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España España · Honor al Sabadell!
Críticas de Grandine
Críticas 1,255
Críticas ordenadas por utilidad
4
17 de agosto de 2007
15 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como parece ser que revisar "Hostel" no fue para mi suficiente grata experiencia, decidí hacer lo propio con "Dead end" que, si la primera vez ya me pareció flojilla, revisionarla es de sonrojo puro... y es que si se supone que en ella debían cuadrar el humor negro y el terror con total fluidez, pues no, los señores Canepa y Andrea debieron pensar que humor negro sería meter a uno de esos personajes que hacen de anormal en las pelis americanas, y que sólo escupe estupideces una tras otra, y así quedó la cosa... que de humor negro tiene un par de puntos, y poco más, puesto que todo se limita al esperpento de un personaje que no calla ni debajo del agua y cuyas gracietas son más imbéciles que graciosas.

Pero lo peor de todo no es eso, sino desaprovechar ese interesante final y ese punto de partida tan sugestivo para realizar una hez de tal tamaño que, entre lamentables y vergonzosas interpretaciones (lo de la madre es de paredón directamente), situaciones que rozan el auténtico ridículo y sólo sirven para rellenar un metraje del todo insustancial y terror de patio de colegio, de ese que ni aterroriza, ni angustia, ni produce ná de ná, pues la cagada es gorda.

Para hallar virtudes en esto, tendría que hurgar en lo hondo del cubo de basura, y como muchas ganas no es que tenga, pues destacaría, si me apuran, la aparición de ese misterioso coche que, sin embargo, deriva en algunas muertes de las más cutres y estupefactorias de la historia del cine. Sí me gusta su conclusión, por ese enigma me deja... pero no hay nada más en ella que merezca la pena ser salvado.

Así que, señores directores, si otro día se quieren fumar canutos, no lo hagan en horas de trabajo, porque sino... el quebradero de cabeza no es sólo de los responsables, sino también del afligido y paciente espectador, un poquito de consideración, por favor, un poquito de consideración...
Grandine
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4
18 de julio de 2006
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y vuelva la burra al trigo. Que sí, que puede ser que esta película sea un tanto distinta de tantas otras que simplemente se han molestado en ofrecer lo mismo una y otra vez, pero esque no es más que una reiteración de lo ya visto anteriormente donde, ni la aceptable ambientación o el final tan inquietante como desconcertante, son elementos suficientemente poderosos como para hacer de este relato algo meramente distinto a lo ya visto mil veces anteriormente.

Lo peor de todo, se podría decir que es un guión que, aun y sin abusar insultantemente de los tópicos, los contiene, y a patadas. Porqué los protagonistas siguen soñando que ven espíritus por todas partes, porqué la apertura de puertas que parecen esconder algo y la investigación por parte de los personajes debido a cosas tan nimias sigue estando patente ahí, porqué aquí también salen niñas del agua (y, esque, parece toda una obsesión, creo que desde que ví Ju on, aun no he observado ninguna niña que no haya salido de algún lugar que contenga agua...), porqué las secuencias de más tensión continuan pareciendo demasiado previsibles y pobremente resueltas, y por varios motivos más que no mentaré para no hacer de esto un escarnio.

Y ya, para colmo, si nos topamos con la realización de dos señores que parecen estar pagando la novatada, pues tampoco nos lo ponen demasiado bien... Ya que algunos de los momentos que se supone deben aterrorizar al respetable, producen más gracia que otra cosa, pues son de un cutrerio y una simpleza demasiado inocente. Pero bueno, tampoco destriparé ahora sobre la labor de estos dos señores, a los que les debe quedar mucho terreno por recorrer en esto del cine, y espero que con más fortuna que en su opera prima.

Quizá si se hubiese logrado mayor acierto en el momento de intentar mantener al espectador en tensión en lugar de quererle engañar con más y más de lo mismo, puede que el resultado hubiese quedado en algo muy distinto y bastante más disfrutable. En definitiva, nada nuevo bajo el sol.
Grandine
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6
18 de marzo de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olviden toda ley habida y por haber: física, empírica o cinematográfica. Eso debió pensar Coralie Fargeat ante un título (Revenge) tan primario como sencilla es la propuesta que plantea la francesa en su debut. Y es que su primer trabajo tras las cámaras no es otra cosa que la puesta al día de un subgénero tan emblemático como el ‹rape & revenge›. Claro está que aquello de repetir esquemas —o incluso aludir a tonos— pasados no convence a todos, y si bien los más puristas del género podrían aplaudir de nuevo cuantos ejercicios de esa índole pasasen ante ellos, nunca está de más dar un giro —bastante grande— a la perspectiva y dejar al espectador con la mandíbula desencajada.

En ese sentido, las intenciones de Fargeat quedan bien claras desde un primer momento. Estética (y ética) bordean unos límites que podrían llevar cualquier propuesta a coquetear fácilmente con un sentido del ridículo —y, hasta en cierto modo, de una moralidad de la que siempre ha estado exenta el género— que, de hecho, no rehuye la aquí debutante. Da igual si son absurdos detalles (esa manzana) o una búsqueda descarada del artificio a través de lo formal para matizar un estilo que más adelante se acabará abrazando sin contemplación alguna: la cuestión es dejar bien claro desde un primer momento que Revenge no tiene deudas con ninguna etapa pretérita y su único objetivo es llegar a un carácter tan imprudente como divertido.

Asumir esa naturaleza, ese despendole creativo que la cineasta propone a través de un artefacto que no es lo que parece, no es fácil. Menos cuando desde su inicio se dispone un libro de estilo de lo más extravagante que sólo refuerzan ciertas secuencias aisladas —la de ese baile— y algún personaje —los dos invitados prematuros— de lo más particular. En su prólogo, pues, Fargeat se limita a dar las claves de una cinta que se siente muy despreocupada en ese juego, pero no estalla hasta disponer un sentido del absurdo que a partir de entonces será santo y seña de la misma. Y es cuando la inverosimilitud a la que apela Revenge termine por dispararse definitivamente, el momento en que ya no habrá vuelta atrás.

Lejos de contener en su esencia un grito desesperado por reclamar atención, lo que se establece es una concepción distinta, ya no sólo del género, también de los distintos mecanismos de que dispone. Más allá de la ya conocida violencia —y según como, sanguinolencia— del ‹rape & revenge›, se instaura también una percepción humorística que nos lleva desde un marcada actitud cercana al ‹grand guignol› hasta el desatado patetismo implícito en alguno de sus personajes. Es a través de esa nueva concepción como Revenge logra desmantelar el género y ofrecer otra mirada igual de salvaje y feroz, pero apuntando a elementos que, lejos de rebajar su tono, lo amplifican más si cabe.

Revenge termina, a partir de esta disposición, por desarrollar un juego del ratón y el gato —elevado a su máxima expresión en esa hilarante secuencia final— al concretarse en nuevos espacios, y aprovecha en ellos una configuración que sin duda beneficia esa extraña veta cómica, incluso paródica en algunos momentos. Sin grandes pretensiones y de carácter desenfadado, el debut de Coralie Fargeat demuestra que todavía hay muchas sendas por explorar en el cine de género, y al final la sensación obtenida es que si todas ellas nos han de llevar a films como esta Revenge, bienvenidos sean.


Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Grandine
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5
4 de marzo de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su primera secuencia resulta más que sugerente para incentivar el interés del espectador: cuatro médicos especializados discuten los pormenores de dar el alta a un paciente que, con un brote psicótico, llegó incluso a atacar a uno de sus compañeros, al que acusaba de intentar afanarle (en colaboración con su mujer) el trabajo desempeñado durante quince años. Puede que, explicado así, resulte muy obvia la intención del director por construir un thriller psicológico entorno al personaje que da pie a esa conversación, pero nada más lejos, el argentino sabe como manejar suficientemente bien el relato para que no se vuelva tan evidente como hubiese resultado en un principio, y sabe girar las tornas con la inteligencia de alguien que no parece inexperto en el género, pero sin la pericia de aquel que sí sabe lograr que su desarrollo argumental posea el suficiente empaque como para que el espectador no tenga la imperiosa necesidad de preguntarse hacía donde se dirige todo (más como aquel que reclama lo que esperaba, que como el que se interesa en saber en qué derivará el asunto), ni la conveniente tranquilidad para aburrirse.

Pero el quid de la cuestión no reside en si el público reclama más dinamismo o más conflicto para entrar definitivamente en la película, sino en el hecho de que Sorín no llegue más que en contadísimos momentos a desatar la tensión necesaria dentro del propio relato. Una tensión que en el plano psicológico resulta prácticamente nula, pero que en el dramático también se antoja inexistente por la falta de recursos que maneja el guión entre sus posibilidades: ni hay un ápice de susceptibilidad entre esa pareja donde se explicita que se habían desatado acusaciones por parte de él (aunque sí lo hay por parte de ella entorno al hecho de no conocer si volverá a repetirse el episodio, pero de modo demasiado velado a ratos, y demasiado visible -y por ende, fallido- en otros), ni la trascendencia de los pequeños escollos que suponen el hecho de reinsertar a alguien como el protagonista en la sociedad nuevamente reviste mayor gravedad, ni siquiera la problemática planteada en más de una secuencia, intentando fundar sospechas en el espectador, consigue ir más allá de una tibia conversación entre ellos dos y la resolución más cándida posible casi siempre.

Es una pena, pues, que un trabajo así termine resultando fallido por no saber sobreponer algunas de sus virtudes más que evidentes a sus defectos, como el hecho de revertir con perspicacia esa situación que nos presentaba a un personaje psicológicamente inestable, y cuya inestabilidad termina derivando en que la persona más cercana a él empiece a desarrollar su propio brote de ramalazos mucho más medidos y cuya gravedad ni siquiera supone un problema más que para el propio personaje. Eso por no hablar de una conclusión que termina por encajar las piezas del puzle, y justifica (sin ser del todo necesario) los cabos sueltos que hubiesen podido quedar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grandine
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3
23 de octubre de 2007
34 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi que el próximo proyecto de Neil Jordan era uno con Jodie Foster a la cabeza sobre venganzas y demás, no pude evitar pensar que era otro vehículo para lucimiento de una actriz norteamericana, como ya sucedió con el "A mighty heart" de Winterbottom, así que decidí resignarme y ver que cosa me tiraban a la cara en esta ocasión.

Y menuda cosa, señores, menuda pedazo de bazoooooooofia. Los americanos se llevan la palma este año, con "An american crime" ya demostraron que no saben darle hendidura a un tema que podría tenerlo, y sobradamente, y con "The ten" que tampoco saben como innovar en la comedia, sin hacerlo en base a un humor soez y asqueroso, así que uno llega a la conclusión de que estos tipos, además de estarse quedando sin ideas, están tocando fondo, un fondo repulsivo, que incluye temas escabrosos y de cualquier ámbito, sólo por contar algo nuevo, por innovar, cuando en realidad lo que hacen es demostrar su limitación.

Pero vaya, a lo que ibamos, "The brave one" es otro ejemplo de esos, una historia de venganza, ¿y el mensaje? ¿mensaje? ¿qué mensaje? ¿como? ¿donde? Si hombre sí, amigo Neil, eso que suele venir acompañado de una peli, y que te indica las intenciones de la misma, pues aquí no lo hay, es una mierda, basura pura... porque sino, ¿que debemos suponer? ¿que su mensaje tiene como base la venganza? Y encima toooooda la peli está repletita de flashbacks vomitivos, que no vienen a cuento, que son inapropiados, que no van contigo, amigo Neil. ¿Donde estabas en ese momento? ¿quien es el extraño que hay en ti? Ese que realizó pequeñas joyas en su país natal ("Juego de lágrimas", "Desayuno en Plutón"...) y rindió tan bien en los USA a los que ahora vuelve ("Entrevista con el vampiro", "Rob Roy"...), ¿me quereis decir donde está?

(Sigue en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grandine
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