Hace ya algunos años, cuando salió, había visto esta película. La recordaba como interesante, incluso podría decir que buena y con geniales toques de humor. Ahora, tras el segundo visionado, he confirmado lo anterior y le he ido sumando más y más cosas a su favor a medida que iba pasando la hora y cuarenta.
Pequeña Miss Sunshine es ante todo un canto a la vida, a la diferencia, al éxito individual y a la superación personal. Dentro de lo penoso de cada situación siempre hay algo que contrarresta el dolor del momento y se saca una lección positiva entre sonrisas. Cada personaje es delirante en sí mismo en un principio pero a medida que pasa el tiempo te vas dando cuenta de que solo son una exageración de lo que en el fondo somos todos y ahí está la grandeza de este film, en la humanidad que lo envuelve.
Al final la sensación que te queda es agradable, el mensaje está ahí, no es subliminal ni tampoco está explícito y eso es lo que hace que quede grabado, el ser algo que se transmite sin necesidad de contarlo.

La clave para que te guste esta película creo que simplemente es ir sabiendo lo que vas a ver, sabiendo que vas a ver una historia absurda, irreal que en ningún momento pretende acercarse a la realidad, ni lo más mínimo.
Es cierto que las dos horas y media de película pueden hacerse largas, y que en algunos momentos los diálogos se extienden más de lo que deberian, pero esas partes de diálogos algo cansinos estan en un punto intermedio, y el capítulo uno, esa maravillosa escena de tensiones en la casa, y el último capítulo, donde se acumula toda la tensión, compensan esos momentos aburridos en la mitad y hacen que salgas con un buen sabor de boca.
No es una obra maestra, pero es una película original, no tan sanginaria como la presentan en un principio quizá, en definitiva recomendaria verla, porque repito no venimos a ver "La Lista de Schindler" es un cuento, es Quentin Tarantino.