tiene momentos de magia y buen humor, y eso se agradece, y por supuesto cuenta con un reparto de auténtico lujo que la viste de la cabeza a los pies.

En definitiva, no es para tirar cohetes pero se deja ver bastante bien.

Hay quien no ve a Tolkien en esta obra. Imagino que no lo habrá leído, porque la serie respira Tolkien por los cuatro costados. Evidentemente, como una historia nueva que es, se toma licencias e interpretaciones libres, pero siempre desde el respeto a la esencia del maestro británico.

Visualmente es hermosa. Sus personajes están bien planteados y su guión es atrapante. Te hace disfrutar de una historia muy bien contada y muy bien integrada en el universo de la Tierra Media.

Para mí es magistral.