Eso es esta película: un mirlo blanco, una rara avis, un producto de Hollywood como sólo Hollywood sabe hacer cuando quiere hacerlo (y cada vez quiere hacerlo con menos frecuencia.)

La perfecta dirección del sr. Mann hace que los 140 minutos pasen en un suspiro; cuando acaba la película, desearíamos ver aún más fotogramas como los que hemos visto: bellos, inteligentes y al servicio de una narración que hace sentir y reflexionar.

El sr. Depp y su boca fruncida no me son especialmente gratos, pero he de reconocer que en esta ocasión sabe llenar de carne y de espíritu el personaje de Dillinger (quien probablemente en la realidad fuera mucho menos interesante, pero, ¿a quién importa?) Su antagonista es también memorable.

Corre a verla.

No sé por qué los guionistas de Hollywood (y de todas partes) nos presentan con tanta frecuencia biopics de personas insignificantes o recreaciones de anécdotas triviales; pues la Historia del s. XX les ofrece miles de historias apasionantes.

Una de ellas es la de la rivalidad a muerte entre Lev Davídovich y Jósif Vissariónovich. De hecho ya la abordó (El asesinato de Trotski, 1971) Joseph Losey, que era un famoso director pero también un buen comunista y, quizás por ello, no logró filmar una buena película sobre el tema (o eso dicen las críticas, que yo no la he visto).

Ahora nuestro Chavarrías se centra en lo realmente interesante de la historia: en Caridad y en Ramon. Y consigue una película digna, con interpretaciones ajustadas, que capta la atención del espectador. Para ser perfecta le falta, a mi modesto juicio, algo de chispa; quizás algo más de calidez en las interpretaciones, quizás algo menos de esquematismo en el guión.

En cualquier caso, muy recomendable para todos los públicos.

Lo peor de la película es lo acartonado de los diálogos y lo arbitrario de las acciones que los personajes llevan a cabo; pero eso es culpa de la sra. Redondo, no de los los peliculeros.

En cuanto a estos, tanto la interpretación de la sra. Etura como la fotografía y ambientación son muy dignos de elogio.

Puedes visionarla, estimado filmaffinitista. Pero no esperes demasiado.

En fin, si uno es Jim Jarmusch supongo que tiene derecho a todo, hasta a zombificar a su parienta.

La película -¿cómo podría ser de otra forma?- está muy bien hecha. Pero me aburrió tanto... y no por ser experimental, precisamente.

Dejo a cinéfilos más expertos la mención de todas las referencias cinematográficas que aparecen en este film. Pero en mi ignorancia creo que eso, y lo bien que debieron de pasárselo en el rodaje, es todo lo que aporta.

Los sres Philippou, creo, han intentado hacer una peli de terror que, ajustándose a las reglas del género, incorpore además algunos elementos de cine más trascendente.

En mi opinión, probablemente equivocada, el resultado no es satisfactorio. En cuanto al terror, el guion me resulta bastante deslavazado y previsible (y quien quiera ver golpes de efecto de los que erizan el pelo, mejor que se olvide); y en cuanto a la sociología adolescente y fiestera, pues lo mismo. Quizás lo que más me gusto fue la escena final.

En resumen, amigo filmaffinitista: no he encontrado esa gran obra renovadora del género que algunos críticos han visto, pero sí una película decentemente hecha.