El director de aquella maravillosa película llamada "The visitor" y el protagonista de la mítica "Entre copas" nos ofrecen de nuevo una visión levemente alternativa del "American way of life". El resultado, sin llegar a ser tan bueno como el de las obras citadas, es muy satisfactorio.

McCarthy plantea -sin trampas, como ya tiene demostrado que sabe hacer- una colección de pequeños dramas cotidianos, tratados en clave de comedia; envuelve astutamente en ellos al espectador, a quien deja sacar sus propias conclusiones; y los resuelve, en la medida de lo posible, de forma honrada y simpática.

No olvidemos destacar la gran interpretación de Burt Young.

En el programa de mano, Mme. Telerman afirma que el cine tiende a ser demasiado realista y realiza una apología del melodrama; me temo que esta película no apoya convincentemente tales planteamientos.

En efecto, el guión engarza una sucesión de casualidades folletinescas en un tópico hilo de "mis papás no me comprenden". Ni hay personajes creíbles, ni situaciones que interesen, ni montaje o dirección más allá de lo convencional.

Mi sincera opinión: puedes omitir el visionado.

¿Por qué merece al menos 3 puntos? Porque algunos personajes resultan entrañables y porque algunas situaciones hacen reir (o, al menos, me hiceron reír.)

¿Por qué no merece más? Porque la comedia en su conjunto resulta fallida, lo cual es imperdonable contando con los recursos de los que se ha dispuesto. Ms. Keaton no representa adecuadamente el papel de sesentona patosa y dispersa; demasiadas frases tópicas en el guión (sí, a veces está claro que son paródicas, pero me temo que en otras ocasiones van en serio); la escena del funeral la hemos visto ya tantas veces en tantas películas (bueno, no exactamente en un funeral, pero quien la vea sabrá qué quiero decir);... En resumen, no la recomendaría.

Este documental de cuidada factura quiere mostrar al gran público (o, al menos, a la parte de este que tiene inquietudes espirituales) algunos aspectos de la vida monástica.

Creo que lo consigue, y también que tal vida resulte atractiva: la cuidada selección de monjes y monjas (no, en los monasterios no creo que sean todos tan originales y/o simpáticos), el equilibrio en sus respuestas (que huyen del proselitismo explícito), el claro y lineal montaje... todo contribuye a ello.

Así que te la recomiendo, amigo filmaffinitista, a menos que seas un comecuras.

El sr. Gray vuelve a dirigir al sr. Phoenix en un melodrama ambientado en Nueva York y con conflicto familiar; ya lo había hecho, sin no me equivoco, en "La noche es nuestra" y en "Two Lovers".

Y, como entonces, consigue un producto exquisito, pero que me aburre. Quizás sea culpa mía, no lo sé; en cualquier caso, admiro a director e intérprete por su valentía al hacer un cine tan a contracorriente de las modas y los modernismos.

Lo mejor de la película, en mi opinión, es la sobria expresividad cuasi garbiana que la sra. Cotillard mantiene a lo largo de todo el film.

En resumen, amigo filmaffinitista, te la recomiendo sin excesiva convicción.