Londres 2015. Tres personas se reúnen en una conferencia: un prestigioso abogado inglés judío de edad media, un alemán algo más mayor que él y un austriaco más cascado.

Polonia años cuarenta: Hans Frank, el "carnicero de Polonia", Gobernador General tras la invasión nazi, Otto Von Wächter, Gobernador de Galitzia, creador de la división SS del mismo nombre. En el otro lado de la balanza, los judíos de Lemberg-Lvov.

Muy buen documental, llevado como una road movie, en la que se expone las distintas posturas que cabe ante el nazismo y el horror que produjo. Philippe Sands quiere comprender cómo fue posible y sobre todo si se puede repetir. Niklas Frank representa a la Alemania verdaderamente arrepentida. Horst Von Wáchter, defiende a su padre como una pieza más del engranaje y que no podía hacer nada.

Hay momentos muy tensos, en especial la visita a la sinagoga en Lvov, y otros muy reveladores, el homenaje de los ultras ucranianos a von Wáchter, con simbología nazi. Pero de todos mi favorito es cuando los tres discuten en el mismo lugar donde Hans Frank dio el discurso y de como Horst v. Wáchter no da su brazo a torcer.

Intensa y nada sensiblera. Muy recomendable.

Una miniserie que se emitió en Semana Santa hace muchos años, pero que aún recuerdo por unos cuantos detalles que hacían la serie bastante buena. Como suele ser habitual en el cine de catástrofes, tenemos que conocer a los personajes antes del desastre para que luego podamos simpatizar con ellos o desearles que les achicharre la lava: Me acuerdo del gladiador, de los cristianos, del joven sacerdote de Isis en búsqueda de la verdad que conoce a San Pablo, el malvado ( y tramposo con los milagros) sacerdote de Isis, de los amigos que se ayudan cuando llega el cataclismo, etc..

Todo ello con un buen reparto durante los tres episodios de la serie: el gran Sir Laurence Olivier, aunque en un papel corto, Ned Beatty como el nuevo rico que quiere entrar en política contra el noble Quinto (Anthony Quaile) y por el lado femenino recuerdo, y creo que muchos que vimos esta serie en la edad de la hormona, la belleza de Xenia (Marilu Tolo) que para más inri hacía el papel de protituta cristiana.

Totalmente recomendable, aunque no tenga grandes efectos especiales.

Esta película se ve con encanto pero no apasiona. Entre sus puntos fuertes destaca la presencia de Alberto Closas, bordando el papel de diplomático que ocupa el puesto de Segunda Jefatura de una Embajada de España en un país latinoamericano imaginario, y una Analía Gadé haciendo ese papel de chica ingenua que se casa casi de rebote con un diplomático y a veces parece que se sienta como pez fuera de agua perdida en el mundillo de la diplomacia y rodeada de esas fieras con caras angelicales y lengua viperina que son las damas de la alta sociedad.

Y en el mundo de la diplomacia española sí que tuvo éxito esta película porque la expresión "Una muchachita de Valladolid" ha dejado huella.

Entre los puntos flojos destaquemos la pobre producción, se resiente la película de su origen escénico, con una ambientación muy mala de un país sudamericano en lo que se nota enseguida que más allá de la Casa de Campo de Madrid no se fueron a rodar. También es una pena que el papel de José Luis López Vázquez, de Primer Secretario de la Embajada, no se vea más aprovechado.

En suma, una película simpática que pudo ser más de lo que es.

Extraordinaria biografía del científico español Ramón y Cajal, injustamente olvidada y en la que descuella una buenísima interpretación de Adolfo Marsillach que se mete en la piel del científico y parece su doble. Merecido premio a mejor actor en el festival de San Sebastián.

La película no ahorra nada de sufrimiento al espectador. Si ya es difícil ser hoy en día investigador en España imagínense en los albores del siglo pasado. Por eso me quedo con una de las mejores escenas de la película: Cuando en el congreso internacional al que invitan a Ramón y Cajal casi por casualidad todos los científicos asisten aburridos a su charla hasta que al final en medio de las felicitaciones rutinarias del presidente del Congreso científico le coje por el cuello y le dice algo así como "¡pero mire!" mientras le empuja hacia el microscopio.

Y es que para testarudos, los aragoneses.

Y muy buena como la película ahonda la relación padre hija. Me encanta la escena de la dignidad de Marsillach/Ramón y Cajal cuando lleva a su hija a los columpios aunque esté casi sin dinero.

En suma, una película que merece recuperarse del cajón de los olvidos.

Convencional película coral de la época franquista, en la que el cine debía no solo entretener sino también formar, "Alegre juventud" muestra a unos jóvenes que por diversos motivos entran en un seminario. La película alterna momentos cómicos y dramáticos, con lo que el prolífico Mariano Ozores navega entre dos aguas sin terminar de decidirse por un género. En el reparto Marsillach lleva la parte dramática y Ozores la cómica, que tiene como colofón la obra de teatro final.

De todas las historias personales la más interesante es, con diferencia, la del fugitivo de la justicia que se refugia en el seminario para cambiar de identidad.