Dicen que es un paso adelante, pues no sé bien hacia donde. Aburre bastante más que su predecesora, donde la muerte se palpaba, la masa expectante se sentía, la chavala era una chavala con dos cojones. Aquella era entretenida. Esta segunda parte está descafeinada, solo apta para adeptos. ¿Y para locas de los vestidos? En fin: que es como el libro.

No tiene el tono épico de la primera. Tampoco a Frank Miller, y se nota. Pero tiene todo lo demás y un poco más de sangre. Para ser exactos, ahora chapotea hasta el espectador en busca de efectos 3D. Médicos tampoco hay, aunque poco podrían hacer. Engrandece a su predecesora, la completa, y no puedes perdértela, cuando menos: muy divertida.

La califican bajo, seguramente por la animación, de la cual poco se puede decir, salvo que es muy básica y simple. Pero esto hace que el ingenio se agudice, y es ahí donde con poco se cuenta y se divierte lo suficiente como para que tengas que verla. Cuando menos es diferente. Te reirás, si aún te queda algo del niño que fuiste.

A veces simplemente poder ver como se desarrolla la vida, sin ser consciente de que hay una cámara, de que son actores, de que hay un guión, de que, en resumen, es una película... eso se convierte en la verdadera magia del cine. Y esta película es una auténtica prueba de ello. Dale un minuto, siéntate tranquilo y comprueba como la sencillez también es hermosa y profunda.

No veo que sea necesaria la polémica. Esta película dentro de la ciencia ficción lo tiene todo para divertir a los amantes de este género. Sobre todo efectos especiales geniales en un 1997 que siguen sorprendiendo. Dicen que es fascista, lo es, y dicen que es una parodia del fascismo, también; y ¿qué importa eso? Cuando el mal es el mal, cuando no hay grises y todo es blanco o negro, solo puedes pedir que Clint no haga ni un gesto, y que no deje ni a un solo bastardo con vida. Muy recomendable.