Aviso importante: abstenerse todos/as aquellos/as que vayan con ganas a ver esta película de Clint y crean que van a ver al tipo duro que encuentran siempre con esa agresividad, frialdad y excesiva masculinidad que suele ofrecernos en sus interpretaciones, porque no verán nada de eso. Y así ha sido, en esta nueva obra del director y una vez más el protagonista, esta vez veremos su lado más elegante y sentimental, ese paternalismo tierno que hemos encontrado en otras ocasiones, pero brevemente en mi opinión y que a mi al menos me dejó con ganas de más, aquí saca el alma de cowboy que posee y se le da de miedo porque se luce en todas sus vertientes, saca a paseo su esencia más pura y además para más misterio le sale también ese lado de caballero con clase que tiene, en resumen, su auténtica esencia americana pero sin olvidarnos de su sentido del humor que tanto nos gusta a sus fans.
La historia no se priva de la buena acción, sí que es más pausada y a un ritmo más sosegado pero hay acción y los protagonistas se ven envueltos en conflictos hasta cumplir su objetivo final, la cuestión es que no hay excesivos extremismos y supongo que para algunos encontrarán una película más del domingo por la tarde sin centrarse en la calidad de las interpretaciones y de la buena historia que existe entre estas líneas que no nos tiene acostumbrados este director, pero para mi hay más calidad en esto que en las típicas de sus inicios, yo disfruté de sus diálogos, disfruté de la relación con el chico y de como va creciendo una entrañable amistad entre ambos, de esos comentarios sarcásticos que definen a Clint tan propios de su humor que siempre te hacen reír y de las historias a las que ambos se involucran hasta la meta final, porque no buscaba excesos ni tenía expectativas formadas, porque a esta película hay que ir sin expectativas y dejarse llevar, disfrutar de lo bonito que representa en vez de lo superficial y la idea general.
¿Es recomendable? sí, por supuesto, pero para aquellos que saben apreciar la calidad y no la cantidad ni los extremos más superfluos ni las grandilocuencias.

Me gustan mucho este tipo de películas, hay pocas así que encuentres con frecuencia, no son predecibles, no hay una trama clara ni sabes como evolucionará la historia, no son más que eso, lo que ves y lo que te va ofreciendo el protagonista y su vida, dejarte llevar y disfrutar, meterte en el papel y empatizar, ese es el mejor camino para entender una película así y vivirla hasta el final y así hice yo y quedé maravillada con la vida de Tommaso.
Está llena de recovecos misteriosos en cada esquina, mucha profundidad y sentimiento, locura, amor y erotismo desequilibrado y mucha posesión. Los personajes que van saliendo poco a poco de la nada me han fascinado,porque hay muchos que pasan por la vida de Tommaso, tan interesantes como él, con aire frustrado y con taras mentales pero muy atractivos, no profundizan y se van, pero sí dejan una huella en la historia, tiene también un lado oculto y alterno que según mi opinión serán los demonios del protagonista, su psique y su desequilibrio e inseguridad mental.
En resumen, no es para quedarse a la espera y mejor no crearse expectativas, es una película para dejarse llevar un día de esos que te apetece desconectar y disfrutar de Willem Dafoe, sobre todo eso y de Abel Ferrara que es un director magnífico.

Esta vez este gran director nos ha sorprendido con un más que notable documental sobre la adolescencia, así, sin más, esa época tan convulsa, tan compleja y tan llena de sinsentidos que todos hemos pasado y sufrido. Los protagonistas son de varios colegios e institutos, de variadas edades, desde mi punto de vista este documental lo siento como un "homenaje" a esa época, un claro reflejo de lo que representa, ya sea la adolescencia en general o más concretamente la generación actual, qué sienten, como se expresan, qué piensan de la vida, del amor, el sexo y la política social de nuestros tiempos o los pasados...trata muchos temas, incluso los suyos propios, los que siente cada adolescente individualmente, sus agobios y preguntas sin respuesta en relacíón con los estudios, mil asuntos...así que la variedad está servida aún habiendo ante ti tantas horas con las que lidiar...
Jonás tiene un estilo propio, todos sus fans le conocemos y en este documental no iba a ser diferente, a los chicos y chicas les deja expresarse, no les corta ni les interrumpe, en ocasiones les deja ser a ellos los que guíen la historia, no escatima en el tiempo y refleja muy bien lo que sienten, pero...eso crea "vacíos" y en ocasiones sí que hubiese venido bien algún corte.
No se me hizo soporífera ni viví las de dios para terminarme las tres horas y media, nada más lejos, es amena pero sí que en ocasiones reconozco que esa última media hora hubiese sobrado. Pero ¡ojo! se pasa, porque es un documental soberbio y hay que verlo, inspira y transmite muchísimo como todo lo del director, así que no hay mucho más que añadir.

El cine asiático siempre ha tenido una magia especial, un mensaje místico y lleno de espiritualidad en todas sus historias, sabes que después de ver una película oriental algo bueno, algo importante y profundo te ha enseñado, sea lo que sea te ha aportado una luz.
"Minari" aporta muchas más cosas que eso, porque no sólo de sabiduría sabe vivir el ser humano, esta historia tiene un poder especial, el de ser interesante, encantadora, dulce, triste e incluso graciosa. Nos muestra a una familia tradicional coreana, emprendedora y con muchas ambiciones americanas, quieren montar una granja y vivir en el más absoluto mestizaje cultural.
Según va avanzando la historia te vas dando cuenta que por muchos momentos buenos o malos que pase esa familia, por los inconvenientes que puedan llegar a tener o lo que consiguen en cuanto a beneficios o pérdidas, es una familia con un mensaje muy claro y directo, se ve y se siente y te das cuenta que la lucha y la perseverancia es el mejor regalo y que la unión hace la fuerza pero sobre todo que lo más importante en la vida es mantener lo que ya tienes, cuidarlo y nunca dar nada por hecho.
Es una película preciosa con mucho encanto y delicadeza, dura pero con un mensaje muy valioso.

Cuando el cine te ofrece una película de las que vas probando poco a poco, trocito a trocito, saboreando y sintiéndo su sabor y su textura, disfrutando como si de un manjar de dioses se tratara sabes qué es lo que te está mostrando, sabes que es una película con mayúsculas, de esas que como los atractivos dulces que ves en la historia te conquistan con la mirada y al darles el primer bocado descubres lo deliciosas que están, porque esta película nos ofrece una historia deliciosa a la vista y al corazón y por supuesto al alma.
Tiene un nivel de romanticismo que no abruma, como los buenos dramas, intenso y muy especial, tierno y con mucha calidez, es de esas historias que van desarrollándose con tiempo y según va avanzando sientes que aún queda mucho que ofrecer y que es posible que la cumbre de la historia aún esté por llegar y te sorprenda, porque este tipo de películas aunque no lo parezcan al principio sorprenden y mucho.
Hay más que amor, más que religión e imposiciones, más que costumbres y deliciosos pasteles y galletas, existe un mundo más allá por descubrir y una historia muy profunda de esas que se intentan ocultar por el bien común y propio, por el qué dirán y si cabe la posibilidad de que todo salga y explote, dejará huella, una muy marcada.
Esta pelicula es de las pocas que saben transmitir el amor sin llevarlo a cabo, es de las pocas que transmite sin acciones porque te invita a sentirla y palparla como el repostero a la masa de sus galletas: la agarras, la la aprietas hasta que la das forma y volumen y vuelta a empezar...así hasta que te das cuenta que no sólo es una grandísima película, sino una grandísima historia con unos grandísimos actores, pocas películas se ven así hoy en día, porque sólo te ofrecen rapidez, dinamismo en exceso, demasiados giros y demasiados efectos visuales, historias como estas no necesitan nada más que sentirlas y empatizar con el corazón y el alma en la mano y además son de las que no olvidas fácilmente...