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España España · Barcelona
Críticas de David MS
Críticas 603
Críticas ordenadas por utilidad
5
5 de septiembre de 2012
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Nueva comedia procedente de lo que ha sido conocido como Frat Pack, el nombre que se usa para referirse al cine que protagonizan el grupo de actores formado por Will Ferrell, Ben Stiller, Owen y Luke Wilson, Vince Vaughn entre otros. En este caso Los Otros Dos está protagonizada por el primero de ellos junto a Mark Wahlberg y una amalgama de intérpretes del Hollywood actual: Eva Mendes, Michael Keaton, Steve Coogan, Ray Stevenson, Dwayne Johnson, Samuel L. Jackson, Anne Heche, Ice T (como narrador), aunque pocos de ellos con un papel de relevancia a excepción, claro está, del dúo protagonista.

Dirigida por Adam McKay, habitual colaborador de Ferrell, este nuevo film es una comedia de acción en plan Buddy Movie a lo Arma Letal, lo que viene a ser una pareja de policías de caracteres opuestos que se ven forzados a resolver un caso. En Los Otros Dos esa pareja la encarnan Allen y Terry (Ferrell y Wahlberg), se encuentran tras la pista de David Ershon (Coogan) y Roger Wesley (Stevenson), que pretenden una estafa contra las arcas del estado.

En realidad la trama principal del film, el caso que se encargan de resolver es lo menos interesante, una mera excusa para ver una serie de situaciones cómicas en las que uno entra o no dependiendo de la afinidad por su estrella principal, Will Ferrell. En mi caso he de decir que soy seguidor del actor, qué se le va a hacer, todos tenemos algún placer culpable y Ferrell es uno de los míos. Una de las cosas que en principio hacia prometer un alud de carcajadas es que tras las cámaras se encontraba Adam McKay, artífice de las mejores películas del cómico, Pasado de Vueltas y El Reportero, plagadas de gags memorables y escenas hilarantes. Eso no sucede tanto en Los Otros Dos, con un Ferrell algo más comedido y pensando en un circuito más comercial, para todos los públicos, a pesar de que no faltan escenas que provocan unas buenas risas.

Viendo que en el factor humorístico Los Otros Dos no está a la altura de las películas citadas de Ferrell, sí que hay algún avance en el film referente a esa idea por tratar de abrirse espacio entre una mayor variedad de público, ya que, aunque el caso a resolver por los dos policías resulta ramplón, por lo menos se ha cuidado su imagen con unas escenas de acción que resultan correctas, y una mayor interacción del actor principal con el resto del reparto, principalmente con Wahlberg, aspectos mejorados respecto a esas otras producciones anteriores, si bien, si éstas resultaban eficientes como comedias no era tanto por su cualidad artística como por su humor cafre. Tampoco hay que llevarse a engaño, hay un acercamiento por parte de Los Otros Dos de gustarle a los no fans del actor, pero aquí siguen apareciendo las gilipolleces habituales de las que hace gala en casi cada film. Lo dicho, si no se tiene simpatía por él, difícil será aceptar Los Otros Dos.

Parte de la culpa de echar unas buenas risas es tanto de la pareja protagonista, Ferrell (sobre todo) y Wahlberg, como del buen elenco de secundarios donde destaca especialmente un Michael Keaton siempre infrautilizado, un Steve Coogan que siempre es el mejor de cada film donde hace presencia, la intervención de Dwayne Johnson y Samuel L. Jackson, sembrados como pareja de policías (gran prólogo el que protagonizan ambos). Para finalizar, las apariciones de una simpática Eva Mendes, Ray Stevenson como villano descafeinado, la narración a ritmo de rap de Ice T, y un cameo de Anne Heche.

Han pasado tres días desde que vi Los Otros Dos y prácticamente soy incapaz de recordar lo que hizo reírme de veras, lo que nunca es buena señal, aunque por otro lado mientras la veía me pareció un largometraje de lo más distraído, eso pese a que no cumple con las expectativas de la gente a la que nos gusta su estrella principal, que por estos lares somos pocos pero muy fieles.
David MS
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6
4 de septiembre de 2012
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Encargada de inaugurar la pasada edición del Festival de Sitges dedicado al tema de la Inteligencia Artificial, Eva es el debut en pantalla grande de Kike Maíllo, conocido hasta ahora por ser alumno de l'ESCAC (que ejerce de productora) y por ser director de la serie de animación Arròs Covat. Con un coste de seis millones de Euros, la película destaca por un cuidado diseño de producción y unos efectos especiales equiparables a los de muchas producciones foráneas de gran presupuesto. En el reparto Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann, Lluís Homar y la debutante Clàudia Vega como Eva.

Alex (Brühl), científico, regresa a casa tras una estancia fuera y se mete de pleno en acabar un trabajo que dejó a medias, el robot más humano imaginable. Su vuelta le supone el reencuentro con un antiguo amor, Lana (Etura), que ahora mantiene una relación con su hermano (Ammann) y que tiene una hija, Eva (Vega), que el primero quiere como modelo para su futura creación.

Comenzaré comentando lo bueno que desde luego no es poco, empezando por la labor de Maíllo, que ha creado un film que combina de manera adecuada drama y ciencia ficción, y lo que es más importante, haciendo de ello un espectáculo entretenido que no ofende a la inteligencia del espectador durante la escasa hora y media de duración. A ello ayudan otros factores positivos como unos brillantes efectos especiales nada excesivos que están al servicio de la historia y no al revés, una fotografía de Arnau Valls Colomer a la que es fácil alabar como cada largometraje rodado en la nieve, una buena banda sonora de Evgueni Galperine, sumada a una buena selección de temas donde destaca el Space Oddity de David Bowie (en uno de los mejores instantes), y la increíble labor interpretativa de Lluís Homar como androide doméstico y de Clàudia Vega como Eva, que si no es porque ya no se pueden nominar niños a los premios Goya se llevaría una segura candidatura a la mejor actriz revelación.

Entre lo negativo: su escena inicial, innecesaria, poco aporta a la trama, de hecho se puede decir que es un spoiler en toda regla, pues revela parte fundamental de la trama de algo que sucede después. De la misma manera que su escena inicial no resulta muy destacable tampoco lo es su desenlace, cuando se repite el mismo inicio del film, es seguido por un considerable bajón de ritmo acompañado por algún suceso importante que resulta carente de emoción a la vista del espectador. Por último, aunque como mal menor, la labor de dos actores que resultan sosos como Marta Etura y Alberto Ammann.

No está a la altura de la excelente A.I. de Steven Spielberg (sí, para mi es excelente) ni de El Hombre Bicentenario (que es mejor de lo que se dice), dos de las películas más recientes sobre el tema, pero en algunos momentos no le anda muy a la zaga. Con éstas dos se puede decir que mantiene un punto en común, una conclusión que no está a la altura que hace que se salga de su proyección con un ligero sabor agridulce. Pero con lo que hay quedarse es que Eva es un paso adelante dentro del cine nacional, demostrando que sabemos hacer un cine diferente que nada tiene que ver con la típica trama sobre la Guerra Civil o mamarrachadas como Torrente.
David MS
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9
3 de septiembre de 2012
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Producida, escrita y dirigida por Terry George, en el que todavía es su trabajo más notorio hasta la fecha, Hotel Rwanda es un film estrenado en 2004 protagonizado por Don Cheadle, Sophie Okonedo, Nick Nolte, Joaquin Phoenix, Cara Seymour y Jean Reno. Contó con tres nominaciones a los premios Oscar que no ganó, el de mejor actor para Cheadle, mejor actriz secundaria para Okonedo, y el de mejor guión para su propio director, Terry George, en colaboración con Keir Pearson. Pese a esa ausencia de premios en la edición de los premios de la Academia, se llevó galardones en otros certámenes como el de Toronto (mejor película según público) o el Golden Satellite que concede la prensa internacional (mejor actor).

Historia del genocidio sucedido en Rwanda a principios de los 90, cuando a las puertas de sellar la paz entre los grupos étnicos de los Tutsis y los Hutus, el presidente del país fue asesinado a manos de los primeros, haciendo que sus rivales, mayoría de la población, iniciaran una matanza contra ellos. Hotel Rwanda cuenta la hazaña que tuvo que llevar a cabo Paul Rusesabagina (Cheadle), hutu casado con una tutsi (Okonedo), director de un hotel, que por las circunstancias se ve forzado a alojar, cuidar y a defender los tutsis que van a parar a su alojamiento.

Basado en un una historia real, emotivo drama rodado sin florituras por Terry George, que muestra con la cámara toda la crudeza y la tragedia de lo sucedido en el pueblo africano durante el amargo acontecimiento. Ello lo hace mediante el personaje de Paul Rusesagabina, personaje cargado de buenas intenciones con quien el espectador empatiza desde sus compases iniciales, bien caracterizado por el elaborado guión, que busca tanto retratar a los personajes involucrados en el conflicto cómo hacer que veamos las penurias y momentos de tensión por los que pasaron. Todo ello perfectamente captado de manera realista por el autor del mismo guión, Terry George, en su faceta de director.

No obstante, hay aspectos que hacen que la propuesta de George no llegue a sobresaliente, estos son la fotografía de Robert Fraisse, remarcando el ambiente realista citado, tratando de sacar partido a las localizaciones que ya tiene de por si el continente africano, nada que sorprenda, como tampoco lo hace la banda sonora de Rupert Gregson-Wiliams, Andrea Guerra y Afro Celt Sound System, sensiblona, buscando la lagrimilla fácil, obvia, pero efectiva. Dos apartados mejorables, si bien resultan eficaces.

Prácticamente toda Hotel Rwanda es magistral, pero si hay algo que hay que destacar por encima del resto es la actuación y el carisma de su estrella principal, un Don Cheadle al que todo adjetivo que busque elogiarle se le queda corto. Es bien acompañado por una Sophie Okonedo en un interpretación perfecta para darle replica. En papeles más secundarios encontramos nombres conocidos como un seguro Nick Nolte como miembro de la ONU, un acertado Joaquin Phoenix en el papel de un periodista y un sensacional Jean Reno, éste pese a estar menos de tres minutos en pantalla.

Dudo que haya humanidad dentro de una persona que no se emocione viendo una película como Hotel Rwanda. Película estremecedora, de obligada visión, deja bien aprendida la lección moral de como comportarse ante una situación límite como la sucedida en el país africano. Además, un largometraje asombrósamente entretenido, bien rodado y magníficamente interpretado.
David MS
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5
3 de septiembre de 2012
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Dos años después de Resacón en Las Vegas, que recaudó 467 millones de dólares en todo el mundo con un coste de solo 35, llegó la esperada segunda parte. Repite Todd Phillips, su director, de la misma manera que lo hace todo el reparto al completo de la primera entrega: Bradley Cooper, Zach Galifianakis, Ed Helms, Justin Bartha y Ken Jeong, a los que se les suma una breve intervención de Paul Giamatti.

Han pasado unos cuantos años desde que Phil, Stu y Alan (Cooper, Helms y Galifianakis) perdieran a su compañero Doug (Bartha) en un tejado de Las Vegas. Ahora es Stu el que se casa, en Tailandia con una bella nativa (Jamie Chung), que tiene una familia que no acepta a su futuro esposo. Debido a la experiencia precedente no quieren celebrar despedida de soltero, pero salen a tomar algo y lo que empieza con una birra acaba con los tres protagonistas borrachos y sin memoria despertándose en un cuchitril de Bangkok, con el problema de haber perdido al hermano de la novia (Mason Lee), que será el que tengan que buscar esta vez, no sin meterse en líos de toda clase.

No me gustó Resacón en Las Vegas, no me pareció desternillante como sí le pareció al resto del planeta, por lo tanto no había motivo alguno por el que esta segunda parte lo fuese a hacer. Sin embargo, he de decir que pese a que repite esquema y no ofrece nada nuevo respecto a su predecesora, esta Resacón 2 me ha parecido una decente secuela, con algún que otro gag que me ha hecho reír y con momentos repletos de un humor incorrecto de lo más acertado (el travesti, la persecución, el cameo final). Esta vez le sumamos un cambio de escenario, de Las Vegas a Tailandia, que le hace ganar puntos respecto a la sobrevalorada primera entrega, y hasta una escena de acción elaborada (la citada persecución), aspecto que Todd Phillips maneja con soltura como demostró en la anterior y mediocre Salidos de Cuentas.

En el reparto tres intérpretes que juntos funcionan a las mil maravillas, el chulito Bradley Cooper, el retardado Zach Galifianakis y Ed Helms, que añade las mejores pinceladas de humor en esta nueva aventura, se les suma un Ken Jeong que era lo mejor del primer film, aquí igual de divertido, y Paul Giamatti en un papel que nada aporta pero que por lo menos le habrá permitido pasarse unas pequeñas vacaciones en Tailandia.

Pese a la ligera mejoría sigue estando lejos de comedias ejemplares norteamericanas (Atrapado en el Tiempo, Bowfinger) pues le adolece cierta falta de ritmo y a decir verdad, hay gran cantidad de gags fallidos, pero en su computo general no evitan que se pase una hora y media de lo más animada.
David MS
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5
3 de septiembre de 2012
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A principios de diciembre del 2011 llegó a las pantallas de toda España In Time, la nueva película producida, escrita y dirigida por Andrew Niccol, realizador de trayectoria irregular que destacó especialmente a finales de los 90 como director de la soberbia Gattaca, y por ser firmante del guión de la no menos destacable El Show de Truman de Peter Weir. Después, su carrera pasó algo más desapercibida con Nicole, que casi nadie vio, y la correcta El Señor de la Guerra. Ahora vuelve con In Time, un thriller con el que vuelve a la ciencia ficción (como en Gattaca), de manera algo dispar, todo sea dicho. En el reparto un grupo de cuerpos Danone como Justin Timberlake, Amanda Seyfried, Cillian Murphy, Olivia Wilde, Alex Pettyfer y Matthew Bomer.

En el futuro los humanos no envejecen más de 25 años, pero desde el momento en que se traspasa citada edad hay que ganarse la vida trabajando para conseguir más "tiempo", el dinero con el que se paga en esa sociedad distópica. El problema reside en que ese mundo es capitalista y los ricos son inmortales y los pobres a duras penas tienen para sobrevivir un día. Eso tratará de evitarlo Will (Timberlake), un muchacho salido de un ghetto que ve como ese injusto sistema hace que su madre (Wilde) fallezca. Contará con la ayuda de Sylvia (Seyfried), hija de un magnate multimillonario (Vincent Kartheiser) con la que Will tiene un romance, consiguiendo que se ponga de su parte en una serie de robos estilo Robin Hood, robando a ricos para dárselo a los pobres. Un grupo de policías futuristas (entre ellos Cillian Murphy) les darán caza.

Sin duda lo mejor de In Time es su interesante punto de partida, podría haber sido sacado de algún relato de Phillip K. Dick, autor de historias de las que surgieron películas como Blade Runner, Desafío Total y Minority Report por citar solo las mejores adaptaciones. Es durante el primer acto, cuando vemos como se desarrolla esa idea inicial y como funciona esa hipotética sociedad, lo más notorio del film. Después, durante su nudo, tanto el guión como la cámara de Niccol nos lleva a caminos de sobra conocidos, a una común historia de amor en plan Bonnie & Clyde altruista, con alguna persecución y set piece de acción solo resultona (se nota la ausencia de presupuesto), todo encaminado hacia un desenlace que es previsible incluso antes de entrar en la sala a ver la película.

Los actores no están mal, tampoco quiere decir que estén bien, en realidad les pasa como al largometraje en si mismo, no molesta, pero tampoco hay nada en él que llame por ser visto. Ni la labor de Niccol, ni la de su reparto, ni la del compositor de la banda sonora, un Craig Armstrong en plan Michael Nyman en Gattaca pero lejos de sus resultados. Al final, como en muchas otras películas, todo queda en una premisa interesante pero desaprovechada.
David MS
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