Una gran comedia con base detectivesca y un planteamiento lleno de originalidad. El protagonista está que se sale, es un hallazgo su personaje, pero es que los demás también. Cada episodio tiene un guión elaborado y además la trama de continuación, apoyada en esos personajes que rodean al protagonista, te hace sorprenderte cada vez. Son un gran acierto los apartes del guión escenificando los locos pensamientos del profesor, algunos verdaderamente hilarantes.
La metí en el cajón de las series "de culto" y la veo de nuevo sin que haya perdido un ápice de frescura.

Don Billy saca risas sin descuidar el corazón, porque esta es, sobre todo, una típica comedia romántica aunque no lo parece, sino más bien una comedia costumbrista. El choque de culturas, el yanqui en el mundo mediterráneo dándose de trompazos contra la siesta, la burocracia, la lentitud, la distinta concepción de las cosas y al final, del mismo amor, están perfilados con tal despliegue de buena leche que encandilan y emocionan.
Y el reparto... qué decir, es perfecto perfecto perfecto, todos creíbles, todos impecables, a todos te los imaginas siendo lo que interpretan, Juliet Mills está deliciosa, y Jack Lemon, en un papel dificilísimo, lo borda, se sale ¿cómo tiene solo dos óscares?
Película de obligada visión para chicos y grandes, a ser posible en pareja, una de esas pelis para ver con la chica a la que acabas de conocer, que se entere de que eres sensible y gracioso.

Hace mucho que la vi y me ha extrañado que no hubiera ninguna crítica de esta estupenda película. Cuenta las andanzas y peripecias de un grupo de gángsters y sus alocados delitos, con gracia, con inteligencia y mucho desparpajo. Enseguida les cobras afecto, te haces amigo de todos ellos y te sorprendes de los muchos e inesperados giros que va tomando la trama, trama que no es más que una sucesión de aventuras cómicas. Es de agradecer también ver al gran Lino Ventura, tan serio él, bordando el papel del serio y respetable, que es el peor de todos.

Me recuerda a otra serie francesa de polis, Candice Renoir. Esta es una serie con los ingredientes más básicos, dos polis de distinto carácter que se complementan. Lo siempre visto, pero lo cierto es que tiene un especial encanto que hace que se siga con gusto. Las tramas están bien escritas y los personajes habituales se hacen entrañables, todo ello con la amabilidad de la comedia francesa tradicional. Y es un alivio seguir una serie policiaca sin las estridencias y violencias yanquis.
Un poli que come cruasanes por fuerza ha de gustar más que uno que come dónuts.

De Sica nos hace ver un bosque yendo árbol por árbol. Los episodios de que se compone esta obra maestra del cine son, uno por uno, merecedores por sí solos de su propia crítica. Cada uno de ellos es extraordinario en su concepción, desarrollo, interpretación y puesta en escena, pero lo más extraordinario de todo es que la suma de todos ellos hace una película aún mejor que sus componentes. Con unos te ríes, otros te meten el corazón en un puño y todos te asombran, porque todos son creibles y, al mismo tiempo, esperpénticos, hasta que te das cuenta de que... así es Nápoles. Y ver a un Totó brillante, a una Sofía Loren ejerciendo de la actriz más guapa y graciosa del cine, a Mangano que consigue dar tantísima pena con esa naturalidad, a un De Sica descacharrante, a De Filippo asombrosamente lúcido... vamos, que no se lo puede uno perder. De hecho, es una película que veo de vez en cuando y procuro hacerlo con gente al lado que no la conozca, para disfrutar también de sus reacciones.