La media sonrisa es permanente. Está producida por un nivel medio bueno de situaciones con chispa y gracia.
Tiene ritmo, el tiempo vuela mientras se ve. Da tiempo a ver todo lo que hay en imagen, no tiene el frenesí visual de, por ejemplo, Ratónpolis.
Si no llega al nivel de Shrek, es porque no debemos compararla con el icono y el patrón del cine de animación. Pero es de lo mejorcito entre las que siguen la estela del ogro verde.
Y mis hijas, de 3 y 5 años, ¡encantaiiiicas!

Queda muy lejosde las últimas estupendas películas del cine argentino, que seguían la estela de "El hijo de la novia".
Una decepción, puesto que esperaba que mantuviera ese nivel.
La encuentro más comparable a españolas recientes, como la malísima segunda parte de "El otro lado de la cama". Como en estas, en los temas tratados destaca más lo "salidillo" que lo profundo. Esta película mejora bastante el producto similar español.
Las interpretaciones son correctas y algunos personajes tienen su lado tierno. También me gusta ver y "oír" Argentina.

Es tan profundo el tema a tratar que resulta sencillo identificarse con los "buenos".
A partir de ahí, la película es muy llevadera pese a que tiene un cierto tufillo a telefilme (solo a veces), a que el protagonista blanco pone una única cara (de "estoy perplejo") durante las dos horas y a que algunos personajes son insustanciales (como la mujer del "perplejo").
No alcanza la intensidad dramática de "Hotel Rwanda" ni "Atrapa el fuego", pero tampoco contiene escenas de violencia equiparables, cosa que yo agradezco.
Homenaje al protagonista negro, la película justifica porqué se le acabó concediendo el Premio Nobel de la paz.

Es una especie de resumen de todo lo mejor del cine que te hace reír de modo inteligente. Te deja el regusto de las películas originales y divertidas. Tiene el mejor punto de la comedia británica y se desmadra como Alex de la Iglesia, "El milagro de P. Tinto" o "Delicatessen". Un pero: El ritmo de la narración es algo irregular.
El título en español me parece correcto, considerando que quien lo pone quiere recaudar: Acudirá al cine quien sabe cómo es esta película y también algún despistado fanático de Van Damme o Steven Seagal.

La historia es bonita. Está bien filmada en paisajes y en acción bélica.
Ahí se acaba lo bueno. Llena de tópicos, los personajes son predecibles desde que aparecen. Solo con su aspecto físico adivinas qué papel desempeñarán en la trama. Hablan todos casi con monosílabos de cosas archiconocidas de común aceptación. Más de dos horas sin sorpresas.
Sobre el tema Resistencia, ¡qué diferencia con la estupenda película danesa Flame y Citron que está en cartel!