Más allá de la pura historia bélica que s cuenta esta cinta casi puede considerarse un documental de como se preparó y ejecutó el ataque a Pearl Harbor. Se agradece que la cinta esté codirigida por americanos y japoneses, lo que le da más neutralidad a la historia.

La historia supera a los protagonistas y hace que no se fije uno tanto en quien interpreta cada uno de los personajes lo que contribuye a la veracidad de la historia, y eso que el reparto está plagado de grandes nombres. Tal vez se eche un poco en falta haber incidido más en los muchos errores, provocados o involuntarios, que se cometieron por parte de los americanos.

Excelente ambientación y ausencia total de victimismo en la parte americana: los errores políticos y militares eran tan evidentes que no se podían camuflar. Merece la pena verla y conservarla.

La historia de una modesta doncella británica que está convencida de su destino en China. Desde como compra el pasaje hasta el desenlace final es una historia de continua superación. Hay que comprender como veían a los europeos en la China pre-comunista, recién salida de un imperio corrupto y sumergida en una guerra civil brutal para entender mejor la forma en que tratan a la protagonista.

Buena interpretación de Ingrid Bergman y, probablemente la mejor de su carrera, de Curt Jurgens.

Odessa ha existido seguro; tal vez no con ese nombre pero sí con esa idea.

Buena película basada en uno de los primeros éxitos de Frederick Forsyth; bien protagonizada por Jon Voight. Brillante también la interpretación de Maximilian Schell. Lástima que no incida más, como la novela, en el origen de esta persecución, en cómo se inicia todo y como se prepara la operación. Dicen que el autor de la novela hubo de llevar protección durante cierto tiempo por las amenazas de los antiguos SS.

Y si encima para lograrlo te lo pasas bien, ¡mejor que mejor!

- Lemmon insuperable el primero en el papel del malo malísimo... ¡Qué no da ni una! Y genial el doble papel de malo inútil y de príncipe idiota.
- Curtis guapo pluscuamperfecto en un papel que le va como un guante.
- Impecable, y guapísima como pocas veces, Natalie Wood en su papel de reivindicadora sufraguista, que luego no lo es tanto.
- Imprescindibles los secundarios, especialmente Peter Falk.

Blake Edwards, para no variar, da en el clavo. Un gran homenaje a muchas películas de Hollywood, entre ellas «El prisionero de Zenda». Sólo le puedo echar en cara la excesiva duración de la escena de las tartas, aunque tiene un momento memorable al entra Max (Peter Falk) en escena. Y la escena final al pie de la torre Eiffel...

Una cinta en principio anómala: uno de los mejores directores de películas del oeste y uno de los actores tradicionales de las mismas se unen para hacer algo que no tiene nada que ver con un western y hacen una obra maestra. Al margen de los dos protagonistas, impecables los secundarios: desde Barry Fitzgerald y su papel de metomentodo a Victor McLaglen en el del cuñado rico de Wayne... No tienen tacha alguna. Hay escena memorables en esta cinta: la carrera de caballos en la playa, el recorrido desde la estación al pueblo arrastrado a Mary Kate... Una película para tenerla, guardarla y conservala con mimo.