Acudo al estreno de la pelicula. Viernes en un cine céntrico de Madrid, de los que no proyectaban en 3D desde Avatar 1. La sala llena por supuesto y a mi lado dos chavales que no paran de hablar de Marvel y lo mala que era Wakanda. Uno de ellos dice que vio Avatar de pequeño pero no se acuerda. Aunque puede que me cieguen los prejuicios, ninguno de ellos tiene pinta que hayan visto en el cine una película en la que haya un silencio de más de 3 segundos. Como ellos, asumo por las cifras que mueve la película, que para otra tanta gente será su primera experiencia en el cine este año.

Viendo la película entiendo que ésta es probablemente su principal virtud y a la vez su principal defecto. Es una pelicula-evento, hecho para cine y de consumo en cines. Las salas deseando que se estrene para hacer caja y yo esperando que no le vaya demasiado mal para que la gente no abandone los cines.

Empieza la película y da lo que promete. Visualmente impacta a pesar de haber perdido el factor sorpresa que supuso Avatar 1, y solo con eso, es fácil que cualquiera soporte gran parte de la película sin aburrirse, aunque hay una parte intermedia bastante anodina que lo pone difícil. No está mal la recreación del nuevo escenario de Pandora y bien el mundo acuático, con algunas imágenes que se pueden recordar al salir del cine.

Más allá de esto, es sorprendente que firmen el guión 5 personas y no sean capaces de aportar una sola idea original, nada que se salga del lugar común más absoluto. El mensaje que machaconamente quiere transmitir es simple, y aunque probablemente trata de no ofender a nadie, a mi personalmente me chirría bastante (comento algo en spoilers).

Acaba la película y hay aplausos. Supongo que el cine se llenará muchas veces aunque me da la sensación de que, más allá del impacto visual, no habrá mucha gente emocionada a la salida. Los chavales de enfrente comentan que mejor que Wakanda pero que ni fu ni fa. Al salir paso por la sala 4, donde está acabando Mantícora de Carlos Vermut. Me pregunto si estos chavales, a fuerza de ver secuelas de Avatar, traspasarán alguna vez la frontera de la sala 1 y los veré discutiendo si es mejor Verano 1993 o Alcarrás.

Inside es una de esas pocas cosas buenas que dejará la pandemia.

Bo Burnham saca el máximo partido a la falta de libertad por el confinamiento para compensarlo con creatividad y saber hacer. Hay que tener las cosas muy claras y hacerlas muy bien para marcarte un solo de hora y media en una habitación que resulte a la vez entretenido y divertido, crítico y reflexivo, sorprendente en su ejecución, y con un mensaje contundente sobre el mundo internet-redes y sobre uno mismo. Todo junto y revuelto, con una estructura de canciones y sketches que se suceden de manera caótica y desordenada, como la vida de su protagonista en su encierro. Como la vida de cualquiera en aquel momento.

Mi única recomendación es verla.