Me habían hablado tan bien de esta pelicula que no podía dejar otro fin de semana sin verla. Que si Kate estaba impresionante y deberían haberle dado el oscar, que si DiCaprio maduraba como actor, que si Mendes hacía un drama personalista fundamentado en la relación tormentosa de un jóven matrimonio... Mamarrachadas. La película, como historia, no tiene ni un solo ápice de enganche. La historia es tan normal y tan absurda que debería ser uno de esos telefilmes de antena 3 por las tardes del sábado. Estoy de acuerdo en que el papel de los dos protagonistas lo bordan estos dos actorazos (y eso que Leo no es de mi agrado) pero igual resultado daría si colocasemos a Paris Hilton y a Billy Crystal. Soñadores somos todos, y todos deseamos una vida mejor y con más dinero y poder encontrar el camino que libere nuestro espíritu de una forma casi celestial. Pero la vida es dura, amigo. No todo sale como queremos. Qué carajo: Nunca sale como queremos. Hay que luchar, fastidiarse, trabajar de lo que uno pueda, ya sea de camarero, de ama de casa o de oficinista aburrido. Es el despertar de la vida adolescente a la adulta, y realizar una historia de una hora y 50 minutos sobre esta bobada de dos niñatos que se creen especiales y que no están viviendo la vida que ellos soñaban nos ha pasado a todos. Pero peleamos y vivimos día a día, así que no creo que esto pueda conmover a nadie y ni mucho menos enganchar para una buena tarde de cine.