Tiempo hacía que no veía una película tan mala. Pero no es de las películas malas que a pesar de todo se disfrutan, sino de las que se padecen. El tono de la cinta pretende ser de humor negro, pero el humor ni está ni se le espera. La idea de partida está bien, pero se concreta en un guión burdo, diálogos sonrojantes y situaciones penosas. Los actores hacen lo que pueden, que es muy poco. Uno de los protagonistas es el agente inmobiliario encarnado por Pablo Puyol, que ya dejó claro en la serie ‘Un paso adelante’ que bailar se le da bien pero actuar muy mal. Y en esta película no se obra ningún milagro al respecto. La chispa que debería tener está desaparecida, resultando un filme simplón y ramplón del que poco o nada se puede salvar, sólo quizá los títulos de crédito iniciales.

Un bodrio que no recomiendo a nadie bajo ninguna circunstancia.

Ni por los tíos. Aunque no voy a negar que me alegraban la vista.
Como todas las críticas que leo son de chicos que veían la serie por las chicas, vengo a poner la nota discordante, pues yo la veía porque me encantaban las tramas, los líos, los rescates, las movidas, etc. que vivían sin cesar los socorristas.

Decir que la primera temporada de la serie fue diferente al resto. No basaba su trama en tetas y cabellos de bote, tenía más enjundia, más profundidad. Luego ya derivó en lo que derivó. Que esta serie era mala, pues sí, pero no puedo darle menos de un 6 porque me encantaba y me lo pasé pipa viéndola, durante mi infancia y adolescencia.
También te enseñaba de lo falso de la tv, pues cuando era más cría pensaba que aquellas tetas enormes eran naturales, que aquellos rubios rutilantes eran de nacimiento y que en las playas de California la gente era toda guapa y atlética. Cuando me di cuenta de lo falso de todo aquello, algo cambió en mi interior. Para que luego digan que esta serie no enseñaba nada (útil).

“The myth of the American sleepover” apunta mucho más alto de lo que llega finalmente. Su aportación al género del cine adolescente, o del cine a secas, es nula. Puede que no sea mala, su factura es correcta, pero no transmite nada en especial. Si una película no transmite, al menos que te haga reír, pasar miedo o que te entretenga, pero no esperes nada de eso en este anodino filme, que hará que cada minuto te parezca que dura 200 segundos.
Soy muy fan del cine adolescente americano, que ha parido joyas como “Thirteen”, “Clueless”, “American Pie” y tantas y tantas otras películas remarcables. Sin embargo, no recomendaría a los fans del género el filme que nos ocupa, pues no aporta nada en absoluto, presentándonos personajes, situaciones y diálogos que no sólo nos dejan indiferentes, sino que parecen no avanzar, o por que cada paso que da hacia delante, retrocede tres hacia atrás.
Totalmente prescindible.

No entiendo la necesidad de hacer este filme. Intrascendente por completo. No transmite, no cuenta nada, no pasa nada, no entretiene. Pasan muchas más cosas en la sinopsis que he leído acerca de la película que en la misma película. Eso sí, contra el insomnio va de lujo. Lo digo en serio. Si ves que te cuesta dormir, esta cinta es ideal para que caigas frito en poco tiempo.
No me molesta el rollo indie, ni las películas bizarras, ni siquiera que hablen un poco como entre dientes. Pero todo ello ha de ir encaminado a un fin, a una obra artística. Y esta película no es el caso. Aporta 0. Su relevancia es 0.
No la recomiendo.

¿Mala película para adolescentes? Afirmativo. ¿Lugares comunes y absurdeces? A porrillo. ¿Lucimiento del cachas Lautner? Un poco bastante. Malas actuaciones, malos diálogos, mal guión, y la constatación de que en EEUU todo se fabrica de cartón piedra, y romper las paredes y puertas de las casas así como las ventanas de un tren, es cuestión de dar un golpe un poco fuerte. Es tan mala que hasta te ríes por momentos. Pero el filme es entretenido, sin pretensiones, para pasar un rato liviano, y olvidarlo al poco tiempo. Sabiendo lo que hay, sirve para desconectar y dejar la mente relajada.

¿Para mí la peor-mejor parte? Cuando el agente de la CIA dice: "Solo el hijo de Martin puede hacer esto". Sublime. Para levantarse y aplaudir. Sin palabras.