Todo lo que ya no viviremos y añoramos. Los años que se fueron. Un viaje a los mismos para no regresar jamás.

Dolorosa... y es que no va sobre el amor, pues todas esas situaciones ya las hemos visto muchas veces. Hay un proverbio chino que dice que la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida son cosas que nunca vuelven atrás, lo mismo ocurre con "Esplendor en la hierba": es volver a recordar al mismo tiempo que pasan las cosas en la película. Es vestirse para el baile de instituto, es ir de fiesta para llorar después, para sentirse decepcionado. Dejar que la historia de dos jóvenes en sus mundos pase, para que al final nos noquee con un golpe certero.

Esta película podrá parecer sencilla o puede no gustar, pero lo que sé es que esa imagen de Natalie Wood cuando entra en la casa del que una vez fué su amor me deja fuera de combate. Es como cuando sólo quiero ir a un lugar pero no puedo, está en mi mente, estuvo una sola vez en mi vida. Y no sé si me gusta o no. Es sólo recordar. Quizás.

Hay unas cuantas cosas sin mucho sentido, pero no está del todo mal, aunque pudo ser mucho mejor poniendo más énfasis en los porqués de lo que ocurre y con otros actores mejor encaminados en sus roles. Los efectos cutres de serie B no convencen del todo al estar ligados a la obra, más aún si se quiere influir en posteriores reflexiones.

Se sigue con interés y se deja ver, es relativamente corta y deja cosas para pensar al final de la misma sobre los efectos o consecuencias logradas por las situaciones.

Interesante propuesta es esta de Darabont, que parece se ha cansado de las cárceles y no ha vuelto a prisión en este siglo.

Es el sugerir mejor que mostrar, en este género. Cuando* (spoiler)

El final deja huella no tanto porque tenga o no lógica, sino por** (spoliler)

El mediometraje de la época que más me ha gustado junto a "El Moderno Sherlock Holmes" de Buster Keaton. La vida de la gente de la calle, que tienen una única pero gran preocupación, conseguir comida. Ojalá en nuestra sociedad se solucionara con imaginación. Pero es que es muy diferente de los mundos creados por Chaplin.

La escena del restaurante cuando interrumpe la comida los malhechores es genial, nunca pensé que se podía dar pie a tanta risa sin una palabra. Lo mismo para la anterior cuando entra en el recinto con la cola del perro. Tengo entendido que por aquellas fechas no existían los Oscars, sino no se explica que no nominaran a la perrita. Se mereció un reconocimiento, creo yo.

Al ver esta película, me quedo con el meollo de la cuestión, que es Ethan Edwards, su viaje y decisiones en una tierra agreste e inhóspita. El modelamiento psicológico, y redención desde el autodescubrimiento. En Latinoamérica esta peli es llamada "Más corazón que odio" y es el trasfondo; en España "Centauros del desierto", alude a una transformación del hombre, además de servir como simbolismo a sus virtudes. Su personalidad se transforma según avanza por el Oeste americano. El marco de la puerta representa el corazón que predomina.

A despecho de no ser yo un fanático netamente del western, ha llamado poderosamente mi atención, me interesó y logró la emoción que alcanza su cúspide en las escenas finales. Despotricar a partir de imprecisiones histórico - geográficas (que las hay), maniqueísmos y fallos, en un filme de emociones y sensaciones para desprestigiar su valía, es un ejercicio inútil. Y lo es, porque ahí no radica la gracia del filme. No ensalza el racismo, sólo se muestra como partida a través de la perspectiva de un grupo de hombres, pero hay muchos más sentimientos y acertada caracterización de personajes moralmente imperfectos. Una epopeya con lo que ello implica.

Cálida, y aristada, con escenas realmente emotivas. Con una fuerza expresiva que ya quisieran para sí muchas de las películas más perfectas o precisas. Una obra no redonda académicamente pero que posee una definición infinita y atemporal. En Utah, Texas o Almería y en cualquier siglo.

Si digo qué es exactamente "Centauros del desierto", tal vez no acertaría, mejor diría que es un viaje que deberías hacer por tí mismo. Quizás así descubras algo nuevo.

Lejos del efectismo y truculencia propias de el cine de nuestros tiempos es una historia sencilla con un estilo casi documental donde se perfilan los personajes y se da una conclusión sobria y efectiva, similar en desarrollo a "La evasión" de Jacques Becker.

Merece la pena destacar que en menos de dos horas te cuentan una historia y se encuentran detalles para destacar. El compañerismo está bien definido y me gusta el desenlace, bastante comedido pero efectivo. A pesar de la etiqueta "basaba en hechos reales", la historia funciona como un relato de aventuras. El final para la imaginación y posibles conjeturas. En Clint bajo la tutela de uno de sus maestros siempre encontraremos detalles de calidad. Seguramente de aquí muchas se inspiraron en posteriores años dentro del subgénero carcelario.

Recomendable.