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6.6
33,204
10
28 de noviembre de 2015
28 de noviembre de 2015
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yorgos Lanthimos ya me hipnotizó con Canino y su mundo (recalcar el su) particular y enrarecido. En Langosta el autor expande y amplía este mundo, que ya empieza a ser más bien un universo. Langosta es Canino x3.
El demoledor presente distópico que presenta en esta película de carácter marcadamente brillante y de constante lucidez me arrolló por completo, con un final seco que me pilló totalmente desprevenido, y que vino a ser algo así como el golpe de gracia que me dejó definitivamente KO.
Una película que trasciende los comentarios técnicos sobre guion, realización o interpretaciones del elenco es, ante todo, una buena película; y da espacio suficiente para poder reflexionar sin distracciones sobre su discurso, lo verdaderamente importante, contemporáneo y/o arriesgado (creo) de la filmografía de esta generación de creadores.
El discurso confronta el mundo de la pareja con el del individuo solitario. Y se carga los dos. ¿Y qué queda? Poco más que el absurdo, y a veces ni eso; a veces, sólo la incomprensión (que carece incluso de la lógica de lo absurdo).
Debo concederle, además, el honor de ser, posiblemente, la única película “de amor” que verdaderamente me ha gustado. Porque sí, también (y tampoco) es una película de amor.
El demoledor presente distópico que presenta en esta película de carácter marcadamente brillante y de constante lucidez me arrolló por completo, con un final seco que me pilló totalmente desprevenido, y que vino a ser algo así como el golpe de gracia que me dejó definitivamente KO.
Una película que trasciende los comentarios técnicos sobre guion, realización o interpretaciones del elenco es, ante todo, una buena película; y da espacio suficiente para poder reflexionar sin distracciones sobre su discurso, lo verdaderamente importante, contemporáneo y/o arriesgado (creo) de la filmografía de esta generación de creadores.
El discurso confronta el mundo de la pareja con el del individuo solitario. Y se carga los dos. ¿Y qué queda? Poco más que el absurdo, y a veces ni eso; a veces, sólo la incomprensión (que carece incluso de la lógica de lo absurdo).
Debo concederle, además, el honor de ser, posiblemente, la única película “de amor” que verdaderamente me ha gustado. Porque sí, también (y tampoco) es una película de amor.

5.7
4,404
3
28 de noviembre de 2015
28 de noviembre de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debe de haber sido complicado para el equipo técnico y artístico conseguir vaciar tanta nada en un producto cinematográfico. La película es eso: nada. Y ya está. Nada.
No hay ningún tipo de propuesta, sólo un argumento, que apenas se desarrolla. Ni la fotografía (toda la película con el mismo color; esto no es coherencia, es falta de creatividad), ni las interpretaciones (como en Tale of tales, de nuevo metamorfoseadas con su paisaje de fondo: la aburrida planicie), ni el guion (prácticamente no pasa nada)… NADA.
Ninguna otra palabra conseguiría definir lo que es Cop Car. Así que si tu amigo te pregunta qué tal Cop Car, ya sabes qué contestar: Cop Car es nada.
No hay ningún tipo de propuesta, sólo un argumento, que apenas se desarrolla. Ni la fotografía (toda la película con el mismo color; esto no es coherencia, es falta de creatividad), ni las interpretaciones (como en Tale of tales, de nuevo metamorfoseadas con su paisaje de fondo: la aburrida planicie), ni el guion (prácticamente no pasa nada)… NADA.
Ninguna otra palabra conseguiría definir lo que es Cop Car. Así que si tu amigo te pregunta qué tal Cop Car, ya sabes qué contestar: Cop Car es nada.

6.1
8,930
10
7 de enero de 2015
7 de enero de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ritual comenzado tan sólo 2 años antes (1988) en la inolvidable Hairspray encuentra aquí su punto de máxima altura. De ésta (Hairspray) recupera, principalmente, la dignidad y honradez que concede a los personajes principales (aspectos ausentes en la brillante Pink Flamingos), el estilo musical-rock y la defensa a ultranza de los marginados, llevándolo todo ello en este caso hasta un extremo que parece insaciable.
Absolutamente desternillante, magnífica, tan descaradamente exagerada que no deja lugar a dudas (cosa que convierte Cry Baby en una película infinitamente más accesible que Pink Flamingos, e incluso un punto más que la también mencionada Hairspray).
Las interpretaciones son insuperables, evidentemente paródicas del "cine de buenos americanos". Pero lo que no saben los directores de ese tipo de películas es que nadie ha sabido retratar como John Waters la América que realmente se ve en los (tele)filmes, pues ninguno posee de lejos siquiera la habilidad de dicho autor para, con tan solo una vuelta de tuerca más, convertir el cine serio de sus compatriotas en pura comedia. Sólo se le acerca quizá su equivalente español, claro está: Almodóvar.
Con el final de la película no sólo se ríe, sino que además tiene el acierto de superar con creces todo lo hecho en un género que se creía, para más inri, serio. Imitar cómicamente (es decir, parodiar) superando el nivel cualitativo de la imagen que se imita es, sin duda, la manera de los genios.
Absolutamente desternillante, magnífica, tan descaradamente exagerada que no deja lugar a dudas (cosa que convierte Cry Baby en una película infinitamente más accesible que Pink Flamingos, e incluso un punto más que la también mencionada Hairspray).
Las interpretaciones son insuperables, evidentemente paródicas del "cine de buenos americanos". Pero lo que no saben los directores de ese tipo de películas es que nadie ha sabido retratar como John Waters la América que realmente se ve en los (tele)filmes, pues ninguno posee de lejos siquiera la habilidad de dicho autor para, con tan solo una vuelta de tuerca más, convertir el cine serio de sus compatriotas en pura comedia. Sólo se le acerca quizá su equivalente español, claro está: Almodóvar.
Con el final de la película no sólo se ríe, sino que además tiene el acierto de superar con creces todo lo hecho en un género que se creía, para más inri, serio. Imitar cómicamente (es decir, parodiar) superando el nivel cualitativo de la imagen que se imita es, sin duda, la manera de los genios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Imperdibles e inolvidables los últimos 10 minutos, apocalípticos y tan exagerados e intensos que es inevitable morirse de la risa: la señora bailándole al juez, éste levantándole las cejas, el vestido arrancado por la moto, el niño bueno dándose golpes contra el techo del coche, la hermana del prota (?) pariendo en el asiento trasero, el novio de ésta pidiéndole matrimonio con un cartel mientras ella le enseña el bebé a través de la luna trasera del coche tuneado de El Lágrima, la querida del prota volando literalmente hacia sus brazos...
TV

7.3
25,867
4
12 de febrero de 2015
12 de febrero de 2015
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si brillantez estética es ver al cámara reflejado en la cabina de teléfono y pulso narrativo es que una película de hora y media parece que dura 3 perfectamente reducibles a 30 minutos, entonces sí, completamente de acuerdo.
Si, efectivamente, no es eso, la película lo único bueno que tiene es la historia que, por otra parte, no es de Spielberg. Por tanto, si por esto le dieron el salto al cine...en fin, deja mucho que desear. Y no se puede justificar con que fuese barata y de sus primeras películas...no, es injustificable la falta de creatividad de la que peca el telefilm eterno. Creo que hay incluso un plano que se pone en cierto momento y media hora más tarde aparece otra vez, exactamente igual, el mismo plano, vaya.
Es insoportable, pesada...Excelente de haberse tratado de un corto, pero como largometraje, definitivamente no.
Si, efectivamente, no es eso, la película lo único bueno que tiene es la historia que, por otra parte, no es de Spielberg. Por tanto, si por esto le dieron el salto al cine...en fin, deja mucho que desear. Y no se puede justificar con que fuese barata y de sus primeras películas...no, es injustificable la falta de creatividad de la que peca el telefilm eterno. Creo que hay incluso un plano que se pone en cierto momento y media hora más tarde aparece otra vez, exactamente igual, el mismo plano, vaya.
Es insoportable, pesada...Excelente de haberse tratado de un corto, pero como largometraje, definitivamente no.
8
28 de noviembre de 2015
28 de noviembre de 2015
6 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tag, Riaru onigokko en su título original, es una obra, a grandes rasgos, extraña. Si de The invitation decía que tardaba la friolera de 60 minutos en empezar, esta, por el contrario, ya te ha vacilado en el minuto 2. Y de qué manera. Quien pudo dejó soltar un pequeño sonido de asombro, el resto sencillamente nos quedamos ojipláticos, con las uñas clavadas en el asiento. Y lo mejor es que esta sensación se repite varias veces en la película, no por ello disminuyendo su intensidad.
No es la típica japonesada que todos puedan esperar (a pesar de que su comienzo pueda inducir a lo contrario), ni es la típica rallada, ni es la mezcla de esas dos cosas, ni es siquiera la superposición de las mismas. Tag es Tag y es difícil hablar de ella porque es difícil ubicarla.
Es, además de difícil, una película feminista (al principio más sutilmente -sólo aparecen chicas-, de manera más explícita al final). Tremendamente feminista. Brutalmente feminista. Acertadamente feminista.
No deja de sorprender (y convencer) a medida que avanza, y cada nueva propuesta al menos iguala, si no supera, la calidad de la anterior. El guion se desarrolla, por tanto, en una impresionante escala ascendente, con clímax apasionantes.
A modo de resumen diré que me pareció una película completa y compleja, y que estas dos palabras son las que mejor la definen.
No es la típica japonesada que todos puedan esperar (a pesar de que su comienzo pueda inducir a lo contrario), ni es la típica rallada, ni es la mezcla de esas dos cosas, ni es siquiera la superposición de las mismas. Tag es Tag y es difícil hablar de ella porque es difícil ubicarla.
Es, además de difícil, una película feminista (al principio más sutilmente -sólo aparecen chicas-, de manera más explícita al final). Tremendamente feminista. Brutalmente feminista. Acertadamente feminista.
No deja de sorprender (y convencer) a medida que avanza, y cada nueva propuesta al menos iguala, si no supera, la calidad de la anterior. El guion se desarrolla, por tanto, en una impresionante escala ascendente, con clímax apasionantes.
A modo de resumen diré que me pareció una película completa y compleja, y que estas dos palabras son las que mejor la definen.
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