Película realmente atrapante, que está llena de vuelcos inesperados, donde nada es lo que en realidad parece. Sin actuaciones brillantes ni una gran historia de base,la película sabe hacerse lugar utilizando como principal instrumento los personajes dinámicos que evolucionan a medida que progresa la historia. Nada en esta película es estático, ni los personajes ni la historia, todo va cambiando y mostrando sus diversas caras. Una película interesante para tener en cuenta a la hora de ver algo entretenido.

Un restaurador de archivos fílmicos es contratado para reparar y digitalizar una serie de videos que una joven grabó con su cámara semanas previas al incendio de un edificio. Poco a poco, el restaurador y la joven van a ir conectándose y ayudándose cada uno en su época. Este recurso de conectar distintos espacios temporales y que unos influyan sobre los otros no es nuevo, ya lo han explorado algunas películas como “La casa del lago” y “Frequency”, cuyos protagonistas del presente también encuentran un objeto comunicador (un buzón, una radio) que les permite ayudar al personaje del pasado.
En “Archivo 81” ambos personajes (el restaurador en el presente y la cineasta en el pasado) van a ir descubriendo toda la trama detrás de ese edificio al mismo tiempo: uno filmándola en el pasado, otro viendo esas filmaciones en el presente. En este sentido, es interesante destacar cómo logra la serie sostener durante todos sus capítulos la tensión y la sorpresa para que el espectador no se aburra. En definitiva, la trama hace uso de un montón de recursos vistos mil veces antes, aunque bien ordenados y con sentido dentro de la historia. El único punto que podría haber hecho la diferencia (ahondar en las enfermedades mentales y cómo estas pueden alterar la percepción de la realidad) prácticamente ni se desarrolla, a duras penas si se menciona al pasar que los personajes han tenido un historial de problemas mentales.

Realmente siento que malgasté mi tiempo viendo esta película. Por empezar, el reparto es una junta de desconocidos sin talento (y aquí incluyo a Gary Oldman) que llevan adelante los personajes sin pena ni gloria. El guión y la historia en sí no son muchos mejor: El gastadísimo tema del fantasma que viene del más allá y se ensaña con una persona, un libro de la edad media que es la salvación, y por su puesto, como no podria faltar, los espejos de por medio y un niño poseído. Todo esto sumado a escenas grabadas en penumbras en lugares de los que el género de terror hace abuso (geriátrico, nosocomio, etc.) y a un diálogo tan ordinario e inconsistente que por momentos se vuelve extremadamente lento y pesado y otras veces absolutamente vulgar y previsible.
Para el olvido.

Realmente nada puede destacarse de esta película. Todo en ella es mediocre, de mala calidad.
La historia está plagada de clichés, nada menos puede esperarse de Florencia Etchevez, pero el problema es que guionistas y director no supieron buscarle la vuelta. Yo sé que es difícil revivir un muerto, pero es que ni siquiera hicieron el intento. En sí es un policial soso, que no muestra nada de la idiosincrasia y las instituciones argentinas: un crimen y una investigación bastante mal desarrollada, eso es todo. En cuanto a las actuaciones, decadentes. Lopilato y Furriel parece que compiten para ver quién es peor. Los actores secundarios ni merecen que se los nombre.

Un mal guión puede ser rescatado por buenos actores. En “Entrevías” eso no pasa, ni buen guión ni buen actores. Y en este último punto, hay que destacar que los actores más jóvenes, entre ellos la actriz principal, hacen que la serie sea insoportable. No importa cuánto se esmeren los actores más viejos por llevar adelante la propuesta, ahí está la china llorando sin lágrimas, chillando y el espectador desea que la maten en cada capítulo. Si no tenés nada que hacer, adelante, pero no esperes mucho.