MOLA: La dirección, el montaje, la fotografía y desde luego el reparto. Todo ello te mantiene atento a la pantalla, como un viejo mirando la luna; ya la has visto antes, sabes por qué está en cuarto menguante, sabes que al final amanecerá, y aún así no puedes apartar la mirada de la pantalla.
Los preparativos del protagonista en el hotel.
Trucos para mejorar una sopa de sobre.

MENOS MOLA: El guión. No he leído el libro que adapta, así que no puedo opinar si la historia está o no bien plasmada. Pero ciñéndose a la película, tiene tanta miga como una sopa de sobre.
Es una película que le basta con ser mirada. Posiblemente no busque más que eso. No quiere que la entiendas, no quiere mostrar su interior, tan solo exhibirse.

MOLA: La valentía de romper el lenguaje narrativo típico para estrujar nuestro cerebro como un paño sucio y chorreando.
Nos ahorran la típica historia de amor que en mayor o menor medida parece una obligación en las películas comerciales. Eso sí, hay una historia de desamor.
El inicio del film, espectacular.

MENOS MOLA: El poco carisma de sus personajes.
El antagonista, solo le falta lanzar cartuchos de dinamita marca ACME. Muy recurrente su rol y motivación.

MOLA: El ritmo. El tiempo dedicado a pintar en la pantalla la mezcla de culturas que colorean New York.

La escena donde el protagonista, desde el coche, pide que se encuentren las navajas. La sonrisa de su compañero conductor, las respuestas desde la comisaría.

Como cada personaje va aportando una nueva cara a la realidad, siempre tan poliédrica.

MENOS MOLA: los eternos estereotipos made in Hollywood.

MOLA: El reparto. La solidez de Denzel Washington y Jared Leto sobre todo.
Que dentro de unas semanas ya ni me acordaré de esta película, así que podré dejar de ver a Freddie Mercury imitando a Rami Malek. ¿O era al revés?

MENOS MOLA: La poca química entre los dos policías.
El guión.
El derroche de creatividad y dinero que se podrían haber invertido en generar algo mejor. Otra película quizás.

MOLA: ¿Todo?
La cogorza que pillan el teólogo y el campesino, y su debate.
El chico con la camiseta de CCCP, bailando rock.
La tensión continua y el mal rollo persistente en prácticamente casi cada plano de la película.
El momento de máxima acumulación de gente en la habitación del policía.

MENOS MOLA: ¿Nada?
Quizá el personaje de la madre del policía viendo el televisor. (Aunque no deja de añadir tensión al espectador.)