El día de acción de gracias, el hijo mayor vuelve a casa y se nos cuenta las relaciones que hay entre los miembros de ese grupo familiar. La película se ve con interés y aunque no relata ningún acontecimiento especial, es a nivel de las actitudes de sus protagonistas, sobre todo en la relación que tiene el padre con su el hijo que ha retornado, es dónde se encuentra lo importante de este pequeño film americano que no ha sido estrenado en España. Es el segundo largometraje de su director y con sus pocos mimbres consigue que acabe cogiéndole cariño a los miembros de esta familia.

Recreando las estética pulp de los seriales de los años 30 y 40, esta película tiene su germen en un cortometraje realizado por su director en un Mac. Por cierto, es la única película que hasta el momento ha dirigido Kerry Conran.

Visualmente el resultado es espectacular y además cuenta con la presencia de Jude Law y Gwyneth Paltrow, que forman una divertida pareja de desenamorados que se reencuentran y juntos viven esta aventura.

Puede que con algunos cambios de guión, la película hubiera tenido mayor calidad general, pero me lo paso bien mientras la contemplo y su estética cómo la relación entre los dos protagonistas, me ofrecen un rato muy entretenido de diversión sin más pretensiones.

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Tres hermanas interpretadas por Veronica Forqué, Candela Peña y Adriana Ozores, son las protagonistas de esta comedia que tiene momentos divertidos pero que en general su ritmo es cansino y sin mucho rumbo. En las interpretaciones está lo mejor de la cinta, y en el deslavazado guión lo más deplorable.

Joaquin Oristrell es un director que nunca me ha convencido del todo, tal vez Los abajos firmantes sea mi película preferida de su filmografía. Ésta ya la había visto y no me acordé hasta bien empezada.

Cuando la vi por primera vez me hizo gracia, pero un segundo visionado muchos años después me ha desmontado la idea que tenía de ella. Es cursi y ridícula. Ni siquiera su fama de película sobre el grunge sirve para mantener un mínimo interés de nivel.

Li Mu Bai, un guerrero experto en artes marciales, quiere regalar su espada a su mejor amigo, pero es robada y varios personajes se enfrentan por su recuperación. Con este brevísimo resumen del argumento, comienzo esta entrada sobre una película que tiene algunas cosas que me gustan mucho y otras no tanto.

Su duración se me hace excesiva y a veces me pierdo con los nombres chinos, pero las peleas son bonitas y están muy bien coreografiadas, si uno entra en la dinámica de considerar creíbles los vuelos de los combatientes. El director, Ang Lee, sorprendió con este film que ganó el oscar a la mejor película extranjera, otros tres oscars y muchísimos más premios. De todas formas, no puedo evitar compararla con la que dos años después hizo Zhang Yimou, Ying xiong (Hero, 2002) que me resultó de una factura visual fascinante y muy superior a ésta.