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5
22 de diciembre de 2019
22 de diciembre de 2019
174 de 264 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé ni por donde empezar.
Tenía ganas de ver este proyecto, calificado como una experiencia de terror independiente con tintes enfermizos y con dos actores como Willem Dafoe y Robert Pattinson, además de ser la nueva película del director de La Bruja (The Witch). Tengo que reconocerlo, a pesar de sus potentes imágenes y algunos instantes logrados, no me convenció su anterior película.
Aquella fue catalogada como una obra de culto, cosa con la que discrepo, totalmente, ya que creo que es un calificativo del cual se está abusando demasiado en los últimos años, sobre todo con productos de terror independiente, como el nombrado o los de Ari Aster (Hereditary, Midsommar).
No soy prejuicioso, y a pesar de que aquella no me entusiasmó, me he embarcado en el visionado de El Faro, con la mente abierta y teniendo en cuenta sus críticas, que la dejan de clásico instantáneo y de obra maestra, exactamente lo mismo que con los ejemplos citados (lo cual nunca es buena señal para mí, pero repito, mente abierta).
Destacar que, a pesar de las positivas críticas, el film ha sido ignorado en los premios de cine (a la espera de ver que pasa con los Oscars). Una cosa es la película, pero esas dos interpretaciones (que ahora iremos con ello) merecen un reconocimiento. Y es que ya sabemos como son los tiempos que corren en Hollywood, ya que si eres un proyecto minimalista destinado a una parte concreta del público, no te hacen ni caso, porque sólo ven números. Pero esa es otra historia.
Respecto a la película en si, no nací ayer, conozco mis gustos, y ya sabía de antemano que no iba a salir encantado del visionado de esta nueva propuesta independiente, pero lo que me he encontrado es tan difícil de clasificar, que me quedo sin palabras. Y es que estamos ante un delirio enfermizo de difícil digestión, no apto para cualquier paladar (ni para las grandes masas) y que es (al menos para un servidor) bastante inclasificable.
Jamás me atrevería a decir que es una paranoia que es mejor enterrar en el olvido, porque tiene elementos positivos, pero de nuevo, cabe preguntarse como es que los críticos ven elementos que para el espectador medio (me considero como tal) son inalcanzables, porque estoy seguro que más de una y uno abandonará la sala del cine, si es que ha acabado ahí por puro desconocimiento. Pero mejor diseccionar este experimento bizarro.
La dirección de Robert Eggers tiene un marcado corte independiente, usando el blanco y negro y con instantes inquietantes y enigmáticos, como en su anterior obra. No obstante salí más convencido (en este aspecto) de La Bruja, ya que creo que tuvo una mejor dirección aquella. Aquí asistimos a una película de muy bajo presupuesto (no lo digo como algo malo) donde todo el peso recae en sus dos estupendos actores.
De lo que estoy totalmente seguro es que a la película le sobra metraje, ya que no tiene sentido ver trabajar al personaje de Robert Pattinson de forma constante, sin aportar nada al conjunto final. Sé lo que quiere transmitir el director (el cansancio del personaje), pero con que me muestren tres minutos de trabajos forzosos me vale, no es necesario que repitas la misma escena en diferentes tramos del film. Por eso una película que podría haber durado hora y media, acabada durando casi dos horas, aunque debo reconocer que no se hacen pesadas, de nuevo, gracias a la maestría de sus dos protagonistas, que atrapan al espectador y no lo sueltan hasta el final.
Sinceramente, no veo esa maestría en la dirección que aseguran los críticos profesionales, pero reconozco que hay momentos destacables, aunque tampoco veo un dirección magistral, en ningún caso. A gusto del consumidor, supongo.
Como en todo film de autor que se precie, el guion también es cortesía del director, ofreciendo un viaje enfermizo a la locura más hilarante, donde se combinan momentos de difícil comprensión con algunos interesantes diálogos. Y es que la película va de menos a más, y por más me refiero a "el todo vale".
Estoy seguro que la propuesta tendrá su público (al igual que ha conquistado a los críticos que la han podido visionar), pero hay que tener la mente muy abierta para aceptar lo que se nos muestra. No es un viaje sencillo, y seguramente esté ante una de las películas más extrañas que he visto en mi vida... y he visto cada cosa.
Y vamos con lo que es lo mejor de la película y lo que hace que se salve de la quema (para un servidor), que son sus dos estupendos protagonistas, los cuales cargan con el peso de la película durante todo el metraje. Sin ellos esto no sería lo mismo.
Robert Pattinson vuelve a demostrar lo buen actor que es, y es que es uno de esos intérpretes que todavía están pagando los pecados del pasado (y sí, me refiero a la saga Crepúsculo), cuando creo que a estas alturas del cuento ha demostrado que siempre da la talla, y que tiene una filmografía tan arriesgada como única, coqueteando sin pudor con el cine independiente, en vez de apostar por films de más presupuesto. Y sí, lo digo sabiendo que es el nuevo Batman. Una interpretación digna de todos los elogios, ya que va de menos a más, siendo comedido al principio y desatado por el final.
Y luego tenemos al fabuloso Willem Dafoe, que es uno de esos actores que ya no tienen que demostrar nada a nadie y que nos ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera, llena de matices y con momentos desternillantes (en el buen sentido). Ambos hacen que la película suba muchos enteros, gracias un duelo interpretativo magnético y espectacular, siendo imprescindibles, ya que sin ellos el viaje se nos podría haber atragantado más de la cuenta. Merecen sendas nominaciones, algo que estoy seguro que no ocurrirá.
Sigue en spoilers sin spoilers
Más críticas: ocioworld.net
Tenía ganas de ver este proyecto, calificado como una experiencia de terror independiente con tintes enfermizos y con dos actores como Willem Dafoe y Robert Pattinson, además de ser la nueva película del director de La Bruja (The Witch). Tengo que reconocerlo, a pesar de sus potentes imágenes y algunos instantes logrados, no me convenció su anterior película.
Aquella fue catalogada como una obra de culto, cosa con la que discrepo, totalmente, ya que creo que es un calificativo del cual se está abusando demasiado en los últimos años, sobre todo con productos de terror independiente, como el nombrado o los de Ari Aster (Hereditary, Midsommar).
No soy prejuicioso, y a pesar de que aquella no me entusiasmó, me he embarcado en el visionado de El Faro, con la mente abierta y teniendo en cuenta sus críticas, que la dejan de clásico instantáneo y de obra maestra, exactamente lo mismo que con los ejemplos citados (lo cual nunca es buena señal para mí, pero repito, mente abierta).
Destacar que, a pesar de las positivas críticas, el film ha sido ignorado en los premios de cine (a la espera de ver que pasa con los Oscars). Una cosa es la película, pero esas dos interpretaciones (que ahora iremos con ello) merecen un reconocimiento. Y es que ya sabemos como son los tiempos que corren en Hollywood, ya que si eres un proyecto minimalista destinado a una parte concreta del público, no te hacen ni caso, porque sólo ven números. Pero esa es otra historia.
Respecto a la película en si, no nací ayer, conozco mis gustos, y ya sabía de antemano que no iba a salir encantado del visionado de esta nueva propuesta independiente, pero lo que me he encontrado es tan difícil de clasificar, que me quedo sin palabras. Y es que estamos ante un delirio enfermizo de difícil digestión, no apto para cualquier paladar (ni para las grandes masas) y que es (al menos para un servidor) bastante inclasificable.
Jamás me atrevería a decir que es una paranoia que es mejor enterrar en el olvido, porque tiene elementos positivos, pero de nuevo, cabe preguntarse como es que los críticos ven elementos que para el espectador medio (me considero como tal) son inalcanzables, porque estoy seguro que más de una y uno abandonará la sala del cine, si es que ha acabado ahí por puro desconocimiento. Pero mejor diseccionar este experimento bizarro.
La dirección de Robert Eggers tiene un marcado corte independiente, usando el blanco y negro y con instantes inquietantes y enigmáticos, como en su anterior obra. No obstante salí más convencido (en este aspecto) de La Bruja, ya que creo que tuvo una mejor dirección aquella. Aquí asistimos a una película de muy bajo presupuesto (no lo digo como algo malo) donde todo el peso recae en sus dos estupendos actores.
De lo que estoy totalmente seguro es que a la película le sobra metraje, ya que no tiene sentido ver trabajar al personaje de Robert Pattinson de forma constante, sin aportar nada al conjunto final. Sé lo que quiere transmitir el director (el cansancio del personaje), pero con que me muestren tres minutos de trabajos forzosos me vale, no es necesario que repitas la misma escena en diferentes tramos del film. Por eso una película que podría haber durado hora y media, acabada durando casi dos horas, aunque debo reconocer que no se hacen pesadas, de nuevo, gracias a la maestría de sus dos protagonistas, que atrapan al espectador y no lo sueltan hasta el final.
Sinceramente, no veo esa maestría en la dirección que aseguran los críticos profesionales, pero reconozco que hay momentos destacables, aunque tampoco veo un dirección magistral, en ningún caso. A gusto del consumidor, supongo.
Como en todo film de autor que se precie, el guion también es cortesía del director, ofreciendo un viaje enfermizo a la locura más hilarante, donde se combinan momentos de difícil comprensión con algunos interesantes diálogos. Y es que la película va de menos a más, y por más me refiero a "el todo vale".
Estoy seguro que la propuesta tendrá su público (al igual que ha conquistado a los críticos que la han podido visionar), pero hay que tener la mente muy abierta para aceptar lo que se nos muestra. No es un viaje sencillo, y seguramente esté ante una de las películas más extrañas que he visto en mi vida... y he visto cada cosa.
Y vamos con lo que es lo mejor de la película y lo que hace que se salve de la quema (para un servidor), que son sus dos estupendos protagonistas, los cuales cargan con el peso de la película durante todo el metraje. Sin ellos esto no sería lo mismo.
Robert Pattinson vuelve a demostrar lo buen actor que es, y es que es uno de esos intérpretes que todavía están pagando los pecados del pasado (y sí, me refiero a la saga Crepúsculo), cuando creo que a estas alturas del cuento ha demostrado que siempre da la talla, y que tiene una filmografía tan arriesgada como única, coqueteando sin pudor con el cine independiente, en vez de apostar por films de más presupuesto. Y sí, lo digo sabiendo que es el nuevo Batman. Una interpretación digna de todos los elogios, ya que va de menos a más, siendo comedido al principio y desatado por el final.
Y luego tenemos al fabuloso Willem Dafoe, que es uno de esos actores que ya no tienen que demostrar nada a nadie y que nos ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera, llena de matices y con momentos desternillantes (en el buen sentido). Ambos hacen que la película suba muchos enteros, gracias un duelo interpretativo magnético y espectacular, siendo imprescindibles, ya que sin ellos el viaje se nos podría haber atragantado más de la cuenta. Merecen sendas nominaciones, algo que estoy seguro que no ocurrirá.
Sigue en spoilers sin spoilers
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En conclusión, estamos ante un experimento independiente de difícil digestión, del cual el gran público renegará y que sólo convencerá a los críticos y a los espectadores que amaron productos como los citados unos párrafos más arriba. No me parece una mediocridad infumable como Midsommar (que para mí es la peor película del año), pero tampoco veo una obra maestra por ningún lado, ya que el film se apoya demasiado en sus dos sobresalientes protagonistas.
No es de lo peor del año, pero sí de lo más decepcionante, ya que aunque sabía a lo que venía, esperaba más del producto y al final me ha dejado bastante insatisfecho, pero sólo por las actuaciones de Dafoe y Pattinson merece la pena entregarse a los delirios enfermizos del señor Eggers. Una de las películas más raras que he visto en mi vida, y supongo que eso ya es algo.
No es de lo peor del año, pero sí de lo más decepcionante, ya que aunque sabía a lo que venía, esperaba más del producto y al final me ha dejado bastante insatisfecho, pero sólo por las actuaciones de Dafoe y Pattinson merece la pena entregarse a los delirios enfermizos del señor Eggers. Una de las películas más raras que he visto en mi vida, y supongo que eso ya es algo.

7.1
29,172
6
12 de enero de 2019
12 de enero de 2019
131 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado esta película, dejándola como una de las mejores películas del año pasado, y un clara favorita a los Premios Oscar de este año. En los Globos de Oro sólo se ha llevado un (merecido) galardón, aunque la crítica, y otros festivales, se han rendido a los pies de esta sátira sobre el poder y la ambición.
No había visto, hasta ahora, ninguna película de su director, Yorgos Lanthimos, responsable de "Langosta", que, por lo que se ve (y escucha), no dejó indiferente a nadie. Pues bien, su última película es, de momento, la más aplaudida.
He tenido oportunidad de visionarla, y debo decir que, una vez más, los críticos y yo, jamás llegaremos a un consenso, porque me ha parecido una película que, sin resultarme mala, si me ha resultado una más, con algún elemento interesante, pero poco más. Pero como siempre, no adelantemos acontecimientos.
La dirección de la película se nota que está hecha con cuidado y mimo (hay algunas escenas a cámara lenta, tan hilarantes como necesarias), y, técnicamente, no se le puede encontrar ningún pero. A destacar el vestuario, los decorados, la música... todo impecable, sin reproche alguno.
En cuanto al guion, nos trae a tres personajes complejos y llenos de matices, y hay escenas y diálogos muy logrados, pero queda un regusto amargo al finalizar el visionado, como que falta algo, aunque eso es algo que me suele suceder con las películas que los críticos ponen por las nubes, como con "Roma". Serán cosas mías.
Sí por algo destaca esta película, es por su fabuloso y excelente trío protagonista. Olivia Colman (a la que vi en persona, aunque de lejos, en un rodaje) ganó el Globo de Oro, y merece el Oscar, de forma incuestionable. Su interpretación es la mejor de la película, y es impresionante lo que puede hacer con un personaje tan difícil. Lo mejor de la película.
En cuanto a Emma Stone, cumple a la perfección como joven damisela llena de ambición, que no dudará en pisar a quien sea para conseguir sus objetivos. Luego tenemos a la siempre estupenda Rachel Weisz, en otro papel complicado, del que sale victoriosa y con nota alta.
Como ya digo, esta película no sería lo mismo sin sus tres protagonistas principales. Ha tenido suerte el director de contar con tanto talento. Por otro lado, los secundarios también están muy impecables, destacando a un sorprendente Nicholas Hoult.
En conclusión, y siempre para quien esto escribe, estamos ante una película más, que considero que en unos años se habrá olvidado, pero que, si por algo destaca, es por su excelente reparto. No me ha parecido una mala película, pero tampoco nada destacable ni digno de tanto elogio. Cuestión de gustos.
Más críticas: ocioworld.net
No había visto, hasta ahora, ninguna película de su director, Yorgos Lanthimos, responsable de "Langosta", que, por lo que se ve (y escucha), no dejó indiferente a nadie. Pues bien, su última película es, de momento, la más aplaudida.
He tenido oportunidad de visionarla, y debo decir que, una vez más, los críticos y yo, jamás llegaremos a un consenso, porque me ha parecido una película que, sin resultarme mala, si me ha resultado una más, con algún elemento interesante, pero poco más. Pero como siempre, no adelantemos acontecimientos.
La dirección de la película se nota que está hecha con cuidado y mimo (hay algunas escenas a cámara lenta, tan hilarantes como necesarias), y, técnicamente, no se le puede encontrar ningún pero. A destacar el vestuario, los decorados, la música... todo impecable, sin reproche alguno.
En cuanto al guion, nos trae a tres personajes complejos y llenos de matices, y hay escenas y diálogos muy logrados, pero queda un regusto amargo al finalizar el visionado, como que falta algo, aunque eso es algo que me suele suceder con las películas que los críticos ponen por las nubes, como con "Roma". Serán cosas mías.
Sí por algo destaca esta película, es por su fabuloso y excelente trío protagonista. Olivia Colman (a la que vi en persona, aunque de lejos, en un rodaje) ganó el Globo de Oro, y merece el Oscar, de forma incuestionable. Su interpretación es la mejor de la película, y es impresionante lo que puede hacer con un personaje tan difícil. Lo mejor de la película.
En cuanto a Emma Stone, cumple a la perfección como joven damisela llena de ambición, que no dudará en pisar a quien sea para conseguir sus objetivos. Luego tenemos a la siempre estupenda Rachel Weisz, en otro papel complicado, del que sale victoriosa y con nota alta.
Como ya digo, esta película no sería lo mismo sin sus tres protagonistas principales. Ha tenido suerte el director de contar con tanto talento. Por otro lado, los secundarios también están muy impecables, destacando a un sorprendente Nicholas Hoult.
En conclusión, y siempre para quien esto escribe, estamos ante una película más, que considero que en unos años se habrá olvidado, pero que, si por algo destaca, es por su excelente reparto. No me ha parecido una mala película, pero tampoco nada destacable ni digno de tanto elogio. Cuestión de gustos.
Más críticas: ocioworld.net

4.9
12,892
3
21 de mayo de 2021
21 de mayo de 2021
145 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso (para fans y acólitos de Snyder): No soy hater del director, aunque no haya disfrutado de la mayoría de su filmografía, siendo precisamente su debut, El amanecer de los muertos, lo mejor que ha dirigido jamás. Aunque irregular y fallida, considero que Batman v. Superman tiene elementos positivos y rescatables, pero poco más se puede destacar de un cineasta sobrevalorado como pocos y con una temible horda (mucho peor que unos hambrientos zombis) tras de sí. ¿Significa eso que me cause rechazo? Para nada, hasta el punto de que esperaba con bastante ilusión esta nueva incursión zombi del director, después de la maravillosa El amanecer de los muertos. Dicho esto, comencemos.
Mucho se ha hablado de la nueva propuesta de Netflix, Ejército de los muertos (Army of the Dead), aunque por motivos ajenos al film. Y es que Zack Snyder, para bien o para mal, es uno de los directores más polémicos y populares del momento, en especial gracias a su innecesaria versión de cuatro horas de La liga de la Justicia. Una vez Warner Bros. ha cortado relación después del citado montaje, la plataforma ha acogido al bueno de Zack con los brazos abiertos. El resultado es esta presunta fiesta zombi (así se ha vendido), siendo una especie de secuela espiritual del fascinante remake de Romero (ya os digo yo que no…), con la promesa de un rato entretenido repleto de casquería y humor grueso. Pues lo dejo bien claro desde el principio: ni una cosa ni la otra, siendo una propuesta tan irregular y fallida como decepcionante.
Como indica el póster y los tráilers, el señor Snyder se ha encargado de la dirección, el guion, la fotografía, la producción y todo lo que se le ha permitido (Netflix le ha dado bastante manga ancha y él más que feliz). Vamos, que no ha protagonizado su propia película por poco. Es por ello que esta vez no puede culpar a nadie del fracaso de su nuevo proyecto, notándose sus carencias narrativas y su falta de ritmo, en una producción que dura, atención, dos horas y media, injustificable en una película de este género y con esta premisa. Eso ya mata la película, y más si pones toda la carne en el asador en la media hora final (que tampoco es para tirar cohetes), con dos horas en las que no sucede nada interesante, centrándose la historia en unos personajes que nos importan bien poco (y cuando hay alguno con potencial se lo quitan de en medio…).
Estoy seguro de que se podría haber contado lo mismo en una hora y media (duración perfecta donde las haya), eliminando los clichés (relación padre-hija), las subtramas (relleno bochornoso), el exceso de personajes (la mayoría sobran) o diálogos intrascendentes (aunque se pretenda lo contrario). Es que tardan una hora, repito, una maldita hora en llegar al lugar de la acción, y eso no hay quien lo defienda. Y es que absolutamente nadie pide dramatismo ni (supuesta) profundidad a un producto de estas características, obteniendo en su lugar el atraco más tedioso y sin chispa de la historia, con unos zombis que jamás generan temor, más preocupados en hacer parkour que en suponer una amenaza real. ¿Dónde está la acción, la hilaridad, el humor grueso o el desenfreno? Ni idea, pero si hay un montaje del director con todo eso, me avisáis.
Veamos, tenemos a Bautista de gran protagonista, un atraco y asedio zombi en Las Vegas (en una clara referencia al estupendo videojuego Dead Rising) y un director que suele darlo todo (ojo a la famosa escena de Batman) en las escenas de acción. Pues bien, todas las promesas caen en saco roto, ya que los momentos de tensión y acción se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano, en una propuesta excesiva y que está más pendiente de sus endebles personajes que de lo que realmente importa. Sí, hay intentos de humor con algunos alivios cómicos y algún momento hilarante (el prometedor inicio, aunque con un estilo de letra decididamente mediocre), pretendiendo el cineasta que su nuevo film sea canalla y gamberro. No cuela, ya que la película jamás es graciosa o, como mínimo, desenfadada, tomándose demasiado en serio a sí misma.
Que nadie espere el pulso narrativo de la primera película de Snyder, notándose que el director ya no es el que era (la podría haber dirigido cualquier otro que me lo creería), incapaz de ofrecer un espectáculo en condiciones (lo único destacable es el momento hibernación o el mencionado inicio), por mucho que Netflix lo haya cacareado como el gran blockbuster del año, cuando poco (los nombres asociados a ella) la distancia de ser un subproducto de directo al videoclub (por no decir de serie Z), con un argumento plano y sin garra, y unos efectos digitales que dejan bastante que desear, no estando a la altura de las circunstancias. Llamadme mal pensado, pero algo me dice que la plataforma ha sido más generosa con la promoción del film que con el presupuesto.
Y puedo afirmar, sin temor a equívoco, que los amantes del género y del gore van a quedar muy defraudados, ya que hay una ausencia alarmante de violencia, con innumerables muertes fuera de cámara (aunque cueste creerlo), como si Snyder estuviese tan enamorado de sus insulsos personajes, que le fuese inimaginable darles una muerte acorde a las circunstancias. No soy de los que exigen vísceras en este tipo de productos, pero tampoco se puede negar la realidad, que no es otra que el hecho de que estamos ante una película de muertos hambrientos de carne humana, aunque quizás eso no sea del todo cierto. Y es que en vez de conformarse con lo que todos conocemos, Snyder prefiere presentar nuevas normas en el género e intentar reinventarlo (dedicando demasiado tiempo a explicarlo), con unos seres más similares a los de Soy Leyenda (las referencias son más que obvias…) que a los de su debut. No es una película de zombies como tal, y quizás eso saque de la propuesta a más de uno.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: ocioworld.net
Mucho se ha hablado de la nueva propuesta de Netflix, Ejército de los muertos (Army of the Dead), aunque por motivos ajenos al film. Y es que Zack Snyder, para bien o para mal, es uno de los directores más polémicos y populares del momento, en especial gracias a su innecesaria versión de cuatro horas de La liga de la Justicia. Una vez Warner Bros. ha cortado relación después del citado montaje, la plataforma ha acogido al bueno de Zack con los brazos abiertos. El resultado es esta presunta fiesta zombi (así se ha vendido), siendo una especie de secuela espiritual del fascinante remake de Romero (ya os digo yo que no…), con la promesa de un rato entretenido repleto de casquería y humor grueso. Pues lo dejo bien claro desde el principio: ni una cosa ni la otra, siendo una propuesta tan irregular y fallida como decepcionante.
Como indica el póster y los tráilers, el señor Snyder se ha encargado de la dirección, el guion, la fotografía, la producción y todo lo que se le ha permitido (Netflix le ha dado bastante manga ancha y él más que feliz). Vamos, que no ha protagonizado su propia película por poco. Es por ello que esta vez no puede culpar a nadie del fracaso de su nuevo proyecto, notándose sus carencias narrativas y su falta de ritmo, en una producción que dura, atención, dos horas y media, injustificable en una película de este género y con esta premisa. Eso ya mata la película, y más si pones toda la carne en el asador en la media hora final (que tampoco es para tirar cohetes), con dos horas en las que no sucede nada interesante, centrándose la historia en unos personajes que nos importan bien poco (y cuando hay alguno con potencial se lo quitan de en medio…).
Estoy seguro de que se podría haber contado lo mismo en una hora y media (duración perfecta donde las haya), eliminando los clichés (relación padre-hija), las subtramas (relleno bochornoso), el exceso de personajes (la mayoría sobran) o diálogos intrascendentes (aunque se pretenda lo contrario). Es que tardan una hora, repito, una maldita hora en llegar al lugar de la acción, y eso no hay quien lo defienda. Y es que absolutamente nadie pide dramatismo ni (supuesta) profundidad a un producto de estas características, obteniendo en su lugar el atraco más tedioso y sin chispa de la historia, con unos zombis que jamás generan temor, más preocupados en hacer parkour que en suponer una amenaza real. ¿Dónde está la acción, la hilaridad, el humor grueso o el desenfreno? Ni idea, pero si hay un montaje del director con todo eso, me avisáis.
Veamos, tenemos a Bautista de gran protagonista, un atraco y asedio zombi en Las Vegas (en una clara referencia al estupendo videojuego Dead Rising) y un director que suele darlo todo (ojo a la famosa escena de Batman) en las escenas de acción. Pues bien, todas las promesas caen en saco roto, ya que los momentos de tensión y acción se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano, en una propuesta excesiva y que está más pendiente de sus endebles personajes que de lo que realmente importa. Sí, hay intentos de humor con algunos alivios cómicos y algún momento hilarante (el prometedor inicio, aunque con un estilo de letra decididamente mediocre), pretendiendo el cineasta que su nuevo film sea canalla y gamberro. No cuela, ya que la película jamás es graciosa o, como mínimo, desenfadada, tomándose demasiado en serio a sí misma.
Que nadie espere el pulso narrativo de la primera película de Snyder, notándose que el director ya no es el que era (la podría haber dirigido cualquier otro que me lo creería), incapaz de ofrecer un espectáculo en condiciones (lo único destacable es el momento hibernación o el mencionado inicio), por mucho que Netflix lo haya cacareado como el gran blockbuster del año, cuando poco (los nombres asociados a ella) la distancia de ser un subproducto de directo al videoclub (por no decir de serie Z), con un argumento plano y sin garra, y unos efectos digitales que dejan bastante que desear, no estando a la altura de las circunstancias. Llamadme mal pensado, pero algo me dice que la plataforma ha sido más generosa con la promoción del film que con el presupuesto.
Y puedo afirmar, sin temor a equívoco, que los amantes del género y del gore van a quedar muy defraudados, ya que hay una ausencia alarmante de violencia, con innumerables muertes fuera de cámara (aunque cueste creerlo), como si Snyder estuviese tan enamorado de sus insulsos personajes, que le fuese inimaginable darles una muerte acorde a las circunstancias. No soy de los que exigen vísceras en este tipo de productos, pero tampoco se puede negar la realidad, que no es otra que el hecho de que estamos ante una película de muertos hambrientos de carne humana, aunque quizás eso no sea del todo cierto. Y es que en vez de conformarse con lo que todos conocemos, Snyder prefiere presentar nuevas normas en el género e intentar reinventarlo (dedicando demasiado tiempo a explicarlo), con unos seres más similares a los de Soy Leyenda (las referencias son más que obvias…) que a los de su debut. No es una película de zombies como tal, y quizás eso saque de la propuesta a más de uno.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: ocioworld.net
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Respecto al reparto, nadie destaca, con un Bautista con el piloto automático, esclavo de un personaje sin carisma ni alma, al igual que el resto de sus compañeros. No ha estado demasiado esmerado Snyder en la escritura del guion, aunque se nota que está pagado de sus creaciones, cuando importan menos que nada sus defunciones. Cómo se nota que antes le escribían las películas, porque este libreto no hay por dónde cogerlo (repito, si fuese de la productora Asylum, nadie se daría cuenta). Por cierto, destacar a la actriz Tig Notaro, la cual sustituyó a Chris D’Elia (por denuncias de supuestos abusos sexuales) en el mismo rol. Y digo lo de destacar porque Snyder es tan perezoso que no se ha esforzado lo más mínimo en reescribir el personaje (y vaya si se nota…), aparte de que se notan las partes en las que añaden a la actriz (lo rodó todo con fondo verde, ya que el rodaje había finalizado cuando despidieron al actor). Lo dejo como curiosidad.
En conclusión, una descafeinada y olvidable cinta zombi, confirmando que cualquier tiempo pasado de Snyder fue mejor. Ojalá nos hubiese regalado otra odisea zombi, rabiosamente entretenida y que no diese respiro al espectador, pero en su lugar nos ha “obsequiado” con un film exageradamente largo, que se olvida tan pronto como se consume, y que jamás da lo que promete, siendo una gran decepción. Una oportunidad perdida y una película de la que nadie hablará en breves, por mucho que muchos se empeñen en lo contrario. Una lástima.
En conclusión, una descafeinada y olvidable cinta zombi, confirmando que cualquier tiempo pasado de Snyder fue mejor. Ojalá nos hubiese regalado otra odisea zombi, rabiosamente entretenida y que no diese respiro al espectador, pero en su lugar nos ha “obsequiado” con un film exageradamente largo, que se olvida tan pronto como se consume, y que jamás da lo que promete, siendo una gran decepción. Una oportunidad perdida y una película de la que nadie hablará en breves, por mucho que muchos se empeñen en lo contrario. Una lástima.

4.6
13,733
2
15 de octubre de 2021
15 de octubre de 2021
100 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un fan confeso de Venom (junto al trepamuros, me parece lo mejor de Marvel), mítico villano de Spider-Man que tomó su propio camino con una colección de cómics fabulosos. Es por ello que ya tuve bastante desconfianza en el proyecto de hace un par de años protagonizado por Tom Hardy, entre otras cosas porque no respetaba el origen del personaje (ni rastro del amigo y vecino). Las pésimas críticas bajaron mis expectativas hasta los infiernos, y es por ello que salí del cine conforme con una cinta cuya única intención era entretener, y que nada tenía que ver con el personaje original, por lo que te la tomabas de otra forma. Eso sí, se olvidaba al día siguiente. A pesar de todo, la película fue un enorme éxito de taquilla, dejando bastante satisfecho al público en general.
Pues aquí estamos, tres años después, con una secuela que la crítica ha machacado casi de la misma forma (y digo casi porque algunos profesionales del medio han quedado algo más contentos…) y que ha vuelto a ser un éxito incontestable de taquilla. Pues bien, me dejo de introducciones y os doy mi opinión, sin paños calientes: esta secuela vuelve a ser un insulto a los personajes, pero con el añadido de que es una segunda parte mediocre (infinitamente inferior a la primera), además de una de las peores películas del año. Y es que estamos ante uno de esos desastres que seguramente generarán debate durante años, a la espera de que el tiempo la relegue al más que merecido olvido, aunque hay un problema… A la gente parece que le está gustando, por lo que preparaos para más entregas. Pero mejor vayamos por partes.
¿Recordáis producciones como las infames Ghost Rider, Batman & Robin, Catwoman o Los 4 fantásticos y Silver Surfer? Espero que la respuesta sea no, pero el caso es que todas eran comedias involuntarias, además de un sonoro bofetón al fan del cómic. Pues bien, parece que los responsables de Venom 2 no han aprendido la lección (o estaban refugiados en cuevas en el momento del estreno de esos bodrios), ya que este horror de secuela es muy similar a aquéllas, pero con la diferencia de que aquí sí se nota que los artífices sabían lo que hacían. ¿De verdad un personaje como Venom merecía una comedia estúpida para adolescentes? Esto último no es capricho mío, ya que los jóvenes de la sala a la que he asistido, han aplaudido a rabiar (algún niño también, que ya me dirás qué hacía ahí…), e incluso uno se ha puesto a bailar para celebrar el “triunfo” de la película. No es broma (ojalá…). Es obvio que Venom 2 está dirigida a ellos. Me alegro de estar fuera de ese target, de corazón.
Dicho esto, es indudable que la película es ridícula, con unos personajes poco menos que idiotas, y unos diálogos que pretenden ser hilarantes, pero que causan rubor y vergüenza ajena, a pesar de que la guionista no sepa qué es eso. Entiendo que quieran ofrecer un festival del humor para hacer pasar un buen rato al espectador, con bromas a cada minuto (aunque dudo que alguien sea capaz de defender la de la discoteca), buscando el híbrido entre el clásico La Mascara (las referencias son más que claras) y Ghost Rider (si es que eso tiene algún sentido), pero el experimento les ha salido rana, siendo un cóctel de imposible digestión, y en el que sólo se puede destacar la breve duración del film, de apenas noventa minutos, siendo una bendición para algunos de los espectadores, entre los que me encuentro. Al menos la tortura no se prolonga más de lo necesario. Eso que nos llevamos.
Una vez aclarado que la historia cabe en una servilleta y que no hay por dónde cogerla, le toca el turno al bueno de Andy Serkis, actor que está detrás de Gollum o César (Planeta de los simios), y que aquí coge las riendas de la dirección, en un trabajo tras las cámaras que peca de caótico. Es obvio que habría saturación de efectos especiales en un duelo de simbiontes, pero éstos no están demasiado inspirados (el diseño de Carnage no convence) y las escenas de acción no destacan, siendo un film que ya hemos visto antes. Oye, que el guion sea malo, pues mira, lo podemos pasar, pero al menos dame un entretenimiento digno, pero ni eso, ya que el único enfrentamiento no llega hasta los últimos minutos (sí, como lo leéis) y las escenas de acción se pueden contar con los dedos de una mano, siendo también decepcionante en ese aspecto. Me sabe mal por Serkis, pero podrían haber puesto a cualquier otro que el resultado sería el mismo.
Y toca hablar del reparto, pero es imposible hacerlo sin rescatar lo mal escrito que está el libreto de este memez. Por un lado tenemos a Tom Hardy como gran protagonista, es decir, como Eddie Brock. Cuando se confirmó su fichaje, me alegré hasta límites insospechados, ya que es un actor con mucho talento y que no suele decepcionar, pero ya en la primera se le vio incómodo en un personaje que le exigía desmelenarse demasiado, ofreciendo una actuación un tanto histriónica, y no lo digo en el buen sentido. El problema es que esta vez no podemos decir que el pobre esté obligado por contrato a protagonizar esta secuela, ya que la historia es suya, algo que sorprende, porque es insulsa y boba hasta decir basta. Supongo que es una compensación de Sony (que al igual que en Warner, parece que no hay nadie al volante…) por lo descontento que quedó Hardy con la primera parte (sólo había que fijarse en las entrevistas), pero no sé qué pensará del resultado final de esta segunda parte, porque para mí es peor… mucho peor. No sé si Hardy volvería a firmar para el papel sabiendo los deplorables resultados en lo que se refiere a la calidad, pero el dinero manda. En lo que respecta a su actuación en esta ocasión, repite los tics de la primera parte, aunque se le nota entregado. Es capaz de más, eso seguro.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: ocioworld.net
Pues aquí estamos, tres años después, con una secuela que la crítica ha machacado casi de la misma forma (y digo casi porque algunos profesionales del medio han quedado algo más contentos…) y que ha vuelto a ser un éxito incontestable de taquilla. Pues bien, me dejo de introducciones y os doy mi opinión, sin paños calientes: esta secuela vuelve a ser un insulto a los personajes, pero con el añadido de que es una segunda parte mediocre (infinitamente inferior a la primera), además de una de las peores películas del año. Y es que estamos ante uno de esos desastres que seguramente generarán debate durante años, a la espera de que el tiempo la relegue al más que merecido olvido, aunque hay un problema… A la gente parece que le está gustando, por lo que preparaos para más entregas. Pero mejor vayamos por partes.
¿Recordáis producciones como las infames Ghost Rider, Batman & Robin, Catwoman o Los 4 fantásticos y Silver Surfer? Espero que la respuesta sea no, pero el caso es que todas eran comedias involuntarias, además de un sonoro bofetón al fan del cómic. Pues bien, parece que los responsables de Venom 2 no han aprendido la lección (o estaban refugiados en cuevas en el momento del estreno de esos bodrios), ya que este horror de secuela es muy similar a aquéllas, pero con la diferencia de que aquí sí se nota que los artífices sabían lo que hacían. ¿De verdad un personaje como Venom merecía una comedia estúpida para adolescentes? Esto último no es capricho mío, ya que los jóvenes de la sala a la que he asistido, han aplaudido a rabiar (algún niño también, que ya me dirás qué hacía ahí…), e incluso uno se ha puesto a bailar para celebrar el “triunfo” de la película. No es broma (ojalá…). Es obvio que Venom 2 está dirigida a ellos. Me alegro de estar fuera de ese target, de corazón.
Dicho esto, es indudable que la película es ridícula, con unos personajes poco menos que idiotas, y unos diálogos que pretenden ser hilarantes, pero que causan rubor y vergüenza ajena, a pesar de que la guionista no sepa qué es eso. Entiendo que quieran ofrecer un festival del humor para hacer pasar un buen rato al espectador, con bromas a cada minuto (aunque dudo que alguien sea capaz de defender la de la discoteca), buscando el híbrido entre el clásico La Mascara (las referencias son más que claras) y Ghost Rider (si es que eso tiene algún sentido), pero el experimento les ha salido rana, siendo un cóctel de imposible digestión, y en el que sólo se puede destacar la breve duración del film, de apenas noventa minutos, siendo una bendición para algunos de los espectadores, entre los que me encuentro. Al menos la tortura no se prolonga más de lo necesario. Eso que nos llevamos.
Una vez aclarado que la historia cabe en una servilleta y que no hay por dónde cogerla, le toca el turno al bueno de Andy Serkis, actor que está detrás de Gollum o César (Planeta de los simios), y que aquí coge las riendas de la dirección, en un trabajo tras las cámaras que peca de caótico. Es obvio que habría saturación de efectos especiales en un duelo de simbiontes, pero éstos no están demasiado inspirados (el diseño de Carnage no convence) y las escenas de acción no destacan, siendo un film que ya hemos visto antes. Oye, que el guion sea malo, pues mira, lo podemos pasar, pero al menos dame un entretenimiento digno, pero ni eso, ya que el único enfrentamiento no llega hasta los últimos minutos (sí, como lo leéis) y las escenas de acción se pueden contar con los dedos de una mano, siendo también decepcionante en ese aspecto. Me sabe mal por Serkis, pero podrían haber puesto a cualquier otro que el resultado sería el mismo.
Y toca hablar del reparto, pero es imposible hacerlo sin rescatar lo mal escrito que está el libreto de este memez. Por un lado tenemos a Tom Hardy como gran protagonista, es decir, como Eddie Brock. Cuando se confirmó su fichaje, me alegré hasta límites insospechados, ya que es un actor con mucho talento y que no suele decepcionar, pero ya en la primera se le vio incómodo en un personaje que le exigía desmelenarse demasiado, ofreciendo una actuación un tanto histriónica, y no lo digo en el buen sentido. El problema es que esta vez no podemos decir que el pobre esté obligado por contrato a protagonizar esta secuela, ya que la historia es suya, algo que sorprende, porque es insulsa y boba hasta decir basta. Supongo que es una compensación de Sony (que al igual que en Warner, parece que no hay nadie al volante…) por lo descontento que quedó Hardy con la primera parte (sólo había que fijarse en las entrevistas), pero no sé qué pensará del resultado final de esta segunda parte, porque para mí es peor… mucho peor. No sé si Hardy volvería a firmar para el papel sabiendo los deplorables resultados en lo que se refiere a la calidad, pero el dinero manda. En lo que respecta a su actuación en esta ocasión, repite los tics de la primera parte, aunque se le nota entregado. Es capaz de más, eso seguro.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mismo puede decirse de Michelle Williams o Naomie Harris (vista en la saga Bond o las secuelas de Piratas del Caribe), que hacen lo que pueden con los personajes que les han dado (el de Harris es de los más ridículos del año), pero que hacen que te cuestiones qué demonios hacen aquí unas actrices de su talento, que es lo mismo que se puede decir de Hardy o Harrelson (que ahora iremos con él…). De verdad, muy buen casting, pero si desaprovechas su buen hacer en productos tan espantosos, la sensación que te queda es de lástima. Quizás los cheques sean jugosos, pero estoy seguro de que, cuando repasen sus carreras, se darán cuenta de que estos films fueron un error. Que no os quepa duda que, en una futura entrevista, renegarán mientras cuentan los billetes, como hacen tantos otros. Al tiempo.
Y llega el turno de Woody Harrelson, al que le he querido dedicar un apartado especial, ya que es un actor que me tiene maravillado y que jamás decepciona. Bueno, al menos hasta este momento. Y es increíble, porque creo que todos coincidiremos en que Harrelson era el tipo perfecto para el papel de Cletus Kasady, pero aquí nos topamos con un villano totalmente desaprovechado y que tampoco tiene nada que ver con el de los cómics. No sólo se atreven a presentar a un protagonista totalmente distanciado del material original, sino que echan por tierra la oportunidad de plasmar a un villano del calibre de Carnage (Matanza), en pro de un personaje sin carisma y con el que Harrelson vuelve a desplegar el registro de siempre, cosa que no suele importarme, pero que aquí no me ha convencido en absoluto. Sí, lo intenta, pero el guion no da para más, sentenciando a un villano que debería haber sido la gran novedad y un nuevo icono, pero que se queda en tierra de nadie. Decepción se queda corto.
Y dicho todo esto, ¿qué mas se puede decir de esta basura que no haya dicho ya? Cuando lo único bueno que tienes que decir es que es corta, está todo dicho. Nada funciona, ni la dirección, ni el espantoso guion, ni el reparto, repleto de rostros con experiencia, los cuales deberían plantearse cambiar de agente, pero con urgencia. En conclusión, una secuela que hace buena a la anterior, y un subproducto que debería quedar relegado al olvido, pero que parece que a la mayoría del público le está gustando. No seré yo el que juzgue sus gustos, pero debido a ello tendremos una tercera parte. Que no me esperen. Esta vez no. De lo peor del año, que ya es decir.
Y llega el turno de Woody Harrelson, al que le he querido dedicar un apartado especial, ya que es un actor que me tiene maravillado y que jamás decepciona. Bueno, al menos hasta este momento. Y es increíble, porque creo que todos coincidiremos en que Harrelson era el tipo perfecto para el papel de Cletus Kasady, pero aquí nos topamos con un villano totalmente desaprovechado y que tampoco tiene nada que ver con el de los cómics. No sólo se atreven a presentar a un protagonista totalmente distanciado del material original, sino que echan por tierra la oportunidad de plasmar a un villano del calibre de Carnage (Matanza), en pro de un personaje sin carisma y con el que Harrelson vuelve a desplegar el registro de siempre, cosa que no suele importarme, pero que aquí no me ha convencido en absoluto. Sí, lo intenta, pero el guion no da para más, sentenciando a un villano que debería haber sido la gran novedad y un nuevo icono, pero que se queda en tierra de nadie. Decepción se queda corto.
Y dicho todo esto, ¿qué mas se puede decir de esta basura que no haya dicho ya? Cuando lo único bueno que tienes que decir es que es corta, está todo dicho. Nada funciona, ni la dirección, ni el espantoso guion, ni el reparto, repleto de rostros con experiencia, los cuales deberían plantearse cambiar de agente, pero con urgencia. En conclusión, una secuela que hace buena a la anterior, y un subproducto que debería quedar relegado al olvido, pero que parece que a la mayoría del público le está gustando. No seré yo el que juzgue sus gustos, pero debido a ello tendremos una tercera parte. Que no me esperen. Esta vez no. De lo peor del año, que ya es decir.

4.6
14,651
4
19 de diciembre de 2020
19 de diciembre de 2020
107 de 145 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera entrega de Wonder Woman (2017) no me pareció ninguna maravilla (nunca mejor dicho), al contrario de lo que muchos se apresuraron a afirmar, cuando no dejaba de ser la respuesta a la primera parte de Capitán América. Eso sí, fue un espectáculo más que correcto y entretenido, con una sorprendente Gal Gadot (seguramente lo mejor del film), haciendo el personaje totalmente suyo, y que dejaba con ganas de ver más de la gran superheroína de DC.
Había muchas expectativas en la esperada secuela, y más cuando se supo que iba a estar ambientada en los fabulosos e irrepetibles años 80, aparte de contar con el regreso de Steve Trevor (Chris Pine). Todos conocemos la horrible situación que nos ha tocado vivir, por lo que, después de infinidad de retrasos, por fin Warner ha decidido estrenarla en cines, en plena época navideña y, eso sí, a la vez que en la plataforma HBO MAX, al menos en Estados Unidos.
Las críticas han sido bastante entusiastas hasta el momento, asegurando algunas voces que es una segunda parte superior a la primera. Una vez vista me sorprenden tales opiniones, porque estamos ante un despropósito que coquetea con el desastre absoluto en no pocas ocasiones, siendo un producto insípido y fallido, que se queda en un quiero y no puedo, y donde hay poco que destacar.
Patty Jenkins repite tras las cámaras, con una dirección que le queda grande, siendo excesiva y demasiado grandilocuente. Las escenas de acción se pueden contar con los dedos de una mano, no entendiéndose los 200 millones de presupuesto, en una labor que no justifica esa inversión ni por asomo, como en el cacareado enfrentamiento final entre la protagonista y Minerva, oscuro y confuso, no vaya a ser que seamos conscientes de los mediocres efectos especiales de la villana. ¿Qué tienen en contra del maquillaje los blockbusters actuales? No se sabe, pero se ahorrarían un dinero…
La secuela también acarrea uno de los grandes males del cine de superhéroes, que no es otro que no saber diversificar la escasa acción, con una hora en la que se nos presentan a los excesivos y caricaturescos villanos y se recupera la trama romántica de la protagonista, sin que ocurra nada más. Debe ser cosa mía, pero si voy a ver una cinta de estas características, espero set pieces a la altura de las circunstancias, y no unas subtramas sin garra. Recuerda a la también fallida secuela de Ant-Man (una de las peores películas del universo Marvel), la cual se centró más en la comedia que en la acción. La diferencia es que la de Marvel tuvo los suficientes elementos para que la experiencia mereciese la pena, cosa que aquí no llega a ocurrir.
No hay nada que sorprenda, a pesar de que la película tiene un buen inicio (en un flashback que en realidad tampoco aporta mucho al devenir de los acontecimientos) y un clímax (sin contar la decepcionante pelea) que resulta bastante emotivo, siendo el resto un cúmulo de momentos que navegan entre lo bochornoso y lo insulso, dejando la sensación de que han sido conformistas, creyendo que el público iba a abrazar su producto sin más. Veremos en que sitio queda esta decepcionante secuela con el tiempo, pero me hace gracia que se alabe a Jenkins cuando este trabajo demuestra que los blockbusters (la primera entrega era más comedida) la superan. Recordar que le han dado una de las nuevas películas de Star Wars, anunciándolo a bombo y platillo como la primera película de la saga dirigida por una mujer (y mira que han tenido tiempo para ello…). Se masca la tragedia…
Jenkins también se encarga del guion, algo que no hizo en la primera parte, y vaya si se nota, ya que ambas producciones no tienen nada que ver la una con la otra. Y es que la película tiene varios problemas, siendo el más sangrante su insustancial primera mitad, siendo un producto bobalicón, heredero de la peor época de DC (la de las secuelas del Superman de Reeve o Batman & Robin, sin ir más lejos) intentando ser una comedia divertida pero errando el tiro, ya que las risas brillan por su ausencia. En su momento se le dieron muchos palos a Green Lantern, tildándola de caos absoluto. Pues, sinceramente, no veo que haya mucho distanciamiento entre ambos films, siendo los críticos mucho más generosos con la cinta que nos ocupa, cuando hace aguas en no pocas ocasiones.
Por fortuna, todo mejora en la segunda mitad (cuando se ponen más serios), aunque sin lograr salvar de la quema un producto mal escrito y peor ejecutado, no teniendo muy claro qué quiere ser (¿una comedia? ¿un blockbuster con mensaje? ¿una secuela tontorrona?), y con un resultado que dista mucho del esperado, a años luz de los logros de la primera parte. También conviven varias historias en el film, como la subtrama del villano codicioso, que da para una comedia con mensaje (a lo Jim Carrey), el del patito feo con gafas (siempre las llevan….) que se vuelve sexy (da para una comedia romántica) o la que realmente interesa, que es la que sigue a la protagonista y su interés romántico, aunque ésta tampoco dé en la diana (de nuevo, nunca mejor dicho…).
Y es que no ayuda que Diana sea secundaria en su propia historia, con un excesivo e inexplicable protagonismo de los villanos. Eso es algo con lo que ya jugó el señor Tim Burton con sus (sobrevaloradas) entregas de Batman, pero es que los villanos de esta secuela no tienen el suficiente carisma o interés para soportar el peso del film, siendo bastante extraño que Wonder Woman aparezca tan poco. Algo me dice que fue por asuntos personales de Gadot, porque otra explicación se escapa a mi comprensión. Os juro que creo que sale más el cotizado Pedro Pascal que Gal Gadot. ¿Algún alma samaritana que cuente los minutos? Creo que nos llevaríamos todos una sorpresa…
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Había muchas expectativas en la esperada secuela, y más cuando se supo que iba a estar ambientada en los fabulosos e irrepetibles años 80, aparte de contar con el regreso de Steve Trevor (Chris Pine). Todos conocemos la horrible situación que nos ha tocado vivir, por lo que, después de infinidad de retrasos, por fin Warner ha decidido estrenarla en cines, en plena época navideña y, eso sí, a la vez que en la plataforma HBO MAX, al menos en Estados Unidos.
Las críticas han sido bastante entusiastas hasta el momento, asegurando algunas voces que es una segunda parte superior a la primera. Una vez vista me sorprenden tales opiniones, porque estamos ante un despropósito que coquetea con el desastre absoluto en no pocas ocasiones, siendo un producto insípido y fallido, que se queda en un quiero y no puedo, y donde hay poco que destacar.
Patty Jenkins repite tras las cámaras, con una dirección que le queda grande, siendo excesiva y demasiado grandilocuente. Las escenas de acción se pueden contar con los dedos de una mano, no entendiéndose los 200 millones de presupuesto, en una labor que no justifica esa inversión ni por asomo, como en el cacareado enfrentamiento final entre la protagonista y Minerva, oscuro y confuso, no vaya a ser que seamos conscientes de los mediocres efectos especiales de la villana. ¿Qué tienen en contra del maquillaje los blockbusters actuales? No se sabe, pero se ahorrarían un dinero…
La secuela también acarrea uno de los grandes males del cine de superhéroes, que no es otro que no saber diversificar la escasa acción, con una hora en la que se nos presentan a los excesivos y caricaturescos villanos y se recupera la trama romántica de la protagonista, sin que ocurra nada más. Debe ser cosa mía, pero si voy a ver una cinta de estas características, espero set pieces a la altura de las circunstancias, y no unas subtramas sin garra. Recuerda a la también fallida secuela de Ant-Man (una de las peores películas del universo Marvel), la cual se centró más en la comedia que en la acción. La diferencia es que la de Marvel tuvo los suficientes elementos para que la experiencia mereciese la pena, cosa que aquí no llega a ocurrir.
No hay nada que sorprenda, a pesar de que la película tiene un buen inicio (en un flashback que en realidad tampoco aporta mucho al devenir de los acontecimientos) y un clímax (sin contar la decepcionante pelea) que resulta bastante emotivo, siendo el resto un cúmulo de momentos que navegan entre lo bochornoso y lo insulso, dejando la sensación de que han sido conformistas, creyendo que el público iba a abrazar su producto sin más. Veremos en que sitio queda esta decepcionante secuela con el tiempo, pero me hace gracia que se alabe a Jenkins cuando este trabajo demuestra que los blockbusters (la primera entrega era más comedida) la superan. Recordar que le han dado una de las nuevas películas de Star Wars, anunciándolo a bombo y platillo como la primera película de la saga dirigida por una mujer (y mira que han tenido tiempo para ello…). Se masca la tragedia…
Jenkins también se encarga del guion, algo que no hizo en la primera parte, y vaya si se nota, ya que ambas producciones no tienen nada que ver la una con la otra. Y es que la película tiene varios problemas, siendo el más sangrante su insustancial primera mitad, siendo un producto bobalicón, heredero de la peor época de DC (la de las secuelas del Superman de Reeve o Batman & Robin, sin ir más lejos) intentando ser una comedia divertida pero errando el tiro, ya que las risas brillan por su ausencia. En su momento se le dieron muchos palos a Green Lantern, tildándola de caos absoluto. Pues, sinceramente, no veo que haya mucho distanciamiento entre ambos films, siendo los críticos mucho más generosos con la cinta que nos ocupa, cuando hace aguas en no pocas ocasiones.
Por fortuna, todo mejora en la segunda mitad (cuando se ponen más serios), aunque sin lograr salvar de la quema un producto mal escrito y peor ejecutado, no teniendo muy claro qué quiere ser (¿una comedia? ¿un blockbuster con mensaje? ¿una secuela tontorrona?), y con un resultado que dista mucho del esperado, a años luz de los logros de la primera parte. También conviven varias historias en el film, como la subtrama del villano codicioso, que da para una comedia con mensaje (a lo Jim Carrey), el del patito feo con gafas (siempre las llevan….) que se vuelve sexy (da para una comedia romántica) o la que realmente interesa, que es la que sigue a la protagonista y su interés romántico, aunque ésta tampoco dé en la diana (de nuevo, nunca mejor dicho…).
Y es que no ayuda que Diana sea secundaria en su propia historia, con un excesivo e inexplicable protagonismo de los villanos. Eso es algo con lo que ya jugó el señor Tim Burton con sus (sobrevaloradas) entregas de Batman, pero es que los villanos de esta secuela no tienen el suficiente carisma o interés para soportar el peso del film, siendo bastante extraño que Wonder Woman aparezca tan poco. Algo me dice que fue por asuntos personales de Gadot, porque otra explicación se escapa a mi comprensión. Os juro que creo que sale más el cotizado Pedro Pascal que Gal Gadot. ¿Algún alma samaritana que cuente los minutos? Creo que nos llevaríamos todos una sorpresa…
Sigue en spoilers sin spoilers
Más críticas: ocioworld.net
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Muchos nos alegramos cuando anunciaron el regreso de Steve (Chris Pine), pero nada hacía sospechar que la excusa argumental utilizada sería tan perezosa y boba, notándose que le han traído de vuelta para que Diana tenga un compañero de aventuras. La pregunta es: ¿de verdad lo necesitaba? Al final no tiene mucho sentido el asunto, aunque el desenlace de su historia ofrezca un poco de luz al final del túnel, pero el sentimiento agridulce no desaparece.
Y hablando de excusas argumentales absurdas… Que nadie espere un gran homenaje a la década de los 80, ya que el recurso de que suceda la película en 1984 (como nos recuerda el título), es solamente una clara respuesta a productos de éxito (como Stranger Things) que se utiliza solamente en la primera mitad del film (la peor, como ya he indicado) y con la única intención de hacer bromas sobre el estilismo de los personajes e intentar aparentar ser un producto fresco y “guay”. Ya está, no hay más. Otra oportunidad perdida y una artimaña para atraer a los más nostálgicos al cine. De hecho, podría suceder la trama en la actualidad, que no habría cambiado absolutamente nada.
Gal Gadot vuelve a estar maravillosa (ejem…) en su rol, aunque como ya he indicado aparece menos de lo esperado. Ha nacido para el papel y costará en unos años (cuando DC haga el predecible reinicio) ver a otra actriz en el mismo papel. Y pensar los palos que le dieron con el anuncio de su fichaje… Chris Pine vuelve a estar carismático, aunque su personaje no ayude demasiado, ya que es poco menos que una mera comparsa de la heroína, estando más desaprovechado de lo esperado. Me alegro de disfrutar un poco más del talentoso actor, pero cabe preguntarse si ha sido buena idea traerlo de vuelta. Espero que Hollywood no le acabe dando la espalda, porque merece más.
Kristen Wiig convence en su rol, aunque sea tópico y ya visto, con una actuación jovial y amena en los primeros minutos, y más enigmática y visceral en los últimos compases. El problema es que su villana no está a la altura de su buen hacer. Mejor parado sale el siempre espléndido Pedro Pascal (de moda gracias a la estupenda serie The Mandalorian), con un villano excéntrico y complicado (claramente inspirado en Donald Trump, como ha confesado el actor), y que en otras manos podría haber caído en el ridículo más absoluto, pero que el bueno de Pedro defiende con soltura, consciente del producto en el que está, y disfrutando de su rol. Uno de los mejores intérpretes del momento, cosa que llevo diciendo desde su Oberyn Martell en Juego de Tronos.
Dicho todo esto, creo que Jenkins debería alejarse de la escritura de guiones, porque lo que ha orquestado aquí es un sinsentido, al nivel de otras tonterías de DC que han recibido muchos más palos. De momento, ya he visto bastantes opiniones de usuarios (ya sabéis, los que pagan por su entrada y no cobran por opinar) dejando bien claro su disgusto ante la secuela. No quiero adelantar acontecimientos, pero algo me dice que la película será vista con el tiempo como lo que realmente es: un despropósito que poco tiene que envidiar a los bodrios de los que nos hemos reído en no pocas ocasiones, aunque en esta ocasión la broma no tiene gracia.
Es obvio que con la situación actual no van a recuperar lo invertido, por lo que en Warner son capaces de no atreverse con una tercera parte, pero algo me dice que esta decepcionante entrega no hubiera amasado los mismos millones que su predecesora. Nunca lo sabremos, por lo que sólo queda lamentar que DC haya vuelto a patinar de una forma tan estrepitosa, siendo, para un servidor, la peor película que han ofrecido en su nueva etapa (es decir, desde El hombre de acero). Otra decepción de este desastroso 2020 y un agridulce cierre de año. Quién me lo iba a decir…
Y hablando de excusas argumentales absurdas… Que nadie espere un gran homenaje a la década de los 80, ya que el recurso de que suceda la película en 1984 (como nos recuerda el título), es solamente una clara respuesta a productos de éxito (como Stranger Things) que se utiliza solamente en la primera mitad del film (la peor, como ya he indicado) y con la única intención de hacer bromas sobre el estilismo de los personajes e intentar aparentar ser un producto fresco y “guay”. Ya está, no hay más. Otra oportunidad perdida y una artimaña para atraer a los más nostálgicos al cine. De hecho, podría suceder la trama en la actualidad, que no habría cambiado absolutamente nada.
Gal Gadot vuelve a estar maravillosa (ejem…) en su rol, aunque como ya he indicado aparece menos de lo esperado. Ha nacido para el papel y costará en unos años (cuando DC haga el predecible reinicio) ver a otra actriz en el mismo papel. Y pensar los palos que le dieron con el anuncio de su fichaje… Chris Pine vuelve a estar carismático, aunque su personaje no ayude demasiado, ya que es poco menos que una mera comparsa de la heroína, estando más desaprovechado de lo esperado. Me alegro de disfrutar un poco más del talentoso actor, pero cabe preguntarse si ha sido buena idea traerlo de vuelta. Espero que Hollywood no le acabe dando la espalda, porque merece más.
Kristen Wiig convence en su rol, aunque sea tópico y ya visto, con una actuación jovial y amena en los primeros minutos, y más enigmática y visceral en los últimos compases. El problema es que su villana no está a la altura de su buen hacer. Mejor parado sale el siempre espléndido Pedro Pascal (de moda gracias a la estupenda serie The Mandalorian), con un villano excéntrico y complicado (claramente inspirado en Donald Trump, como ha confesado el actor), y que en otras manos podría haber caído en el ridículo más absoluto, pero que el bueno de Pedro defiende con soltura, consciente del producto en el que está, y disfrutando de su rol. Uno de los mejores intérpretes del momento, cosa que llevo diciendo desde su Oberyn Martell en Juego de Tronos.
Dicho todo esto, creo que Jenkins debería alejarse de la escritura de guiones, porque lo que ha orquestado aquí es un sinsentido, al nivel de otras tonterías de DC que han recibido muchos más palos. De momento, ya he visto bastantes opiniones de usuarios (ya sabéis, los que pagan por su entrada y no cobran por opinar) dejando bien claro su disgusto ante la secuela. No quiero adelantar acontecimientos, pero algo me dice que la película será vista con el tiempo como lo que realmente es: un despropósito que poco tiene que envidiar a los bodrios de los que nos hemos reído en no pocas ocasiones, aunque en esta ocasión la broma no tiene gracia.
Es obvio que con la situación actual no van a recuperar lo invertido, por lo que en Warner son capaces de no atreverse con una tercera parte, pero algo me dice que esta decepcionante entrega no hubiera amasado los mismos millones que su predecesora. Nunca lo sabremos, por lo que sólo queda lamentar que DC haya vuelto a patinar de una forma tan estrepitosa, siendo, para un servidor, la peor película que han ofrecido en su nueva etapa (es decir, desde El hombre de acero). Otra decepción de este desastroso 2020 y un agridulce cierre de año. Quién me lo iba a decir…
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