Este anime tiene mucha tela, porque ha evolucionado tanto, ha pasado por tantas etapas, que me faltaría espacio para escribir su transformación hasta el día de hoy. Después de haber visto 626 episodios, 10 ovas, 14 películas animadas y 2 live actions, a día de hoy y eso que aun sigue activa, puedo afirmar con toda seguridad, y sin miedo a equivocarme, que es uno de los mejores animes de la historia, al mismo tiempo uno de los más incomprendidos e infravalorados por el público europeo, no así por el japonés.

Tirando un poco de historia, este anime que empezó a emitirse en 1996 por T.V., y realmente procede de un manga publicado en el Shonen Sunday allá por el 1994 por Gosho Aoyama, que por cierto, aún sigue publicándose.

Al principio fue lanzada en busca de un público juvenil y algo infantil, pero rápidamente la censura empezó a pasar factura, y se quedó destinada para el juvenil principalmente, pero siempre con recato, sin ningún exceso en las imágenes impactantes donde la sangre, a veces ni aparece o es sustituida por sombras, en resumen una serie con comedimiento, moderación y prudencia, porque su objetivo es que el público en general busque las pistas para la solución del caso, razone, piense y deduzca, nunca incitar o avivar subconscientes oscuros dormidos.

Respecto a la trama, hay que diferenciar dos, una principal que está vigente desde el primer episodio, donde Kudo es envenenado por la Organización de Negro, organización secreta y con gran poder y que intenta echar abajo con la ayuda de sus amigos, siendo por supuesto lo más interesante de toda la serie, y otra secundaria que se aprecia en cada episodio, ya sea doble, triple o de dos horas, donde se descubre al.

Los personajes, han evolucionado con la serie, al principio eran algo infantiles con caracteres poco definidos, pero con el paso de los años han creado su propia personalidad, arraigando fuertemente en ella, como Mouri, Ran, Sonoko, Agasa, los inspectores, los “Shonen Tentai” e incluso los malvados Vodka y Gin. Todo esto ha hecho, con tantos personajes, cree un mundo propio dentro de la animación, y en cada capitulo los personajes puedan variar sin llegar a aburrir, incluso reciclar personajes de tercer nivel e introducirlos nuevamente, y así un poco de allí, un poco de allá y por supuesto gracias a un equipo de investigación que se come el tarro, creen magníficos episodios, donde se nota que el tarro se lo han comido.

Respecto animación, música, calidad y técnica, 15 años han dado para mucho y han mejorado bastante, algo lógico.

Bueno, por todo lo dicho anteriormente, de forma escueta, y por muchas más razones, es una serie que todo el mundo debería de ver, sobre todo sí se es joven, porque a mí entender, el pensar y el intentar descifrar, ejercita la mente, la deducción y la lógica, y no viene mal desarrollar cualidades loables.

Por cierto, y recuerden, “Solo hay una verdad.”

Hay que decir que la película tiene los elementos necesarios para ser una gran película, actores de primer nivel, una historia más que atractiva y una fotografía sublime, sin duda lo mejor de la misma, pero por desgracia su desarrollo, aunque de interés, es en cierta forma estéril, ya que parece que durante su puesta punto Wong Kar-wai se le olvidó algunas escenas esenciales para explicar algunos momentos de la misma, con saltos que sólo el y su prole de amigos comprenderán, y eso que hablamos de un metraje de más de dos horas, llegando a ser en ciertos momentos algo confusa, derivando la misma, en el aburrimiento y el hastío.

En fín, decepción por partida doble, ya que la esperaba con ganas y porque esperaba mucho, muchísimo más.

Muy buena película, bien planteada y sin llegar a forzar las situaciones para poder echarnos unas risas.

Ya desde el principio con la música hawaiana te da cierto ritmo y alegría y mas adelante empieza el espectáculo, y son carcajadas tras carcajadas, y es que al hacer la historia lineal, sin llegar a forzar las situaciones y sin salirse de esa línea para hacer un chiste o una escena cómica, lo que consigue es que situación tras situación uno se ría sin parar, y cuando una película empieza con una carcajada real, acaba de igual forma, y dándole una gran ovación y critica.

Para mí unas de las mejores comedias que he visto en mi vida y recomendable a todo aquel que no la haya visto, porque no es perder el tiempo, más bien al contrario, es pasar un rato agradable riéndose y olvidando todo lo demás.

Además la película no solo ofrece risas a no parar, sino también tiene historia, y no solo porque esta basada en hechos reales, sino porque nos ofrece valores morales como todas las de disney, y en este caso exactamente es una historia de superación, superando las dificultades, no solo burocráticas, sino las personales, los miedos y las burlas, y todo por un sueño que se puede hacer realidad con esfuerzo y superación.

Es increíble, pero a veces cuando no tienes esperanza el algo, acaba sorprendiéndote, tanto, que le coges aprecio, y esta película lo ha sido para mí, porque para ser sincero, cuando llevaba veinte minutos de visionado, pensaba que me encontraba con otra típica película sin expectativas y sin derroches emocionales, una de esas películas que no dejan huella emocionalmente, pero aún así, había algo que en fondo me agradaba, igual solo era el protagonista, pero lo había, y una vez que la ha visto completamente, me alegro, porque es de lo mejorcito que he podido ver este año en la animación.

La película en sí, es un drama familiar a fin de cuentas, como tantos otros que se han hecho y que se harán, pero la diferencia estriba en que algunos te llegan y otros pasan inadvertidos, en este caso, y para mí, se quedará marcado, no sé si en mi corazón, pero sí en algún lugar de mi caótica memoria, y es que con una animación en definitiva sin grandes lujos, nos presenta unos personajes perfectamente bien definidos, sobre todo los cuatro miembros de la familia, que se van descubriendo con el paso de los minutos, para al final acabar observándolos como son, una familia, con sus virtudes y sus defectos, una familia fuera de la típica familia feliz, una familia que hasta que no les llega una situación no saben lo que significa la palabra "familia", una familia con sus problemas individuales, esos que muy pocos ven y sobre todo una familia que en el fondo tiene mucho amor que dar.

Todo ello no sería posible sin el buen hacer de dos elementos primordiales, uno es el guión, de Miho Maruo, adaptándolo perfectamente de la novela de Eto Mori, a la gran pantalla y por supuesto la dirección de Keiichi Hara, que tenía mis reticencias ya que es un director más infantil, entre sus proyectos las pelis de Shin Chan, pero que con su anterior trabajo, "El Verano de Coo", me sorprendió gratamente y fue una de las razones que me impulsó para ver este film, porque se nota que ha evolucionado y es en esta película vuelve a añadir elementos fantásticos, como el personaje Purapura, pero queda en un segundo plano, ya que el centro de todo, es Makoto y su familia, y todo lo que les rodea, todo perfectamente bien llevado y definido, y es como subir una escalera, al final acaba cansándose, pues aquí es a la inversa, sigues subiendo y con cada peldaño que añades a tus piernas, más maravilloso se te hace.

En resumen, no dejéis de verla, os gustará, no decepciona en absoluto, porque como todo canto a la vida, es digno de verse, siempre y cuando sepa transmitirlo, y éste es el caso.

Es una película realista, con una crueldad olvidada de todo los escrúpulos, donde se muestra en antes, durante y después de uno de los hechos históricos más penosos del S.XX, y fue el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, y todo ello visto a través de los ojos de un niño pequeño.

Es de esas películas que uno debería ver, por su realismo más atroz, y es que porque sea de animación no hay que desmerecerla.

Hay que alabar la dirección Mori Masaki, donde nos ha presentado unos hechos, para que el espectador sepa que fue lo que sucedió a miles de japoneses durante aquellos días, y que cada cual opine, de quien fue el "malo", dando un grito de esperanza al final de ella para las futuras generaciones de japoneses, y sin olvidar que hay cosas que jamás deberían repetirse.