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España España · Cáceres
Críticas de Sinhué
Críticas 1,379
Críticas ordenadas por utilidad
6
18 de mayo de 2016
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy, 76 años después, esta comedia de banalidades y enredos de la alta sociedad, con incrustaciones de americana sin complejos y plebeyo enamorado, no me ha cautivado en exceso. A pesar de que la pluma de Billy Wilder se hace más que evidente en algunas ocasiones: diálogos ocurrentes, pícaras ironías, tensiones resueltas....
Si bien en la fecha de su estreno pudo resultar atrevida, hasta iconoclasta para algunos; ahora resultaría blandengue, casi ñoña. Ser la reina de la velada, cuando te llamas Cenicienta, en los días que corren tampoco tendría mucho mérito; lo consiguen auténticas heces de nuestra sociedad en cualquier reality televisivo.

Resulta, no obstante, curioso, ver en la lejanía la desfachatez e hipocresía con la que se desenvolvían las clases pudientes y constatar que el paso del tiempo no ha mejorado ni un ápice sus escrúpulos, ni su equivocado concepto de la ética.

El encorsetamiento hollywoodiense también se hace patente en esta producción, condicionada posiblemente por imposición de actores, escenarios y técnicos que te hacen recordar otros trabajos parecidos.
Interesante pues desde un punto de vista de coleccionista antediluviano o cazador de gags, razón cinematográfica nada desdeñable; pero poco trascendental. Le pesan los años.
Sinhué
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10
21 de abril de 2024
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te entran tantas ganas de votar con un diez a una película, se te quitan hasta las intenciones de pasar a la autopsia de la misma. Sobre todo a practicar la medicina forense de la crítica cítrica que te pide argumentar y buscar fallas a un producto que te comerías hasta con el envoltorio.

Un diez por todo: por la humanidad inmensa de la propuesta, por la simpatía inequívoca de sus personajes, por esos colores tan llamativos y cálidos, por la imprescindible y cómplice presencia de la música cuando la soledad amenaza, por la solidaridad de las miradas y el apretón de la mano amiga, por convencernos de que no todo está perdido y de que hay otros mundos que merecen ser explorados, por darnos la oportunidad de empatizar con los perdedores e incluso sentirnos orgullosos de pertenecer al mismo barrio, por enseñarnos que se pueden encajar con una sonrisa los reveses de la vida; por conseguir hacernos un poquito mejores, al menos mientras mantenemos encendidos los impávidos rostros de los nuevos amigos del otro lado de la pantalla; por reafirmar que el aprecio que sentimos por Aki Kaurismaki es más que merecido y porque siempre recordaremos, al borde del llanto, estas hojas caídas con envés de terciopelo que arroparán algún día nuestro descanso eterno.
Sinhué
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7
8 de diciembre de 2022
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué pasaría si una pareja de marcianos, de apariencia humana, aunque con varias trompetillas surgiendo de su cabeza, se estableciera en una pedanía de nuestras Hurdes, huyendo del frío excesivo y del insoportable ruido de las aeronaves del Planeta Rojo, buscando nuevas experiencias? La pregunta se la planteó Javi Camino y se puso a escribir un guión que acabó por convertir la comarca extremeña en un pueblecito gallego, de nombre Mallou; y Marte pasó a ser Suecia, lugar del que llegan Alex y Ana, esta última con alguna raicilla perdida por la zona.
El comité de recepción en la diminuta aldea está encabezado, y finiquitado, por los Becerra, que cuenta entre sus miembros con la singular figura de Jacinto, un niño muy grande con un parque de juegos en mitad de la montaña.

El director gallego, confeso admirador de la serie B, recopila en este truculento film muchas de las señas de identidad que hicieron grandes a las películas pequeñas. A saber: imaginación para superar carencias que tienen que ver con lo crematístico; situaciones que se desbordan de forma estrepitosa, aunque guardando siempre una sólida conexión con la realidad; sentido del humor (negro, e incluso negrísimo), pero sin perder nunca la impagable posibilidad de denunciar la ridícula condición humana y sus modernos mundos paralelos (léase nuevas tecnologías), auténticas autopistas por donde la imbecilidad transita a mayor velocidad...

Javi Camino, en su video-conferencia de presentación para el Cineclub El Gallinero, defendió esta obra como un proyecto elaborado con más medios y, por tanto, con mayor enjundia; situándolo sin dudar en el vértice de su carrera; y demostrando que lo fantástico convive con lo cotidiano, y que no hay que buscar escenarios exóticos cuando delante de nuestros ojos transitan circunstancias, no por chuscas, menos alucinantes.
Sinhué
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7
23 de marzo de 2022
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos a cuatro días de los Premios Óscar y Belfast, con siete nominaciones, aspira a estatuillas importantes. Pero para nosotros, los espectadores, lo sustancial ya pasó. Hemos visto la película y las sensaciones vividas ya no nos las quita nadie, por más que los llamados académicos decidan galardonar a unos u otros en función de sabios criterios, sospechosas simpatías o intereses ocultos.

Los que por aquellos días teníamos años parecidos a los de Buddy, contamos con unos añadidos de cercanía, comprensión y nostalgia, que nos permiten convertir a sus padres y abuelos en los nuestros, a la dulce niña rubia en cristalino amor compartido, a las fechorías infantiles en divertidas pesadillas y a los problemas de los mayores en sucesos que se convertían en más o menos caricias, que se llevaban o traían los regalos; que incidían sobre todo en la luz diaria, en función de la amplitud de las sonrisas o la grisura del ceño fruncido.

Que la historia manuscrita, casi biográfica, de Kenneth Branagh, empapada en la deliciosa música de Van Morrison, transcurra en la capital de Irlanda del Norte, que fueran años de cruel violencia porque nadie supo atajar el germen del odio entre vecinos y religiones, entre unionistas y republicanos; que la imparcialidad sea desde siempre un concepto invisible, y aún así perseguido, en la sociedad irlandesa... Todo es anecdótico, aquí lo que cuenta es la infancia de Buddy, su mirada en blanco y negro a los tiempos en que la felicidad era un gas que venía envuelto con el oxigeno y era imbatible.
Ya lo dijo Rainer Maria Rilke: "La infancia es la verdadera patria"
Sinhué
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7
19 de octubre de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con buen pulso y mucho oficio, el director almeriense nos hace pasar de situaciones cómodas y naturales, a momentos de zozobra y suspense, entre idas y venidas a una impresionante y vistosa Sierra de Jaén, que como los propios protagonistas, se muestra plácida y acogedora, a la par que inquietante. Una especie de gestación subrogada, acordada en principio entre una menor (Irene), el tutor de un centro de acogida (Javier) y la mujer de este (Adela), como solución ideal para las partes, irá evolucionando de manera distinta a como se diseñó en el concienzudo proyecto inicial.

Las interpretaciones, que en general son muy contenidas, dejan traslucir las variantes intencionalidades y la erosión de los días, tanto en los hechos concretos y rutinarios como en la tibia investigación policial por la desaparición de la chica embarazada.
Muy correcta, sin alardes, sin grandes pretensiones, pero en absoluto plana; ya que te hace reflexionar y te araña con las cortantes aristas del lío; haciéndote empatizar, en ocasiones, con algunos personajes que no lo merecen en absoluto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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