Sacarle buen provecho a lo que está pasando en su país y lo que esos acontecimientos influyen en el mundo. Ése es básicamente el ejercicio cinematográfico.
Con grácia.
Con intención.
Con picaresca.
Y con un poco de mala leche antisistema, mas por el espectáaculo que quiere ofrecer que por las buenas intenciones de un ciudadano que lucha contra una injusticia.

Pero como el montaje es tan bueno, te entretiene si estás un poco del lado que pretende defender. Los "buena gente que no debemos dejar pasar por alto una injusticia así".

Porque sabe que le da dinero, que igual no lo hace, si no fuera así.
Yo, al menos, la volveré a ver.

Teniendo en cuenta que una cogorza a veces es terapéutica, dejemos al pobre bicho que se emborrache, que por un dia tuvo mas trompa que orejas.
No es la pelicula de mi vida, pero algo tenia de especial cuando la vi con seis o siete años, pues sentí pena y alegria, sentimientos dificilmente recordables a esa edad.

¡Y yo quería ser un cuervo, por aquel entonces!

Quien pudiera tener de nuevo 17 años para ver y vivir una película como ésta.
Porque ahora, la veo con unos ojos mas serios, pero si te encuentras este montón de datos e imagenes historico-bizarras, en un momento con ganas de saber, ganas de misterio, de juerga y rock n'roll... ¡Ay Dios!
Y es que durante el metraje, pasan muchas cosas, algunas muy soeces y vehementes, otras dignas de carcajadas sin pudor.
Las actuaciones estan bien, aunque me sobra la niña Bang, que cuando mejor interpreta, es cuando está a trasluz tras la cortinilla.
Los guiños (o claudicaciones oculares) políticos se suceden, si se está atento, cada dos por tres. La sangre y guantazos, convierten la película en una mezcla de Bud Spencer y Fu Man Chu jugando a la ruleta rusa.

Sé que digo muchas chorradas, pero ésto es lo que ha promovido la película en mi cabeza, unos dias después de haberla visto.
Se la recomiendo a quien haya visto "El dia de la bestia" y esperaba una segunda parte.
De la Iglesia ha hecho lo que le ha pasado por el forro, de manera muy digna, y eso es difícil, hay que reconocerlo. No es el mejor cine español, pero hay que decir que no hay mejor cine español.

El planteamiento de este falso documental, arriesgado e irreverente, es bastante bueno, una idea muy divertida a desarrollar, pero que queda flojita, una vez materializada, como si durante el rodaje-postproducción, no hubieran tenido en cuenta posibles cambios, nuevas ideas. Está basado en la idea original, y prou.
Pues así se la puede catalogar. Para verla, sin mas, podría haber dado mucho jugo, pero el exprimidor de ideas no dió para mas y se quedo en un mero argumento pelado.
No sé si alguno de los falsos testimonios, datos o situaciomes son reales. Eso lo haría mas divertido, pero me quedaré con la duda.

Recomendada a quien pueda pasar un buen rato creyendo que podría haber sido real que a G.W.Bush le volaran la quijotera.
(Recomendable verla con un par de refrescos de cola.)

No he leído la novela de Greene, pero he estado en Saigon (llamémosla hoy Ho Chi Minh City), y me alegra saber que una vez tuvo magia y misterio, que es lo que parece querer ofrecer esta película a quien la vé.
Un desarrollo de sorpresas, bien encajadas, y dibujadas e interpretadas. Me las creo y eso es mucho, los actores hacen sentir la rábia, odio y pasión de los personajes.

Me parece buena, sin mas, la actuación de Fraser, del que no parecía que se pudiera esperar mucha cosa en una película seria, per bien, hace bien el muerto. Su vietnamita convence mas en la versión original que en la doblada en español, que hace mucha risa.

Pero un poco vacía si que me parece, algo mas de ritmo y metraje paisajístico, hubiera hecho que disfrutara mas de la cerveza que me acompañó durante el visionado.