Una cinta de serie b que toma prestado el título de la canción de los Rolling Stones aunque sin relación con ella.
El film es una road movie centrada en dos personajes y su trama es bastante sencilla.

Técnicamente es correcta y aunque no destaque en la mayoría de aspectos, está realizada con corrección y da lo que promete. Lo más destacable es el dúo actoral, con un Nicolas Cage histriónico, excesivo y desmedido, lo que podría ser un problema para otro papel pero que aquí encaja perfectamente con la propuesta, y un Joel Kinnaman más reflexivo que le da muy bien la réplica.

Una película entretenida y curiosa, de temática tópica, pero que no defrauda en general.

Una cinta infantil de animación que bebe de varias fuentes, “Moby Dick”, el cine de aventuras más clásico, el de piratas, y crea cierto mundo de fantasía donde monstruos mitológicos cobran vida.

A nivel técnico la animación es de matrícula de honor, al mismo nivel que Pixar sin duda, y resulta una delicia.

Su guion es bastante más simple, y aunque los prototipos de personajes son bastante clásicos, y los monstruos adorables y entrañables, falla en el momento en el que al no encontrar una mejor alternativa, pretende eliminar la curiosidad de la condición humana, algo imposible evidentemente, cuando debería haber optado por trazar puentes hacia una coexistencia sostenible y pacífica, aunque eso hubiera sido bastante más complejo de resolver.

Sin embargo, la lección de cuestionar al poder cuando es movido por los beneficios y pensar por uno mismo no es mala en absoluto, ya que no hay más que pensar en lo que ocurrió con las ballenas para darse cuenta de que la educación y concienciación son la clave, y que no siempre algo que sea lo usual, es lo correcto o moral.
Fueron necesarios muchos años para conocer sus sonidos y empezar a descubrir que no son monstruos, aunque por poco les llega antes la extinción debido como de costumbre a la estupidez humana, sobretodo cuando hay dinero de por medio.

La película, tiene un ritmo envidiable, y bebe de fuentes de aventuras que muchos añoran, y realmente consigue hacer una buena película pese a cualquier detalle equivocado, ya que cuenta con muchos más aciertos y calidad técnica de sobra, con personaje secundario gracioso que merece algún cortometraje incluido.

Una cinta que une a un reparto de las mejores estrellas de acción de los años 80 y 90s, lo que sería un gran disfrute de no haber llegado tan tarde, en su momento ya se barajó la posibilidad de una película en común entre Sylvester y Arnold, pero no llegó a buen puerto.

Aquí los fans no se pueden quejar del grupo formado, apenas hay unas ausencias que solventarían en las secuelas debido seguramente al éxito en taquilla, aunque el guion en sí, ya es otro cantar.

En el fondo, este grupo salvaje geriátrico intenta volver a los viejos tiempos y hacen las cosas tal como las hacían entonces, por lo que involuntariamente se convierte en una autoparodia y en una comedia brillante. En las secuelas son más conscientes de esto, y juega en su contra, ya que las gracias que sueltan no tienen el mismo efecto.

Una comedia de acción muy disfrutable si se sabe a lo que se va y se tiene aprecio por algunas de las películas que hicieron en su momento estos profesionales de la acción artesanal.

Una comedia "alocada" de referencia de los 80s, del gran maestro del género de la comedia adolescente, John Hugues.

Un atleta, un cerebro, una inconformista, una princesa y un criminal se reúnen en la biblioteca del instituto un sábado para un día de castigo.

Son personajes estereotipados y que en cualquier otra situación nunca habría hablado entre sí. John Hugues juega con estos estereotipos y poco a poco, a través de sus choques, aburrimiento y ciertas escenas de baile que no podían faltar en los 80s, da profundidad a esos personajes, ocultos tras sus máscaras.

Muestra las inseguridades y dudas de cualquier adolescente, sus presiones, sus emociones a flor de piel, sus problemas con sus padres, sus miedos, y su búsqueda por averiguar quienes son.

Y lo hace con un lenguaje cercano y personal y actuaciones naturales y creíbles, y abordando temas como el maltrato físico y psicológico, la discriminación, la clasificación social y la enseñanza.

Una extraña mañana de sábado, en la que cinco personas sin nada en común (a simple vista), establecen una conexión real.

John Carpenter mezcla fantasmas, espíritus, brujería, magia, monstruos, maldiciones, demonios, kung fu y chinos que tiran rayos por las manos y que explotan.
Y lo hace con una cutrez encantadora y un gran espíritu de cachondeo propio del cine de serie b de los 80s, con unos efectos nada desfasados y de forma divertida.

Jack Burton (Kurt Russell en una de sus colaboraciones con John Carpenter) es un camionero que pasaba por allí, un antiheroe algo graciosillo, canalla, torpe y bastante impresentable que debe salvar a la chica con ojos de jade de un demonio inmortal chino (siendo en realidad el colega del auténtico protagonista, pero así de chulo es Jack Burton).