Seré breve con esta crítica, puesto que la mayoría de fans de la saga ya la habrán visto y opinado. La película ha crecido en cuanto a oscuridad y misterio, y los personajes también, están mucho más logrados que en las anteriores, se nota el crecimiento interpretativo de los protagonistas, sobre todo de Daniel Radcliffe, que empezó no gustándome y ahora me apasiona su personaje en muchas escenas.

Una peli sin grandes dotes argumentales, pero tiene puntos "absurdos" y divertidos, a la vez que ingeniosos, que te mantienen enganchado a la película. Pero lo que destacaría, por encima de todo, es la personalidad del personaje que interpreta Justin Timberlake, todo un "friki" en potencia pero sin ideas auténticas, solo se deja llevar por los demás. Genial, todo un absurdo en personaje.

Ella, Cameron, es una mujer insensible, alocada, independiente, realmente grosera y sin ningún miramento. Otro tipo de personaje estrambótico que acabas disfrutando. Buena interpretación.

En todo caso, lo mejor de la película es la música. Está llena de canciones del heavy metal de los 80: Judas Priest, Dio, Whitesnake, etc.

Vedla, pasaréis un rato entretenido, pero no pidáis más.

Una voz en off acompaña el fin de semana de una niña de 11 años que le ocurre un hecho que la marcará profundamente. La voz en off sigue hasta media película, y de repente, han pasado 14 años y la niña se convierte en una Aina Clotet impecable y realista. Esa mujer recuerda lo que ocurrió hace 14 años, algo olvidado con el paso del tiempo y que se había quedado escondido en alguna parte interna. Resurge algo horrible que conmoverá al espectador de tal manera que no se podrá quitar esa sensación amarga y desesperante. En esta parte la voz en off ha desaparecido, pero el dolor es mucho más intenso... Y todo esto sin ninguna imagen dolorosa a simple vista.
Esta película puede gustar o no, pero apreciaremos lo mucho que nos hace sentir en tan pocas palabras. La imagen es para el cine la cuarta pata que sostiene una mesa.