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Críticas de Elcinederamon
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Críticas 1,665
Críticas ordenadas por utilidad
7
19 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Knight of Cups, de Terrence Malick, es un drama romántico basado en un guionista de Hollywood perdido sentimentalmente, que busca el amor verdadero y a sí mismo a través de vivencias esporádicas y profundas con varias mujeres que le ofrecen distintos sentimientos. Con esta trama, el director ofrece belleza a través de imágenes hipnóticas que proporcionan al espectador seguidor de Malick, un viaje por sus sueños y el de sus personajes, como es habitual en sus historias, y calar con ello en el público que busque estar magnetizado por el universo de un curioso cineasta que tiene tantos detractores como incondicionales en el mundo del séptimo arte. Aunque lo que es indudable, es que posee un estilo único y reconocible que no pasa desapercibido por ninguna clase de públicos.
Visualmente, la película vuelve a ser un poema a través de unas imágenes espectaculares y bien escogidas que atrapan al espectador y lo fascina por estar cuidadas al más mínimo detalle. La música, es emotiva y da un toque nostálgico al film con sus melodías que sugestionan al público en un sutil acompañamiento musical. Los planos y movimientos de cámara, como es habitual en su director, vuelven a ser un punto fuerte en su cine a través del uso de la cámara en mano continua, subjetivos, steadycam y seguimiento que exprimen lo mejor de las interpretaciones y su entorno. Es necesario también mencionar, que el montaje del film que es lineal y seguido y está dividido en capítulos, no se toma la más mínima prisa y se hace en ocasiones algo lento y pesado para el espectador más impaciente.
El guion, escrito por el director, carece de un sentido lógico y pierde al público con una historia que solo encaja en la cabeza de su creador, siendo por tanto esto un punto negativo para una obra, que aunque quiera brillar más con la estética y la profundidad de sus personajes, no ofrece una trama a la que te puedas agarrar y comprender para dar algo de sentido a la cinta. Esto es llevado a cabo con una narrativa reflexiva, en la que merece la pena destacar que el protagonista de la película encarnado por Christian Bale, no pronuncia ni una sola palabra y tan solo son sus pensamientos los que brotan con voz en off para encandilar al espectador.
Las interpretaciones, son magníficas como es habitual en los largometrajes del director, aunque brilla por encima de todos un Christian Bale que encandila al público con sus movimientos y miradas y se hace cargo de casi todas las escenas de la película, siendo también notables los acompañamientos de Cate Blanchett, Natalie Portman, Brian Dennehy, Antonio Banderas y Freida Pinto entre muchos otros. Todos estos son ataviados con variados vestuarios según su condición, ya sean elegantes, informales o sugestivos de cada personaje para cumplir con una tarea de lo más oportuna.
En definitiva, la considero una cinta que posee lo mejor y lo peor del universo Malick, ya que tiene altibajos en lo que ofrece y encanta y desencanta, aburre y enamora, inspira y relaja, y así sucesivamente en un cúmulo de sensaciones, que hacen sentir al público en todo momento que están viendo una cinta del peculiar cineasta Tejano, aunque es inevitable descubrir que no está al alto nivel capaz de ofrecer por no inflar el corazón de sus seguidores solo con sus espectaculares imágenes llenas de lirismo y sensualidad, y se sustenta solo en sus característicos detalles técnicos y visuales para seducir a un público que se acaba saturando de lo que ofrece el realizador, y acaba pidiendo algo más que en ningún momento llega a aparecer.
Elcinederamon
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8
27 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un día en Nueva York de Stanley Donen y Gene Kelly es una comedia musical basado en 3 marineros que aprovechan al máximo un día de permiso para conocer la ciudad de Nueva York. Dirigida con un ritmo desenfrenado y con el estilo habitual y movido de los musicales de los directores, es una obra arrolladora en sus ritmos y coreografías bien trabajadas por no decir excepcionales que se quedan para siempre en la retina del espectador, al igual que el resto de musicales en los que participe Gene Kelly, concluyendo un hermoso y sorprendente film que deja al público boquiabierto todo el rato con sus bailes, canciones y simpáticas interpretaciones de unos actores míticos y muy respetados en el panorama musical.
La fotografía en color está repleta de detalles inspiradores y coloridos y tiene la particularidad de ser la primera rodada en exteriores, siendo por tanto una labor vistosa y espléndida que encantará al público. La música es de lo mejor del film gracias a sus sonidos rítmicos y espectaculares que llaman la atención del público con sus arrolladoras canciones que agradan y emocionan según el momento del film, logrando una irresistible tarea para deleite del espectador. Los planos y movimientos de cámara consuman una brillante labor técnica muy dinámica a través del uso del avanti, retroceso, grúas, ascendentes, descendentes, seguimiento, travellings, reconocimiento, generales y cámara en mano que exprimen lo mejor de las actuaciones y las coreografías.
Las actuaciones son auténticas y genuinas en el trío protagonista. Como principales Gene Kelly está genuino y simpático como era habitual en él y Frank Sinatra está irreprochable en sus canciones, siendo magníficos también los acompañamientos de Betty Garrett, Ann Miller, Jules Munshin, Vera Ellen y Florence Bates entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos del personaje según su profesión de marineros, taxistas, policías y trabajadores en una soberbia labor que junto con los decorados de interiores y sobre todo de exteriores te transportan a Nueva York.
El guion, escrito por Adolph Green y Betty Comden, es agradable de ver, divertido y entretenido en sus innumerables canciones y coreografías protagonizadas por los 6 protagonistas, 3 hombres y 3 mujeres que a lo largo de un día completo pasan cantidad de vivencias y emocionantes situaciones al dar rienda suelta a sus deseos y pasiones y hacer así pasar al espectador un rato inolvidable, finalizando con ello lo que sin duda es uno de los musicales más respetables y recordados en la historia del séptimo arte. Esto se lleva a cabo con una narrativa en su mayoría cantada y rítmica, siendo también expresiva y efusiva en una dinámica tarea. Cabe destacar también, el montaje seguido y acompasado que marca un ritmo vigoroso al film y pasa en un santiamén.
En conclusión, la considero una obra inmortal e insustituible en el género musical que atrapa de principio a fin al espectador con sus melodías y bailes coreografiados que entretienen y amenizan el rato del público por su calidad y atractivo visual que además tiene el aliciente de ser el primero rodado en exteriores, finalizando con ello uno de los mejores musicales del séptimo arte. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que vuelven a Un día en Nueva York, un film remarcable y digno de elogio por el que sin duda alguna no pasan los años.
Elcinederamon
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7
27 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gatopardo de Luchino Visconti es un drama histórico basado en la Italia del siglo XIX que plasma la unificación del país Y los cambios bruscos que sufrió en esos tumultuosos años. Dirigida con un ritmo lento que no se da la más mínima prisa en exponer su historia y el desarrollo de sus personajes, es una obra hermosa y bien trabajada en detalles técnicos, visuales, musicales e interpretativos que sin embargo se excede demasiado innecesariamente en el paso de los años y los cambios que va sufriendo Italia en sus guerras y políticas, concluyendo con ello un notable film que es de visión obligada al menos una vez para los cinéfilos ávidos de dramas clásicos y románticos de época.
La fotografía es lumínica y evocadora del lugar y época plasmados, logrando una labor inspiradora y repleta de detalles que hacen gran uso de los claroscuros y que dan belleza al film por ser estéticamente llamativos y confortantes. La música de Nino Rota es melódica e inspiradora en sus tonos clásicos y dulces que dan encanto al film con sus románticas notas que añaden confort a este conocido melodrama. Los planos y movimientos de cámara consuman un deslumbrante trabajo técnico mediante el uso de los subjetivos, tercera persona, reconocimiento, grúas, rotación, circulares, generales, plano-contraplanos, panorámicos, seguimiento, detalles, avanti y retroceso que exprimen lo mejor de la acción y las interpretaciones.
Las actuaciones son lúcidas y admirables del primero al último. Como protagonistas Burt Lancaster está reluciente en un papel con personalidad y profundidad psicológica, Alain Delon está seductor e íntegro en su labor y Claudia Cardinale está sensual y convincente en su tarea, siendo creíbles también los acompañamientos de Paolo Stoppa, Rina Morelli, Romolo Valli y Terence Hill entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones clásicos y elegantes en un impoluto trabajo que hace distinguido el film y sugestivos de militares y sus distintas clases sociales en un magnífico trabajo que junto con los ostentosos y bien trabajados decorados te transportan in situ.
El guion, escrito por el director junto con Suso Cecchi d'Amico, Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa y Enrico Medioli y basado en la novela homónima de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, es hermoso y atractivo en su historia de época aunque tiene el fallo de ser algo lento e interminable, alargando innecesariamente una historia que se salva notablemente por su narrativa, interpretaciones, fotografía, música y dirección para deleite de los amantes de las cintas épicas y bien trabajadas, finalizando con ello un bello film que hubiera sido mejor si fuera más corto y su ritmo más activo. Esto se lleva a cabo con una narrativa clásica e intachable que es enérgica y académica en sus sugerentes diálogos que llenan el film de expresividad e incluso de efusividad en un profundo trabajo que agrada escuchar y mantiene atento al espectador. Cabe señalar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo en ir exponiendo su trama y desarrollando sus personajes.
Concluyendo, la considero una obra inolvidable e imprescindible de ver por los cinéfilos clásicos seguidores de dramas de época que busquen films bien trabajados técnica y estéticamente, ya que lo que ofrece es agradable de ver y escuchar pero le sobra bastante metraje. Recomendable por su dirección, actuaciones, fotografía, música, vestuarios, caracterizaciones, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de El gatopardo, un film épico y bien trabajado para los que no les importe los ritmos lentos y los metrajes largos siempre y cuando se les de buenos detalles visuales e interpretativos.
Elcinederamon
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8
27 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Nunca es mucho tiempo", apunta Shane hacia el final del film con cara de galán inexpresivo para inmortalizar un film que brilla con intensidad dentro de los mejores western del séptimo arte. El desaparecido Alan Ladd que fue tachado por muchos como un galán de corta estatura pero que clavaba sus papeles de galán dramático, hila una estupenda interpretación que se queda en la retina del espectador por su profundidad y porque en todo momento insinúa con sus movimientos que es un gran tirador con un turbio pasado al que no se quiere volver a enfrentar, razón por la cual decide ayudar a una familia que quiere echar de sus tierras un poderoso ganadero.
La parte técnica de la película cumple estupendamente para atraer la atención del espectador. La fotografía en color es de lo más vistosa y evocadora, la música añade confort al film con sus deleitosas melodías que acompañan sutilmente la acción según es necesitado y los planos y movimientos de cámara son como eran de esperar en el género, con mucho uso de panorámicos, planos americanos, detalles y plano-contraplanos para atrapar la total atención del espectador. Sin menospreciar por supuesto, el resto de interpretaciones de Jean Arthur, Van Heflin, Brandon De Wilde, Jack Palance y Ben Johnson que son un perfecto acompañamiento del principal.
Dentro del género western hay varios títulos que sin lugar a dudas por algunos detalles han sabido sobrevivir el paso del tiempo, y sin duda alguna Raíces profundas es uno de ellos. Todo en el film se va cociendo poco a poco hasta alcanzar un final algo predecible pero igualmente apasionante para los seguidores del género. Ya que todo lo que pone en el asador el director brilla en la justa medida para ser recordado como una gran obra en la que aunque destaque un poco por encima de todo la brillante interpretación de Ladd, son muchos más las cuestiones que hacen de este film algo profundo y recordable.
No se toma prisas además el director en ir exponiendo su estupendo desarrollo hasta llegar a su imaginable final, que como era de esperar, deja mensajes de justicia, dignidad, amistad, unión y un oscuro pasado del protagonista que tan solo deja entrever al final. Aunque eso sí, la forma de ir poco a poco creando tensión es de lo mejor del film, junto con una lúcida fotografía en color que obtuvo merecidamente el oscar por transportar eficazmente al público a esa más que conocida época norteamericana en la que además de buenas intenciones, era necesario disponer de unos buenos puños y un arma en el cinto para en un momento dado, defenderse de los que no estaban por la labor de dejarte vivir digna y tranquilamente.
Para finalizar, mencionar que es un western que deja una grata sensación tras su visionado y el recuerdo de haber vivido una agradable experiencia fílmica con los atractivos paisajes del oeste americano y unos vestuarios y caracterizaciones que te transportan eficazmente al momento y lugar en cuestión. Concluyendo sin duda, un notable film que es de lo más recomendable no solo para los seguidores e incondicionales del género, sino para todos aquellos que quieran aventurarse y descubrir por qué el género western ha cautivado y sigue cautivando a tantas generaciones de cinéfilos.
Elcinederamon
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7
20 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carol de Todd Haynes es un drama romántico basado en el amor que surge entre una joven soltera y una mujer casada que no es feliz con su marido. Dirigida con un ritmo tranquilo y con un estilo natural y elegante que hace disfrutar, es una obra hermosa en detalles visuales e interpretativos que cautiva al público con belleza y sencillez en su incitadora trama al transportar al espectador a una época de poca o ninguna comprensión con el tema de la homosexualidad para absorber a este con lo que se le ofrece, concluyendo un notable film que tiene todo lo necesario para gustar y ser recordado.
La fotografía es evocadora de la época y el lugar, además hace gran uso de los claroscuros en una sensacional labor que es confortante y soberbia en detalles estéticamente decorativos. La música es melódica e inspiradora al plasmar sonidos insidiosos y enigmáticos y otros emotivos e hipnóticos para estimular al público con sus canciones clásicas y tranquilizadoras que acompañan sutilmente la historia. Los planos y movimientos de cámara consuman una magnífica labor visual mediante el uso de las grúas, reconocimiento, generales, avanti, circulares, cenitales, nadir, primeros y primerísimos planos, subjetivos, plano-contraplanos, tercera persona, detalles, cámara en mano y steadycam que exprimen lo mejor de las interpretaciones.
Las actuaciones son profundas y con calado psicológico. Como protagonistas Cate Blanchett está deslumbrante en un enorme papel intachable y Rooney Mara está sensible y encantadora en su labor, siendo notables también los acompañamientos de Sarah Paulson, Kyle Chandler, Jake Lacy y Cory Michael Smith entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos de la época, siendo por tanto elegantes e impolutos en una distinguida labor bien trabajada y que junto con los espléndidos decorados y exteriores te transporta a la época y lugar en cuestión.
El guion, escrito por Phyllis Nagy y basado en la novela de Patricia Highsmith, es hermoso y muy natural en la exposición de unos hechos provocadores para una época en la que la homosexualidad era un tema tabú y nada comprendido, logrando con ello tallar un enorme film que se toma muy en serio su trama e interpretaciones para deleite del cinéfilo exigente que busque dramas emotivos y sin añadiduras artificiales e innecesarias. Esto se lleva a cabo con una narrativa insinuante e impoluta en su naturalidad, destacando por encima de todo la sensualidad que derrochan las protagonistas y la expresividad clásica que es de lo más sugerente. Cabe señalar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo en ir exponiendo su trama sin la menor prisa y con mucha elegancia.
En definitiva, la considero una obra indeleble e indispensable en el género por lo que narra y como lo moldea con naturalidad y acierto para satisfacer a toda clase de espectadores, sobre todo a los más exigentes ávidos de un gran drama y profundas interpretaciones de unas actrices que bordan sus respectivos papeles. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, narrativa y diálogos que convierten a Carol, en un film digno de elogio y de ser visto por los amantes de las buenas historias bien talladas.
Elcinederamon
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