Ayer vi Inside Out en el cine y la única que me quedaba por ver de Pixar era Cars 2. No la había visto hasta ahora y no tenía interés en verla debido a las malas críticas. Pues bien, jamás vuelvo a fiarme de las críticas.

Coincido con la crítica profesional en que Toy Story 3, (así como toda la trilogía), Monstruos sa y buscando a Nemo son obras maestras, pero que Up y Wall-e estén consideradas como las dos obras cumbres de Pixar y Cars 2 y Bichos como las dos peores me resulta sorprendente, increíble, incomprensible...

Cars 2 es infinitamente mejor que su predecesora. Con la gran obra maestra de todos, Wall-e, me aburrí increíblemente, tanto que estuve tentado a dejar de verla en varias ocasiones, pero como no me gusta dejar una película a medio, no lo hice. Sin embargo, con Cars 2 la palabra "aburrimiento" ha desaparecido de mi diccionario. A diferencia de Inside Out, donde el nudo se hace demasiado largo y aburre, en Cars 2 el ritmo y la organización del film es perfecta. El ritmo es frenético y es una de las películas más entretenidas de toda la factoría.

El argumento me ha parecido muy interesante para los adultos, pero dudo mucho que los niños la entiendan. Aun así, la disfrutarán con total seguridad. Ahora bien, sí coincido en un par de cosas con la crítica profesional. En Cars 2 no está presente la magia de la gran mayoría de películas de Pixar, pero eso no implica la barbaridad de calificarla como la peor. Yo he llorado en casi todas las películas de esta factoría, pero en ésta no, porque no hay escenas que inviten a ello, ya que no está esa magia de Pixar que te inunda el corazón. No obstante, esto es suplido por un gran entretenimiento, superior a otras cintas del flexo.

Técnicamente perfecta, con mucha acción, unos entrañables personajes y, especialmente, un final muy muy imprevisible, cosa poco común en las películas de animación, hacen de esta cinta un dulce del entretenimiento, totalmente recomendable. Es de esas películas de las que esperas poco y te da mucho.

Me pregunto si la gente que va al cine a ver "La momia" espera encontrarse con un guion como el de Casablanca, la lista de Schindler, Million Dollar Baby, etc. Si esperan eso, entiendo tanta mala crítica inmerecida. Yo desde luego no. Yo voy a ver "La momia" buscando buenos efectos especiales, mucha acción y mucho entretenimiento. ¿Me lo ofrece? A raudales, y de ahí mi nota. Evidentemente no voy a ver películas como esta o como Transformers buscando una obra de arte o un gran guion. Cada película es para lo que es y cada película ofrece lo que tiene que ofrecer.

No entiendo semejante diferencia de opiniones. Antes de su estreno en España, el amanecer del planeta de los simios gozó de una muy cálida acogida al otro lado del charco. Cuando la vi en el preestreno, di por hecho que en España sucedería lo mismo, ya que a mí me pareció y me parece una gran película. Pero estoy viendo que no es así, ya que en España hay más críticas negativas que positivas hacia un blockbuster que, a diferencia de su gran mayoría, no busca sólo recaudar una gran cantidad de dinero, sino ir más allá: transmitir un mensaje, emocionar, hacer reflexionar.

Analizando la película, me sorprendió que aunque siga la trama de la anterior, sea tan distinta. No tienen nada que ver (los ambientes son más lúgubres, no se centra en un simio sino en toda la comunidad, etc,) pero cada una tiene algo muy especial, una magia que las convierte a ambas en muy buenas películas. Es cierto que el amanecer tiene más acción, pero no por ello abandona la carga emotiva de la primera. No es difícil que, al igual que en su antecesora, al espectador se le salten las lágrimas en esta nueva entrega.

Lo mejor sin duda serían, para mí, los simios. Están ejecutados de una manera tan sublime que parecen reales. Sus movimientos son perfectos. En general, los efectos especiales son tremendamente buenos. No sé a qué esperan a darle un Óscar a Andry Serkis por ese papel que muy probablemente a todos nos ha conmocionado en ambas entregas.

En definitiva, quizá debido a que son tan distintas, no podría decantarme por una. Ambas, en su estilo, me parecen igual de buenas y difíciles de comparar. Y ya el hecho de que hablemos de un blockbuster que no sólo busca ganar dinero dice mucho de la película

Estoy realmente sorprendido. Aunque había leído críticas malas, sabía que me iba a gustar. Si el trailer me gusta, la película también: siempre ha sido así. Y el trailer prometía mucho. Pero fue mucho más allá: no solo me gustó, sino que me dejó impactado. No lo había pasado tan mal en el cine en toda mi vida. Y esto se debe al impoluto realismo que refleja la película a lo largo de todo su metraje. El enfoque, los planos, todo todo, hace que sea una de las películas de catástrofes más realistas que se han hecho jamás. Es inevitable no ponerse en la piel de los personajes y no padecer su mismo sufrimiento.

Si habéis visto Twister, también será inevitable que las comparéis: la escenografía, los paisajes, los completamente locos caza tornados, etc. Sin embargo, en el ojo de la tormenta es un twister multiplicado por 10, con la mejorada tecnología 18 años después creando unos tornados sublimes. Así, los efectos especiales son de primera, con una serie de tomas imposibles de olvidar, realmente abrumadoras.

Alejada de clichés, los personajes dan lo que prometen, aunque el doblaje de algunos deja mucho que desear. En algunos momentos, además, la trama demasiado sensible y es fácil que se escape alguna lágrima.

En definitiva, es una excelente película de catástrofes. Lo mejor es el absoluto realismo y, por consiguiente, tensión que logra transmitir a los espectadores. Y lo peor, que se hace muy corta. Si te gusta el cine de catástrofes, te encantará. Y si no, lo pasarás mal igual.

El cine de terror no atravesaba su mejor momento. La sensación de estar viendo lo mismo, una y otra vez, era innegable. ¿Había muerto la originalidad en este género? ¿Había desaparecido el buen cine de terror? La respuesta parecía evidente: sí. Hasta que llegó 'The conjuring'.

La cinta trata sobre los fenómenos sobrenaturales que aterrorizaron a la familia Perron en su nueva casa de Rhode Island en los años 70, fenómenos gracias a los cuales esta familia se ve obligada a recurrir a los servicios de los reconocidos demonólogos Ed y Lorraine Warren. En definitiva, una familia se muda a una nueva casa y suceden cosas extrañas. A priori, el argumento no aporta nada nuevo, sin contar el hecho de que se trata de una historia basada en hechos reales. Entonces, ¿por qué esta película ha salvado al cine de terror?

La respuesta es sencilla: la brillante dirección de James Wan. Expediente Warren podría haber sido una de tantas películas de terror sobrenatural con sustos fáciles y los mismos clichés, pero, afortunadamente, nada más lejos de la realidad.

La atmósfera de tensión creada a lo largo de la película es una de las razones que explican su genialidad, llegando a asustar fácilmente a los menos asustadizos. A ello contribuyen una perfecta fotografía, una muy adecuada banda sonora y un clímax que siempre llega en el momento preciso. Por otra parte, el ritmo de la cinta está muy bien logrado, dosificando el terror de manera muy inteligente y siempre con brillantez.

Otro de sus puntos fuertes es, precisamente, uno de los puntos débiles por excelencia del cine de terror: la interpretación. Aquí no encontraremos esas actuaciones mediocres que, lejos de mantenerte en vilo, provocan o bien dejar la película a medio o soltar una sonora carcajada. Aquí encontramos unas interpretaciones que, si bien sería exagerado calificarlas de brillantes, sí podríamos considerarlas sobresalientes, especialmente la de Vera Farmiga (Lorraine Warren).

El final no va a ser ni un motivo de sorpresa ni una de las razones por la que esta cinta pase a la historia. De hecho, no hay originalidad por ninguna parte. Y ahí es precisamente donde radica la magia de una película que ya es y será considerada como una de las mejores películas de terror: una dirección brillante que hace parecer algo demasiado visto como nunca visto antes. Por eso, Expediente Warren ha salvado un género de terror en preocupante decadencia hasta la fecha.