Quien afirme que, por una lado esta película es bíblicamente buena y por otro que sensibiliza las emociones de los creyentes es que en realidad no es ni por asomo cristiano. Como creyente, diría que durante casi toda la parte de la película el espectador sufre psicológicamente con la narración de las últimas horas de Jesús. Una tortura... Me gustaría plantear un asunto simple: aunque en los evangelios se explican los hechos expuestos en la cinta, ¿quien se atreve a decir que ocurrieron así? Nadie sabe con certeza lo que Jesucristo sufrió en los peores y últimos momentos de su vida humana, pero hay va otra, ¿quien dice que no sufrió más de lo que Gibson nos intenta transmitir? ¿A dónde quiere llegar, al Gore? ¿Sería contradictorio no? Para el director que quiera aprovechar la vida de Jesús que empiece por intentar hacer llegar lo positivo de sus dichos y la importancia que éstos han adquirido a lo largo de los años en las actitudes de los devotos. Creo que hasta Ben-Hur tiene más eficiencia cristiana que La Pasión de Cristo... Mel acertaste con Braveheart pero ni se te ocurra hacer una película para contarnos la vida del profeta Jeremías...