Es divertida y entretenida. Un poquito convulsa. Algo previsible pero imprevisible.
Lleva mensaje oculto más allá de lo explícito que es engañoso.
Los actores, incluyendo al Ryan Gosling o sobre todo él, están que se salen de la pantalla.
En una palabra, es, en casi todo, lo contrario a Oppenheimer..

Buena reinterpretación de doce hombres sin piedad.
Clint Eastwood no sale pero está ahí.
Un dilema que el espectador resuelve en su interior al poco rato pero quizás se replantee al final de la película.
Final que es, a mi modo de ver magistral.
Para mi tendría un 7,8... pero no existen decimales en el voto disponible. De modo que escojo el voto más cercano por no dejarlo en 7 pelao.

Un mundo real y estructura global más creíble que cualquier película convencional de ciencia ficción con los mejores efectos especiales. Es una historia verdadera porque muestra sentimientos lo cual es universal, no hace falta más ciencia para que lo que vemos en pantalla deje su impronta en nuestro interior. A mi lado en el cine mucha gente se quejaba del tedio. Pero no se trata de una película de acción, aunque la tiene, ni de ciencia ficción -aunque lo sea-. Es una muestra de que la realidad vayamos a donde vayamos siempre se manifestará a través de nuestras emociones y sentimientos.
Una delicia

Emocionante cada vez que se ve.
Nunca decepciona, nunca aburre porque aunque el cine es todo de mentira esta mentira es todo verdad.
Gran parte del metraje voy con los brazos alejados del cuerpo, las manos extendidas, los dedos separados, avanzo en el espacio intentando asirme a algo que no encuentro. Hundido en una butaca me invade una sensación de ingravidez, de borrachera emocional.
El cerebro aúlla, quiere conectar datos, cerrar algún círculo, pero parece imposible.
Nolan es aficionado a retorcer sus historias, darles otra vuelta de tuerca y otra más sin entender que la rosca se puede dañar y aquello que intentaba unir ya nunca podrá estarlo. Pero en esta película, oh hados!, en esta paró a tiempo y todo quedó bien encajado sin grietas y con la firmeza y la sencillez de la perfección.
Todas las hebras se unen y el universo ha quedado trenzado.
Algo se aleja rozándote con sus dedos, te han tocado el alma.

No deja indiferente. Podría parecer pornográfica por abundar y ahondar en escenas quizás obviables, quizás no, depende del punto de vista de quien lo dirige y de quién lo ve. Su potencia visual es innegable y la corriente que recibe el espectador lo atraviesa modificando sus mecanismos internos. A ratos desborda humor pero todo el metraje está recorrido por una profunda y oculta tristeza que sólo aflora al final. No es desesperanza ni impotencia sino semilla de futuro abierto.
Mi voto no es un 9, aunque un 8 se queda corto. Sería 8,8 si pudiese poner decimales.