Esta película es bella en muchos aspectos: la fotografía, los paisajes, la música, los actores protagonistas... Todo parece encajar para contarnos una historia de amor gay envuelta en realismo mágico con toques mitológicos. Sin embargo, el guion no se sostiene y todo lo demás cae irremediablemente por su propio peso.

La idea de que dos machirulos superheteros obsesionados con el gimnasio acaben comiéndose a besos mientras se revuelcan desnudos en la arena de una playa paradisíaca es bastante prometedora, pero cuando los diálogos y las situaciones son artificiales, torpes, vacíos y en ocasiones vergonzosos no hay manera de sacar adelante la película. Parece un claro ejemplo de lo importante que es el guion cinematográfico SIEMPRE. Una pena haber echado a perder una película que podía haber sido muy interesante.

Esta película es exactamente lo que se le pide que sea: es entretenida y misteriosa, contiene símbolos, pistas, acertijos y mucha historia. Además, cuenta con buenos personajes, escenas de acción y suspense bien ejecutadas y las resoluciones no son demasiado avergonzantes. No le sobra metraje, y eso es mucho decir teniendo en cuenta su larga duración. Es, sencillamente, lo que la adaptación de "El Código Da Vinci" debía haber sido.

Muy recomendable para una tarde de sofá y manta.

No entiendo la necesidad de muchos de buscar siempre en una película slasher personajes profundos, una trama sólida y verosímil o interpretaciones de Óscar. Esta nueva película de Leatherface ofrece todo lo que se le puede pedir a un slasher: entretenimiento, muertes, tensión, sustos... y diversión. No se le puede ni debe pedir más.

La fotografía es muy buena, el ritmo de la película es trepidante, y las hermanas protagonistas cumplen muy bien su función (no tanto la it girl original). Hay escenas muy bien desarrolladas, que son tensas y que saben sorprender. Mención especial para la escena del autobús: una delicia para cualquier fan del slasher.

Pocas series consiguen emocionar tanto sin caer en el dramatismo o la lágrima fácil. La trama y los personajes son tan naturales que el espectador sintoniza desde el principio y es parte de la historia.

Hacen falta más series como ésta, no sólo para remover conciencias y normalizar temas como la homosexualidad o la transexualidad, sino para contar historias desde las emociones, la humanidad y la bondad.

La fotografía, la música, el pedazo de reparto... Todo es de diez. GRACIAS por esta serie.

Hay algo verdaderamente avergonzante en esta serie. La protagonista es INSOPORTABLE, la frivolidad que envuelve toda la serie es apabullante, y el hecho de que personajes locales hablen inglés entre ellos es bastante insultante.

Sin embargo, al igual que las comedias románticas de éxito Emily en Paris funciona: entretiene, engancha y evade. Ése es su único fuerte (además de la ciudad de París, retratada de manera espectacular).