Llevaba 16 años esperando el momento adecuado para ver esta película. El momento ha llegado hoy, y debo decir que me ha gustado. ¡Me ha gustado mucho!
Me reconozco ferviente admirador de David Lean, y quizá por eso tenía tanto miedo de verla. Por eso o porque la perspectiva de 180 minutos de melodrama inspirados en Madame Bovary acojona a cualquiera. He de decir que son prejuicios, que no me aburrí en ningún momento ( bueno, un poco con el oficial ingles pero ya iremos a eso) y que para mí fue la confirmación definitiva de que David Lean merece un lugar en el Olimpo de los Narradores de Historias, un lugar a la misma altura que Ford, Welles, Dostoiveski o San Mateo.
Prometo no contar nada y que quienes no la hayan visto puedan acercarse a ella de la forma más virginal posible. Pero me gustaría explicar los motivos de mi entusiasmo, alejar algunos miedos y dar algunos detalles que me hacen valorarla por debajo de otras joyas de Lean como Breve Encuentro, El Puente Sobre el Río Kwuait o Lawrence de Arabia.

MOTIVOS PARA VER LA HIJA DE RYAN

1º Y el más importante. ¡¡NO SE HACE LARGA!!
El director repite la experiencia de abrir con unos minutos musicales, así como de interrumpir la historia a la mitad para ofrecer un descanso al espectador. Se que a algunos no les gustan mucho estás costumbres, pero no empieces a bostezar, utilízalo. Aprovecha para ponerte cómodo, apaga la luz, haz algún comentario con tu acompañante o enciendete un cigarrillo. Ve entrando poco a poco en la música, déjate llevar y disfruta de la postal. ¡¡ Es la primera de muchas !!

2º LA FOTOGRAFÍA. Sencillamente IMPRESIONANTE
Se trata de una historia pequeña en un remoto pueblo de Irlanda del Norte, pero el uso que David Lean y su operador habitual, Freddie Young, hacen de ese paisaje justifica sobradamente el presupuesto de superproducción. ¡Y en apenas 10 localizaciones! La playa, los paseos con paraguas, el barco abandonado, el cielo cuando es azul y cuando rompe en los acantilados, la niebla sobre la calle principal, la pareja sobre el césped, no es una, son decenas, cientos de imágenes deslumbrantes. No exagero si digo que el 80% del metraje es digno de cualquier pinacoteca.

3º MELODRAMA SI, PERO NO TANTO.
La historia es triste, muy triste, y los protagonistas llevan dentro cargas pesadas, muy pesadas. Pero la densidad que esto podría provocar se compensa con otra trama con alguna aventura y un carácter más histórico (incluso épico en algún momento) y sin darnos cuenta vamos descubriendo un microcosmos que a la postre será fundamental. Unos secundarios esplendidos como, Mike el sordomudo, Ryan el tabernero o el comandante Tim O´Leary, añaden notas, a veces de humor a veces de crueldad, y desatan un poco la emoción que contienen los personajes principales.

4º EL REPARTO.
La duración del fillme deja hueco para que muchos actores desarrollen sus personajes, como siempre en un film de David Lean llenos de ambigüedades, dobleces y humanidad. Además de los mencionados, quiero destacar al gran Trevor Howard (protagonista de Breve Encuentro y policía en busca de Harry Lane en El Tercer Hombre) inconmensurable en su papel de cura católico, enérgico Padre de todo el pueblo. Y Michum... sólo decir que no me lo esperaba, una superestrella de Hollywood como él, con ese porte... me sorprendió y me convenció. Está soberbio como siempre y su presencia hace más compresible el personaje de Sara Miles, Rose, la hija de Ryan.

Y AQUÍ EMPIEZAN LOS PEROS...
... No es que ella esté mal, la edad tal vez canté un poco al principio, es que Rose en ocasiones es demasiado impulsiva, por no decir un poco estúpida, como poco elige mal los momentos. No se presenta como un personaje para empatizar de primeras, pero de ahí a parecer tonta... y desde luego no la favorecen las escenas compartidas con el Mayor Británico, cuyo actor me parece el verdadero agujero de la película, un imitador de James Dean jugando a ser Peter O´Toole. No tiene carisma y lo único que me trasmite es lástima. Se le pedían más cosas y jode un poco el conjunto.

CONCLUSIÓN
Tampoco en el paraíso hay un rincones para la felicidad

No te voy a dar más la chapa con la música o curiosidades. Si has aguantado hasta aquí ya has demostrado que tres horas de tu tiempo son baratas. Hazme caso y en lugar de leer estás gilipolleces inviértelas en ver:

LA HIJA DE RYAN, un regalo para los ojos del maestro, DAVID LEAN.

Una comedia entretenida y ligera cuya principal virtud reside en unos diálogos ágiles y bien interpretados.
La película está dividida en 5 episodios independientes, que sin embargo tienen bastantes cosas en común, ya que todos giran en torno a las relaciones afectivas, principalmente de pareja, de unos personajes de mediana edad que se mienten entre ellos para, tal vez, hacerse la vida más fácil.
Como ocurre siempre con las películas episódicas no todas las historias tienen el mismo nivel. Personalmente la que más me ha gustado es la segunda, protagonizada por Alex Brendemuhl, María León y especialmente Antonio La Torre. El conflicto que plantea está bastante visto pero reconozco que me lo he comido y me parece que es la que mejor resuelta queda.
Miento. El cierre de la última (Quim Gutiérrez, Verónica Echegui y Brays Efe) es posiblemente el más redondo, pero la trama y las interpretaciones de esta historia me han parecido algo más flojas, a pesar de que otra vez, Quim Gutiérrez hace muy bien de Quim Gutiérrez.
La primera ( Anna Castillo, Chino Darin y Javier Rey) es de las más divertidas pero me da la impresión de que se ha dejado el clímax en la sala de montaje.
La de Alejandra Giménez, Maribel Verdú y Nora Navas es puro diálogo y hubiera funcionado casi igual en la radio que en el cine.
Y por último la de José Coronado y Alejandra Onieva, que es la que me deja más frío. Ni simpatizo con el personaje de ella ni entiendo la reacción del personaje de él. O me he perdido algo de esta historia o soy demasiado hetero-básico para entenderla.

En el aspecto visual la película es de lo más sencilla y está casi siempre articulada por un plano conjunto de los intérpretes y el plano/contraplano de cada uno de ellos. Un poco más de audacia con la cámara o la puesta en escena hubiera sido de agradecer, aparte de que aún con este esquema tan sencillo hay bastantes cortes que saltan de raccord, imagino que para priorizar la toma buena de los actores y actrices.

En definitiva, un pasatiempo bastante agradable y cercano que dará para contar algún chascarrillo o vivencia propia después del visionado pero que a día de hoy parece más propio de una plataforma que de la gran pantalla.

Realismo social americano.
Moonee pasa el verano entre juegos y travesuras junto a sus amigos... y su madre, todos ellos vecinos de un cochambroso motel a orillas de Disney World.
Con un estilo casi documental, Sean Baker realiza un colorido cuadro (como un Hockney de clase baja) sobre la perdida de la inocencia De fondo el cielo azul de Florida y uno de esos típicos moteles de carretera americanos (Psicosis, Me llamo Earl) solo que en rosa. Y como centro de atención una niña pizpireta y su madre soltera, la pareja formada por Bria Vinaite y Brooklynn Prince. Monee, que lleva el peso de la película (sobretodo la primera parte), es una niña de menos de 8 años con una energía exultante y contagiosa. El día a día es una aventura para ella, que exprime alegremente los minutos, ajena a los peligros, las leyes y las preocupaciones del mundo adulto. También lo es para su madre, Halley, pero ella no tiene 8 años. Aparenta poco más de 18, pero la vida se le adelantó hace ya tiempo. Ahora tiene que ocuparse de Monee, y la realidad es que ni siquiera puede cuidar de ella misma. Madre e hija van sorteando los días de verano sin dar demasiada importancia a las consecuencias de sus pequeñas diabluras. Aquí el misterio es saber quien crecerá antes la madre o la hija. Será Halley capaz de madurar a tiempo de salvar la inocencia de Monnee? (al menos unos añitos más)
De ellas dos, y de todos los habitantes del motel, cuida Willem Dafoe, el encargado de mantenimiento y una suerte de "guardián entre el centeno" con lápiz en la oreja. Es un placer redescubrir que Willem todavía es capaz de construir un personaje creíble y no sólo a un malo malísimo que arquea la ceja. Su personaje representa muchas veces al espectador y sabe trasmitir empatía y humanidad. Me llama la atención eso sí, que a pesar de estar rodeado de un montón actrices (desconocidas) que hacen un trabajo tan esplendido como el suyo, sea él el único nominado a los premios Oscars. #Metoo
Un reparto en estado de gracia (Si esa niña es capaz de interpretar así a otro personaje se va a comer el mundo) que llena de vida la pantalla en esta historia tierna por fuera y dura por dentro.
Muy recomendable. Es mi primera película de Sean Baker y no será la última.

Thriller, drama o comedia, según se mire, sobre el proceso creativo, la búsqueda del "yo" artístico, y posiblemente sobre los seres mezquinos.

Como drama tiene más de un puñado de escenas realmente buenas, y algún que otro hallazgo de mucho valor; el concepto de las sobras en la pared es precioso, mágico (fucking poesía visual coleguitas) y el universo en blanco del protagonista muy acertado.

Los toques de humor negro me han entrado bastante bien y los de humor no tan negro, como el personaje del compañero de trabajo, también me han sacado alguna risilla.

Pero como thriller no funciona.
El último tercio me pareció mal ejecutado, falto de chicha y de tensión. Creo que iba bien pero apuesta demasiado por un desenlace que se huele con 30 minutos de antelación, en parte gracias a la sobreactuación de una de las actrices; que desentona un poco en un reparto lleno de secundarios efectivos y con peso en la trama. En el lado positivo destaca Adelfa Calvo, que llega incluso a eclipsar a la "prima donna", Javier Gutierrez, en sus escenas juntos.

Javier Gutierrez también está bien. El director le propone un salto al vació y cumple sobradamente. Su personaje es tan creíble como repulsivo (se ha encasillado tanto en este carácter que da que pensar). Llena la pantalla en blanco y se la juega, saliendo victorioso, en par escenas muy arriesgadas. Con todo, empiezo a ver más al actor que al personaje, lo que ya me ocurre de lleno con Antonio de la Torre.
A la que no veo de ninguna manera en ese papel es a María León, me disculpen.

A mi me ha gustado, pero quien vaya buscando una de acción y suspense se va a dar de bruces con ella y con Jose Luis Perales.

Un thriller sin acción bastante original. Un pequeño juego de lógica empuja a la pareja protagonista a descubrir un misterio que ellos mismos han inventado, o no. La sugerente ciudad de Toledo, llena de recovecos y calles laberínticas, es un personaje más (puede que el principal) y un marco perfecto para esta historia de suspense. Su estilo clásico y su blanco y negro han hecho que me recuerde a los episodios de "Alfred Hitchkock Presenta.."
20 minutos muy bien construidos y que pasan rápido.