"La Quintrala" es una de las pocas series de tv de calidad artística realizadas por la televisión chilena. Era todo un desafío recrear una historia ambientada en el Chile colonial del siglo XVII, cuando nuestro país era conocido como la Capitanía General de la Nueva Extremadura. Sin embargo, cuando las cosas se hacen con seriedad y profesionalismo, el resultado generalmente va a ser bueno. La serie contaba con una puesta en escena bastante lograda, gracias a un vestuario y dirección de arte de calidad, acompañada de una sugestiva banda sonora, donde destacaba un emotivo y solemne tema central muy acorde al siglo XVII.

La serie contaba en formato televisivo la historia de Catalina de los Ríos y Lisperguer más conocida como la mítica Quintrala, hacendada perteneciente a la aristocracia criolla colonial, tristemente famosa por su crueldad y asesinatos cometidos entre sus sirvientes y esclavos, y a la cual incluso se le acusó del asesinato de su propio padre para así heredar pronto su fortuna. La historia sigue en general al personaje de la Quintrala desde el punto de vista de la leyenda de la misma: como una mujer que hizo pacto con el Diablo y culpable de varios crímenes. Esta visión es cuestionada por algunos historiadores actuales, que sostienen que la Quintrala trataba a sus sirvientes y esclavos tan mal como lo hacían los demás hacendados de sexo masculino, y que la leyenda se habría originado únicamente, por el hecho de que la Quintrala era una mujer independiente, y por ello era más perseguida por las autoridades de la época.

A falta de una actriz chilena adecuada para el personaje, se recurrió a la polémica ex-modelo y conductora de tv Raquel Argandoña, quién sorprendió con una actuación al más puro estilo "femme fatale" de cine clásico y con su imponente presencia en pantalla. También destacaron la actuación de la recordada Malú Gatica, como la abuela de la protagonista y de Nelson Brodt como Fray Juan, confesor y en parte encubridor de la Quintrala, y que persigue la salvación de ésta.

"La Quintrala" es recordada no sólo por la reconstrucción de una época en que se forjó lo que sería la sociedad chilena; sino que también, por que lograba enganchar al telespectador con la historia de una mujer arrastrada por una fuerza maligna (psicológica o sobrenatural), que la impulsaba a cometer diversos crímenes; alternando con períodos de su vida, en que la Quintrala logra darse cuenta de la gravedad de sus actos y busca desesperadamente en la fe en Dios, la salvación de su alma. Arriesgadamente, se incluyo en la historia hechos sobrenaturales sin caer en el ridículo, ésto gracias a una lograda atmósfera de superstición religiosa católica y pagana.

"Deseando amar" es una de las películas románticas más bellas de la historia del cine. Es singular tanto por su origen: Hong Kong, esa particular ciudad, colonia británica hasta 1997, poblada por chinos en parte occidentalizados y teniendo a sus espaldas el gigante asiático de la República Popular China, de la cual mantiene cierta autonomía hasta la actualidad; pero lo que la hace aún más singular es que las "grandes historias de amor" se basan generalmente en historias de infidelidad, también es el caso de esta película; sin embargo, en "Deseando amar" no son "los infieles" los que tienen el protagonismo con su apasionado romance (al contrario, son meras presencias a las cuales ni siquiera les conoceremos las caras). Wong Kar-Wai se queda con el punto de vista de "los engañados" que descubren dicha infidelidad y la dificultad de relacionarse siendo vecinos, topándose a diario en las estrechas habitaciones y pasillos del edificio de departamentos. Surgirá una especial relación entre los protagonistas que evolucionará desde la incertidumbre inicial y la amistad hasta el amor. Sin embargo, la película se centra en la dificultad de amar entre estos personajes, en el deseo reprimido; pues sienten que su relación estaría siempre contaminada por el resentimiento hacia sus respectivos esposos, o la duda si tener una relación sería sólo una forma de venganza por el engaño sufrido. Es difícil para un occidental, entender los códigos morales de una civilización tan distinta como la de Hong Kong. Sin embargo, Kar-Wai logra transmitir al espectador los complejos sentimientos de la pareja con una sensibilidad y madurez notable y que es casi imposible de encontrar en el cine romántico de hoy en día (continúo en spoiler).

Pocas alabanzas más se le pueden atribuir a esta obra maestra de Kubrick (a mi juicio su mejor película); pero lo que me motivó escribir esta crítica es el hecho de haber visto dos bodrios ambientados en el siglo XVIII: el primero "María Antonieta" (2006) de Sofía Coppola con la insulsa Kristen Dunst y el segundo "La duquesa" (2008) con la anoréxica Keira Khingtley. Y bueno me confirmaron que las malas películas sirven para apreciar aun más las buenas películas y sobre todo una joya como "Barry Lyndon", la mejor representación cinematográfica del siglo XVIII europeo que se haya realizado. Es que realmente ésta película debería ser un manual de como hacer una película de época moderna: la utilización exclusivamente de luz natural o proveniente de velas, capturada por lentes especiales provenientes de la NASA; el uso equilibrado del color (y no el colorinche tan de moda en éstos días); la utilización preferente de locaciones exteriores e interiores reales, por sobre los decorados de estudio (y por sobre el abuso de los efectos computacionales actuales); un vestuario con texturas reales (y no esos tiesos y pesados trajes de las películas actuales); encuadres precisos sin ostentación gratuita (con una cuidada utilización del zoom). Todos éstos elementos hacen de esta película una experiencia casi documental, ya que logra transmitir el espíritu frío y racionalista que se le atribuye al siglo XVIII. Y que director más adecuado para tal empresa que Kubrick, al cual no me lo hubiese imaginado adaptando una apasionada obra de Tennessee Willians; sin perjuicio de que la película cuente con momentos de profunda emoción.
En cuanto a las interpretaciones: tenemos al norteamericano Ryan O´Neal en su mejor actuación, como el frío y arribista Redmond Barry, nunca ha sido un gran actor, pero su aspecto físico tan propiamente irlandés, la inquietante inexpresividad de su rostro, que oculta las más variadas emociones y ambiciones, construyen perfectamente el personaje y su misterio; a su lado Marisa Berenson quién con su belleza y expresivo rostro, apenas necesita diálogos para llenar la pantalla (al igual que en "La muerte en Venecia" de Visconti).
La historia basada en una novela de Thackeray, nos cuenta la historia de este joven irlandés pobre, Redmond Barry, y su ascenso nada heroico a la nobleza británica, con la Guerra de los Siete Años como telón de fondo inicial; pero el relato se centra en todo momento en sus personajes y no en los hechos y personajes históricos (continúo en "spoiler").

"Titanic", es una película que realmente me desagrada, tengo que reconocer que tiene una impecable factura técnica, todo parece estar en su lugar, también reconozco que la tragedia del barco por sí sola está muy bien lograda; las escenas del Titanic en su esplendor y su posterior hundimiento deben ser de las más espectaculares de la historia del cine. Pero es en la parte dramática donde la película falla notablemente; el guión es pésimo (si es que tiene guión), la historia cursi hasta decir basta, hay escenas horribles, como cuando el barco zarpa y Di Caprio grita en la proa como una loca, o cuando lo culpan del robo del collar, patético, el intento de suicidio de la protagonista parece un mal chiste, y la ginda es la mentada escena de la pareja en la proa del barco "volando" por favor, esta debe ser la escena mas cursi y prefabricada de la historia del cine. Las actuaciones son mediocres y los actores mal elegidos Di Cprio se ve demasiado delgado y femenino, de galán poco tiene, Kate Winslet regordeta y un color de cabello digno de una ........, en realidad tiene poco de dama de época (que diría Visconti). La representación de las clases sociales es burda el mejor ejemplo es el personaje de Billy Zane y la madre de la protagonista, pero bueno se trata del director de "Terminator", no de James Ivory. Sin duda esta película no esta a la altura de otras que si supieron conjugar una monumental puesta en escena y una historia y personajes inolvidables, como ocurre en "Lo que el viento se llevó" o "Doctor Zivago", que son verdaderos clásicos del cine, en cambio"Titanic" nunca lo será.

En general me gustan las películas de Zeffirelli, creo que es un director algo menospreciado, tal vez, por el hecho de ser también director de ópera, en sus películas siempre hay excesos histriónicos o melodramáticos; sin embargo, hay que valorar que es un director con un sentido de la puesta en escena que ya muchos se lo quisieran; en sus películas los decorados, el vestuario y la música pasan a ser un personaje más y no sólo un medio para mostrar el alto presupuesto. Además tiene una notable capacidad de crear atmósferas de tensión trágica, tan propias del medio operístico y teatral.
En el caso de "Hamlet", la película tiene todos los méritos del director; quién incluso utiliza una dirección de cámara casi neutra dejando que el relato se cuente por si sólo, lo que resulta muy apropiado en una historia que se desarrolla en la Dinamarca medieval. Sin embargo, el gran error de la película esta en el protagonista, Mel Gibson, creo que no pudo haber peor elección, su actuación es tan pobre que parece estar leyendo con dificultad el texto de Shakespeare y poner la misma cara de policía loco que en "Arma mortal". Es una lástima, por que la película es perfecta en su puesta en escena y el resto del reparto esta de correcto a notable en sus roles. A destacar, la brillante ejecución de la difícil escena final, en la cúal es fácil caer en el ridículo; pero Zeffirelli la resuelve con una elegancia notable.
En fin, lo que pudo ser una gran película, si no fuera por el mediocre Mel Gibson. Pero me pregunto, si con la tecnolgía actual no lo podrán borrar digitalmente y poner a un actor mejor en su lugar?. Es una broma pero ojalá fuera posible.