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Críticas ordenadas por utilidad
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6
23 de febrero de 2018
23 de febrero de 2018
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta imposible no pensar en "Amigos Intocables" antes de disponerse a ver "La Fiesta de la Vida", la nueva película de los directores y guionistas Olivier Nakache y Eric Toledano, que en su momento con aquella memorable cinta lograron hacernos pasar un buen rato y sacarnos más de una sonrisa. Quizás la comparativa no favorezca a la nueva realización de esta dupla de franceses (en el medio hicieron "Samba"), pero es un poco lo que le viene a uno a la mente ante esta propuesta, naturalmente enmarcada en el género de comedia.
En esta ocasión los sucesos están vinculados a la realización de la fiesta de boda de una pareja joven de recién casados, la cual pretende hacer una ceremonia ostentosa, y a lo grande, pero por otra parte busca la reducción de algunos costos. El personaje más singular sin dudas es Max, llevado a cabo categóricamente por Jean-Pierre Bacri, un hombre que hace años se encarga de organizar fiestas y es naturalmente el responsable de lograr que en la celebración mencionada salga todo de manera correcta. Sin embargo, una vez llegado al castillo en donde se ha de realizar, el caos parece emerger. Parte de lo planeado se desmorona irremediablemente y muchos de los encargados de que las cosas vayan por el rumbo indicado, parecen no tener su mejor día, mientras que otros, por diversidad de motivos, no estarán presentes, lo que lleva a la elección de reemplazos en lo inmediato, aumentado el de por si caótico estado en el que están involucrados. Un desfile de personajes, algunos conocidos, otros salidos del improvisto, desbordarán a Max, que como si todo esto fuera poco, tendrá que tolerar al extenuante novio, que desde su llegada irrumpirá con multiplicidad de quejas.
A lo largo del film se hace notar un poco el humor que viene siendo característico de la comedia moderna francesa, así como algunos toques de la dupla Nakache-Toledano. Si bien tiene sus momentos de humor bien delineado, situaciones muy ocurrentes, y algún que otro pasaje de tonalidad hilarante, otros chistes recaen más en lugares comunes, ciertos convencionalismos, o no tienen la chispa o fuerza suficiente. Durante la primera mitad, la película impone una rítmica notablemente acelerada, logrando sostener al máximo la concentración del espectador, brindándole progresivamente dosis humorísticas. Pero con el avanzar del metraje, ese ritmo cuasi frenético que impone la cinta desde el minuto cero, tenderá a caer, resultando un poco extendida, haciendo notar que su duración debió ser al menos un poco más corta.
Sin poder posicionarse entre las grandes comedias francesas de los últimos tiempos, resultando un poco del montón, "La Fiesta de la Vida" es una película que vale la pena ver, que tiene sus momentos, y hasta muestra algún tipo de cuestionamiento a determinadas malas costumbres o hábitos, que persisten con el paso del tiempo, así como críticas a formas modernas de vida.
En esta ocasión los sucesos están vinculados a la realización de la fiesta de boda de una pareja joven de recién casados, la cual pretende hacer una ceremonia ostentosa, y a lo grande, pero por otra parte busca la reducción de algunos costos. El personaje más singular sin dudas es Max, llevado a cabo categóricamente por Jean-Pierre Bacri, un hombre que hace años se encarga de organizar fiestas y es naturalmente el responsable de lograr que en la celebración mencionada salga todo de manera correcta. Sin embargo, una vez llegado al castillo en donde se ha de realizar, el caos parece emerger. Parte de lo planeado se desmorona irremediablemente y muchos de los encargados de que las cosas vayan por el rumbo indicado, parecen no tener su mejor día, mientras que otros, por diversidad de motivos, no estarán presentes, lo que lleva a la elección de reemplazos en lo inmediato, aumentado el de por si caótico estado en el que están involucrados. Un desfile de personajes, algunos conocidos, otros salidos del improvisto, desbordarán a Max, que como si todo esto fuera poco, tendrá que tolerar al extenuante novio, que desde su llegada irrumpirá con multiplicidad de quejas.
A lo largo del film se hace notar un poco el humor que viene siendo característico de la comedia moderna francesa, así como algunos toques de la dupla Nakache-Toledano. Si bien tiene sus momentos de humor bien delineado, situaciones muy ocurrentes, y algún que otro pasaje de tonalidad hilarante, otros chistes recaen más en lugares comunes, ciertos convencionalismos, o no tienen la chispa o fuerza suficiente. Durante la primera mitad, la película impone una rítmica notablemente acelerada, logrando sostener al máximo la concentración del espectador, brindándole progresivamente dosis humorísticas. Pero con el avanzar del metraje, ese ritmo cuasi frenético que impone la cinta desde el minuto cero, tenderá a caer, resultando un poco extendida, haciendo notar que su duración debió ser al menos un poco más corta.
Sin poder posicionarse entre las grandes comedias francesas de los últimos tiempos, resultando un poco del montón, "La Fiesta de la Vida" es una película que vale la pena ver, que tiene sus momentos, y hasta muestra algún tipo de cuestionamiento a determinadas malas costumbres o hábitos, que persisten con el paso del tiempo, así como críticas a formas modernas de vida.

6.1
2,241
7
31 de diciembre de 2017
31 de diciembre de 2017
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estreno de "Zama" en los cines argentinos no es uno del montón; representa el esperado regreso de la directora salteña Lucrecia Martel, tras nueve años de ausencia, desde la presentación de lo que sería su tercera película, "La Mujer sin Cabeza", allá por el 2008. Martel adquirió casi de inmediato el estatus de directora de culto, luego de lo que sería su debut en 2001, con la sobresaliente "La Ciénaga", y que le valió un reconocimiento más que merecido.
En esta ocasión, Lucrecia se anima a adaptar "Zama", la obra de Antonio Di Benedetto, y eso genera cierta expectativa extra. La historia está ambientada en Asunción, en el siglo XVIII y gira en torno al oficial español Don Diego De Zama, quien para poder estar cerca de su familia se mantiene a la espera de un pronto traslado, que parece no llegar nunca. La idea del reconocimiento a su accionar nunca está del todo clara y se percibe al avanzar la película que no está cómodo en su lugar, tampoco siente que sea tenido en cuenta, y el peso de su importancia, así como sus determinaciones, también pasan a ser poco relevantes, más aún con el transcurrir de los acontecimientos. La idea de Martel a la hora de adaptar "Zama" es, claramente, de hacerla suya, de apropiarse de la misma, así poder mediante la misma desarrollar una idea, llevando la historia para dónde crea conveniente; es por eso que pretender que la directora respete puntualmente la obra de Di Benedetto, termina siendo ilógico.
"Zama" no es una película fácil; de hecho termina siendo la cinta más compleja y difícil de contextualizar de la directora salteña. La narración nunca es lineal, optando siempre por el camino menos esperado, generando pausas, y momento de tensión, y hasta de confusión, porque por momentos uno no sabe bien que está presenciando, ni donde está situado. Porque si bien hay factores palpables de sus trabajos anteriores, vinculados a los tiempos que se toma, y a la forma en que se dan los sucesos y brinda información, la aparición de ciertos elementos de índole surrealista (que resultan ocurrentes y simpáticos), quizás no sirvan a la hora de asentar ideas; y también hay que saber comprender que la idea del cine de Martel no radica tanto en explicar, o dar cosas por sentado, sino que se perfila más a lo sensorial y por ende pretende una mayor participación y compromiso del espectador. Desde ya hay una marcada crítica a ciertas costumbres presentes en la etapa del colonialismo, al racismo, a la esclavitud…
Quizás si sea necesario ver, antes o después de la misma, cual es el eje de la realizadora, porque sino la trama de la misma puede tornarse confusa; lo que explica Martel, es que la cinta trata sobre la identidad, sobre esa necesidad tan presente en toda sociedad de ser algo, y las consecuencias negativas cuando uno no tiene claro que es, o cual es su función en un medio. Es como estar en estado vegetativo, en algún punto, y como todo conflicto interno o crisis de identidad, molesta. No obstante, y pese a ser funcional a la hora de instaurar una idea, me parece que termina siendo excesivo el metraje en su totalidad, ya que muchas son las escenas que podrían haber sido cortadas y que terminan agotando al espectador; Lucrecia Martel habla de la espera, la ansiedad y es algo que siempre pone en juego en sus películas, pero a la vez es un punto que tiende a llevar a un extremo y sobre el cual termina abusando.
No se puede dejar de lado todo lo que producción refiere; una fotografía preciosa, encuadres y planos maravillosos, algunos netamente artísticos, un recurso sonoro a la altura, y una puesta en escena inconmensurable. Ciertos momentos del film hacen recordar, inevitablemente, a películas filmadas por Werner Herzog en las décadas del 70′ y 80′, como "Aguirre, la ira de Dios" o "Fitzcarraldo", principalmente por el entorno, paisajes con trasfondo de selva y vinculados a la naturaleza. Las actuaciones están todas en su lugar, desde el protagonista Daniel Gimenez Cacho, hasta Juan Minujín, la siempre apreciable Lola Dueñas o la aparición de Matheus Nachtergaele.
En esta ocasión, Lucrecia se anima a adaptar "Zama", la obra de Antonio Di Benedetto, y eso genera cierta expectativa extra. La historia está ambientada en Asunción, en el siglo XVIII y gira en torno al oficial español Don Diego De Zama, quien para poder estar cerca de su familia se mantiene a la espera de un pronto traslado, que parece no llegar nunca. La idea del reconocimiento a su accionar nunca está del todo clara y se percibe al avanzar la película que no está cómodo en su lugar, tampoco siente que sea tenido en cuenta, y el peso de su importancia, así como sus determinaciones, también pasan a ser poco relevantes, más aún con el transcurrir de los acontecimientos. La idea de Martel a la hora de adaptar "Zama" es, claramente, de hacerla suya, de apropiarse de la misma, así poder mediante la misma desarrollar una idea, llevando la historia para dónde crea conveniente; es por eso que pretender que la directora respete puntualmente la obra de Di Benedetto, termina siendo ilógico.
"Zama" no es una película fácil; de hecho termina siendo la cinta más compleja y difícil de contextualizar de la directora salteña. La narración nunca es lineal, optando siempre por el camino menos esperado, generando pausas, y momento de tensión, y hasta de confusión, porque por momentos uno no sabe bien que está presenciando, ni donde está situado. Porque si bien hay factores palpables de sus trabajos anteriores, vinculados a los tiempos que se toma, y a la forma en que se dan los sucesos y brinda información, la aparición de ciertos elementos de índole surrealista (que resultan ocurrentes y simpáticos), quizás no sirvan a la hora de asentar ideas; y también hay que saber comprender que la idea del cine de Martel no radica tanto en explicar, o dar cosas por sentado, sino que se perfila más a lo sensorial y por ende pretende una mayor participación y compromiso del espectador. Desde ya hay una marcada crítica a ciertas costumbres presentes en la etapa del colonialismo, al racismo, a la esclavitud…
Quizás si sea necesario ver, antes o después de la misma, cual es el eje de la realizadora, porque sino la trama de la misma puede tornarse confusa; lo que explica Martel, es que la cinta trata sobre la identidad, sobre esa necesidad tan presente en toda sociedad de ser algo, y las consecuencias negativas cuando uno no tiene claro que es, o cual es su función en un medio. Es como estar en estado vegetativo, en algún punto, y como todo conflicto interno o crisis de identidad, molesta. No obstante, y pese a ser funcional a la hora de instaurar una idea, me parece que termina siendo excesivo el metraje en su totalidad, ya que muchas son las escenas que podrían haber sido cortadas y que terminan agotando al espectador; Lucrecia Martel habla de la espera, la ansiedad y es algo que siempre pone en juego en sus películas, pero a la vez es un punto que tiende a llevar a un extremo y sobre el cual termina abusando.
No se puede dejar de lado todo lo que producción refiere; una fotografía preciosa, encuadres y planos maravillosos, algunos netamente artísticos, un recurso sonoro a la altura, y una puesta en escena inconmensurable. Ciertos momentos del film hacen recordar, inevitablemente, a películas filmadas por Werner Herzog en las décadas del 70′ y 80′, como "Aguirre, la ira de Dios" o "Fitzcarraldo", principalmente por el entorno, paisajes con trasfondo de selva y vinculados a la naturaleza. Las actuaciones están todas en su lugar, desde el protagonista Daniel Gimenez Cacho, hasta Juan Minujín, la siempre apreciable Lola Dueñas o la aparición de Matheus Nachtergaele.
20 de marzo de 2015
20 de marzo de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No solo es sumamente interesante la temática que aborda Konstantin Lopushansky en "Cartas de un hombre muerto", sino que la historia que se desarrolla lo deja a uno, por lo menos, perplejo. Con ayuda de un tono sepia bastante depresivo, el film nos introduce en un mundo donde es mejor no estar, ya que ni siquiera es posible habitarlo y la gente que aun se mantiene con vida debe permanecer debajo de la tierra. Si bien esta película puede a uno amargarle el día, es interesante el enfoque dado por Lopushansky, teniendo en cuenta adonde podemos parar si seguimos en la dirección en la que vamos, y mechando una serie de frases que lo dejan a uno pensando. Un dato curioso es que este film fue realizado en 1986, mismo año del accidente de Chernobyl, lo cual no me parece un dato menor.
A cuestionar una sola cosa, pero también de importancia; trás un nudo considerable y un desarrollo realmente bueno, considero que a este film le faltó brillo en la parte final, dónde me parece que se resuelve demasiado rápido el problema en cuestión y en donde el director no arriesga lo suficiente. No obstante, estamos ante una gran película, altamente recomendable.
A cuestionar una sola cosa, pero también de importancia; trás un nudo considerable y un desarrollo realmente bueno, considero que a este film le faltó brillo en la parte final, dónde me parece que se resuelve demasiado rápido el problema en cuestión y en donde el director no arriesga lo suficiente. No obstante, estamos ante una gran película, altamente recomendable.
6
11 de mayo de 2018
11 de mayo de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras cuatro años de silencio filmográfico, apareció "Basada en hechos reales", vigésimoprimer largometraje del cineasta franco-polaco Roman Polanski, realizador de obras perturbadoras (aunque necesarias), como "El inquilino (Le locataire)", "Repulsión", "El bebé de Rosemary", o la adaptación de la obra de teatro de Ariel Dorfman "La muerte y la doncella", así como otras que salen de su estilo más habitual, pero resultan igual de importantes; vale citar aquí a "El pianista", "Tess", o "Barrio chino". En esta ocasión, para adaptar la novela de Delphine de Vigan, Polanski contó con la colaboración en el guión de nada más ni nada menos que Olivier Assayas, director de "Irma Vep", "Las horas del verano" y la más reciente "Personal shopper".
La historia de "Basada en hechos reales" se centra en la vida de una famosa escritora, Delphine (interpretada por Emmanuelle Seigner, la esposa de Roman Polanski), quien tras la salida de su última novela, se siente sofocada por sus seguidores, pero a la vez atormentada con la idea de tener que iniciar con una nueva obra, quizás por la falta de ideas, o por el simple esfuerzo que representa la misma concepción de una obra literaria, el trabajo que significa y todo el desgaste entremedio. Será entonces que la aparición de la joven Elle, llevada a cabo por una destacable Eva Green, le brindará nuevas herramientas y formas de tomarse las cosas, y así poder enfocarse sobre su trabajo. Casi de inmediato percibirá la química con esta compañera, que progresivamente le contará hechos de su vida de tinte confidencial, a la par que la ayuda con su nueva novela, y las circunstancias que en el medio se le interponen, y pueden representarle la dispersión, o perdida de enfoque en la obra. No obstante, la actitud de Elle de tomarse como personal ciertas cuestiones, que atañen a la vida de Delphine y no a la de ella, representará un foco de conflicto, y pondrá en cierto peligro la estabilidad de la relación entre ambas. Aunque todo esto impactará en mayor medida sobre la experimentada escritora.
"Basada en hechos reales" lejos está de ser de las mejores cintas de Roman Polanski; de hecho es una de las más flojas, e incluso contrasta con sus tres anteriores, "El escritor oculto", "Un dios salvaje" y "La piel de Venus", que por momentos dejaban aflorar lo mejor del realizador franco-polaco. Es cierto que se presentan elementos que forman parte del universo Polanski, que la película mantiene una dinámica interesante, y que la trama te lleva. Es cierto también que tras el cierre invita a la reflexión, y todo esto es válido, pero no podemos pasar por alto que por momentos suena a reiterativo, no solo de su misma obra, sino inclusive de pasajes de películas ajenas, y hasta incluso lugares comunes. En otros momentos, pareciera que la historia un poco se pierde, y no termina de ser clara la dirección, ni las intensiones. Como destacamos más arriba, la actuación de Eva Green es notable, quizás llevando parte de la película, mientras que podemos decir que Seigner cumple como debe su rol, quizás un poco opacada por la labor de su compañera. Por todo esto, "Basada en hechos reales" es una propuesta interesante y se deja ver, pero está muy por debajo de la obra general de su autor, quien indudablemente ha brindado momentos magistrales al cine, que lo llevaron a ser uno de los cineastas mas interesantes e influyentes; pero este no es el caso.
La historia de "Basada en hechos reales" se centra en la vida de una famosa escritora, Delphine (interpretada por Emmanuelle Seigner, la esposa de Roman Polanski), quien tras la salida de su última novela, se siente sofocada por sus seguidores, pero a la vez atormentada con la idea de tener que iniciar con una nueva obra, quizás por la falta de ideas, o por el simple esfuerzo que representa la misma concepción de una obra literaria, el trabajo que significa y todo el desgaste entremedio. Será entonces que la aparición de la joven Elle, llevada a cabo por una destacable Eva Green, le brindará nuevas herramientas y formas de tomarse las cosas, y así poder enfocarse sobre su trabajo. Casi de inmediato percibirá la química con esta compañera, que progresivamente le contará hechos de su vida de tinte confidencial, a la par que la ayuda con su nueva novela, y las circunstancias que en el medio se le interponen, y pueden representarle la dispersión, o perdida de enfoque en la obra. No obstante, la actitud de Elle de tomarse como personal ciertas cuestiones, que atañen a la vida de Delphine y no a la de ella, representará un foco de conflicto, y pondrá en cierto peligro la estabilidad de la relación entre ambas. Aunque todo esto impactará en mayor medida sobre la experimentada escritora.
"Basada en hechos reales" lejos está de ser de las mejores cintas de Roman Polanski; de hecho es una de las más flojas, e incluso contrasta con sus tres anteriores, "El escritor oculto", "Un dios salvaje" y "La piel de Venus", que por momentos dejaban aflorar lo mejor del realizador franco-polaco. Es cierto que se presentan elementos que forman parte del universo Polanski, que la película mantiene una dinámica interesante, y que la trama te lleva. Es cierto también que tras el cierre invita a la reflexión, y todo esto es válido, pero no podemos pasar por alto que por momentos suena a reiterativo, no solo de su misma obra, sino inclusive de pasajes de películas ajenas, y hasta incluso lugares comunes. En otros momentos, pareciera que la historia un poco se pierde, y no termina de ser clara la dirección, ni las intensiones. Como destacamos más arriba, la actuación de Eva Green es notable, quizás llevando parte de la película, mientras que podemos decir que Seigner cumple como debe su rol, quizás un poco opacada por la labor de su compañera. Por todo esto, "Basada en hechos reales" es una propuesta interesante y se deja ver, pero está muy por debajo de la obra general de su autor, quien indudablemente ha brindado momentos magistrales al cine, que lo llevaron a ser uno de los cineastas mas interesantes e influyentes; pero este no es el caso.
12 de junio de 2016
12 de junio de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo a la hora de hacer cine que es envidiable y eso es estar en el momento justo, poder hacer un film en tiempo y lugar exacto, y esa fue la posibilidad que tuvo Tomas Alea allá por 1960 cuando filmó "Historias de la Revolución". El punto de realismo impregnado en el mismo es inmenso, retrato del cambio que buscaban y obtendrían en aquel momento y de la situación por la cual Cuba atravesaba en aquellos años. Destaco también un puntilloso y más que interesante trabajo de montaje por parte de Alea, con algunas tomas que me parecieron sorprendentes para la época. A la hora de hablar de las historias, me quedo con la primera, la fuerza y el contenido de la misma, y las caracterizaciones de los personajes, si bien todas las historias tiene un peso y una carga de dramatismo importante.
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