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España España · Calatorao (Zaragoza)
Críticas de Tobias de Jalon
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
3
26 de julio de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído la obra literaria original, por lo que al desconocer la fidelidad con la que se ha llevado a la gran pantalla, mi apreciación conceptual se limita estrictamente a lo sugerido por su versión cinematográfica, que no ha sido demasiado.
En síntesis me parece una obra con buena factura en cuanto a lo técnico: fotografía, montaje, dirección de actores... Lo artístico es otra cosa. Principalmente me ha parecido aburrida. Le sobra más de media hora y mucha voz en off, sobre todo en el primer tercio de la película ¿De verdad hace falta recurrir en tal medida a ella para llevar al cine una novela de nula acción? ¿No es posible trasladar al espectador las mismas impresiones mediante diálogos informativos y sugerentes, insinuaciones, etc.). Propongo el experimento de cerrar los ojos durante los tres primeros cuartos de hora e imaginarse que se está escuchando un relato radiofónico. Se podrá echar de menos la buena fotografía, pero hasta la ambientación se logrará evocar con facilidad sin abrir los ojos, al acercarse bastante a la estereotipia que muchos españoles llevamos dentro por efecto de nuestra lectura infantil de las aventuras de Guillermo Brown (interpreto las gorras de los niños como todo un homenaje) y las parsimoniosas relaciones personales entre los personajes de algunas versiones televisivas de las novelas de Agatha Christie, de por más o menos los años 70.
Y prácticamente eso sería todo, si no fuera por la importancia que le otorgo a otro aspecto, sobre el cual paso a dar abiertamente mi opinión, procurando no caer en el spoiler; no sin previamente rogar que se perdone mi torpeza si en el fondo no se encuentra otra cosa que mis escasas luces, que no dan para más.
La cuestión es que el mensaje que aprecio en este film (aunque no se haya pretendido dar ninguno, que no lo sé, lo que a efectos de lo que se trata no es esencialmente trascendente) se centra en que, al poder ser la ley manipulada por los poderes fácticos de las clases dominantes, la moral y la ética no valen para nada. Siendo factible reducirlo todo, en clave de fábula clásica, a un sólo valor: el coraje al servicio de nuestras propias aspiraciones. Valor sin duda sumamente etéreo, indefinido y en última instancia subjetivo. Según deducimos y casi se explicita en este film, quien introyecte y se apoye en el coraje como su exclusiva guía y referencia, estará en consecuencia autorizado (matizaría yo que psicopáticamente) a tomarse la justicia por su mano, logrando mágicamente a la larga su loables y maravillosas aspiraciones (en este caso una librería). Quien por el contrario acate el orden social establecido, ejemplarizado en la película por una estereotipada comunidad rural anglosajona de los cincuenta, no debe esperar otra recompensa que el exilio ¿De verdad podemos quedarnos en ese eslabón de la verdad? ¿De verdad hay que seguir empobreciendo la reflexión de nuestra tambaleante cultura con tan manidos mensajes, en su fondo realmente moralistas al quedarse en su contrario?
En consecuencia, estimo que con cierta indulgencia. los méritos de esta película pueden calificarse a lo sumo con tres puntos, frente a los siete negativos que aprecio en sus deméritos
Tobias de Jalon
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9
31 de marzo de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1967 se publicó en español la primera edición de “Respuesta sexual humana” y en 1972 de “Incompatibilidad sexual humana”, de W.H. Masters y V. E. Johnson (Editorial Inter-médica, Buenos Aires). Libros que pese al prejuicioso entorno de aquellos tiempos no tuvieron que afrontar problemas con la censura franquista no tardando en incorporarse a las bibliotecas de los hospitales y Facultades de Medicina, sin duda por su pleno rango médico. Su perfecta impresión se encontraba al nivel de los mejores textos de ginecología y anatomía, siendo realmente caros (yo no pude comprarlos hasta toparme con la rara fortuna de hallarlos de segunda mano). La seriedad de su contenido científico estaba a la altura del precio,tanto en contribuciones novedosas como en rigor investigador, erudición exhaustiva, documentación y referencias bibliográficas, en un campo médico poco trillado pero que justo es decir que contaba en España con algunos intentos precursores a cargo de Marañón y López Ibor. Pese a potenciales controversias, los psicoanalistas recibieron su publicación, por lo general, con gran respeto e interés, no siendo raro los que incorporaron las aportaciones de Masters y Jonhson a su práctica clínica hacia las disfunciones sexuales que se les consultaba. A la luz de ellas se abrieron también muchas consultas sexológicas y consultorios en revistas populares. Pocos años después los libros se publicaron en edición de bolsillo. La grandeza científica de Masters y Jonhson es indiscutible (basta ojear sus libros) y difícilmente alcanzable, ocupando un elevado lugar en la historia de la medicina. En su reconocimiento, la fotografía de ambos no suele faltar en los más prestigiosos tratados de psiquiatría y demás especialidades relacionadas con la fisiología y la sexualidad. Su contribución, aunque relativizada en un contexto pluridisciplinar, sigue vigente. Respecto a la posible controversia de la aportación revolucionaria de Kinsey frente a la de Masters&Johnson: simplemente ni la hay ni la hubo. Se complementan. Kinsey abrió el conocimiento de la sexualidad desde la perspectiva sociológica (la gran aportación previa de Freud consistió en su impresionante labor para que la ciencia pasara de negarla a admitir su existencia). Tras la apertura freudiana (psicológica, seguido de otros, como W. Reich) y kinseyniana (sociológica), los aspectos somáticos, fisiológicos y meramente conductuales sólo eran contemplados por la zoología y la veterinarial, permaneciendo ausentes en los libros médicos. Probablemente las aportaciones de Kinsey ayudaron a poner de manifiesto tal carencia y a motivar las iniciales investigaciones de Masters (con la imprescindible incorporación posterior de Johnson), cuya privilegiada mente científica gozaba de gran reconocimiento en la época. De hecho, en la primera página de su libro, ambos autores, tras reconocer la "monumental" (así la califican) aportación de Kinsey, señalan que la respuesta fisiológica y sicológica de la estimulación sexual seguía sin interpretación, proponiéndose avanzar en ello.
Considero importante señalar tales precisiones ante algunas afirmaciones gratuitas vertidas respecto a las pretensiones de la serie, con un tufillo que parece rememorar los prejuicios subyacentes que debieron encontrar estas dos grandes figuras científicas al presentar sus investigaciones. Serie por otra parte magnífica, que aceptando las licencias de novelización que contiene, nos aproxima al lado amargo que toda aportación científica innovadora parece inevitablemente comportar a sus autores. Serie, por tanto, que encuentro muy recomendable para quienes no quieran limitarse a un bello relato y a la oferta de consabido espectáculo que nos inunda, conteniendo además notables valores artísticos, como tan acertadamente ya han comentado otros opinantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tobias de Jalon
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6
26 de octubre de 2019
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Película cuyo principal interés deriva de su valor como referencia sociológica. Algún enchufe protector debió de tener Rafael Gil para que la censura le permitiera exibir este film en las salas españolas siendo yo adolescente. Eso sí, con una calificación religiosa de inmoralidad 4 (Gravemente peligrosa, máxima posible, que nos puntualizaba que quedaba reservada para adultos muy formados, y aún así con reparos, dándose que muy escasas películas que la alcanzaban lograban su proyección en España), Siendo de obligada colocación junto a la taquilla el certificado obispal, debidamente sellado y firmado, con la advertencia de su peligrosidadad. A fin de prevenirnos de que su visión podía exigir la inmediata confesión liberadora del pecado mortal cometido (aunque esto último, claro está, no se explicaba en el certificado, todos nos encontrábamos alarmadamente prevenidos de ello por nuestros correspondientes directores espirituales, y de sobra lo sobrenetendiamos).
Proyectada en Zaragoza en el cine Coso, donde yo la disfruté, la afluencia de público no era muy numerosa, pero el goteo debio de ser bastante mantenido y rentable porque permanecío en cartel bastante más de la media de otras películas.
La exibición a la entrada del cine de tales calificaciones morales, que también recogían los periódicos en sus carteleras, acabaron siendo suprimidas. Porque, aunque al principio de los cincuenta sin duda se traducián en una merma de asistencia de público, temeroso de que se le viera entrar a una película señaladamente inmoral, con el tiempo la cosa se fue relajando, llegando a convertirse en todo lo contrario, o sea en un infalible reclamo de afluencia masiva para todo film que lograra proyectarse con tan pecaminosa calificación religiosa.
El título aludía al montañoso clima del Valle de Arán, donde trancurria su argumento, que a menudo obligaba a segar el trigo sin llegar a dorarse. Pero todos entendiamos su doble sentido, desprendido de las voluptuosas formas de la carnalidad de una jovencísima y bella Jeanne Valérie, sensualmente resaltadas por una ajustada y breve vestimenta, mientras montaba a pelo a caballo por aquellos paisajes. En tiempos en que estaban tajantemente prohibidas las películas de Brigitte Bardot, aunque no contubieran desnudos, así como cualquier otra con insinuaciones eróticas. Ignoro si la película sufrió cortes por la censura. Lo que sí que es conocido es que su cartel y las fotografias de la antesala del cine, mostraban un mal disimulado repintado que alargaba el vestido de su protagonista.
Por lo demás, pese a la expectativa visual, la película resultaba algo tediosa, aunque hay que reconocerle un tratamiento del color y de la escena en general bastante avanzado para la época, méritos por los que me inclino a otorgarle un 6.
De lo que tengo ninguna duda que hoy en día resultaría candorosa, y de preferible proyección en horario infantil
Tobias de Jalon
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