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Críticas ordenadas por utilidad
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7.9
106,251
1
18 de noviembre de 2014
18 de noviembre de 2014
273 de 470 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que esto escribe no sólo es un gran aficionado a la "ciencia ficción dura" y a la divulgación científica, sino que estaba esperando como agua de mayo el estreno de esta producción. Y la decepción no ha podido ser mayor. En mi opinión, INTERSTELLAR (2014) es una de las peores películas de ciencia ficción rodadas en los últimos años. Sólo se salva la recreación cinematográfica de un agujero de gusano y de un agujero negro. El resto no es más que basura interestelar llena de errores y desatinos pasmosos.
Si ya fuimos muchos los que nos subimos por las paredes con los disparates científicos de esa otra presunta "obra maestra" (por fortuna ya casi olvidada por todo el mundo) que fue GRAVITY (2013), esta nueva "obra cumbre" del cine de la c/f que se supone que es INTERSTELLAR no le va a la zaga. Su director, Cristopher Nolan, se nos pone en plan trascendente y pedante tratando de imitar a Kubrick y a su aclamada 2001 ODISEA EN EL ESPACIO (1968) película que, reconozcámoslo, es una gran obra, pero también un ladrillo de padre y muy señor mío. Y claro, el amigo Nolan, como suele ocurrirle a todos los pedantes, la caga pero a base de bien. Eso sí, la campaña de marketing que ha tratado de presentar esta película como el no va más de la c/f les ha quedado redonda.
Vamos a dejar de lado el aspecto melodramático de la primera parte, lacrimógena a más no poder, aunque muy vinculada a la resolución de la película (que, a mi modo de ver, no tiene ni pies ni cabeza, pero esa es otra cuestión). Centrémonos en los agujeros del guión. Ojo, que lo que sigue es un puro spoiler.
Uno de los más clamorosos ha sido señalado por muchos aficionados a las cosas del espacio: ¿Por qué el avión espacial ("ranger") en el que viajan Cooper y sus compañeros tiene que ser lanzado desde la Tierra por una cohete pesado tipo SLV o Saturno 5 cuando resulta que ese avión es perfectamente capaz de aterrizar y despegar no un sino dos veces de planetas de gravedad similar o superior a la de nuestro mundo? Su sistema de propulsión parece fabuloso, máxime cuando no se ven por ningún sitio los depósitos de combustible y tanto el motor como las toberas parecen reducidos a la mínima expresión.
Pero sigamos. La "Endurance" entra en un agujero de gusano y ¡SE VA A OTRA GALAXIA!.
Ahí es nada. No se van a otro sistema solar en la Vía Láctea, no (total, sólo hay 100.000 millones de estrellas con billones de planetas): puestos a hacer viajes, hagámoslos a lo grande, parecen pensar los guionistas. Vamos, que lo que a los protagonistas de la serie "Stargate Universe" les hacía temblar, para Cooper y sus colegas es como irse de fin de semana a Andorra. Y encima, los planetas de destino no orbitan una estrella o un sistema binario, sino ¡un agujero negro supermasivo!
Mira que habrá estrellas con planetas en el universo, pero se ve que el asesor científico Kim Thorne tenía ganas de rizar el rizo.
Y por cierto, hablando de agujeros de gusano, minutos antes en la película, el profesor Brand (Michael Caine) y sus colegas de la NASA le dicen a Cooper (con el que, por cierto, no contaban) que la transmisión de información desde las misiones previas tripuladas y robots es muy complicada a través del agujero y que solo se han podido recibir informaciones muy limitadas.
¿CÓMOOORRR? ¿Puedes hacer pasar un objeto sólido macroscópico a través de un agujero de gusano pero tienes dificultades para hacer pasar una transmisión láser, por ejemplo? ¡Venga ya! ¿Nos han tomado por tontos?
¿Y qué me dice Vd. del gilipollesco momento en que el cosmonauta negro le explica al protagonista cómo funciona un agujero de gusano?
A ver, ¿un astronauta e ingeniero espacial que conoce la teoría de la relatividad pero que no sabe qué es y cómo funciona un agujero de gusano? ¡Por favor! La explicación está claramente dirigida al público, pero lo han hecho de forma en extremo chapucera. Esa explicación se la habría tenido que dar Cooper a sus hijos o a su padre, pero se ve que a los guionistas se les olvidó y tuvieron que meterlo luego con calzador en un momento en que no venía a cuento.
Tal y como lo presentan, da la impresión de que los de la NASA metieron a Cooper en la misión sin molestarse mucho en darle toda la información disponible sobre los planetas de destino, un poco en plan "Tú llegas, bajas, miras aquello, recoges los datos y te vuelves". Cooper va sobrado, porque además el tío es más listo que el hambre y a él solito se le ocurren las soluciones más molonas para evitar los desfases temporales antes de descender al primer planeta, soluciones que a ninguno de los cerebritos de la Tierra se les había pasado por la cabeza, claro.
Y ya que hablamos de nuestros heroicos protagonistas, no podemos dejar a un lado a los sorprendentes co-protagonistas de la cinta: unos horrendos pero sobradamente preparados LEGO-robots que lo mismo sirven para un roto que para un descosido y que disfrutan de las ventajas de una inteligencia artificial avanzadísima y de unas capacidades físicas realmente pasmosas.
Dejando de lado lo improbable de esa tecnología en el mundo pre-apocalíptico terrestre que se nos presenta (que parece ser el nuestro en no mucho más allá de dos o tres décadas), la pregunta obvia es: si disponen de esa tecnología robótica, ¿PARA QUÉ DEMONIOS NECESITAN MANDAR MISIONES TRIPULADAS POR HUMANOS?
A lo que se ve, esos robots son perfectamente capaces de llevar adelante misiones de exploración, y no sólo de planetas, sino del propio agujero negro ("Gargantúa") alrededor del que orbitan esos mundos. Sólo necesitan energía pero ni alimentos, ni sistemas de soporte vital, ni sistemas de hibernación, ni cervezas, ni pantuflas, ni condones, ni nada por el estilo. Y la explicación con la que se trata de dar respuesta a esta obvia pregunta es que los robots carecen del "instinto de supervivencia" de los humanos pues... como que no cuela. (SIGUE EN EL SPOILER)
Si ya fuimos muchos los que nos subimos por las paredes con los disparates científicos de esa otra presunta "obra maestra" (por fortuna ya casi olvidada por todo el mundo) que fue GRAVITY (2013), esta nueva "obra cumbre" del cine de la c/f que se supone que es INTERSTELLAR no le va a la zaga. Su director, Cristopher Nolan, se nos pone en plan trascendente y pedante tratando de imitar a Kubrick y a su aclamada 2001 ODISEA EN EL ESPACIO (1968) película que, reconozcámoslo, es una gran obra, pero también un ladrillo de padre y muy señor mío. Y claro, el amigo Nolan, como suele ocurrirle a todos los pedantes, la caga pero a base de bien. Eso sí, la campaña de marketing que ha tratado de presentar esta película como el no va más de la c/f les ha quedado redonda.
Vamos a dejar de lado el aspecto melodramático de la primera parte, lacrimógena a más no poder, aunque muy vinculada a la resolución de la película (que, a mi modo de ver, no tiene ni pies ni cabeza, pero esa es otra cuestión). Centrémonos en los agujeros del guión. Ojo, que lo que sigue es un puro spoiler.
Uno de los más clamorosos ha sido señalado por muchos aficionados a las cosas del espacio: ¿Por qué el avión espacial ("ranger") en el que viajan Cooper y sus compañeros tiene que ser lanzado desde la Tierra por una cohete pesado tipo SLV o Saturno 5 cuando resulta que ese avión es perfectamente capaz de aterrizar y despegar no un sino dos veces de planetas de gravedad similar o superior a la de nuestro mundo? Su sistema de propulsión parece fabuloso, máxime cuando no se ven por ningún sitio los depósitos de combustible y tanto el motor como las toberas parecen reducidos a la mínima expresión.
Pero sigamos. La "Endurance" entra en un agujero de gusano y ¡SE VA A OTRA GALAXIA!.
Ahí es nada. No se van a otro sistema solar en la Vía Láctea, no (total, sólo hay 100.000 millones de estrellas con billones de planetas): puestos a hacer viajes, hagámoslos a lo grande, parecen pensar los guionistas. Vamos, que lo que a los protagonistas de la serie "Stargate Universe" les hacía temblar, para Cooper y sus colegas es como irse de fin de semana a Andorra. Y encima, los planetas de destino no orbitan una estrella o un sistema binario, sino ¡un agujero negro supermasivo!
Mira que habrá estrellas con planetas en el universo, pero se ve que el asesor científico Kim Thorne tenía ganas de rizar el rizo.
Y por cierto, hablando de agujeros de gusano, minutos antes en la película, el profesor Brand (Michael Caine) y sus colegas de la NASA le dicen a Cooper (con el que, por cierto, no contaban) que la transmisión de información desde las misiones previas tripuladas y robots es muy complicada a través del agujero y que solo se han podido recibir informaciones muy limitadas.
¿CÓMOOORRR? ¿Puedes hacer pasar un objeto sólido macroscópico a través de un agujero de gusano pero tienes dificultades para hacer pasar una transmisión láser, por ejemplo? ¡Venga ya! ¿Nos han tomado por tontos?
¿Y qué me dice Vd. del gilipollesco momento en que el cosmonauta negro le explica al protagonista cómo funciona un agujero de gusano?
A ver, ¿un astronauta e ingeniero espacial que conoce la teoría de la relatividad pero que no sabe qué es y cómo funciona un agujero de gusano? ¡Por favor! La explicación está claramente dirigida al público, pero lo han hecho de forma en extremo chapucera. Esa explicación se la habría tenido que dar Cooper a sus hijos o a su padre, pero se ve que a los guionistas se les olvidó y tuvieron que meterlo luego con calzador en un momento en que no venía a cuento.
Tal y como lo presentan, da la impresión de que los de la NASA metieron a Cooper en la misión sin molestarse mucho en darle toda la información disponible sobre los planetas de destino, un poco en plan "Tú llegas, bajas, miras aquello, recoges los datos y te vuelves". Cooper va sobrado, porque además el tío es más listo que el hambre y a él solito se le ocurren las soluciones más molonas para evitar los desfases temporales antes de descender al primer planeta, soluciones que a ninguno de los cerebritos de la Tierra se les había pasado por la cabeza, claro.
Y ya que hablamos de nuestros heroicos protagonistas, no podemos dejar a un lado a los sorprendentes co-protagonistas de la cinta: unos horrendos pero sobradamente preparados LEGO-robots que lo mismo sirven para un roto que para un descosido y que disfrutan de las ventajas de una inteligencia artificial avanzadísima y de unas capacidades físicas realmente pasmosas.
Dejando de lado lo improbable de esa tecnología en el mundo pre-apocalíptico terrestre que se nos presenta (que parece ser el nuestro en no mucho más allá de dos o tres décadas), la pregunta obvia es: si disponen de esa tecnología robótica, ¿PARA QUÉ DEMONIOS NECESITAN MANDAR MISIONES TRIPULADAS POR HUMANOS?
A lo que se ve, esos robots son perfectamente capaces de llevar adelante misiones de exploración, y no sólo de planetas, sino del propio agujero negro ("Gargantúa") alrededor del que orbitan esos mundos. Sólo necesitan energía pero ni alimentos, ni sistemas de soporte vital, ni sistemas de hibernación, ni cervezas, ni pantuflas, ni condones, ni nada por el estilo. Y la explicación con la que se trata de dar respuesta a esta obvia pregunta es que los robots carecen del "instinto de supervivencia" de los humanos pues... como que no cuela. (SIGUE EN EL SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Más desatinos. Parece ser que el agujero negro es supermasivo, de lo que se deduce que los efectos gravitatorios en el borde del horizonte de los sucesos son relativamente moderados y permiten la existencia de planetas. OK, Pero entonces...
¿De dónde sale la luz que ilumina esos mundos? No hay ninguna estrella cercana. ¿Del disco de acreción que rodea el agujero negro? Se supone, pero eso significa también que el disco debería estar emitiendo radiaciones de todo tipo, incluídas rayos X y gamma ¿Cómo es posible que esos mundos no hayan sido sofritos y esterilizados por la radiación? ¿Cómo pueden tener atmósferas y mares?¿Cómo es posible que en el otro planeta hay "nubes sólidas" flotando en la atmósfera de un planeta con un 80% de la gravedad terrestre?
Pero hay un desatino todavía mayor, un error garrafal de guión que ha dejado pasmado a más de un espectador.
Resulta que debido a la fuerza gravitatoria del agujero, en el "planeta de Miller" se producen grandes distorsiones temporales que se traducen en que una hora en su superficie equivalen a siete años en la Tierra o en la nave en órbita. Venga, vale: nos lo creemos sin preguntarnos cómo es posible que el planeta sobreviva. El problema es que, antes de bajar, habían estimado que el paseo sería rápido, que estarían por allí menos de media hora (del planeta) y que eso equivaldría a dos años en la nave en órbita, tiempo que su compañero pasará "estudiando la gravedad del agujero". Pero cuando éste les recibe tras atracar con el "Endurance" han pasado... ¡23 AÑOS!
¿Cómo es posible que menos de 7 años se han convertido en 23? ¡Si no han estado NI UNA HORA en el planeta! ¿Cómo se explica esto? De ninguna manera. Simplemente, es una necesidad dramática para la subsiguiente escena lacrimógena de los mensajes de la Tierra.
Pero ya puestos, se nos ocurren algunas preguntas:
¿Qué ha comido el astronauta negro durante 23 años?
¿De dónde ha sacado el batín de cuadros que luce?
Más cosas: se supone que el agujero de gusano lo han construido unos seres pentadimensionales que no son sino los descendientes remotos de la Humanidad. Vale, pero si esos seres tenían la NECESIDAD de intervenir en favor del pasado de su especie para evitar su extinción, es que entonces estamos en un bucle temporal, lo que no hace sino enredar más la madeja. Y ya puestos, ¿unos seres casi todopoderosos tienen que complicarse tanto la vida para comunicarse con sus antepasados tridimensionales y liarlo todo con lo de los libros, el morse y las "anomalías gravitatorias"? Caray, cualquier dios que se respete a sí mismo es más práctico. ¡¡Hablen claro, leches, que la Humanidad está a punto de espicharla!!
Y para el final me he dejado otro desatino: la hija de Cooper, a punto de palmarla ya que está afectada por el largo viaje y la hibernación, está en una habitación de un hospital de la estación espacial rodeada por sus afligidos familiares. Allí está también su padre, al que nadie hace ni puto caso pese a tratarse del primer ser humano que ha atravesado un agujero de gusano, ha explorado otra galaxia, ha cruzado un agujero negro y ha estado un rato en una realidad pentadimensional salvando a la Humanidad... No me extraña que el hombre se encuentre descolocado. Menos mal que la hija de dice: "Tú vete que yo me quedo con estos". Vale, pero ¿a donde? Fácil: al tercer planeta que orbita el agujero negro al otro lado del agujero de gusano; allí le está esperando su compañera de aventuras. Pero la pregunta es: ¿CÓMO LO SABE LA HIJA? Porque de la otra astronauta superviviente no había vuelto a saberse nada...
En fin, como puede verse, hay demasiados disparates juntos en los 169 minutos que dura INTERSTELLAR como para tomarse en serio la supuesta base científica de la película.
(la crítica completa en http://www.latinquasar.org/index.php?option=com_smf&Itemid=61&topic=12912.msg141229#msg141229)
¿De dónde sale la luz que ilumina esos mundos? No hay ninguna estrella cercana. ¿Del disco de acreción que rodea el agujero negro? Se supone, pero eso significa también que el disco debería estar emitiendo radiaciones de todo tipo, incluídas rayos X y gamma ¿Cómo es posible que esos mundos no hayan sido sofritos y esterilizados por la radiación? ¿Cómo pueden tener atmósferas y mares?¿Cómo es posible que en el otro planeta hay "nubes sólidas" flotando en la atmósfera de un planeta con un 80% de la gravedad terrestre?
Pero hay un desatino todavía mayor, un error garrafal de guión que ha dejado pasmado a más de un espectador.
Resulta que debido a la fuerza gravitatoria del agujero, en el "planeta de Miller" se producen grandes distorsiones temporales que se traducen en que una hora en su superficie equivalen a siete años en la Tierra o en la nave en órbita. Venga, vale: nos lo creemos sin preguntarnos cómo es posible que el planeta sobreviva. El problema es que, antes de bajar, habían estimado que el paseo sería rápido, que estarían por allí menos de media hora (del planeta) y que eso equivaldría a dos años en la nave en órbita, tiempo que su compañero pasará "estudiando la gravedad del agujero". Pero cuando éste les recibe tras atracar con el "Endurance" han pasado... ¡23 AÑOS!
¿Cómo es posible que menos de 7 años se han convertido en 23? ¡Si no han estado NI UNA HORA en el planeta! ¿Cómo se explica esto? De ninguna manera. Simplemente, es una necesidad dramática para la subsiguiente escena lacrimógena de los mensajes de la Tierra.
Pero ya puestos, se nos ocurren algunas preguntas:
¿Qué ha comido el astronauta negro durante 23 años?
¿De dónde ha sacado el batín de cuadros que luce?
Más cosas: se supone que el agujero de gusano lo han construido unos seres pentadimensionales que no son sino los descendientes remotos de la Humanidad. Vale, pero si esos seres tenían la NECESIDAD de intervenir en favor del pasado de su especie para evitar su extinción, es que entonces estamos en un bucle temporal, lo que no hace sino enredar más la madeja. Y ya puestos, ¿unos seres casi todopoderosos tienen que complicarse tanto la vida para comunicarse con sus antepasados tridimensionales y liarlo todo con lo de los libros, el morse y las "anomalías gravitatorias"? Caray, cualquier dios que se respete a sí mismo es más práctico. ¡¡Hablen claro, leches, que la Humanidad está a punto de espicharla!!
Y para el final me he dejado otro desatino: la hija de Cooper, a punto de palmarla ya que está afectada por el largo viaje y la hibernación, está en una habitación de un hospital de la estación espacial rodeada por sus afligidos familiares. Allí está también su padre, al que nadie hace ni puto caso pese a tratarse del primer ser humano que ha atravesado un agujero de gusano, ha explorado otra galaxia, ha cruzado un agujero negro y ha estado un rato en una realidad pentadimensional salvando a la Humanidad... No me extraña que el hombre se encuentre descolocado. Menos mal que la hija de dice: "Tú vete que yo me quedo con estos". Vale, pero ¿a donde? Fácil: al tercer planeta que orbita el agujero negro al otro lado del agujero de gusano; allí le está esperando su compañera de aventuras. Pero la pregunta es: ¿CÓMO LO SABE LA HIJA? Porque de la otra astronauta superviviente no había vuelto a saberse nada...
En fin, como puede verse, hay demasiados disparates juntos en los 169 minutos que dura INTERSTELLAR como para tomarse en serio la supuesta base científica de la película.
(la crítica completa en http://www.latinquasar.org/index.php?option=com_smf&Itemid=61&topic=12912.msg141229#msg141229)

5.1
4,591
1
26 de abril de 2021
26 de abril de 2021
100 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
"POLIZÓN" es una película que empieza con disparates desde el minuto uno y no ceja en su empeño de desbarrar durante sus largos 114 minutos. El problema no es que el guion sea malo, sino que encima la película es aburridísima. Y eso es lo peor. Podría ser una película de ciencia-ficción al uso, absurda en su planteamiento, disparatada en su base científica pero por lo menos divertida. Pero no, esta es mala, sin el más mínimo rigor científico, pedante, pretendidamente profunda y encima, y por encima de todo, soporífera.
Dejo el resto en el SPOILER para que nadie se queje de que reviento la película. En resumen, para los que no se quieran leer esa parte más técnica, estamos ante una morralla más del catálogo de Netflix.
Dejo el resto en el SPOILER para que nadie se queje de que reviento la película. En resumen, para los que no se quieran leer esa parte más técnica, estamos ante una morralla más del catálogo de Netflix.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De entrada, la peli empieza mal con uno de los lanzamientos espaciales más pobres que recuerdo en la historia del cine: meten a tres de los protas en una centrifugadora y les hacen agitarse de un lado a otro como en una coctelera, sin rastro de la aceleración ni del empuje de las diversas fases del cohete (inspirado en el Falcon 9), que por cierto se suceden a a una velocidad de segundos... Pero bueno, tampoco les vamos a pedir el rigor de "APOLO XIII". Claro que cuando ves que despegan con el casco abierto y que solo se lo cierran cuando les dicen que hay un problema de aceleración te empiezas a temer lo peor, sensación que se reafirma cuando escuchas sandeces como "Superando aterrizaje de regreso y alcanzando extremo oceánico". Ambas cosas ya son una pista clara de que ni el director ni el guionista tienen ni la más repajorera idea de lo que están contando o tratando de contar.
Por lo menos la recreación interior del "Mars Cycler" es bastante buena, inspirada en la ISS, aunque externamente tenga absurdos como que la segunda fase del cohete se acople al Cycler y que no tengan ni idea de qué cantidad de oxígeno líquido queda en los tanques (desde luego, quedaría MUCHO MÁS que dos bombonas que parecen sacadas de una escuela de buceo) y no se entiende para qué necesitan ese peso muerto en plan contrapeso, pues no es en absoluto necesario que una nave que va camino de Marte tenga una gravedad de 1G (fuera de justificar la pobreza presupuestaria del film y que los actores puedan andar de forma “normal”).
Para abreviar, disparates varios:
1) ¿Cómo puñetas se queda el técnico de lanzamiento dentro de la nave y dentro de un compartimento minúsculo donde apenas hay sitio para meter un brazo?
2) ¿Acaso NADIE en control de misión se daba cuenta de que había unos 100 kilos de masa extra? Se ve que el lanzador iba sobrado de potencia...
3) ¿En serio me están diciendo que una nave enorme que está destinada a estar permanentemente en el espacio en una órbita entre la Tierra y Marte solo va a tener recursos para dos personas, pero que con un apaño meten a tres, y que encima NO LLEVA REPUESTOS de todo tipo para lo que pueda pasar en expediciones que entre ida y vuelta duran 2 años?
3) ¿De verdad no saben ni el director ni el guionista que un traje espacial tipo ISS pesa cerca de 130 kilos haciendo IMPOSIBLE su uso sin ayuda externa en un ambiente de 1G? Y no digamos nada de "escalar" por el exterior de la nave con él puesto, por mucho que a medida que se sube la gravedad baje. Simplemente, NO podrían empezar a escalar.
4) Una tormenta solar NO se mueve a la velocidad de la luz. Las eyecciones de masa coronaria más extremas han tenido una velocidad de 2.000 km/s, aunque lo habitual es que no pasen de 500 km/s. Pero en el peor de los casos, si la nave está a digamos 200 millones de km del sol, la tormenta NO la alcanzaría hasta al cabo de 27 horas. Vamos, que tendrían todo el tiempo que quisieran para ir y venir desde los depósitos de oxígeno líquido del cohete con las dichosas bombonas.
5) Lo de las dos bombonas de oxígeno líquido para tres o cuatro personas a falta de 5 meses para llegar a Marte es tan ABSURDO que ya ni lo comento.
6) Por último, me quedé flipando viendo que en el refugio antirradiacion (que se supone blindado y cerrado) tienen un ojo de buey para despedidas emotivas.
.
Por lo menos la recreación interior del "Mars Cycler" es bastante buena, inspirada en la ISS, aunque externamente tenga absurdos como que la segunda fase del cohete se acople al Cycler y que no tengan ni idea de qué cantidad de oxígeno líquido queda en los tanques (desde luego, quedaría MUCHO MÁS que dos bombonas que parecen sacadas de una escuela de buceo) y no se entiende para qué necesitan ese peso muerto en plan contrapeso, pues no es en absoluto necesario que una nave que va camino de Marte tenga una gravedad de 1G (fuera de justificar la pobreza presupuestaria del film y que los actores puedan andar de forma “normal”).
Para abreviar, disparates varios:
1) ¿Cómo puñetas se queda el técnico de lanzamiento dentro de la nave y dentro de un compartimento minúsculo donde apenas hay sitio para meter un brazo?
2) ¿Acaso NADIE en control de misión se daba cuenta de que había unos 100 kilos de masa extra? Se ve que el lanzador iba sobrado de potencia...
3) ¿En serio me están diciendo que una nave enorme que está destinada a estar permanentemente en el espacio en una órbita entre la Tierra y Marte solo va a tener recursos para dos personas, pero que con un apaño meten a tres, y que encima NO LLEVA REPUESTOS de todo tipo para lo que pueda pasar en expediciones que entre ida y vuelta duran 2 años?
3) ¿De verdad no saben ni el director ni el guionista que un traje espacial tipo ISS pesa cerca de 130 kilos haciendo IMPOSIBLE su uso sin ayuda externa en un ambiente de 1G? Y no digamos nada de "escalar" por el exterior de la nave con él puesto, por mucho que a medida que se sube la gravedad baje. Simplemente, NO podrían empezar a escalar.
4) Una tormenta solar NO se mueve a la velocidad de la luz. Las eyecciones de masa coronaria más extremas han tenido una velocidad de 2.000 km/s, aunque lo habitual es que no pasen de 500 km/s. Pero en el peor de los casos, si la nave está a digamos 200 millones de km del sol, la tormenta NO la alcanzaría hasta al cabo de 27 horas. Vamos, que tendrían todo el tiempo que quisieran para ir y venir desde los depósitos de oxígeno líquido del cohete con las dichosas bombonas.
5) Lo de las dos bombonas de oxígeno líquido para tres o cuatro personas a falta de 5 meses para llegar a Marte es tan ABSURDO que ya ni lo comento.
6) Por último, me quedé flipando viendo que en el refugio antirradiacion (que se supone blindado y cerrado) tienen un ojo de buey para despedidas emotivas.
.
Serie

6.7
2,319
9
4 de noviembre de 2022
4 de noviembre de 2022
73 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ser claro desde el principio: la serie británica "THE DEVIL'S HOUR" (literalmente "LA HORA DEL DIABLO") me ha parecido magnífica. De las mejores que ahora pueden verse en Amazon Video. El guion es de gran complejidad y lleno de detalles, las interpretaciones son muy buenas y la ambientación, irreprochable.
Producida por Tom Moran y Steven Moffat, responsable de las últimas temporadas de "Doctor Who", dirigida por Tom Moran y por Isabelle Sieb (directora también de la estupenda "Vigil, conspiración nuclear") y protagonizada por Peter Capaldi (el actor que ha encarnado recientemente también al Doctor Who y que en esta ocasión da vida al enigmático Gideon Shepherd), Nikesh Patel (el peculiar detective Ravi Dhillon), el jovencito de 10 años Benjamin Chivers (como Isaac Stephens, el hierático hijo de la protagonista, personaje que te acaba calando hondo) y sobre todo por una soberbia Jessica Raine (Lucy Chambers, la madre de Isaac), esta miniserie de seis episodios se mueve entre el género del terror, el thriller psicológico con elementos paranormales y también de ciencia-ficción con un guion que se va desenvolviendo lentamente y que atrapa al espectador en una espesa red de misterio, miedo y visiones fantasmales. No es por ello plato de gusto para todos los paladares, pero si disfrutaste de "El Sexto Sentido", de "Fringe” o de “Materia Oscura”, lo vas a pasar en grande con "LA HORA DEL DIABLO".
Aviso que destripo el argumento en la sección SPOILER, pero comento aquí que el título de la serie hace referencia al mito paranormal que dice que es a las 3:33 de la madrugada cuando el más allá y el más acá entran en contacto y ocurren cosas rarísimas (ya sabéis, por aquello del número de La Bestia, el 666). Y, precisamente, esa es la hora a la que todas las noches se despierta Lucy Chambers tras vivir sus extrañas pesadillas.
Disfruten esta serie con poca luz ambiental.
[ACTUALIZACIÓN 2a TEMPORADA octubre 2024] Cinco episodios que se ven de un tirón. Ver spoiler.
Producida por Tom Moran y Steven Moffat, responsable de las últimas temporadas de "Doctor Who", dirigida por Tom Moran y por Isabelle Sieb (directora también de la estupenda "Vigil, conspiración nuclear") y protagonizada por Peter Capaldi (el actor que ha encarnado recientemente también al Doctor Who y que en esta ocasión da vida al enigmático Gideon Shepherd), Nikesh Patel (el peculiar detective Ravi Dhillon), el jovencito de 10 años Benjamin Chivers (como Isaac Stephens, el hierático hijo de la protagonista, personaje que te acaba calando hondo) y sobre todo por una soberbia Jessica Raine (Lucy Chambers, la madre de Isaac), esta miniserie de seis episodios se mueve entre el género del terror, el thriller psicológico con elementos paranormales y también de ciencia-ficción con un guion que se va desenvolviendo lentamente y que atrapa al espectador en una espesa red de misterio, miedo y visiones fantasmales. No es por ello plato de gusto para todos los paladares, pero si disfrutaste de "El Sexto Sentido", de "Fringe” o de “Materia Oscura”, lo vas a pasar en grande con "LA HORA DEL DIABLO".
Aviso que destripo el argumento en la sección SPOILER, pero comento aquí que el título de la serie hace referencia al mito paranormal que dice que es a las 3:33 de la madrugada cuando el más allá y el más acá entran en contacto y ocurren cosas rarísimas (ya sabéis, por aquello del número de La Bestia, el 666). Y, precisamente, esa es la hora a la que todas las noches se despierta Lucy Chambers tras vivir sus extrañas pesadillas.
Disfruten esta serie con poca luz ambiental.
[ACTUALIZACIÓN 2a TEMPORADA octubre 2024] Cinco episodios que se ven de un tirón. Ver spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el episodio final, Gideon confiesa a Ravi y a Lucy que él no es un viajero del tiempo, sino alguien que ha vivido su vida cientos de ocasiones, manteniendo los recuerdos de sus existencias previas, lo que le permite ir "corrigiendo" las cosas en cada "reinicio". En esto se nota la mano de Steven Moffat y de su "Doctor Who", donde se maneja un argumento similar para justificar las distintas "encarnaciones" del Doctor. Gideon no es un viajero del tiempo en una única línea temporal (lo que llevaría a las dichosas paradojas), sino un viajero entre realidades o universos paralelos (en la serie esa idea solo se sugiere). Cada vez que él muere, Gideon renace en una realidad paralela casi indistinguible de la precedente (en este punto, os aconsejo un buen manual de física cuántica), y es en esa maraña de realidades en la que se mueven Gideon y otros personajes. El problema es que al hacerlo, esas personas tienen "evocaciones" de esas otras realidades o universos en forma de visiones y "Déjà Vu" y sueños premonitorios. Por ello, la madre de Lucy y su nieto Isaac pueden "ver" la televisión sin tenerla encendida: porque están accediendo a otra realidad en la que la televisión está encendida.
Es en el centro de esta compleja trama multidimensional donde tenemos a Isaac, el hijo de Lucy, ese niño que parece incapaz de manifestar emoción alguna (¿o sí? Porque a la madre y al espectador le quedarán dudas tras algunas escenas, especialmente en una que tiene lugar en los minutos finales del último episodio, cuando Lucy recibe un mensaje de su hijo en el coche), un ser que, en palabras de Guideon, "no debería existir" al ser una "anomalía" fruto de las propias acciones de Gideon al impedir el suicidio de la madre de Lucy 30 años antes, a las 3.33 de la madrugada. Alguien que vive y se desplaza entre realidades. El propio Isaac dice en varias ocasiones "No deberíamos estar aquí", y no se refiere tanto a su casa como a la realidad en la que habita con su madre y con su abuela, que parece ser la única que realmente le entiende. De no haber alterado Gideon el rumbo de los acontecimientos, la madre de Lucy habría muerto e Isaac nunca habría existido, ya que Lucy habría vivido otra vida como inspectora de policía y se habría casado con Ravi en lugar de con el egoísta de Mike, que odia a su hijo al que culpa de haber destruido su matrimonio y que es el responsable de la tragedia final en la que Lucy, la funcionaria de servicios sociales y amante madre de Isaac, parece que muere en un incendio en el que su hijo vuelve a desaparecer sin dejar rastro.
Lucy se "reinicia" en esa otra realidad en la que es policía. Pero... ¿Qué ha sido entonces de Isaac? Bueno, recordemos que Gideon dice que el niño puede moverse entre realidades, lo que explicaría su "secuestro" y posterior reaparición en otro capítulo.
En la segunda temporada descubrimos que Isaac en efecto se ha librado de morir en el incendio de su casa trasladándose unos minutos a otra realidad, una en la que Lucy es agente de policía. Su madre original tampoco ha muerto en el incendio a tratar de rescatarlo, sino que vive una experiencia cercana a la muerte que la “despierta” al recuerdo de sus existencias anteriores, mientras Isaac ”regresa” a su realidad originaria y de la mano de su madre empieza a controlar a voluntad sus “saltos” entre realidades. De paso, se nos aclara lo que ocurrió durante su “desaparición” en la 1ª temporada, vemos cómo va madurando, adaptándose a su peculiar vida, y le conocemos de adulto. Y descubrimos también la motivación de Gideon: evitar un brutal atentado en una juguetería tratando de identificar al responsable
¿Quién es ese responsable? Pues eso queda para la 3ª temporada. Permanezcan atentos al osito de peluche de las temporadas 1ª y 2ª y a la niña tras la cortina en la consulta de la psicóloga.Yo ya sé quién es el terrorista y por qué no mató a Gideon cuando pudo. Ustedes también pueden averiguarlo si se fijan en los detalles.
Es en el centro de esta compleja trama multidimensional donde tenemos a Isaac, el hijo de Lucy, ese niño que parece incapaz de manifestar emoción alguna (¿o sí? Porque a la madre y al espectador le quedarán dudas tras algunas escenas, especialmente en una que tiene lugar en los minutos finales del último episodio, cuando Lucy recibe un mensaje de su hijo en el coche), un ser que, en palabras de Guideon, "no debería existir" al ser una "anomalía" fruto de las propias acciones de Gideon al impedir el suicidio de la madre de Lucy 30 años antes, a las 3.33 de la madrugada. Alguien que vive y se desplaza entre realidades. El propio Isaac dice en varias ocasiones "No deberíamos estar aquí", y no se refiere tanto a su casa como a la realidad en la que habita con su madre y con su abuela, que parece ser la única que realmente le entiende. De no haber alterado Gideon el rumbo de los acontecimientos, la madre de Lucy habría muerto e Isaac nunca habría existido, ya que Lucy habría vivido otra vida como inspectora de policía y se habría casado con Ravi en lugar de con el egoísta de Mike, que odia a su hijo al que culpa de haber destruido su matrimonio y que es el responsable de la tragedia final en la que Lucy, la funcionaria de servicios sociales y amante madre de Isaac, parece que muere en un incendio en el que su hijo vuelve a desaparecer sin dejar rastro.
Lucy se "reinicia" en esa otra realidad en la que es policía. Pero... ¿Qué ha sido entonces de Isaac? Bueno, recordemos que Gideon dice que el niño puede moverse entre realidades, lo que explicaría su "secuestro" y posterior reaparición en otro capítulo.
En la segunda temporada descubrimos que Isaac en efecto se ha librado de morir en el incendio de su casa trasladándose unos minutos a otra realidad, una en la que Lucy es agente de policía. Su madre original tampoco ha muerto en el incendio a tratar de rescatarlo, sino que vive una experiencia cercana a la muerte que la “despierta” al recuerdo de sus existencias anteriores, mientras Isaac ”regresa” a su realidad originaria y de la mano de su madre empieza a controlar a voluntad sus “saltos” entre realidades. De paso, se nos aclara lo que ocurrió durante su “desaparición” en la 1ª temporada, vemos cómo va madurando, adaptándose a su peculiar vida, y le conocemos de adulto. Y descubrimos también la motivación de Gideon: evitar un brutal atentado en una juguetería tratando de identificar al responsable
¿Quién es ese responsable? Pues eso queda para la 3ª temporada. Permanezcan atentos al osito de peluche de las temporadas 1ª y 2ª y a la niña tras la cortina en la consulta de la psicóloga.Yo ya sé quién es el terrorista y por qué no mató a Gideon cuando pudo. Ustedes también pueden averiguarlo si se fijan en los detalles.
9
19 de octubre de 2020
19 de octubre de 2020
78 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin Movistar da en el clavo con la que sin duda es la mejor serie policial española rodada hasta la fecha que le da un montón de vueltas a "La Unidad", también de Movistar. Y es que "Antidisturbios" disfruta de un guión y unas interpretaciones mucho mas creíbles y sólidas que la citada.
Prácticamente redonda, solo rechina alguna que otra escena que no viene demasiado a cuento (la del baño de la discoteca entre la agente de asuntos internos y uno de los de la UIP) y algún que otro actor pasado de años y de kilos para el papel, pero la calidad de su trabajo lo compensa. Además, la producción contó con el asesoramiento de agentes reales de las Unidades de Intervención Policial (IUP, más conocidos como antidisturbios) y se nota que todos prestaron atención a las clases.
Aunque la serie es un drama policial, hay algún que otro momento de humor (sobre todo al final, ver spoiler) y escenas de acción muy bien rodadas (por ejemplo, la del desahucio o la persecución y virtuoso aporreamiento de los hinchas futboleros gabachos). Pero sobre todo predomina ese retrato de los agentes de antidisturbios como personas normales que tienen que desempeñar un trabajo que no lo es en absoluto y los efectos que el ser constantemente poco menos que los arietes de la Ley y el Orden tiene sobre ellos. Gente normal en situaciones excepcionales, en definitiva.
Mención aparte la absurda polémica que ha generado la serie en algunos foros de internet caracterizados por su tendencia ultraderechista y en "sindicatos" policiales muy cercanos a VOX como Jusapol o Jupol, donde se la ha calificado como poco menos basura antipolicial y antipatriótica. NO, queridos niños, la serie se limita a retratar (con las exageraciones habituales en toda obra de ficción) un trabajo duro y mal pagado que alguien tiene que hacer y que a veces se descontrola. Y esto es algo que ocurre en España, en Francia, en Corea del Sur o en EEUU. No hay que tener la piel tan fina, que en producciones de otros países vemos cómo se pone a caldo a sus fuerzas de seguridad y nadie se rasga las vestiduras. No todo es blanco o negro sino que la realidad se compone de muchos matices de gris.
Prácticamente redonda, solo rechina alguna que otra escena que no viene demasiado a cuento (la del baño de la discoteca entre la agente de asuntos internos y uno de los de la UIP) y algún que otro actor pasado de años y de kilos para el papel, pero la calidad de su trabajo lo compensa. Además, la producción contó con el asesoramiento de agentes reales de las Unidades de Intervención Policial (IUP, más conocidos como antidisturbios) y se nota que todos prestaron atención a las clases.
Aunque la serie es un drama policial, hay algún que otro momento de humor (sobre todo al final, ver spoiler) y escenas de acción muy bien rodadas (por ejemplo, la del desahucio o la persecución y virtuoso aporreamiento de los hinchas futboleros gabachos). Pero sobre todo predomina ese retrato de los agentes de antidisturbios como personas normales que tienen que desempeñar un trabajo que no lo es en absoluto y los efectos que el ser constantemente poco menos que los arietes de la Ley y el Orden tiene sobre ellos. Gente normal en situaciones excepcionales, en definitiva.
Mención aparte la absurda polémica que ha generado la serie en algunos foros de internet caracterizados por su tendencia ultraderechista y en "sindicatos" policiales muy cercanos a VOX como Jusapol o Jupol, donde se la ha calificado como poco menos basura antipolicial y antipatriótica. NO, queridos niños, la serie se limita a retratar (con las exageraciones habituales en toda obra de ficción) un trabajo duro y mal pagado que alguien tiene que hacer y que a veces se descontrola. Y esto es algo que ocurre en España, en Francia, en Corea del Sur o en EEUU. No hay que tener la piel tan fina, que en producciones de otros países vemos cómo se pone a caldo a sus fuerzas de seguridad y nadie se rasga las vestiduras. No todo es blanco o negro sino que la realidad se compone de muchos matices de gris.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Que al final el grupo de la UIP acabe en Barcelona en los días previos al 1-O de 2017 y que uno de los agentes exclame un sonoro "vamos, no me jodas" al ver el barco de cruceros (el famoso "Piolín") donde los iban a alojar es una escena bastante divertida que pone un estupendo colofón a la serie. Y que el "malo" se parezca mucho a cierto expolicía real y famoso apellidado Villarejo es otro punto a favor.
A destacar un magnífico plano-secuencia en el restaurante donde los policías han cenado y se han dejado llevar por los excesos etílicos. Impresionante lo bien que lo han resuelto los actores y el equipo técnico.
A destacar un magnífico plano-secuencia en el restaurante donde los policías han cenado y se han dejado llevar por los excesos etílicos. Impresionante lo bien que lo han resuelto los actores y el equipo técnico.
2
4 de mayo de 2017
4 de mayo de 2017
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1928 España seguía gobernada por Primo de Rivera, el militar que en 1923 diese un golpe de estado e instaurase una dictadura que por entonces ya no era más que una "dictablanda" en la que la oposición republicana crecía por doquier. Un país de 24 millones de habitantes de los que más de 7 millones eran analfabetos cuya esperanza de vida era de 50 años. Una España en la que el 45% de la población activa trabajaba en la agricultura y la pesca y solo el 19% en la industria manofacturera. Una sociedad para la que el pan era el alimento fundamental en una casa, pues el 23% del gasto en comida iba destinado a su compra. Una España en la que la mujer no tuvo derecho a voto hasta la Constitución de 1931.
Ni uno solo de esos datos de la España real de la época aparece en esta pretenciosa telenovela de amoríos y "rebeldías" pseudo-adolescentes que es "Las chicas del cable", anunciada y promocionada a bombo y platillo por Netflix. Hay más seriedad y esfuerzo de documentación en cualquier episodio de "El Ministerio del Tiempo" que en esta lamentable producción en la que escenas como la de la fiesta de empresa a ritmo de música moderna en inglés te hacen sentir vergüenza ajena. Y no digamos nada del polvo gratuito que dos personajes totalmente prescindibles se regalan en la misma fiesta escondidos detrás de una puerta.
Algunos han comparado esta serie con "Velvet", pero en mi modesta opinión ni siquiera llega al nivel de "Acacias 38", el otro folletín que ha presidido durante bastante tiempo las sobremesas de TVE1.
Actores mediocres (y que en el caso de los varones, no son más que yogurines de moda que parecen sacados de un anuncio francés de perfumes), diálogos y situaciones totalmente predecibles, cutis femeninos demasiado perfectos para jóvenes trabajadoras de la época y una banda sonora lamentable conforman una de las peores series del catálogo de Netflix, solo apta para jovencitas que no se han acercado a un libro de historia en su vida.
Le doy un 1 por el vestuario y el mobiliario. Y otro uno por el hecho de que cada episodio solo dure 50 minutos y no 70, que es la absurda duración de todas las demás series españolas. Total, un 2, y soy muy generoso.
Ni uno solo de esos datos de la España real de la época aparece en esta pretenciosa telenovela de amoríos y "rebeldías" pseudo-adolescentes que es "Las chicas del cable", anunciada y promocionada a bombo y platillo por Netflix. Hay más seriedad y esfuerzo de documentación en cualquier episodio de "El Ministerio del Tiempo" que en esta lamentable producción en la que escenas como la de la fiesta de empresa a ritmo de música moderna en inglés te hacen sentir vergüenza ajena. Y no digamos nada del polvo gratuito que dos personajes totalmente prescindibles se regalan en la misma fiesta escondidos detrás de una puerta.
Algunos han comparado esta serie con "Velvet", pero en mi modesta opinión ni siquiera llega al nivel de "Acacias 38", el otro folletín que ha presidido durante bastante tiempo las sobremesas de TVE1.
Actores mediocres (y que en el caso de los varones, no son más que yogurines de moda que parecen sacados de un anuncio francés de perfumes), diálogos y situaciones totalmente predecibles, cutis femeninos demasiado perfectos para jóvenes trabajadoras de la época y una banda sonora lamentable conforman una de las peores series del catálogo de Netflix, solo apta para jovencitas que no se han acercado a un libro de historia en su vida.
Le doy un 1 por el vestuario y el mobiliario. Y otro uno por el hecho de que cada episodio solo dure 50 minutos y no 70, que es la absurda duración de todas las demás series españolas. Total, un 2, y soy muy generoso.
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