Bien interpretada, y con buena fotografía, es una comedia al más puro estilo americano de los últimos tiempos: pese a suceder en la Gran Bretaña, y poseer una ambientación que rememora las brillantes comedias británicas, el humor se basa en situaciones ridículas y en el caca-culo-pedo tan repetido en las pelis yanquis del género.

Se podría haber desarrollado más hacia el lado critico, e incluso con el mismo argumento podria hacerse una comedia con unos tintes de humor negro excelentes... pero se prefirió la vertiente humor grueso, y de ahí no pasó, aunque en principio parezca que lo pretende.
Pero, sea como sea, divertida lo es un rato, y a quien la vea sin ningún tipo de pretensión más allá de pasar un rato divertido, le colmará por completo las expectativas.

Consigue hacerte reir, y de eso se trataba, creo yo.

Una peli porno, camuflada entre vídeoclips y vistas del Polo, en la que la protagonista es un callo.

Por lo que veo, hay gente a la que le gustó mucho, así que igual hay alguna escena con tiros y muertos, o mensajes cifrados, o conversaciones la ostia de intelectuales o algo por el estilo, que yo me perdí en cualquiera de los momentos en que pasé de ver a la fea zumbando con el del rabo largo, y me dediqué a asuntos más provechosos como cortarme las uñas de los pies, regar las macetas, o hacer de vientre.

A destacar el protagonista, que tiene entre las piernas la central lechera asturiana. Bueno, eso si no te da tanto asco como a mi ver ese tipo de cosas fuera de las horas del cinco contra uno.

Tanto oír que es una obra maestra, tanto leer que es una maravilla de las que te provocan el efecto dilatación-contracción (dícese de aquello que hace que por la boca te quepa un melón, pero que por el culo no te entre un cañamón), que convencí a gente para ver semejante cagarro.

Aburrida hasta pedir clemencia, con interpretaciones como para querer inventar la máquina del tiempo solo por ir a aostiar a todo el elenco, y con un argumento penoso, patético, y somnoliento hasta decir basta, es una birria desproporcionadamente valorada que impide realizar la cópula tras verla, y que mientras la gente se va -bostezando y habiéndote vaciado la nevera-, solo te deja la opción de decirle a la chiquilla que te querías beneficiar, la excusa tan pátetica de: "es un clásico del cine: que lo dicen los entendidos, que yo leo FilmAffinity, y seguro que tras una segunda revisión veremos lo que se nos ha escapado en una primera vista... ¿te quedas?"

Nada... que con esta mierda no mojas, quedas como un imbécil, y te aburres de principio a fin.
Y, aún más jodido, que los melones tiesos de la Esther no los voy a catar por culpa de semejante truño. Gracias a los entendidos de cine por ésto. Robert Mitchum era un gran actor, pero verlo con cara de estreñido todo el rato, sin saber donde coño meter las manos, me ha impedido poner las mias donde lo tenía planeado. Ojala se fuese al infierno, que es donde pueden ir a parar, según mi experiencia, quienes mean colonia con semejante caca.

Me debeis una -por no decir dos-, bien tiesas, redondas, y suaves.

Recordada como una peliculaza, no soporta una revisión en los tiempos actuales. El protagonista parece tonto de baba, la chica es más fea que la Duquesa de Alba con acidez de estómago, y la historia en si es aburridísima y merecedora tan solo de un telefilm de los que dan en Tele 5 los domingos al mediodía “basados en hechos reales”.

Una birria más grande que el orinal de la Caballé, de la que solo cabe destacar la exquisita banda sonora. El resto, como para pincharlo en un palo y ofender las narices ajenas.

Pues resulta que un tío que hace chistes malos, y que tiene un colega que parece socio fundador del club Arny, va una noche al teatro o algo así con su novia, que se parece a la Demi Moore pero sin tetas, y a la salida lo apuñalan sin haberle dicho a la churri que la quiere. Que ganas de llorar, Dios mío…

Luego se ve que es un fantasma, pero rollo torpe, y ha de aprender a hacer su papel sin salir en programas del corazón. Es una faena, pero por la chiquilla del flequillo y la carencia pectoral lo que haga falta. Qué sufrido el muchacho, que hasta ha de estarse en la habitación de una negra horrorosa toda una noche. Que ganas de potar, Dios mío...

Al final la caspa inunda el mundo, y la baba y la seborrea matan cualquier atisbo de sensatez, y el guionista se suicida y el director cambia de sexo. Los protas no hacen nada, que eso lo llevan haciendo toda la peli, y al compás de la Unchained Melody toda las niñas con granos y pechos incipientes lloran, y los crios que aguantan el bodrio a ver si arriman el apio de una vez se ponen tiernos, y las máquinas de condones hacen el agosto. Lo que hay que soportar por folgar, Dios mío…

Ay que penica, rediez.